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12. CORALINE

The road is long, we carry on, try to have fun in the meantime

CORALINE

Tomo mis cosas y me aseguro de que no dejo nada en mi mesa. Alzo la mirada y doy con la de Abby, ella me sonríe antes de irse, y luego doy con la de Kevin, él se muerde los labios y realiza un gesto de atraer sus brazos hacia sus caderas, haciendo que estas últimas vayan luego hacia el frente, como si se estuviera follando a alguien, a un venado de seguro, aunque sentiría lástima por el animal. Giro los ojos.

Ridículo.

Me cuelgo la mochila y voy hacia la maestra para entregarle el borrador de lo que es el inicio de mi proyecto. Sonrío al llegar.

—Gracias, Coraline. —Toma la carpeta y suelta un suspiro cansador—. Eres de las pocas que ha estado entregándolo, y la verdad es que no me apetece tener la conversación seria, ellos son los afectados.

Asiento como si de verdad me interesara la vida de los demás, pero algo orgullosa por ser responsable.

—Tiene razón, y ya en la fecha le traeré el borrador de la segunda parte.

—Excelente. —Sonríe, se lo correspondo y me despido.

Mi estómago ruge un poco al empujar la puerta de la salida, y es una suerte que Gigi pasará la tarde conmigo, por lo que primero estaremos en mi departamento, así que le envío un mensaje para pedirle si puede preparar el almuerzo, y no se queja, ama la cocina. Y es aún más gratificante que ella sí tenga el día libre, soy yo la que pidió permiso, mi tío comprende lo importante que son estas exposiciones para mí.

Guardo mi teléfono justo cuando escucho un ruido extraño, me giro sobre mis pies, buscando con la mirada el lugar del que proviene, estoy en el estacionamiento rumbo al bus, pero faltan algunos minutos para que llegue, tengo tiempo.

—¡Déjame!

Arrugo las cejas y me dirijo hacia el callejón en una esquina hasta que logro distinguir algunas figuras en la oscuridad con la que cuenta su interior, la que es mucho más por el día nublado y los grandes muros que cubren el sitio. Entrecierro los ojos.

—¡Ayuda!

Es ahí cuando lo comprendo y me acerco con mayor velocidad.

—¡Hey! —grito.

Son dos personas, ambos envueltos por las tinieblas en lo más profundo del callejón, el sujeto se encuentra acorralando a la otra figura, una estudiante, lo sé por sus libros tirados en el suelo junto a su mochila, ella da golpes hacia él para intentar liberarse mientras grita por ayuda.

Apresuro mis pasos al tiempo que introduzco una mano en el bolsillo delantero de mi mochila en busca del gas pimienta, pero me paro en seco al ver que una puerta es abierta en una de las esquinas. Veo salir a un Gael desorientado, me observa con asombro para luego fruncir el ceño y guiar sus ojos al sujeto forcejeando con la chica y se dirige a ellos, toma al chico de un hombro y lo aparta de ella. Doy un respingo cuando se escucha el impacto de su puño contra el rostro del otro, la chica suelta un chillido.

—¡Maldito hijo de puta! —Gael gruñe y le da otro golpe.

Permanezco a un costado del callejón viendo cómo el idiota cae al suelo, se incorpora con dificultad, lento, y luego con rapidez al ver que Gael tiene la intención de golpearlo de nuevo. El sujeto pasa corriendo a mi lado, ni siquiera repara en mí, y, cuando está algo alejado, observo a los dos que quedaron en el interior del callejón.

—Ven —la insta él y la chica se acerca con cautela.

Me acerco a ellos, ella recoge sus cosas con manos temblorosas y él la ayuda.

—¿Estás bien? —inquiero y asiente con torpeza.

Intento acercarme un poco más a ella, pero me observa y el temor que veo en sus ojos me eriza la piel, aparto mi mano sin siquiera haberla tocado y ella da pasos para alejarse.

—¿Necesitas que alguien te lleve? —inquiere Gael y ella niega con la cabeza antes de aumentar sus pasos para desaparecer de nuestro campo de visión.

Observo a Gael con desconcierto.

—¿De dónde saliste?

Señala detrás de él, a la puerta.

—Biblioteca.

Oh, es verdad, esa es la puerta trasera de la biblioteca con la que la universidad cuenta. Asiento y vuelvo a observar hacia el final del callejón.

—¿Tú estás bien?

«Nunca estoy bien».

—Claro. —Sonrío como puedo—. Gracias por ayudarla.

—¿La conoces?

Sacudo la cabeza en una negativa.

—Pero eso no tiene importancia en estos casos.

Traga.

—Cierto.

Suspiro, algo más calmada, y me coloco la capucha de mi abrigo.

—Ya debo irme.

—Cuídate. —Realizo un gesto con la cabeza y me giro—. ¡Y no olvides el trabajo de mañana!

El trabajo que ya he entregado. Es un buen chico, pero algo perdido en lo que respecta a las fechas para entregar trabajos.

En todo el camino no dejo de pensar en la joven estudiante, recostando mi sien contra el frio cristal del bus. Si no hubiéramos llegado ella estaría en quién sabe qué condiciones, con un mayor trauma que el que de seguro se ha llevado.

Las puertas del elevador se abren mientras busco mis llaves, al subir la mirada doy con que Gigi se encuentra recostada contra mi puerta.

—¡Al fin te dignas en llegar!

—Surgieron cosas.

Saco las llaves y ella se hace a un lado para que pueda abrirlo.

—¿Qué? Un rapidín con algún amante.

La observo, soplando un poco para que un mechón de cabello se haga a un lado y deje de molestar en mi nariz, ella sube y baja sus cejas de forma sugerente, sonriendo.

—Un malnacido apunto de violar a alguien.

Deja quieta sus cejas, borrando su sonrisa.

—Ouh.

Bufo.

—Y creí que ya estarías adentro.

—¿Me creerías si te digo que perdí la llave de nuevo?

—¿Y debo fingir sorpresa para que no te pese tanto la culpa?

—Sería lindo, sí.

Abro la puerta e ingreso, ella lo hace detrás de mí, cerrando después. Me descuelgo la mochila y la dejo en mi pequeño sofá.

—Dime por lo menos que trajiste para preparar la comida.

—No soy tan boba. —Realiza un movimiento de cabeza hacia algo más abajo, la sigo con la mirada y noto la bolsa en una de sus manos—. ¿Espagueti?

Sabe que amo eso.

—Te adoro.

—Todos lo hacen.

Ríe y va a la cocina, le aviso que me daré una ducha mientras voy quitándome el abrigo, al llegar a mi habitación dejo este sobre la cama y voy al baño. Con lo apretada que tengo la agenda ya cuento con mi ropa lista en una esquina desde ayer por lo que ahorro algo de tiempo.

Me doy un baño relajante, al salir me envuelvo con la toalla, pero se me ocurre una idea. Soy alguien algo arriesgada, mucho a lo mejor, por lo que tengo mis momentos de locura. Decidida, tomo el borde de la toalla, me la quito y la cuelgo para luego tomar mi teléfono, entrar en la cámara, colocar el artefacto de un lado de modo que se logra ver en él desde mi clavícula, y tomo la fotografía. Una buena imagen de mis pechos.

Tú:

Espero te estés preparando;) 12: 25

Unos segundos después ambas flechas blancas se vuelven azules, indicando que vio el mensaje. Me muerdo el labio inferior cuando veo que escribe.

Delicioso Kurt:

Joder... 12:26

¿Es parte de la exposición?:0 12:26

Sonrío.

Tú:

Es para una privada 12:26

Puedo hablar con mis contactos y conseguirte pases VIP 12:27

Delicioso Kurt:

Siempre tan generosa 12:27

Y por si no lo entendiste, eso es un rotundo SÍ 12:27

Creo que esos pezones necesitan de atención;) 12:28

Quiero abofetearlo porque lo que ha conseguido es que los nombrados se pongan duros, ¿es en serio? Solo lo imaginé un momento, a él, encima de mí, bajando su boca hasta mi cuello, pasando su lengua por mi clavícula hasta llegar a mis pechos y hacer con ellos lo que le venga en gana, torturándome con sus dientes si lo desea.

Kurt me está poniendo cachonda sin siquiera estar aquí.

Parpadeo varias veces, sacudiendo la cabeza, y salgo de su chat con rapidez. Camino hacia la habitación para iniciar a vestirme mientras intento dejar de pensar en eso. Me coloco la ropa interior y tomo mi camiseta de mangas largas de color negro, este me queda al cuerpo, y hace un poco de calor, pero será mejor usar algo que cubra por completo mis brazos.

—¡Ya termina de vestirte, Coraline! Necesito ayuda en la cocina —pide Gigi, abriendo la puerta—. Uy, aunque podría disfrutar de la vista.

—¿Es tu lado lésbico saliendo a la luz?

—A cualquiera se lo sacas.

—Eso estaría mal, somos familia.

—Pero sería rico.

Frunzo los labios en una mueca.

—Deja de antojar.

Reímos, ella se retira y me volteo para tomar mi falda y ponérmela, esta cuenta con una cintura alta que me encanta y la parte de abajo me llega hasta un poco más de la mitad de los muslos, recibiré miradas por ello, pero a la mierda, no evitaré sentirme cómoda por culpa de unos idiotas. Puedo usar lo que me venga en gana, que ellos se eduquen.

Al maquillarme tardo un poco con el delineado, pero por suerte logro hacerlo bien. Ayudo a Gigi con la salsa que quiere probar, cuando recuerdo el pequeño detalle que aún le estoy guardando. Terminamos de prepararlo todo y nos sentamos en la isla junto a nuestros platos.

—Gigi —digo junto a una sonrisa.

Alza sus ojos y los entrecierra, suspicaz.

—¿Qué pedirás, loca?

—En realidad es un aviso. —Frunce el ceño—. Invité a alguien.

Todo rastro de confusión deja su rostro y es sustituido por una sonrisa.

—Oh, por Dios. ¿Coraline Clarkson tiene una cita?

Frunzo el ceño.

—Creo que no entendiste. —Borra un poco de su sonrisa—. Lo invité hoy. —Otro poco más de la sonrisa desaparece—. A la exposición.

—¿Con noso...?

—Nosotras.

—¡No! —Giro los ojos y como un poco de mi plato—. Coraline, mírame. —Lo hago de mala gana—. Siempre vamos juntas, como hermanitas, ¿y ahora iré de atajavelas?

—No es así.

—¡Sí lo es!

—Es un amigo.

Deja a un lado su tenedor y vuelve a entrecerrar los ojos.

—¿Amigo?

—Sí... —Desvío la mirada para luego volverla a posar en mi comida y jugar con la misma—. O algo así.

—¿Algo así?

—Ujum.

—Define ''algo así''.

Vuelvo a jugar con los espaguetis, logro enrollar algunos de estos por el tenedor y realizo una mueca para simular que lo pienso, ella espera, paciente.

—Pues... follamos.

No responde y alzo los ojos para encontrarme con su sonrisa ladeada.

—¿Y es bueno?

—¡Gigi!

—¡¿Qué?! —Niego con la cabeza, riendo, y se encoge de hombros—. Quizá le gusten los tríos.

—Quizá, se lo preguntaré.

Volvemos a reír, un momento después se detiene abruptamente y borro mi sonrisa.

—Pero sabes que bromeo, lo menos que quiero es verte sufrir. —Hace una mueca—. Más de lo que lo haces.

Tomo aire y lo suelto con lentitud, bajando la mirada.

Al quedarme a dormir con Sam pude buscar el botiquín y curar sus heridas, esto junto a sus leves sollozos, tuve que abrazarlo con mucho cuidado para no herirlo y, en la oscuridad de su habitación, me permití llorar de nuevo. Gigi es la única persona fuera de casa que conoce toda mi historia, necesitaba desahogarme, la pequeña de doce años necesitaba hacerlo, y aunque fue algo fuerte y difícil de decir, lo comprendió a tan corta edad, a sus catorce años hizo el esfuerzo por comprender y saber qué decir, desde ahí está conmigo en todo, y ya unos años después ha tratado de convencerme con ir a la policía, pero al ver que no cedería decidió dejar el tema. Porque es sencillo decir lo que se puede hacer para salir del agujero, realizarlo es lo complicado.

Me ofrezco para lavar los cubiertos mientras ella se arregla, y es así como, unos minutos después, nos dirigimos hacia la galería, esta es la más prestigiosa de la ciudad. La petición que hizo la universidad fue muy especial y únicamente para nosotros los alumnos, claro que no hubo tanto problema al esta ayudar en ciertos fondos a la galería.

Gigi compra unas palomitas que son vendidas en el exterior antes de que ingresemos y nos mesclemos entre los demás jóvenes. La exposición es dada por alumnos de otra carrera, en mi caso tuve una invitación especial junto a mis compañeros, y por nada del mundo me la perdería.

Alzo el rostro para intentar dar con Kurt, Gigi no lo intenta al decir que si lo hace podría echar su alimento y que eso es más importante.

Me alejo un poco y sigo buscando.

—¿A quién buscas, Cora? —susurra alguien detrás de mí, en mi oreja.

Sonrío y giro sobre mis pies.

—A un impuntual de mierda.

—Auch. —Se lleva una mano al pecho—. No trates así a tu proveedor de gatitos.

Volteo los ojos y me acerco para abrazarlo.

—Hablando de eso —inicio, una vez que me separo—, ¿cuándo podré ir por él... o ella?

—Es ''él'', y aquí lo tengo.

Abro mucho los ojos.

—Espera, ¿qué?

Es ahí cuando noto que cuenta con una mochila en su espalda, él lo observa sobre su hombro y lo rodeo para ver en su interior. Una parte del cierre se encuentra abierto para que entre aire y así no asfixiar al gatito en su interior, ya no es un bebé, pero sigue algo pequeño, su pelaje es de un negro brillante y sus ojos pequeños de un color azul muy hermoso me observan mientras suelta tiernos maullidos.

No pude negarme a la oferta de Kurt, siempre he querido un animalito que me haga compañía en el departamento, y qué mejor que este.

—¡UN GATITO! —exclamo con emoción como si nadie supiera qué animal es. Observo a Kurt y él se encuentra sonriendo con arrogancia al oír mi entusiasmo. Me aclaro la garganta—. Un gatito —digo con voz neutra.

—Estás que explotas de felicidad, lo sé.

Sonrío un poco y tomo al pequeño, lo coloco contra mi pecho para acariciarlo y vuelvo mis ojos a Kurt, su camiseta blanca junto a sus vaqueros azules son todo lo contrario a mí, y eso, de alguna forma, me agrada.

—Y lo anterior fue con cariño.

—Y adoro tu forma de darla.

Nos sonreímos por unos segundos hasta que Gigi aparece detrás de él, ella realiza gestos de asombro hacia su cabello para luego hacer lo mismo con todo lo demás de él, como diciendo que sí está bueno.

—Olvidé decirte. —Coloco una mano sobre su hombro para girarlo y frunce el ceño—. Ella es Gigi. Gigi, él es Kurt —los presento y vuelvo a observar a Kurt—. Es mi prima, solemos venir juntas aquí o a cualquier evento que tenga algo de arte, pero-

—Hoy eres un intruso —dice ella y para su sorpresa él ríe.

—El gusto es todo mío, Gigi. —Le pasa una mano y mi prima lo examina junto a una ceja enarcada.

—Pero puede que tengas puntos extras por ser agradable. —Le corresponde el saludo.

—Lo soy.

—Eso lo comprobaré yo.

—Y estás en todo tu derecho.

Los ojos de Gigi se desvían y dan con el felino entre mis brazos, sus cejas se alzan y abre la boca con sorpresa.

—¡¿Y esta cosita?! —inquiere con voz chillona y se acerca para acariciar su pequeña cabecita.

—Lo trajo él. —Me observa y vuelve a enarcar una ceja.

—¿Para ti?

Asiento. Gigi aprieta los labios y lleva sus ojos de él a mí hasta dejarla por completa en mí.

—No me la pone fácil.

Gigi dice que irá por más palomitas al acabarse las que tenía antes de que empiece la exposición, le pido que también me compre unas. Los alumnos se colocan en sus respectivos lugares y observo la variedad de los cuadros que serán presentados. Kurt señala hacia los alumnos posicionados con sus trabajos.

—¿No tienes que ir?

Me muerdo el labio inferior para no reír.

—¿Te dije que era mi exposición?

Arruga las cejas.

—Eso diste a entender.

—Pues no. —Arruga mucho más las cejas—. Es de esos chicos, yo solo vengo de espectadora.

Inclina el rostro hacia un lado para observarme mejor, provocando que algunos mechones rubios caigan sobre su frente.

—¿Y qué es lo que estudias?

—Quise algo más profundo hacia el arte y demás, pero me toca seguir diseño gráfico. —Asiente, comprendiendo.

—¿Y por qué me invitaste?

Me encojo de hombros.

—Compañía.

Observa con desconcierto hacia la castaña.

—Pero si está Gigi.

Llevo mi atención a algunos cuadros junto a una pequeña sonrisa.

—Ajá.

¿Es verdad que los hombres son algo lentos? Porque creo que no comprende la indirecta.

La exposición da inicio, cada autor da a entender sus obras para luego, al culminar, cada uno podamos pasar a verlos más de cerca. En cada puesto hay un cuadro que me cautiva mucho más, admiro la forma en la que saben cómo plasmar sus sentimientos en el lienzo. Me detengo en uno de ellos, este es algo más grande, de varios colores vivos, pero estos se pierden entre los oscuros y grisáceos que parecen tener más fuerza en lo que el autor quiere hacer entender, se nota que se trata de un atardecer, pero creo que los colores fríos y oscuros hacen ver la soledad, en medio de todo se encuentran dos figuras: un chico abrazando a otro, este último cuenta con los mismos rasgos que el primero, algo más pálido, y posee partes que van desvaneciéndose, y me siento conectada con él. Es como intentar obtener algo para ti, algo que se encuentra en tu interior, pero cada vez que lo intentas... se escabulle entre tus propias manos.

Gigi habla con el autor de un cuadro que se encuentra a unos pasos. Kurt se encuentra a mi lado, analizando el mismo cuadro con sus manos en el interior de los bolsillos delanteros de su pantalón.

Lo siento inclinarse un poco hasta mi oreja.

—¿No tienes miedo a que se filtre?

Formo una pequeña sonrisa. Sé que habla de la foto que le mandé. Giro el rostro hasta que queda frente al suyo, a unos centímetros.

—No, porque está buenísimo.

Se relame los labios y bajo mis ojos hasta ellos.

—¿Y mi pase VIP?

Lo observo.

—Estoy en ello.

Sonríe de lado y volvemos nuestra atención al cuadro. Acaricio con cariño el pelaje del gatito, Kurt gira su rostro y lo observa.

—¿Cómo lo llamarás?

Frunzo los labios en una mueca pensativa y me inclino un poco para ver los ojitos del felino.

—Gato.

—Perro es mejor.

Río y me sonríe con burla.

—Es en serio.

—Oh. —Lleva sus ojos a él y vuelve a mí—. ¿Por qué?

Me encojo de hombros.

—Debo hacer honor a mi personaje.

Vuelve a sonreír, conforme con mi decisión, y pasamos a otro cuadro.

No dejo de acariciar al ahora llamado ''Gato'' y pienso en lo dicho. Claro que la Coraline de la película no cuenta con traumas tan graves como los míos, ni ansiedad, ni ataques de pánico por las noches, ni marcas de golpes. Ella anhelaba volver a casa con sus padres, yo tengo miedo cada vez que lo hago.

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Holiiis, weyeeees<3

Espero les haya gustado el cap. Coraline ya tiene a su gatitooo, y ya veremos lo que sigue en el cap que será la segunda parte de este día pero narrada por Kurt jijiii

Capítulo dedicado a mafermaestre porque lo pidió y pos se lo merece por ser tan buena lectora, te aduruuu UwU

Y una dudita, me han comentado sobre una idea de hacer un grupo, quedamos en que lo mejor es que sea en telegram para mayor seguridad, así que comenten aquí si apoyarían la idea y entrarían en el grupo, y también los invito a seguirme en ig por si la idea se da y la información la estaría dando por ahí👉👈

Cuídense, tomen awua y órenle a la diosa Gigi🛐🛐

¡Los amote MUCHOTE!

¡Muak!

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