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01

La primera vez que Lisa y Jennie se acostaron fue cuando la castaña llegó a la casa de Lisa llorando porque su novio la dejó plantada en su aniversario de 10 meses, cosa que a Lisa no le pareció raro, no era la primera vez que ese imbécil le hacía eso a su amiga, pero Jennie se veía tan contenta con él que simplemente no tenía el valor para de decirle algo.

— Jennie, sabes que no es la primera vez que hace eso, ¿no crees que ya es suficiente? — acarició su cabello, escuchando como la otra soltaba un suspiro ahogado por los sollozos que soltaba.

— L-lo sé, pero tal vez se ocupó

— Sí tú lo dices, Jen — murmuró entre dientes

Decir que no le agradaba para nada que su amiga pasara por eso no era necesario, Jennie lo sabía, y en momentos se sentía culpable por eso, pero Lisa siempre le recordaba que no era su culpa, sino del imbécil de su novio, y Jennie lo aceptaba porque no era tonta, y sabía que su novio era un idiota.

Lisa se acomodó en el sofá de su sala y soltó.

— Hasta te ves linda llorando, mm? — dijo Lisa apartando un poco el pelo de los ojos de Lisa, cuando está salió de su cuello.

Jennie dejó escapar una sonrisa sorbiendo su nariz, y soltando un suspiro. Ya no quería llorar.

Levantando la mirada observó cómo Lisa miraba sus labios.

— ¿Tengo algo?

— No, solo están rojos, deberías dejar de morderlos cuando lloras y morder los míos — contestó guiñándole un ojo, bromeando.

Jennie comúnmente se hubiera reído y golpeado su hombro, pero esta vez, unas ganas incontrolables de besar a su amiga se hicieron presentes. Casi nunca se había puesto a detallar los labios de Lisa, no eran grandes pero tampoco pequeños, tal vez del tamaño perfecto, tal vez si los probara...

— Lisa...

— ¿Si? — pasó su vista del celular a ella.

— Bésame — lo dijo tan suave que Lisa pensaba que le estaba rogando por un momento.

Soltando una sonrisa traviesa se acercó a la menor y le dijo:

— Estás tratando de olvidar lo que hizo tu novio conmigo, Jen? — vió como el rostro de Jennie se volvía rojo y apartaba la mirada.

— ¡C-Claro que no! Solo... Agh, olvídalo.

— ¿Solo qué? ¿Quieres besarme? — se acercó un poco más.

Jennie no contestó.

— Mm, entiendo, si quieres hacerlo ven y házlo tú — jugó.

— ¿T-Tú no quieres hacerlo? hace rato mirabas mis labios como si quisieras h-hacerlo.

— Averígualo, Jennie... — Soltó un suspiro un suspiro que hizo que el centro de Jennie palpitara.

Jennie entreabrio sus labios acercándose a los pocos centímetros que las separaban, mirando más de cerca los labios de su amiga, su deseo de besarla creció cada vez más. Sentía la respiración de Lisa en su boca, haciendo que sus labios se abrieran más, y justo en el momento que Lisa lamió sus propios labios, lo hizo.

Se lanzó a besarla, atrapando los belfos de Lisa entre los suyos, moviéndose y la pelinegra siguiendo su ritmo lento, varios segundos, tal vez minutos estuvieron así. Hasta que Lisa lamió su labio, pidiendo que la dejara entrar, este simple roce hizo que el centro de Jennie palpitara, y podría jurar que sintió como empezaba a mojarse.

Dándole entrada, la lengua de Lisa buscó la suya, y cuando se encontraron Jennie soltó un quejido que hizo que Lisa sonriera en sus labios. La lengua de Lisa exploraba su boca y chupaba su lengua, y lo único que Jennie sentía que podía hacer era intentar seguir el ritmo mientras, inconscientemente, apretaba la camisa de Lisa trayendola más cerca de ella.

Lisa se separó, dejando una línea de saliva entre las dos, sonriendo al ver a su amiga con los ojos cerrados aún, sus mejillas coloradas y su cabello algo revuelto. Al abrir los ojos Jennie puso sus manos en el rostro de Lisa, atrayéndola para que siguieran en su pequeño juego. La pelinegra la frenó, y sentándose derecha, palmeo su regazo.

— Ven aquí, cielo. — Jennie obedeció e inmediatamente se subió arriba de ella, dejando sus piernas a cada lado.

Volvieron a juntar sus labios y Jennie pudo sentir como las manos de Lisa iban hacia su cintura y de ella hacia sus piernas, acariciandolas libremente por la falda que traía esta. Las dos soltaban pequeños suspiros y jadeos, deseando mucho más.

Lisa posó sus manos más abajo de la nalga de Jennie y apretó, escuchando como Jennie soltaba un pequeño gemido que trató de ocultar en sus labios, mordió sus labios y se separó de ella, viajando hacia su cuello, dejando besos húmedos mientras seguía pasando sus manos de aquí para acá en el cuerpo de Jennie.

La castaña alzó su cabeza para darle más acceso a Lisa en su cuello. Soltaba suspiros y sentía como sus bragas eran un completo desastre ahora mismo, suplicando que Lisa no sé diera cuenta de eso. Fue cuando sintió una mordedura en su cuello que no pudo ahogar el gemido que salió de sus labios, dios debía parar con eso ahora

— Mmh, Lisa... — La nombrada seguía haciendo de las suyas ahora en sus clavículas. — Oh, mierda Lis, bas... ah! — Justo en ese momento Lisa la atrajó hacia su pecho con fuerza causando que la intimidad de Jennie hiciera una deliciosa fricción con el muslo de Lisa, tal vez Jennie no quería parar con eso.

— Oh, Jennie... — Lisa bajó la mirada al sentir una húmedad en su muslo viendo cómo justo la parte en la que Jennie estaba sentada, se encontraba completamente mojada. — Creo que tenemos un problema aquí abajo, mm?

— D-dios, cállate, te trate de decir que p-pararas — Jennie quitó su mirada de la de Lisa y trató de bajar la cabeza.

— ¿Quieres que te ayude con eso? — susurró en sus labios mientras sus manos subían hacia las nalgas de la castaña, quién estaba literalmente temblando por las ganas que tenía justo ahora.

— S-si, por favor Lisa, por favor — soltó en un hilo de voz.

Lisa sonrió traviesamente y con sus dos manos dió una palmada en las nalgas de Jennie, haciendo que esta insultara en un gemido. La besó de nuevo, y está vez fue hacia el suéter de cuello largo que Jennie tenía y se lo sacó dejándola en sostén. Lamió sus propios labios mientras miraba los pechos de Jennie dentro del sostén, lanzando el suéter por cualquier parte se acercó hacia las clavículas, besó y lamió bajando cada vez más.

Jennie en su regazo puso sus manos en el cabello de su amiga y lo apretó mientras está la besaba por todas partes, tratando de no empezar un vaivén en el muslo de la mayor, aunque ganas no le faltaban.

— L-Lisa mmh — suplicó.

— Muévete, así... — empezó a moverla desde su cintura, contra su muslo,
Jennie siguiéndola soltando jadeos cada vez más fuertes.

— Oh, dios mio, Lisa — lanzó su cabeza hacia atrás, soltando un alto gemido cuando su clítoris se estremeció por la fricción, dándole una oleada de placer.

Lisa no pudo soportar más y parándose con Jennie en sus brazos, se dirigió hacia su habitación, sintiendo los labios de Jennie en su cuello, mordiendo y lamiendo.

Llegando, dejó a Jennie en la cama y se subió encima de ella, sacando su camisa, el calor ya sofocandola, también sacó el sostén de la castaña y lo tiró a un lado de la cama. Los pezones de Jennie estaban duros por la excitación y lo primero que Lisa hizo fue empezar a lamer uno, mientras que con sus dedos acariciaba el otro, tirando de él.

Jennie se movía impaciente sintiendo su humedad, gimiendo al sentir la lengua caliente de Lisa en su pecho derecho, para luego pasar al izquierdo, era demasiado para ella, tanto que sentía que se venía solo con eso.

— Lisa, por favor, tócame.

— Mm? Tocarte? Dónde? Aquí? — puso su mano en la pierna de Jennie.

— N-no más arriba — la miró con ojos suplicantes

— Más arriba? Aquí? — está vez tocó su abdomen, Jennie soltó un gruñido.

— Maldita sea, dejá de jugar conmigo — dijo casi sollozando.

— Oh, solo dilo Jen — soltó poniendo sus dedos justo en el clítoris de Jennie, sintiendo lo húmeda que estaba — ¿Aquí?

Jennie arqueó su espalda  en cuánto sintió el peso de los dedos encima de su sensible clítoris.

— J-joder sí.

— Estás tan mojada, Jen...

— Tócame más, por favor — la miró a los ojos, notando como los orbes de Lisa también estaban más obscuros por el deseo y lujuria del momento.

Lisa no perdió el tiempo y quitó la falda rápidamente, lo siguiente fueron las bragas dejando a la menor completamente desnuda. Jennie abrió las piernas y la pelinegra vió como su intimidad estaba chorreando y brillante por esto. Lamió sus labios y acercó su mano tan lento hacia esa parte que Jennie sentía que iba a llorar en cualquier momento, quería que la tocará ahora.

Cuando por fin sus dedos tocaron su clítoris, Jennie sintió una clase de corriente eléctrica que hizo que arquera su espalda soltando un pequeño gemido. Lisa empezó a mover sus dedos lentamente, viendo como la menor soltaba gemidos casi audibles. Lisa aumentó la velocidad esperando escuchar los gemidos de Jennie más fuerte, y justo así fue, Jennie empezó a gritar fuertemente mientras movía su cadera junto a los dedos de Lisa, pero quería mucho más.

— L-Lisa más — habló entrecortada mientras sus gemidos seguían saliendo de su garganta.

La mayor sonrió traviesamente, y tanteando el centro de su amiga para ver si estaba lo suficientemente lubricada, metió un dedo cuando lo verificó, escuchando complacida cómo Jennie soltaba un gemido con su nombre. Movió su dedo de adentro hacia afuera, arqueandolo hacia arriba cada que lo metía.

— ¡M-mierda, Lisa!  ¡Más fuerte! — Jennie tiró su cabeza hacia atrás, mordiendo sus labios para no soltar más gemidos.

— Así que te gusta fuerte... No sabía eso Jen — molestó, deleitandose con las mejillas ruborizadas de la chica.

Al ver cómo su amiga intentaba cubrir sus gemidos, Lisa metió un segundo dedo, haciendo que Jennie soltara un fuerte "Ugh" cerrando sus ojos fuertemente. Lisa veía como venas aparecían en el cuello de Jennie por los gemidos que lanzaba, cómo su fleco se pegaba a su frente por el sudor que tenía y cómo sus labios y mejillas estaban rojos por el calor que sentía y las múltiples mordidas que le había dado a sus labios.

Sus dedos se movían cada vez más rápido y fuerte dentro de la castaña, y estaba empezando a sentir como su centro se apretaba alrededor de sus dedos, estaba apunto de venirse.

— ¡Oh, Lisa! Mmh sí, así — Jennie cada vez arrastraba más palabras — Lisa, voy a... ¡Oh maldición! ...Lisa voy a venir... ¡Oh joder! — no pudo terminar de avisar antes de soltar un gran gemido arqueando su espalda, apretando las sábanas debajo de ella con fuerza al igual que sus ojos, manteniendo la boca abierta por donde salía una lluvia de gemidos que no se entendían.

Lisa nunca dejó de mover sus dedos hasta que Jennie se dejó caer en la cama, exhausta, respirando rápidamente tratando de recuperar el aire. Sacó sus dedos con cuidado, prácticamente empapados y le sonrió al par de ojos que la miraban cansados.

— Creo que es el mejor regalo que te han dado en un aniversario — dijo Lisa bromeando.

Jennie rodó los ojos, y se rió.

— Claro... — susurró, recibiendo gustosa el beso que su amiga le daba.

— ¿Y ahora? — preguntó cuando Lisa se separó.

— Ahora, vamos a dormir, quédate hoy — le sonrió cálidamente.

🖇️

— ¿Lisa me estás escuchando? — La pelinegra pudo oír una voz molesta y un golpe en su hombro, ¿Cuánto llevaba recordando eso?

— Oh, sí, Jisoo ¿Qué pasa? — suspiró mientras pasaba la mano por su cabeza, cansada.

— Que si viste lo que subió Jennie con el estúpido de su novio.

El cansando de Lisa pareció esfumarse en cuanto escuchó "Jennie" y "Novio" en una misma oración.

— Mm, no, ¿Qué subió? — curioseo.

Jisoo le pasó el móvil, y en el pudo ver una foto de Lisa y el idiota ese, los dos sintiendo, mientras él tenía su mano en la cintura de Jennie y ella su mano en el pecho de él. Hoy cumplían 11 meses. Así es, había pasado exactamente un mes de lo sucedido con Jennie y no es que Lisa estuviera triste o celosa –tal vez celosa sí– ya que desde ese día, ella y Jennie han tenido encuentros sexuales no tan pequeños. Sonrió con diversión y le regresó el móvil a Jisoo.

— Bueno, hacen linda pareja — "No, Jennie es mía, si supieras cuántas veces la he hecho gritar mi nombre" pensó para ella misma.

— A mí no me parece, pienso que Jen se
merece algo mejor, además no es tan lindo — respondió Jisoo haciendo una mueca de disgusto.

Lisa se rió dándole la razón a su amiga, después de todo no era mentira lo que decía, y esperaba que Jennie terminara con el feo pronto.

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