Una semana desde que no le habla a la muchacha de ojos bonitos, y Mowgli permanece fastidiado por el incidente. No está molesto con ella, no es su culpa ser tan bonita y él entiende que otro chico lo haya notado. Pero eso no le quitaba el mal sabor de boca al haberles visto tan amistosos.

— Shanti te mandó almuerzo, otra vez — Ranjan coloca el cuenco con frutos que su amiga le había dado para su hermano, junto a él.

El chico ata con una liana la madera que estaba juntando, y se la echa sobre el hombro.

— Puedes comerlo — las primeras veces, el mal humor del cachorro humano le parecía divertido al más joven, pero ahora, en realidad empieza a preocuparle el alejamiento que Mowgli se ha planteado llevar a cabo.

— Ella lo ha hecho para tí — insiste.

— Pues que lo haga para el otro, yo no  necesito de sus cuidados.

El joven, de apariencia esbelta pero musculosa contesta con simpleza, tomando rumbo hacia su casa. Ranjan toma el almuerzo que Shanti preparó y sigue de cerca a su hermano.

— Dices no estar celoso, pero actúas como un lobo rabioso. ¡Ellos son solo amigos!

Ante esto, su hermano mayor se gira con rabia reprimida.

— ¡Yo también soy solo su amigo, Ranjan!

Misma que soltó al gritarle al chiquillo, que lo mira completamente sorprendido. Mowgli no solía gritarle, y si lo hacía, nunca era con una expresión tan seria.

— No tengo derecho a estar celoso, ¿lo entiendes? Yo no soy nadie de importancia, y ella puede hacer lo que le dé la gana.

Su molestia era precisamente esa, que no era nadie para molestarse porque ella se lo pasara bien con alguien más. Después de todo, ellos eran solo amigos.