Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

...ᘛ⁐̤ᕐᐷ cuy cuy 07

Como cosa rara, Jimin se despertó a tiempo.

Aún se estaba terminando de vestir cuando una llamada hizo vibrar su teléfono

Todavía le parecía extraño ver el nombre de Taehyung entre sus notificaciones pero no dudo en contestar

— Buenos días, Jimin. ¿Vas a venir a ver quién te viene a visitar? — El tono del mensaje era descaradamente despreocupado, y por un momento Jimin sintió un leve picor de molestia.

— ¡Por Dios, no me digas que traes a Albertano aquí! ¡¿Cómo se te ocurre si tenemos clase?! — respondió impaciente mientras esperaba la respuesta.

— Tú tienes clase, yo te voy a ir a dejar nada más. Tengo libre hasta las diez.

Jimin suspiró con frustración. — ¿Y para qué vienes? Podías verme en la universidad, y ya.

— Teníamos un trato, aquí está tu mochila.

Jimin colgó y fue volando por las escaleras a penas lo escuchó.

Aferrado a la esperanza de recuperar sus cosas, salió de su casa casi a la carrera y encontró a Taehyung esperándolo junto a su auto, sosteniendo al pequeño Albertano en sus manos y en su hombro, su mochila.

— ¡Al fin! — exclamó Jimin, tomando su mochila y abrazándola como si fuera un tesoro

— Buen día a ti también — respondió Taehyung con una sonrisa irónica, abriendo la puerta del auto para Jimin

— Pobrecito, es muy temprano, ¿lo despertaste? Que cruel— murmuró Jimin, echando un vistazo al pequeño animal que miraba curiosamente todo desde su lugar

— Él me despertó a mí, no dejaba de llorar a las tres de la mañana. Pensé que quizá tenía frío, o hambre... — Taehyung se encogió de hombros, casi como si hablara de un bebé humano.

— ¿Y qué tenía? — Jimin levantó una ceja, enarcando una sonrisa medio divertida.

— ¡Nada! — bufó Taehyung. — Solo quería quitarme el sueño — chasqueo la lengua, ya le iban a regresar las ojeras por su culpa

Jimin no pudo evitar una pequeña risa. Se acercó al al cuy, quien parecía sonreírle de vuelta. — Muy bien, Albertano... — murmuró con cariño.

— Te lo traje porque considero saludable que vea diario a su otro papá — Taehyung hizo una pausa, con un tono que pretendía ser solemne pero no dejaba de tener una pizca de burla — No puede saber que vivimos separados todavía. Por eso te estoy hostigando más de lo normal.

— Ay, no — Jimin fingió horror — ¿Más? ¿Eso se puede?

— Albertano no puede saber que sus papás se odian y que solo lo están usando por puntos — bromeó Jimin, pero Taehyung soltó un jadeo indignado.

— ¡Pero no le digas eso! — Taehyung soltó un bufido sacandole el cuy de las manos — Yo no te odio y el niño no tiene que escuchar estas cosas, ya cállate.

— "El niño" — Jimin murmuró en tono burlón, mientras se ponía el cinturón y trataba de abrir su mochila para revisar la tarea que tanto necesitaba.

Sin embargo, antes de que pudiera desabrochar siquiera un bolsillo, Taehyung rápidamente dejó a Albertano de nuevo en sus manos.

— Tómalo, contigo está más tranquilo y yo tengo que manejar — explicó con un tono que sugería que no había otra opción.

— ¡Pero yo iba a hacer mi tarea! — Jimin protestó

— Hazla en clase, te estoy llevando a tiempo — fue la simple respuesta de Taehyung, como si no hubiera nada más que discutir. Su voz era calmada, pero había una ligera rigidez en sus palabras.

Jimin chasqueó la lengua y dejó escapar un suspiro resignado, sin opción más que cuidar a Albertano.

Durante el trayecto, el pequeño cuyo hizo varios ruiditos que provocaron leves sonrisas en Jimin, quien le respondía con murmullos suaves. A cada curva, parecía calmarse más en sus manos.

Por momentos, la atmósfera en el auto adquiría un toque de ternura inesperada. Taehyung observaba de reojo a Jimin, y algo en su pecho se revolvía con una mezcla de deseo y anhelo. 

La sonrisa que Jimin le dedicaba al cuy era la más genuina y cálida que Taehyung había visto en mucho tiempo. No para él, por supuesto, pero aún así, era capaz de derretir su cara seria.

El silencio se instaló entre ambos al llegar al estacionamiento de la universidad. Ninguno sabía exactamente qué decir. 

Taehyung estacionó el auto lo suficientemente cerca para que Jimin pudiera bajar rápidamente, pero no tan cerca como para atraer miradas indiscretas.

Jimin abrió la puerta y estaba a punto de despedirse cuando recordó su mochila.

Justo cuando Taehyung se inclinó hacia el asiento trasero para alcanzarla, sus miradas se encontraron fugazmente.

Había algo vulnerable en los ojos de Taehyung, un brillo que parecía desaparecer a ese arrogante niño que tanto detestaba, en su lugar, estaba Taehyung, este Taehyung.

— Tengo que irme ya. — murmuró Taehyung

— Sí... yo iba a decir lo mismo. — La voz de Jimin sonaba débil mientras bajaba la mirada hacia sus cosas, moviéndose con una lentitud que no encajaba con sus palabras.

Su cuerpo se sentía pesado; no quería irse. El asiento era tan cómodo, y la calefacción lo envolvía como una manta.

Había algo en ese momento que lo hacía querer quedarse, cerrar los ojos y olvidarse de todo por un rato. Pero pedir algo así sería demasiado.

— A las diez dejaré a Albertano en casa — dijo Taehyung de repente, su voz apagada y distante — Ayer armé sus cosas, así que seguro se entretiene con eso hasta la una.

— Déjale la comida que compré ayer, seguro le gusta — respondió Jimin, apenas levantando la mirada.

Taehyung asintió lentamente, dibujando una sonrisa que no alcanzó a ver. — Sí, está bien — murmuró, pero el temblor nervioso en su voz lo traicionaba.

Jimin lo notó. La culpa se apretaba en su pecho como un nudo imposible de desatar, y suspiró. Quería decir algo, pero las palabras le costaban salir.

— Taehyung... — comenzó, con la mirada fija en el cuy que acariciaba entre sus dedos, buscando algo en qué enfocarse. — Sobre lo de ayer, yo... —

Su voz se volvió un susurro — Ayer tal vez no fui muy amable contigo. Y quiero decirte que... no fue mi intención herirte, y siento haber traído cosas del pasado a la mesa, y no quise tratar de...

— Jimin. — La voz de Taehyung se hizo firme y lo interrumpió, llamando su atención.

Cuando Jimin levantó la mirada, lo encontró con una expresión sombría, los ojos oscurecidos por un dolor profundo que no sabía cómo interpretar. — No es tu culpa. No me pidas perdón. — Taehyung exhaló, bajando la mirada un instante antes de enfrentarla de nuevo — Te sientes así porque tienes razón. Yo fui el victimario y tú la víctima. Lo sé bien.

El silencio se instaló entre ellos, sofocante.

Jimin lo miró, confuso y con una creciente incomodidad en el estómago.

Aquello no sonaba a una disculpa, era más bien una resignación, como si Taehyung hubiera aceptado el peso de sus palabras sin oponer resistencia, como si estuviera dispuesto a cargar con esa culpa para siempre. Y esa idea le revolvió el estómago aún más.

Ambos se quedaron así, en un silencio cargado de preguntas sin respuestas.

Jimin lo único que deseaba en ese momento era salir corriendo, pero sus piernas no respondían.

— Vete antes de que llegues tarde — murmuró Taehyung, apartando la vista como si el contacto visual le doliera.

Jimin asintió con torpeza. — Te hablo después — fue lo único que logró articular, y con manos temblorosas, empezó a recoger sus cosas, tratando de ser rápido. Se inclinó y depositó al cuy en el asiento junto a Taehyung y cerró su mochila con prisa.

Salió del auto casi corriendo, y el portazo resonó como un eco.

Taehyung soltó un largo suspiro y miró a Albertano, que lo observaba con sus ojos de tapioca.

— Bueno... ¿opiniones? — preguntó Taehyung en un intento de hacer el ambiente menos pesado.

El pequeño cuy solo hizo un leve "cuy", como si su respuesta fuera tan compleja como la situación.

— Estoy hablando con un cuyo. — Taehyung murmuró con ironía, y apoyó la cabeza en el volante, cerrando los ojos un momento para recuperar la compostura.

Más lejos, Jimin se escondió tras la primera pared que encontró al salir del edificio. 

Apoyó la espalda en la fría superficie y dejó caer la cabeza hacia atrás, cerrando los ojos mientras trataba de ordenar sus pensamientos.

Todo era un desastre. Apenas llevaban dos días cuidando a un cuy, y ya sentía que estaba al borde de un colapso emocional. 

Después de unos minutos, logró serenarse y se adentró al edificio, buscando una mesa vacía donde pudiera concentrarse en su tarea. El salón estaba casi desierto por la hora, y encontró un lugar rápidamente. Sacó sus cosas y se sentó, tratando de ahogar sus pensamientos en los ejercicios.

Pero cuando llegó al final de la hoja, se congeló. La hoja que creía incompleta estaba ahora llena de anotaciones que él no había hecho. Y sobre ella, un post-it amarillo con una caligrafía que conocía bien.

"Albertano me obligó a hacerte la tarea"

Por unos segundos, Jimin no supo si reír, llorar o enfadarse. Esa frase era tan estúpida y al mismo tiempo tan propia de Taehyung que por un instante se sintió desarmado, incapaz de entender qué estaba sucediendo entre ellos.

Suspiró, dejando la hoja sobre la mesa. No era momento de enfrentar esto. No aún. 

Pero tal vez, había más de qué hablar de lo que ambos estaban dispuestos a admitir.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro