Capítulo 13: "DEJAR FLUIR".

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Le pedí dejarme asimilar lo que estaba sucediendo, así que no la vi durante dos días, pero a la vez también me preocupó; ahora que sé un poco de su vida temo no verla porque pensaré en lo peor aunque no lo quiera.

— hijo ¿no te gustó la comida?

— está bien.

— ¿sólo  bien?... ¿que ocurre?.– mi padre me da un golpe poco suave en la espalda.— no vayas a tragarte el arreglo de mesa, tu madre me matará.

¿Qué tan distraído puedo estar que estoy comiendo cualquier cosa que tomen mis manos? Con vergüenza me quito el objeto de la boca y pruebo la comida.

— el sabor es bueno pero tiene mucho comino, pierde el sabor natural de la carne y el bistec se pasó de los minutos de cocción, el olor de la salsa... ¿¡alguien usó la tabla de los mariscos para la carne?! ¿Es aprendiz?.

Trato de mirar hacia la cocina para ver si logro identificar al chef que preparó esto. Mi padre iba a alzar la voz para llamarlo y con cara de reprenderlo.

— sólo son detalles no seas tosco con él, va por buen camino.– pedí.

Me despido de mi padre y del personal que lleva conociéndome por años. Camino inmerso en mis pensamientos cuando la veo a ella caminado por un muro angosto de un metro treinta de altura que divide el paso vehicular del peatonal, jugando a equilibrarse.

— ¿tienes miedo?.– respira y muestra una sonrisa forzada.

— ... si.– respondo a lo que sea que viniera su pregunta.

Ella da un brinco para girar y quedar de espaldas a mí, las manos me sudaban de la ansiedad, así que preferí bajarla de allí por mi estabilidad emocional.

— tampoco quiero ser bruja, aunque los sueños del futuro no puedo controlarlos.– murmura de forma audible.—  no interferiré en tu vida, sólo déjame verte cada vez que termine mis clases ¿sí? Como antes.

— ... bien.– me rindo. No es como si pudiera escapar de ella.

— ¡gracias!.– me abraza efusiva por unos segundos y me suelta.

— una cosa más, no leas nada de lo que escribo.

— ¡no lo haré!.– hace un extraño movimiento de manos para jurarlo.

— tampoco me busques como ahora y nada de abrazos, si me ven contigo así.– nos señalo.— iré a la cárcel.

— pero somos amigos.

Me agacho a su altura poniendo las palmas de las manos en mis rodillas, mis ojos quedaron a la altura de los suyos y supe que no fue buena idea. Ese extraño anaranjado de su iris es impresionante.

— la gente a nuestro alrededor no lo pensará así.– sacudo la cabeza y me enderezo.

— ¿hermanos?

— eso no te lo crees ni tú.

— soy adoptada.

— no va a funcionar.– apreto el puente de mi nariz con dos dedos.

— Entonces... háblame de ti.

La miré pensativo y pasé por su lado. Que aceptara ser perseguido es una cosa, que tenga que contarle acerca de mi vida es otra totalmente diferente; además ya sabe casi todo ¿¡que podría decirle?!

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Mientras más quiera alejarme de ti, serán más inevitables nuestros encuentros.

Si soy una razón para que estés bien y resistas dos años, entonces seré esa medicina temporal para esa alma que está a punto de expirar.

D.Ph.

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