Capítulo 8: "LUNA".

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Te veo cada vez que puedo y no me canso de decir que soy adicto a ti.

Tus curvas son perfectas, te ves suave y a la vez peligrosa. Mis ojos no logran detallarte por la distancia, pero en mi mente te imagino cerca. Sé que me traes loco.

El anaranjado te sienta bien y es cuando más me gustas, porque siento que te ruborizas por tantas miradas que te dedico y tantos poemas que te escribo.

D.Ph

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Anaranjado. Los ojos de esa chica vinieron a mi cabeza en un santiamén cuando escribí esa palabra en el papel. Nunca había visto un color igual ¿usará lentes de contacto o sólo es una parte de la moda adolescente al cambiar el color del iris con lentillas?

Despeino mi cabello frustrado. Es una niña de preparatoria ¿¡que hago yo pensando en ella?!. Tiro la libreta en algún lugar de la habitación y bajo a ver a mamá, quién está tejiendo tranquilamente en el sofá con una suave música de fondo. Me lanzo a ella, dejando mi cabeza en su regazo como cuando era niño y por reflejo acaricia mi cabello.

— ¿que sucede?.– sonríe ella.

— vine por cariño.– le respondo cruzándome de brazos y cerrando los ojos.

— ¿mi gatito está aproblemado?

— algo.

— ¿puedo ayudar?

— no lo sé.

— ¿y quieres contarme?

Lo he pensado y creo que no es necesario contarle algo como esto, no es importante ¿o sí? No quiero enredarme con una chica de preparatoria, no quiero pensar en que mi mente la está buscando, no quiero saber el resultado ¿pero y si no es lo que yo creo? ¿Por qué entonces la pienso?

—  ¿por qué las chicas lloran tanto?

— somos más emocionales.

— ¿que significa que a un hombre le importen las lágrimas ajenas?

Ella suelta aire entre risas y besa mi mejilla.

— la respuesta está en la misma pregunta cariño... en tu caso sería motivo de inspiración o todo lo contrario.

— mamá ¿me veo enamorado?.– me siento a su lado mirándola.

Nos observamos un buen rato, mi madre me analiza con dulzura y su cabeza se mueve suavemente de un lado a otro negando.

— por el momento no.

— gracias.– me levanto y me alejo sin dejar de mirarla.

— ha sido un placer.– toma los palillos para continuar su tejido.

— una pregunta.– me detengo y ella también.

— todas las que quieras.

— ¿cuándo supiste que estabas enamorada?

— cuando te vi en la ecografía.

¿y me pregunto de donde habré sacado lo poeta? Sin duda es la culpable. Sonrío como un bobo al saber que mi mamá está loca por mí. Dejo la conversación, sabiendo que si quiero respuestas claras debo hacer preguntas claras.

1) ¿por qué la encuentro en todos lados? Ella me sigue, yo la sigo o es mera coincidencia.

2) ¿por qué revive mis poemas? Escriba lo que escriba ella aparece recitando una palabra de lo que logré deletrear horas atrás.

3) ¿por qué siempre está llorando o mirando con pocas expectativas la vida? La he visto seis veces y en ninguna está feliz.

4) ¿por qué se me oprime el pecho cada vez que la veo? No estoy enamorado, pero esto me resulta agonizante.

5) ¿Por qué habiendo tantas personas comunes la vine a mirar a ella?

Mamá tiene razón, a veces quiero respuestas, pero éstas se encuentran en mis propias preguntas.

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MV97