Capítulo 5: "VAPOR".

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Bellas son las formas que traza en el aire el vapor que emana de una taza caliente; a veces onduladas y otras rizadas, algunas se alzan perezosas y otras con ligereza.

Vapor que siempre lleva a través de su humeante danza, el aroma y la calidez de su contenido.

Dichoso quien primero saborea con el olfato, ese vapor que te cuenta todo.

D.Ph.

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Me sentía cansado y abrumado, quería renunciar a la universidad y trabajar en lo que me permitiera mi facilidad de aprendizaje, pero después pensé: "¿porque rendirme? Lo estoy haciendo bien y aunque los demás me pongan las horas difíciles, lograré mi objetivo".— que bueno que no vivo con ellos o me destrozarían el razonamiento.— la notificación de mensajes timbra en mi bolsillo.

*mamá*
Amor, en el living está tu bufanda nueva. Póntela antes de salir a caminar, está muy frío y no quiero que enfermes.

*mamá*
Pasa a comprar un vaso de tu bebida favorita, tamaño mediano, en la cafetería.
TE AMO.

Me pongo la bufanda sintiendo admiración por la mujer que me crió desde niño y hasta el día de hoy me apoya con cada cosa buena que saco de mi mente. Ajusto la correa de mi mochila en el hombro y salgo de casa.— una hora adelantado, ésta vez no habrá margen de error.—

— leche chocolatada, con dos cuadrados de chocolate semi-amargo, tamaño mediano por favor.– pido al hombre detrás del mostrador.

— ¿azúcar añadida o endulzante?

— ninguno y una pajita.

Me entrega el pedido y salgo para continuar mi camino. Casi llegando a la cuadra de la preparatoria veo estudiantes salir.— ¿qué está pasando? No me digan que justo hoy salían más temprano.— ruedo los ojos y sonrío al mismo tiempo, esto es una broma y la coincidencia más extraña del mundo.

No veo a la chica así que avanzo tranquilo. Al finalizar la cuadra y querer cruzar, miro por casualidad hacia mi derecha y reconozco esa silueta.— ¿¡la están molestando?!.—

— ¡hey!.– las miro serio y lo más amenazante que puedo apuntando mi teléfono al grupo.

Ellas retroceden mirándonos con sonrisas fingidas para luego marcharse. ¿Cómo no iban a mirarnos extraño si nuestras bufandas combinan?

Sus ojos tristes y desesperanzados me observan con cierto aire de alivio, respira entrecortado formando vaho cada vez que exhala el aire contenido, mientras se junta agua salada en esos preciosos y raros ojos que bordean lo anaranjado.— otra vez no.— mi pecho se oprime y no puedo pronunciar palabras. Sólo atino en poner torpemente la tapa y la pajita en el vaso que había comprado minutos atrás.— sin mucho resultado. Estoy estúpidamente nervioso.—

— está bien así, me gusta ver como humea.– me tranquiliza con su voz quebrada, toma el vaso con sus temblorosas manos, huele el vapor y da un sorbo.

¿Qué tiene ella que hace revivir mis versos? Es como si leyera mis escritos matutinos y me los recordara en mis caminatas.— quinta coincidencia, es hora de ir con un profesional ¿ella es real?.—

Se aleja de mí corriendo, de vez en cuando miraba con miedo hacia los lados hasta que llega al vehículo de siempre. ¿Por qué la seguí con los ojos y nada menos que vigilando que no volvieran a acercarse a ella?

— se llevó mi vaso.

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MV97