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🐱One

La sesión de fotos estaba próxima a terminar ya estaba cansado. No era porque hubiese trabajado tantas horas últimamente, era porque había muchas personas a mi alrededor,  demasiadas y eso a veces me exasperaba demasiado.

Todo era "Yoongi aqui" "Yoongi allá" "Agust D aquí" "Agust D allá"

No, no me estaba quejando de nada, ni de mi fama ni de mi vida. ¿Cómo voy a despreciar la vida por la cual tanto trabajé y me esforcé? Es solo que a veces solo quiero un respiro para mi.

Así que cuando Alice dió por terminada la sesión con la última revista de moda del país me levanté sin perder más tiempo ahí.

Necesitaba un café frío, amo el café frío.

     —¡Yoongi! ¿A dónde vas? Llevas la ropa aún.

Chisté con la lengua y la esquivé para salir al pasillo y tomar las escaleras. No quería usar el ascensor porque se tardaba mucho y a veces me topaba ahí con más personas y esa no era mi intención.

Corrí escaleras abajo de prisa por si Alice —Mi manager— venía detrás de mi. Pero no, al parecer entendió que necesito espacio.

Aún así no me dejó solo, pude ver que a cierta distancia de mi venían Jin y  Joon, mis guardaespaldas.

Eran agradables y me llevaba bien con ellos, y Alice era una gran manager. Pero el resto de personas, staff, maquillistas etc eran diferentes,  trataba la manera de no tener mucho acercamiento con nadie más que Namjoon, Jin y Alice a y obviamente mi hermano menor Jungkook.

Lo cierto es que desde pequeño he sufrido de fobia social, al principio me daba pánico salir al escenario y actuar para los K dramas fue una etapa que me costó mucho superar pero finalmente lo logré y por ello estoy donde ahora me encuentro.  En la cumbre de mi carrera del espectáculo. 

Preferia mi privacidad y soledad, amaba esas dos cosas. Con decir que jamás he tenido una novia o pareja porque no quiero que mi vida privada sea de dominio público. Me basta con aparecer en revistas y en la televisión. 

Abrí la puerta y salí a una enorme estancia al aire libre que colindaba con la calle.

Era como un restaurante propiedad del edificio, muy bonito y fresco.

Me acerqué al mostrador y le pedí a la señorita mi café helado.

     —Que milagro que ahora no envío a nadie a traer su café.

Ella trataba de ser amable conmigo.

"No lo hagas o te llevarás la decepción"

Solamente me encogí de hombros y caminé hasta la vitrina, ahí habían varios pastelillos y postres. No soy amante de lo dulce pero... si son pastelillos de arroz si me los como todos.

     —Quiero tres de estos. —Señalé a través del  vidrio los pastelillos.

     —En seguida. —Sonrió.

Seguía tratando de ser amable conmigo pero yo seguía serio.

Al final saqué mi billetera y pague lo que había comprado y luego escogí una mesa afuera, el vidrio me permitia ver todo. Los coches, las personas caminando por la acera, los vendedores de frutas en sus puestos, un gatito siendo correteado por una señora con una escoba.

"Pobre animalito"

"¿Qué mal le ha hecho señora?"

Joon y Jin se sentaron en la mesa a mi lado sin hablar, ellos entendían que quería un poco de tranquilidad.  Le hice una seña a la chica del café para que les atendiera a ellos y se acercó a pedir la orden. Ya sabía que todo iba a mi cuenta.

Le dí un largo sorbo a mi café y suspiré, el aroma... El sabor delicioso.

Mordí mi mochi y también lo disfruté.

"Dios, dulce mochi"

"Benditas las manos que te crearon"

Ok no eso fue demasiado.  Pero en mi defensa,  me gustan mucho.

Tenía dieta balanceada pero a mi me valía un carajo, me cuidaba claro que sí pero si mi cuerpo me pedía azúcar no se la negaba aunque no abusaba de ello.

Iba a darle una mordida a mi segundo pastelito de arroz pero luego una sombra pequeña me atrajo la atención.  Vi como se metía debajo de una maceta y se hacía una bolita.

Era blanco muy bonito pero se veía desaliñado y un poco desnutrido, me dio pesar. Pobre gatito.

La maceta estaba a una distancia considerable de mi mesa entonces miré a Nam y a Jin quienes conversaban mientras comían lo que la señorita les había llevado y volví la vista al macetero. Me deslicé lentamente y salí al balcón donde estaba el gatito y me agaché hasta poder verlo un poco más.

En cuanto notó mi presencia se movió dispuesto a salir corriendo pero en mi intento por detenerlo le hablé como si se tratase de una persona.

     —No, no te vallas bonito no te haré daño.

No se si me entendió o el tono de mi voz lo tranquilizó pero volvió a su posición inicial.

Por primera vez sus ojos y los míos se encontraron y sentí una cosa extraña, una sensación como electrificante. Sus ojos eran celestes muy lindos y su pelaje blanco. Era un gato muy hermoso.

Siempre me han gustado los gatos más que los perros pero he de decir que este gato era simplemente extraño y bonito en particular.  Algo tenía de distinto que me atraía.

Estiré mi mano para tratar de tocarlo pero se echó hacia atrás.

     —Lo sé te entiendo,  el contacto físico suele ser abrumador.  Pero no temas ya dije que no te haré nada.

No entendí por que le hablaba de aquella manera, como si pudiera entenderme.

     —¿Quieres comer? Tengo mochis.

Me estiré un poco y alcance el último que me quedaba y se lo ofrecí. 

El se acercó lento y lo olfateó primero y poco a poco fue sacando su rosadita y rasposa lengua para dar pequeñas probaditas.

"Te gusta"

     —Te gusta pequeño...¿o pequeña?

El minino olvidó el miedo y de pronto estaba comiendo el mochi con rapidez que temí que se ahogara con el.

     —Más despacio bonito, te vas a ahogar. ¿Cuánto llevas de no comer? Estás algo delgado.

El minino maulló bajito y se acabó el mochi luego con su pequeña lengua rasposa me lamió los dedos. Se sentía extraño pero agradable el tacto. 

     —Si vienes por aquí mañana te traeré más mochis. ¿Te parece?

El maulló.

     —¿Es una cita?

Volvió a maullar y sonreí.

Trate de tocar su cabecita pero se hizo hacia atrás, lejos de mi.

"Ok, demasiado contacto físico por hoy verdad bonito"

Me levanté y vi que Nam y Jin seguían en la mesa pero me veían a mi.

Entré de nuevo al edificio por la misma ventana de la terraza y me dirigi a ellos.

     —Voy a volver por mis cosas e iré a casa.

     —¿Estás mejor Yoon? —Preguntó Jin poniéndose de pie.

Yo asentí solamente para caminar de nuevo hasta las escaleras.

...

La sesión había acabado pero esta vez me cambié a mi ropa habitual y dejé la de la marca que patrocinaba sobre la mesa.

Me coloque mi sudadera y salí con Jin y Nam a mis espaldas como siempre.

     —Yoongi, el Pothopolio como Agust D para tu promoción del próximo K drama es el viernes a las ocho de la mañana no lo olvides.

La voz de Alice sonaba ta cansada, habíamos tenido mucho trabajo.

Asentí.

     —Descansa bien esta semana y te veré hasta el viernes,  sal a divertirte, convive con tus amigos o tu familia o busca novia. Pero haz algo con tu soledad.  —Dijo.

Yo gruñí.

     —Amo mi soledad no te metas con ella. —Bufé antes de salir y agarrar de nuevo las escaleras.

Bajé corriendo como si mi vida dependiera de ello.

La razon:

Un gato.

¿Por qué absurdamente pensaba que el minino estaría ahí esperándome?

Era tan tonto pero lo creía.

Llegué a la cafetería pedí mi café y los mochis y adicional una leche. Esta vez pedí más mochis.

Me sente en la misma mesa de ayer y miré bajo la maceta pero no había nada ahí.

Suspiré.

Era tan tonto ¿No? Pensar que el mínimo iba a volver solo porque yo le dije que volviera.

Me estaba volviendo loco.

Me bebí mi café y me acabe tres mochis y aún me sobraban tres. Los llevaría a casa.

Hice el ademán de levantarme cuando vi la bolita blanca de pelos correr como alma que lleva el diablo por la otra acera. Lo vi detenerse y esperar a que él semáforo diera en verde para él.

O ella.

"Inteligente"

Esperó paciente y cuando la luz verde dio se atravesó entre las personas corriendo y saltó a la acera. Subió los escalones y saltó a la jardinera y aterrizó justo frente al macetero.

Sonreí.

¿Por qué ver eso me hacia tan feliz?

El hombre encargado del jardín pasó a su lado distraído hablando por teléfono y él se asustó y se metió bajo la maceta.

Era muy miedoso.

Me levanté y Jin y Namjoon se levantaron al mismo tiempo.  Con una seña les dije que estaba bien. 

Tome el plato con los mochis que le había guardado y me salté de nuevo la ventana hacia el balcón de madera.

Me agaché como la última vez.

     —Hola minino, pensé que no vendrías.

El minino maulló en respuesta.

     —Es verdad,  era una cita. Tengo tus pastelillos. —Sonreí.

Coloqué el platillo sobre el piso de madera y él se acercó esta vez con un poco más de confianza. 

Pude notar su pelaje más sucio y mojado.

"¿Por eso no venias?"

     —Al parecer tuviste un contratiempo bonito, aún así corrías hacia acá. —Volví a sonreír.

Él se limitó a comer —Devorar— sus mochis.

Yo me esperé todo el tiempo a que acabara de comer.

     —También te traje una leche. ¿Te gusta la leche?

Él volvió a maullar.

Saqué el vaso de leche y le quite su sello hermético y lo puse frente a él y no dudó en comenzar a beber.

Se lo acabo todo.

     —No te veré hasta el otro viernes pequeño pero cuídate. No te metas en líos o te puede pasar algo.

Estiré mi mano para acariciarle pero como la última vez, no se dejó.

     —Adiós minino.

Él maulló y yo lo tomé como un "adios" también. 

     —Es verdad que pareces un gato porque duermes mucho y eres gruñón Yoongi pero ¿hablar con uno?

     —Déjame Jin, si yo quiero hablar con un gato hablaré con un gato.

Jin se río de mi y luego me siguieron, era hora de ir a casa a tomar unos días de descanso.

Así que tomé rumbo al estacionamiento del edificio hasta mi auto y una vez dentro de él conduje hasta el complejo donde vivía. 

Tenía esa casa a penas hacía un año, antes vivía con mi hermano Jungkook en un apartamento compartido pero él se mudó a la universidad y no había necesidad de vivir ahí.

     —No volveré a salir así que pueden ir a descansar.  —Dije firmemente a Jin y  Nam.

     —Pensábamos ver una película y comer comida chatarra ¿Querrías unirte?

Negué dejando mis zapatos en el zapatero al lado de la entrada y subí por las escaleras.

Ellos no vivían conmigo de hecho vivían en la casa de al lado. ¿No dije que eran pareja? Pues si son.

Pero les gustaba rondar mi casa para verificar siempre que yo estuviera bien.

Subí hasta mi habitación y lo único que hice fue dejarme caer sobre mi mullida y cálida cama.

No tardé mucho en caer dormido.

Mas tarde uno de mis propios ronquidos me despertó y escuché una suave risita a mi lado. Me puse alerta.

Abrí mis ojos y trate de ver a quien estaba a mi lado observándome dormir y entonces caí en cuenta.

     —¿Qué haces en mi casa, en mi habitación,  sobre mi cama Hobi?

Él hizo mal cara y se alejó de mi.

     —Me diste una llave ¿Lo olvidas?

Yo gruñí.  No debí darle nada si se pasaba violando mi privacidad.

     —Recuerdame quitarte esa maldita llave.

Hoseok era mi mejor amigo, él también era famoso pero solo se dedicaba a hacer rap.

     —Vine a pasar el rato contigo a hacerte compañía ¿y así me tratas? Indignante.

Yo rodee los ojos levantándome por fin.

Eran las 6 de la tarde ¿debía pedir comida o cocinar?

     —¿Pedimos algo de comer?

"Gracias a Dios"

     —Estaba pensado lo mismo.

Bajamos a la sala de estar y buscamos en el directorio de delivery que era lo que íbamos a comer. Pedimos y esperamos a que llevaran el pedido.

     —Y entonces la voz de segunda que habían elegido para el tema se enfermó así que quedamos en buscar a alguien más. Pero no conseguimos, la voz debe ser  del tono soprano dulce.

Yo escuchaba atento lo que mi amigo me contaba mientras jugaba con las cintas de mi sudadera.

     —¿Y que me dices de ti?

Levanté la vista y me miraba con una ceja alzada.

     —¿De qué? —Pregunté sin  mucho entusiasmo.

     —Los rumores de que IU y tú salían ¿Son falsos o...

Yo solté un largo suspiro.

El último K drama que grabe fue con ella y éramos los protagonistas, era de suspenso así que no hubo mucha interacción romántica aún así un par de acercamientos como cuando tuve que salvarle la vida y ella me abrazo y toda esa porquería...

A partir de ahí surgieron esos rumores de que ella y yo teníamos un romance escondido.

     —Tú sabes que mi único interés amoroso es mi cama Nada más.

Él se río fuerte y entonces El timbre sonó y por él intercomunicador pudimos escuchar que era la comida.

     —Yo pago. —Me adelante a recibir la comida y me busqué mi billetera más no la encontré.

Me busque de nuevo y pensé si en algún momento la había sacado de mi bolsillo pero no. La última vez  que la toque fue en la cafetería del edificio y pague los mochis.

Al volver a casa me tiré a la cama y no me saqué la billetera para nada.

     —¿Qué pasa? —Preguntó Hobi.

     —No encuentro mi billetera. 

Él se adelantó y pagó la comida.

     —Si querías que yo pague la comida solo dilo y no tienes que hacer el drama de perder la billetera.  —Bromeó conmigo.

Yo Bufé molesto.

¡Había perdido mi billetera!

Mis tarjetas y mis documentos personales estaban ahí. Debía hablar de inmediato con Alice.

Comimos mientras hablábamos de todo un poco y después de las ocho él se fue.

Me quedé recogiendo todo lo que había sobrado, pollo en salsa de anís había sobrado mucho.

En eso estaba cuando el timbre volvió a sonar. Me quedé parado escuchando si hablaban por el intercomunicador pero nada.

Entonces me dirigí a la cámara antes de abrir la puerta.

No había nadie fue raro.

Me dí la vuelta para seguir ordenando y el timbre volvió a sonar. De nuevo vi por la cámara pero no veía a nadie. ¿Era una broma de alguien?

¿Algún fan?

Decidido a poner en claro que no me gustaba que me molestaran corrí a la puerta y abrí, solo para llevarme la sorpresa de quien estaba afuera.

     —¿Eres tú?

Me agaché para verlo mejor.

Él o ella estaba ahí echado en sus cuartos traseros y sus dos patitas delanteras bien juntas mirándome atentamente.  Maulló cuando me agaché.

     —¿Cómo rayos estás aquí?

Entonces volvió a maullar.

Se movió hacia un lado y me lleve otra sorpresa más.

     —¡Mi billetera! ¿La has traído tú?

Miré para todos lados de la calle y no vi a nadie.

Arrugué el ceño confundido.

¿Cómo había hecho para llevar mi billetera? ¿Cómo sabía dónde vivía yo?

     —Gracias pequeño, es algo raro pero gracias.

Tomé mi billetera y la guardé y él se quedó ahí parado esperando.

¿Una recompensa?

Claro que no,  él no iba a estar esperando eso ¡Era un gato!

Pero entonces recordé el pollo que había sobrado y se me ocurrió una idea.

     —Hay pollo en salsa de anís ¿Quiere comer un poco amiguito?

Esperé su respuesta, —Porque sí,  había tomando que sus maullidos suaves y ronroneantes eran respuestas para mi— y le vi a los ojos.

Sus ojos celestes muy hermosos.

Maulló suave y ronroneante tal y como lo hacia cada vez que le preguntaba algo y sonreí.

Me acerqué de nuevo temeroso ya que las dos últimas veces  no se dejó acariciar y le toqué la  cabecita.

¡Por fin!

Esta vez no se movió ni se asustó, entonces aproveché para acariciarle sus orejas también.  Luego con cuidado lo alcé en mis brazos.

Era tan peludo y suave.

Ronroneó para mi cuando lo llevé a mi pecho.

     —Eso es pequeño no me temas no te haré nada malo.

Cerré la puerta y me fui con él a la sala donde tenía todas las cosas de la cena con Hobi.

Lo puse sobre el sofá y acerqué el plato con el pollo.

No creía que se lo acabaría todo pero cuando lo hizo me sorprendió.

     —¿Llevas días sin comer pequeño?

Maulló en respuesta.

Vi el reloj, eran las diez y no pensaba sacarlo a la calle.

Se lamió sus paitas y luego se acomodó en el sofá y de inmediato se quedó dormido.

Volví a acariciarlo y entonces me retiré a mi habitación.

Era extraño, un gato inteligente que me llevó mi billetera. 

Me gustaba ese minino,  estaba decidido. Sería mío.

Pero primero debía pasar la prueba de la primera noche. Si a la mañana no estaba era porque no quería una casa ni un dueño.

Dormí esa noche soñando con gatos.

...

El sudor recorría mi cuerpo y me moví sobre el sofá.  ¡Calor!

Momento... ¿Un sofá?

Ah si... la casa del Joven de sonrisa bonita y voz gruesa.

Había dejado botada su billetera cuando se fue  luego de haberme dado de comer y entonces no tuve más remedio que abrirla para ver su dirección en su documento personal. 

Yoongi... se llamaba Min Yoongi.

Sonreí y me llevé una mano al rostro.

Mano...

Al rostro...

Abrí mis ojos abruptamente y entonces me di cuenta que mientras dormía me había transformado en humano.

Mi corazón palpitó con miedo de que me hubiese visto. No podía dejar que alguien descubriera lo que era realmente.

Un monstruo.

Mi familia me había echado a la calle a los doce y ahora tengo dieciocho.  Vivía en Busan pero de tanto andar por la calle me perdí llegando a la gran ciudad.

Recién había venido hacia dos días cuando lo conocí a él y todo esto era nuevo para mi en la cuidad.

Al descubrir que tenía sangre de híbrido todos me despreciaron. Mis padres eran normales según recuerdo y mis hermanos también. Pero al parecer de alguna manera yo traía linaje de cambiaformas.

Ya no habían muchos de esos, es más creo que se habían extinguido hacia años.

¿La razón?

Los habían erradicado.

La élite decidió que los híbridos no tenían espacio en la sociedad entonces comenzaron a cazarlos. Pocos habían sobrevivido y cuando el nuevo líder político dio fin al régimen y a la erradicación de los híbridos ya los que quedaban eran tan pocos que no lograron sobrevivir. 

Pero ahí estaba yo.

¿Por qué? No lo sé.

¿Para qué? Tampoco lo sé.

Pero por eso había sufrido en mi adolescencia. Cuando me vi solo y abandonado decidí que viviría como gato el resto de mi vida y jamas volví a cambiar a humano.

Hasta ahora.

¿Pero por qué?

De tanto que había estado en mi forma gatuna al volver a querer ser humano ya no pude lograrlo y me resigne a vivir como gato.

Pero ahora algo había pasado y mientras dormida me transforme.

Ahora debía transformarme en gato de nuevo si no quería asustar a Min Yoongi y que pensara que me había metido a su casa mientras dormía.

Escuché unos pasos bajando las escaleras y me tiré detrás del sofá cerré fuerte mis ojos y trate de controlar mi respiración.

     —¿Minino? ¿Sigues aquí?

¡Me iba a descubrir!

"Vamos concentrate"

"Debes volver a ser gato"

Soltero aire y volví a concentrarme en mi transformación.

Y funcionó, cuando vi que la casa se hacía más grande y yo más pequeño.

     —¿En donde estás?

Su voz se acercó y yo salí como si nada detrás del sofá.

  Maulle.

     —Hola bonito estas aquí.  Pensé que te habías ido mientras dormía. 

"Bonito"

¿Por qué me llama así?

Me llaman gato pulgoso, alimaña, gato malo cundo robo comida, y rata inmunda aunque no se por qué,  si soy un gato no una rata. Pero bonito...

Es la primera vez que me llaman bonito.

     —¿Tienes hambre? ¿Quieres leche?

Maullé en respuesta.

Jamás había comido tan bien, era como un Bufé para gatos.

Él me sirvió leche en un cuenco y dejó trozos de pan sobre una servilleta y yo agradecí, creo que incline un poco mi cabeza porque él me vio algo extraño.

Comí con mucha hambre que luego me dio hipo.

Él se reía de mi hipo. ¡que vergüenza!

     —¿Y...? ¿Qué eres?

¿Cómo que que soy? ¡Se dio cuenta que soy un humano gato!

Le miré fijamente.

"Soy un gato" pensé como el más obvio.

     —Ya se que eres un gato pero me refiero a qué eres, si chico o chica.

"Ahh eso..."

"Creo que soy un chico.. si un chico"

No me dio tiempo a replicar porque me levantó en sus brazos como anoche.

Recordé lo de anoche cuando le llevó en sus brazos hasta el sofá. Sentí mi corazón latir con fuerza. No entendí el por qué pero senti bonito.

Entonces sentí que me levantó la colita y por instinto la bajé pegandola entre mis patitas y le gruñí.

     —Lo siento lo siento, es que quiero saber que eres.

"No es suficiente con que sepas que soy un gato Yoongi"

Él resopló y entonces yo me rendi.

"Jamás hablemos de esto en el futuro"

Me relajé de nuevo y él volvió a buscar entre mis patitas traseras y entonces sonrió.

Si hubiese estado en mi forma humana seguro tendría mis mejillas rojas.

     —Eres un chico. —Dijo.

"Si ya lo había dicho yo"

     —Uno muy bonito.

El golpeteo de nuevo en mi pecho.

"Gracias" maullé.

     —Y como eres un chico bueno es hora de un baño.

"¡Aguarda... ¿Qué dijiste?"

La humillación, la traición.

Me había bañado y perfumado y luego de eso se tomó una foto conmigo para subirla a sus redes.

"Mi nuevo amigo y compañero Minnie"

"ME PUSO MINNIE"

Era el nombre de gato más bonito que oi, más que gato pulgoso.  Además combinaba con mi nombre real  porque yo me llamo Jimin y mi abuela solía llamarme Jiminie.

"Gracias Yoonie"

     —¿Te gusta Minnie? Es bonito.

Era un collar color azul cielo casi como mis ojos y tenía un cascabel. 

Maullé feliz.

Quiza me pueda acostumbrar a mi nueva vida.

Mi amo.

Yoongi mi amo.

Era bueno conmigo y yo no veía lo malo en ser su mascota.

A los pocos meses ya era parte de su vida diaria me llevaba con  él a todos lados y en su agencia de modelaje le veía posar para sus fotos.

Era todo muy bonito y tranquilo aunque a ves me transformaba en humano sin querer mientras dormía.

Una vez me quede sobre su alfombra en su habitación y desperté a media noche como Jimin.  Me asusté mucho y me metí debajo de su cama hasta que logré transformarme de nuevo.

Él no sospechaba  nada aunque a veces lo descubría mirándome detenidamente. 

Fijamente.

Yo no levantaba sospecha de nada...

¿O si?

Ok si tal vez el hecho de que no me guste hacer mis necesidades en el arenero que me puso le haga sentir extraño. Porque prefiero usar el servicio sanitario antes que hacer en la arena.

Soy un gato pero tengo dignidad.

En fin, la vida es buena y ya me resigné a ser su gato mascota, no aspiro a más en la vida.

Un monstruo como yo no debe desear más, ni mirar más alto de mi  cabeza. 





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