Prólogo
En estos momentos, me encontraba en la casa de Adrien junto con Marinette. La profesora de literatura nos había mandado a hacer un cuento baste largo con un máximo de 5 ilustraciones. Para mí fortuna, me había tocado en ese momento lo más fácil y eso eran las ilustraciones.
Primero, todos habíamos hablado un poco de lo que sería el cuento, así que rápidamente mi mente fue creado los cinco dibujos que requeríamos en el trabajo y no me tardé prácticamente nada. Compadecí un poco a mis compañeros que se estaban rompiendo el coco creando los diálogos y esforzándose porque la historia cumpliera los requisitos que pidió la profesora.
Sinceramente, quería irme a casa, ya había terminado mi parte y no tenía nada que hacer ahí. Sin embargo, no pude hacerlo. Verlos trabajar tan duro me impulsó a acompañarlos hasta que terminaran el trabajo. Además, ambos demostraron que mi opinión les importaba, cosa que estoy seguro que no habría ocurrido si hubiera estado en otro equipo cuyos integrantes no fueran Rose, Alix o Juleka, quienes eran las únicas personas en el salón que me tomaban en cuenta.
Por otro lado, me sentía tranquilo con ellos, pero a la vez, también estaba un poco incómodo. A Marinette le costaba trabajo controlarse y concentrarse, se notaba demasiado que estaba muy emocionada de trabajar con Adrien; quizás si no fuera por se factor, habrían terminado más rápido, pero eso no borra el hecho de que se está dando mucho de sí.
Sé que Adrien es el chico que trae a Marinette en las nubes y no me molesta. De hecho, no le tengo rencor al rubio, creo que es una buena persona y no sería justo odiarlo sólo por una tontería como esa. Agreste no tiene la culpa de haber enamorado a la pelinegra.
Estoy consiente que Marinette jamás podría fijarse en un chico como yo. Y, aunque muchos en mi lugar estarían decaídos porque la persona que le gusta no les hace mucho caso, a mí no me afecta realmente. No es que no me importe, más bien, soy alguien realista por muy lejano que eso parezca siendo un artista.
A los pocos minutos, bajé la mirada avergonzado y solté un pequeño suspiro sintiéndome patético. Sin haberme dado cuenta, había dibujado a Marinette. Eso se había convertido en una mala costumbre.
Aveces me canso de pensar en ella, pero es tan linda que no puedo evitarlo. Aún así, por otro lado, sigo repitiéndome a mí mismo la realidad. Ya lo sabes Kurtzberg, por mucho que lo intentes, no lograrás conquistarla.
No tienes posibilidad de competir con Adrien.
Mirando al rubio distraídamente, comencé a numerar sus cualidades físicas en mi cabeza.
En primer lugar, tiene cuerpo de modelo, estoy casi seguro que su abdomen está marcado, además sus brazos lucen muy fuertes.
¿Y qué es lo que yo tengo? Un cuerpo pequeño y bastante delgado.
En segundo lugar, su pelo es similar al de un príncipe encantador. Brilla, es muy sedoso y además, su peinado luce genial. En cambio, mi pelo es un desastre, una melena roja que no siempre quiere quedarse quieta, casi parezco Simba.
Como tercer punto, puedo mencionar a sus ojos verdes. No son como la mayoría, de hecho, los suyos se asemejan mucho a una esmeralda.
Después de unos minutos divagando, mis ojos se cruzaron con los de Adrien, parecía curioso, quizás le había incomodado que lo estuviese mirando por mucho tiempo, quería decir algo pero no lo hice, Adrien me acababa de dirigir una sonrisa que no supe descifrar. No era amigable, tampoco mostraba burla u otra cosa... Sin embargo, el gesto me pareció bastante atractivo.
Sentí mis mejillas sonrojarse y bajé la mirada bastante avergonzado. Todas las piezas se juntaron en mi cabeza e hicieron 'clic'.
<< ¡Oh, no! Él es muy caliente>>
¡¿Cómo no me había dado cuenta?! ¿Acaso estoy ciego?
Con cada pensamiento nuevo, el rubor que cubría mi cara fue aumentando, además mi cuerpo había comenzado a sentir cosquillas en todas partes. Sin saber qué hacer, simplemente me levanté abruptamente, pero me resbalé con mi mochila de una manera bastante ridícula.
Rápidamente Marinette y Adrien se levantaron para ayudarme, quería negarme a aceptar su ayuda, pero al final no pude.
"Nath, ¿qué pasó, estás bien?" Cuestionó la pelinegra mirándome preocupada.
"Uh... S-sí, yo hum, lo estoy" Respondí rápidamente, soltándome del agarre de ambos " Solo me mareé un poco".
"Se ve muy rojo, ¿no tendrá fiebre?" Cuestionó Adrien mirando a la pelinegra quien comenzó a balbucear.
"Puede que sí... E-estar cerca de ti provoca fiebre... Digo ¡No! Tal vez tu cuarto está algo caliente y se le haya subido la fiebre... No digo que tu cuarto esté mal, solo deberíamos abrir alguna ventana... C-claro que no quiero decirte que hacer porque es tu casa y tú eres un modelo importante, pero eso no tiene nada que ver... No, tampoco quiero decir eso, es decir, N-Nathaniel sí tiene fiebre" Marinette se calló y bajó la mirada avergonzada.
Adrien la miró riendo, parecía que le había hecho gracia. De nuevo, sentí los colores subir a mi cara, cuando el recuerdo de mi viejo pensamiento sobre el modelo regresó a mí.
"Uh, ya veo. Creo que tienes razón Mari, deberíamos buscar un termómetro o ir por medicina" Habló el rubio pensativo.
Antes de que hicieran cualquier cosa me negué "No es necesario Adrien, uhh... Sería suficiente si me permites, hum... pasar a tu baño".
"De acuerdo" Asintió el rubio " Puedes usar mi baño, esa puerta blanca del fondo te llevará hasta él" explicó amablemente.
Una vez que me indicó dónde está el baño, intente ir lo más rápido posible, pero de nuevo no me había fijado dónde pisaba y me volví a tropezar. Antes de que pudieran ayudarme de nuevo, me levanté y corrí al baño.
Al entrar, lo primero que hice fue abrir el grifo y mojarme la cara intentando borrar esos pensamientos.
Me encontraba bastante nervioso y extrañado. Yo jamás había hecho un escándalo por algo tan tonto. Como artista, me gustaba apreciar la belleza en general. Nunca me molestó admitir el atractivo de un chico como a otros hombres sensibles e inseguros que piensan que al hacerlo, su heterosexualidad se irá de viaje. De hecho, para mí es una idiotez el no reconocer las cualidades de las personas. Admitir que alguien del otro sexo es una persona guapa no te cambia de sexualidad.
Por ejemplo, tanto hombres como mujeres aceptan que Brad Pitt es un actor guapo y nadie puede negarlo porque es una verdad.
¿Entonces porqué estoy haciendo tanto alboroto?
Estoy tan desconcertado. Siendo sincero conmigo mismo, Adrien se me hizo atractivo de la misma manera en la que me atraería Marinette o alguna otra chica linda.
Su masculinidad es impactante y captó mi atención. En estos momentos me siento tan estúpido, como una maldita leona hembra que quiere atrapar al león macho.
<<Nathaniel... Sólo estás diciendo tonterías.>>
Todavía más frustrado, abrí el grifo nuevamente y salí del baño una vez que me sentí más tranquilo.
Al salir del baño vi a Agreste sentado en el sofá con los brazos atrás de su cabeza y Marinette no estaba.
"Nath, qué bueno que ya saliste. Me estaba comenzando a preocupar " dijo el rubio una vez que me vio.
"Estoy bien Adrien, gracias" respondí mirando a otro lado " Creo que fue como dijo Marinette, aveces el calor me afecta un poco"
"Oh, ya veo. Disculpa por no haber prendido el aire acondicionado, a mi padre no le gusta que lo use cuando él no está, es un poco exagerado" explicó un poco apenado.
"No hay problema" dije mostrando un poco de compresión "Y... ¿Dónde está Mari?" pregunté intentando evadir la atención que estaba recibiendo del rubio.
"Le pedí que fuera con Nathalie para traerte un poco de jugo y unas pastillas."
"No es necesario" negué rápidamente "Creo que sólo iré a mi casa y descansaré un poco. Además, no estaría bien que tomara una pastilla si no sé bien que originó eso... Mi tía es doctora, así que podría hacerle una visita más tarde."
"Tienes razón" concordó el rubio con otra sonrisa, esta denotaba alivio.
"B-bueno... Creo que ya me iré, me despides de Mari" dije listo para irme.
"Déjame acompañarte a casa Kurtzberg, no creo que sea buena idea que vayas solo con esos mareos."
"No voy muy lejos Agreste, puedo irme solo" rechacé su oferta al instante "Te sorprendería saber lo cerca que vivimos."
" ¡¿Vives por aquí?!" preguntó sin poder ocultar su sorpresa.
Yo sólo asentí riéndome de su cara. Aunque no lo parezca, yo también pertenezco a una familia con una excelente posición económica, pero al ser humildes, jamás hemos presumido lo que tenemos ni el lugar social en el que nos encontramos, ya que para nosotros eso es lo menos significativo en nuestra vida, lo que realmente nos importa son las preciosas cualidades que podemos desarrollar los seres humanos para ser mejores.
"Somos vecinos" admití con una sonrisa. Aunque eso tampoco significaba que le iba a decir que mi casa se encontraba a cinco casas de la suya "Y ya que vivo un poco cerca, no es necesario que me acompañes... Prefiero que continúes con el trabajo; además, sería muy grosero de tu parte si dejas a Marinette sola".
Después de habérselo pensado, acepto mi petición y simplemente me acompañó hasta la salida.
"Nos vemos mañana en la escuela" dije a modo de despedida.
"Claro" respondió el rubio de igual manera.
Iba a irme pero como muchas veces el día de hoy el rubio no me lo permitió.
"Disculpa por ser tan molesto, no sé mucho de cómo hacer amigos" habló un poco apenado "Aún así, me gustaría decirte que disfruté mucho el trabajar contigo, hiciste un excelente trabajo con tu parte del proyecto y lo agradezco."
Y allí estaba otra vez, su atractivo salió nuevamente a la luz poniéndome los pelos en punta. Después de darle las gracias con palabras que parecían más balbuceos, salí rápidamente de la mansión de Adrien. Al llegar a casa, me recosté en mi cama y abracé una almohada intentando conciliar el sueño, este tema que estaba torturando mi mente no lo iba a tratar hoy. Ya habría tiempo de analizar el atractivo del rubio.
__________________________________
¡Nueva historia AdriNath! Espero que les haya gustado el trama.
Si quieren que continúe con la historia, háganmelo saber con comentarios, por favor.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro