Los finos dedos de Jennie se pasearon lentamente por las mejillas de Lisa con un leve tono rosa, despegando varios hilos de cabello que se que quedaron por el sudor que creó el cuerpo de la pelinegra, viendo lo linda que se notaba la silueta de Lisa por la tenue luz de la lámpara al lado de las dos.

Mientras los ojos miel y cansados de Lisa miraban el rostro de Jennie, sus orbes se movían admirando todo a su paso, desde los bonitos y redondos ojos, su linda y redonda nariz, hasta sus labios carnudos y deliciosos, al final, mirando sus mechones desordenado que la hizo soltar una pequeña risa.

— ¿Qué es tan gracioso? — susurró con una pequeña sonrisa.

Lisa negó con su cabeza.

— Nada, solo tus mechones están algo desordenados — respondió acercándose más y con sus manos tirando el pedazo de cabello hacia arriba dejando la frente de Jennie con varios hilos de cabello.

Jennie soltó una sonrisa tonta y abrazó a Lisa de la cintura atrayendola más a ella como si fuera posible, sintiendo los pechos ajenos contra los suyos y calor corporal de Lisa en su cuerpo y
no pudo evitar ampliar aún más la sonrisa en sus labios. Lisa viendo la linda sonrisa que tenía su amiga le dió un pequeño besito y después otro y otro, hasta que terminaron quedándose dormidas entre besos, sonrisas y mimos, las brazos de Jennie rodeando la cintura ajena y su mentón en la cabeza de Lisa, quien tenía su cara escondida en el cuello de la menor aspirando su aroma mientras la abrazaba por la cintura, una imagen realmente linda si me preguntan.

—

Lisa se removió, aprentando sus ojos y abriéndolos despacio al notar que su cuerpo no se movía con mucha libertad que digamos, parpadeo varias veces tratando de acostumbrarse a la luz que entraba por la ventana al no haber cerrado la cortina ayer. Soltando un gruñido se movió aún más tratando de librarse de los brazos de Jennie, al final saliendo de ellos cuando la pelinegra volteó su cuerpo al lado contrario.

Lisa lamió sus labios al sentir su espalda llena de rasguños, marcas de uñas y una pequeña mordedura en su hombro casi al lado de su clavícula por lo que podía ver, apartó sus ojos de ahí en cuanto escuchó una vibración en la mesita de noche a su derecha, sus ojos se posaron en un móvil, y al darse cuenta que no era el suyo dedujo que era el de su amiga. Se sentó en su cama y se inclinó para tomar el aparato, suspiró y se preguntó si lo que estaba apunto de hacer era buena idea, el móvil volvió a vibrar ahora en su mano y por instinto miró la pantalla antes de darse cuenta de lo que hacía.

En la pantalla pudo ver las notificaciones de varias llamadas pérdidas y bastantes mensajes, al ver el nombre de quién venía solto una pequeña risa molesta y rodo sus ojos. Cuando estaba a punto de dejar el móvil de donde lo tomó, llegó otro mensaje el cual le hizo hervir la sangre a la castaña, fruncio su ceño y acerco más el móvil a su rostro asegurándose de no haber leído mal.

Baekhyun <3

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Maldita zorra, ¿Dónde mierda estás?

Maldito imbécil, Lisa podría arrancarle los malditos testículos ahora mismo, ¿Cómo se atrevía a tratar a su amiga así? No permitiría que nadie la tratara de esa forma incluso su tenía que ir a la carcel por matar a ese idiota. Solto el móvil en la mesa, y se volteó hacia Jennie en cuanto sintió el sonido de las sábanas moviéndose, la encontró estirándose con los ojos cerrados y su nariz arrugada, soltó una sonrisa y sus ojos viajaron hacia los pechos de Jennie que por el movimiento de sus brazos las sabanas se bajaron dejándolos sin nada de tela encima.

— Hey ¿Qué miras ahí? — Lisa subió sus ojos, escuchando la voz mañanera de Jennie, pareciendole la cosa más sexy qué había escuchado.

Jennie la miraba de arriba a abajo con ojos oscuros, Lisa había olvidado que ella también estaba desnuda y no tenía nada para taparla ni siquiera la sábana.

— ¿Tú qué miras ahí? — le llamó la atención dándole un golpe en el hombro haciendo reír a la menor.

— Ven aquí. — Lisa se levantó jalando a la pelinegra de la cintura con su mano atrayéndola hasta ella, abrazándola justo como en la noche.

Lisa cerró sus ojos, relajandose en los brazos de su amiga, recibiendo un beso en su cabeza y sonriendo contra el pecho de Jennie como una tonta, hasta que a su mente vino lo que había leído en el celular ajeno, inmediatamente separándose y mirando seriamente a la castaña.

— ¿Qué pasa? — Jennie la miro asustada.

— Tu novio pasa — respondió haciendo una sella de comillas con sus dedos en cuanto pronunció novio.

Lisa sonrió con gracia, relajando su rostro.

— ¿Ahora qué pasa con él? — preguntó mientras repartía caricias en el muslo de Lisa.

— ¡¿Qué pasa con él!? ¡Jen! — La tailandesa se lavanto rápidamente.

Tomó el móvil de la chica y lo tiró en la cama con el ceño fruncido. Jennie tomó el móvil y leyó la conversación de las notificaciones, mordiendo su labio tiempo después, alzó su mirada hacia Lisa suspirando, derrotada.

— No tenías que leer eso... — susurró suavemente.

— ¿Por qué mierda te trata así? ¿Desde cuándo lo hace? — preguntó con voz severa.

Jennie bajo la mirada, cerrando sus ojos y suspirando.

— Hace... No sé, algunos meses supongo... — suspiró tirándose a la cama.

— Dios mío ¿Por qué lo sigues viendo?

— No lo sé, Lisa, no sé cómo terminarle

— ¡Solo hazlo! Solo... — bajó su mirada mordiendo su labio. — Déjalo y ven conmigo... — susurró tan bajo que por poco ni ella misma se escucha.

— ¿Qué dijiste? Sabes que me da miedo cuando susurras así — comentó.

— N-Nada, ya termina con él, no te merece — finalizó.

Caminó hacia el baño y se encerró ahí. ¿De verdad había dicho eso? Su corazón latía fuertemente mientras que en su cabeza solo pasaban preguntas sobre lo que acaba de pasar.