Recuerdos de Yoshiwara
Entre el humo negro que desprendía el fuego las esperanzas de los cazadores decían cada vez más; el pilar había perdido ya un brazo y por lo que aparentaba la muerte rondaba alrededor del chico de las montañas. Todo parecia perdido.
-vamos, unete a mi y deja atrás ese cuerpo inconveniente - decía el peli verde a su oponente, dándole la oportunidad de vivir. El joven Kamado se encuentra en desesperación, de rodillas y a merced de aquel demonio.
Pero, No. Jamás se permitiría aceptar esa horripilante oferta, prefería morir antes que perder su humanidad.
La sexta creciente se acerca amenazante, listo para clavarle en el pecho su guadaña e infestarle con veneno el corazón. Una muerte dolorosa y lenta, magnífico.
Un destello rojo golpeó al demonio dejándolo vulnerable por unos instantes; enseguida los corazones de los mortales se regocijaron una vez que supieron el orígen de tan poderoso golpe. El engendró se reincorpora confundido, mirando al nuevo cazador de pie frente a el con total desprecio -Como te atreves!? - lo mirá de arriba a bajo, dandose cuenta de que se trata de nada más y nada menos que un pilar. Gyutaro hace una mueca de asco al verlo sonreír tan plácidamente -argh - se queja -eres aún más atractivo que el otro - comienza a rascar su rostro con tanta fuerza que se le desprenden trozos de piel -¡No sabes cuánto te odió por eso! - el Hashira deja de sonreír por un momento -¡Yo soy Kyojuro Rengoku, pilar de la flama; y el día de hoy juro que acabaré contigo!
El duelo entre el pilar y el demonio inicia. Los golpes estallan a una increíble velocidad y a la sexta le cuesta desviar muchos de ellos. Que mala suerte que se lo haya topado ahora que se habia recuperado.
Al instante se le unen Uzui y Tanjiro -¡¿Donde diablos te metiste Kyojuro?!, ¡Te perdiste de toda la diversión! - pregunta el pilar del sonido, dando todo su esfuerzo a pesar de haber perdido una extremidad -¡Eso no importa ahora!, ¡Concéntrate en acabar con este desgraciado! - el rubio se lamenta por el estado de sus compañeros, pero sabe que puede hacer algo para compensar su sacrificio. Les cuenta de manera muy sutil solo la parte útil y relevante de lo sucedido con Akaza. Ambos tienen muchas preguntas pero por el momento tendrán que guardarselas.
Se ponen en marcha y hacen lo que Kyojuro les dice. El trio va con la mujer y los Hashira se encargan del más fuerte. Las dos mitades de la sexta creciente no saben que hacer.
Estaban acorraladas, sin posiblidad de huir o remontar el campo de juego.
Gyutaro mira de reojo a su hermana, tratando de escapar por un momento para correr en su auxilio cuando se percata de que ya le habían cortado la cabeza, pero en ningún momento los pilares le permiten que lo haga.
Sus ataques se intensifican, buscando a toda costa heriri de muerte a uno de ellos y salvar a su hermana; pero por mas rápidos y agresivos que fueran los mortales los desviaban y contrarrestaban sin problema alguno. El peli verde estaba más colérico que nunca. Necesitaba matarlos a como de lugar.
En un descuido, una de las guadañas envenenadas se dirigió directamente a la cabeza del joven Kyojuro. Gyutaro sonríe de manera insana, saboreando el olor a sangre de pilar que pronto correrá por el aire y el suelo. Uno más para la lista.
El alma de Tengen se paraliza cuando se da cuenta de que no logrará evitarlo a tiempo; el rubio simplemente le sonríe, sabiendo que ya no hay nada que se pueda hacer -¡¡Kyojuro!! - un grito desgarrador surge desde lo más profundo de su garganta, cargado de impotencia y dolor al presentir que su amigo no estaría ahí para cuando el sol volviera.
De un momento a otro, la extremidad del demonio es arrancada a último momento de su cuerpo y se ve volando por los aires. Después le siguió el otro brazo, y por último las piernas; dejando solamente el tronco intacto. El engendro, sin saber que está pasando, cae abruptamente al suelo quedando boca abajo. Ambos cazadores quedan perplejos y aliviados al mismo tiempo al sentir que la muerte se había ido con las manos vacías -¡Ahora! - grita el Hashira rubio, que consigue reaccionar a tiempo antes de que la luna se recuperase por completo. Las hojas de sus katanas fueron atraidas por el cuello de la criatura demoníaca, cortando su cabeza antes de siquiera asimilar la derrota.
En paralelo, la cabeza de la albina también le había sido desprendida del cuerpo. Así, los dos hermanos se fueron de este mundo sin llegar jamás a comprender lo que había pasado esa fatídica noche en Yoshiwara.
El grupo se sentía tranquilo al fin, habían ganado y eran libres de descansar.
Akaza los contemplaba desde lejos, viendolos reír y disfrutar del momento. O, bueno, solo a alguien de ellos en especial.
La tercera creciente se sentía aliviado de verlo con vida, agradeciendo que pudo llegar a tiempo. Una media sonrisa se desplegó en su rostro.
Rápidamente el cuerpo de cazadores llego a la escena, atendiendo a los de heridas graves primero en compañía de lo que parecía ser otro pilar. Esa era la señal que esperaba el peli rosa, sería una pena tener que asesinar a más personas en frente de su querido rubio.
Con el mayor sigilo posible se movió listo para irse, pero algo lo detuvo. En ese preciso instante la mirada del Hashira de la llama dió con la suya, percatandose de su presencia. El demonio sintió peligro, pero fue grata su sorpresa al descubrir que no estaba en planes del humano el delatarlo. Eso era muy lindo de su parte.
Quería mandar todo a la mierda y abrazarlo en frente de todos por tan maravilloso gesto, pero claramente no era una desición muy inteligente.
Debían mantenerse a raya si no querían problemas, eso lo sabían. Con total discreción, el mortal pronto esboza una sonrisa, agradeciendo su ayuda. El demonio solo se limita a imitarlo, guiñandole un ojo.
Tras unos segundos desaparece, satisfecho por haber cumplido su palabra.
-¡Oiran, leeme un cuento! - decia la niña de pelo castaño, impaciente por atención. El hombre recostado y cubierto de vendajes ríe por su comentario -ese era un trabajo de medio tiempo. Además, no podría volver a retomarlo aunque quisiera - ambas niñas ladeas ligeramente su cabeza, confundidas -¿Por qué no? - el pilar busca la mejor manera de explicarles -pues verán, yo soy un hombre. Uno que tiene como profesión cazar demonios - las niñas se sorprenden y emocionan por su respuesta, mientras que sus compañeros lo miran incrédulos ante su honestidad -vaya, si que eres directo. Kyojuro - comenta Tengen, que al igual que su amigo se encuentra en rehabilitación en la finca mariposa.
-si no es usted una Oiran, ¿Entonces a donde podremos ir nosotras?
-¿A que te refieres?
-ahora que ah dejado el distrito, no tenemos un lugar donde quedarnos - lo había olvidado por completo. Después de exterminar a la sexta prácticamente no habia quedado nada de lo que fue el distrito.
Claro que todavía quedaban Shimawara y Shimmachi pero... No, no podía dejar que fueran a un lugar como ese otra vez.
El pilar sabía el tipo de vida que les esperaba si se marchaban a alguno de los dos distritos; no se perdonaría jamás si las viera bajo esas condiciones, teniendo que recurrir a practicas banales para sobrevivir. Corriendo peligro no solo de los humanos, sino también de los engendros que merodean los barrios.
Debía hacer algo y pronto.
Uzui adivina en lo que piensa -Kyojuro, ¿No estarás pensando en...
-¡Esta decidido, ustedes se quedarán conmigo! - Tengen lleva una mano a su frente, igual de desconcertado que el resto del equipo.
Las niñas, en cambio, estan más felices que nunca al escuchar que podrán quedarse al lado de su... ¿Como podían llamarlo?
-disculpe pero, ¿como podemos decirle? - el pilar se la piensa un momento -¡Diganme Rengoku! - las niñas sonríen -¡Que bonito!
Al instante comienzan a invadir al pilar con preguntas y exigencias típicas de unas infantes. Pero al Hashira no le molesta en lo absoluto ni se agobia por el exceso de energía que ambas niñas demuestran, al contrario, se alegra al imaginar el rostro que pondra Senjuro al saber que pronto tendra compañía en casa.
Llego Shinobu a sentenciar que la hora de visitas habia terminado, pero ellas y el pilar insistieron en que debía quedarse. La mujer no sabia nada del contexto del distrito rojo por parte de Kyojuro pero, ¿Quien era para negarse a esas caritas? Se recostaron junto al pilar tratando de no hacer demasiado ruido -tres de los cinco que estaban ahí eran muy fáciles de irritar- y acordaron en elegir el cuento correcto -habia una vez - comenzo a relatar Kyojuro - una chica que vivía bajo los injustos tratos de su madrastra.
-¿Crees que al final se convierta en princesa, Rengoku-San? - interrumpe una de ellas en voz baja, pero el no se inmuta -¡Hay que seguir leyendo para descúbrirlo! - ambas sueltan una risilla.
El pilar continúa narrando el cuento para las pequeñas, sin saber el resto del grupo fingía dormir plácidamente cuando en realidad escuchaba con total atención al Hashira hasta que terminó el relato.
Si si, algo corta está madre pero no se preocupen. Lo bueno está en el que sigue.
Esperen al gran final.
-su querida procrastinadora se despide 💋
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro