La joven observaba atentamente a Mowgli construyendo aquella pequeña choza, con ayuda de su padre, Ranjan y otro chico de la aldea. 

Llevaban trabajando tres días en ella, y se esperaba que fuese terminada para cuando concluyera la semana. Después de todo, la habitaría únicamente una pareja de ancianos, no era tan grande como la que ocupaban las familias numerosas.

Su madre era la encargada de darle de comer a los hombres que hacían el trabajo, y ella decidió ayudarla, obviamente porque era cercana a los hombres de la construcción, pero también para cuidar de la alimentación del pelinegro, porque cuando él se concentraba demasiado en algo, terminaba descuidándose a sí mismo. 

Suspiró, recordando la infinidad de veces en las que este escenario se había repetido. Ella ofreciéndole comida al muchacho; él jamás la rechazaba, salvo cuando estaba molesto, como aquella vez en la que conoció a Baloo y a Bagheera.

Ah, realmente ese chico era aterrador cuando se molestaba.

Y ahí estaba, ofreciéndole un tazón de curry acompañado de un par de samosas, y a pesar de que el muchacho quería continuar avanzando en la construcción, al percatarse de que Shanti había cocinado para él, no dudó en dejar de lado lo que hacía para ir a comer. 

Llegó hasta ella, regalándole una sonrisa al mismo tiempo en el que recibía el tazón y se sentaba  en la primer roca que vio. Ella continuó repartiendo platos y, tras unos minutos, le acompañó, sentándose a su lado. 

— ¿Cómo van? ¿Crees que terminen pronto? — preguntó, y él asintió en respuesta.

— De hecho, es probable que, a este ritmo, la terminemos antes del fin de semana — se le veía muy animado con la idea — ¿Te gustaría acompañarme a la selva después de eso?

Ni siquiera dudó antes de decir que sí, no podía. No podía decirle que no a él, y aunque lo hiciera, sabía que igualmente la persuadiría de hacerlo. 

Él era así, y por mucho que se quejara al respecto, seguía gustándole. 

El chico de la jungla tomó su mano suavemente, dejando de lado los platos vacíos, para jugar con los delgados dedos de la joven, que tan solo rió en respuesta. Mowgli había estado muy cariñoso últimamente. 

— Debo volver al trabajo, ¿te veo en la cena? — Shanti afirmó con la cabeza, con ojitos centelleantes.

Ella no previó lo que pasó después, él simplemente besó el dorso de su muñeca y se levantó, para ir a dejar los platos sucios al lugar correspondiente y regresar al trabajo.

Era el primer beso que él le daba.