🐱Four
No supe si mi minino había vuelto a casa después de haber salido corriendo. Sólo sabía que todo era muy extraño.
No comprendía su comportamiento ni tampoco comprendía por que me sentía tan culpable y mal por el hecho de que se fuera así.
Así que me dormí con aquella sensación de vacío en mi interior.
Poco tiempo después de haberme quedado dormido sentí un peso sobre mí.
¡Quizá Minnie había regresado!
Sentí mi interior vibrar de la emoción, pero entonces mis sentidos que estaban dormidos aún comenzaron a reaccionar.
El peso sobre mi pecho no era liviano como de un animal no... era más pesado y además mi gato ronroneaba cuando dormía y este ser respiraba profundo y acompasado, relajado mientras dormía.
También pude percibir sus latidos del corazón tan cerca del mío.
Estaba soñando nuevamente con aquel bello chico. ¿Porque eso era no? Otra vez un hermoso sueño.
¿Porque sí no era un sueño, como me explicaba que hubiese alguien metido en mi casa a altas horas de la noche y en mi cama, durmiendo sobre mi... ¡y desnudo!
No recordaba haber bebido antes de acostarme.
Esta vez estaba totalmente sobrio, algo dormido pero en fin sobrio.
Me moví un poco sintiendo más aquel peso sobre mí, su piel cálida olía a melocotón.
Mi corazón comenzó a golpetear con frenesí en mi pecho, tenía miedo. Miedo de que al abrir mis ojos él no estuviera más.
Pero me armé de valor y lo hice, los abrí lentamente acostumbrando mi vista a la oscuridad solo interrumpida por la luz de la luna que se colaba por mi ventana y le alumbraba justamente su bello rostro.
Me maravillé por completo, deleité mi vista en aquel hermoso ser de mejillas redondas y labios abultados. Me pregunté si alguien ya había probado aquellos labios y me descubrí furioso al pensar que si.
Pero que loco estaba. ¡Totalmente loco! Porque no lo conocía, no sabía quién era. ¿Y si era un fan loco o algo así? ¿Un Sasaeng?
¿Pero entonces por qué no temía por mi vida?
No sentía más que curiosidad por él, por saber que hacia ahí si era real ¿como había llegado? ¿Cómo había burlado mi seguridad?
Me aventuré aún más llevando una mano a su rostro y supe que era real cuando la yema de mis dedos tocaron sus mejillas y mi pulgar acarició suavemente sus labios. ¡Era real!
"Quién eres"
Decidí no moverme para no despertarlo. Quería tenerlo un poco más conmigo. Cerré mis ojos para grabarme un poco más de su aroma de melocotón.
Pero la curiosidad mató al gato dicen por ahí.
Quería sentir más de aquella calidez, quería de verdad asegurarme de que él si existía y no era producto de mi imaginación o unos de mis sueños. Que no me estaba volviendo esquizofrenico o algo así.
Levanté una mano que posaba sobre el colchón de mi cama y la coloque sobre su cintura, sentí como si me hubiese electrificado al tocarlo. Su piel cálida y tersa, muy suave me agradó mucho. Sentí el hueso de su columna y de sus caderas. Si movía mi mano un poco hacia abajo estaba seguro de que podría tocar dos montañas de carne.
Pero decidí ir hacia arriba, por toda su espalda, lentamente.
Tragué saliva y sentía que mi corazón me iba a delatar por lo rápido que estaba bombeando sangre a mis arterias. Seguí mi recorrido lento hasta llegar al final de su cuello y rozar levemente su cabello.
Era suave, muy suavecito cual pelaje de un felino. Por una fracción de segundos a mi mente llegó Minnie, mi gato.
Volví a bajar mi mano lentamente hasta dejarla sobre su cintura y comencé de nuevo la subida. Acariciaba tan despacio con miedo a despertarlo.
Aunque en realidad si quería despertarlo y preguntarle quién era y qué hacia ahí.
Entonces mi temor se convirtió en realidad cuando se removió y lentamente abrió sus ojos.
Aquellos ojos verde intenso cual joya preciosa que se quedaron prendidos en los míos.
Por un instante no se movió, no hizo nada más que conectar su mirada con la mía.
Pero entonces se asustó.
Quiso moverse pero instintivamente yo coloqué mi otra mano sobre su cintura y lo apreté aún más contra mí.
—Eres real. —Susurré cerca de su rostro.
Pude notar como se estremeció en ese momento.
—¿Quién eres? —Volví a preguntar.
Estaba decidido a averiguar quién era o al menos su nombre.
No me respondió, estaba totalmente paralizado.
Yo alejé una mano y me dediqué a pasar de nuevo mis dedos por sus mejillas y luego por sus labios.
Esos que por una extraña razón me llamaban a querer probarlos. No sé por qué. Yo jamás sentí atracción por ningún chico. Y sin embargo, estaba ahí controlando fuertemente mis ganas por tumbarlo sobre mi cama y probar de sus labios.
Entonces fue que me di cuenta de que jamás había tenido esa necesidad de besar a alguien con tanta desesperación como lo deseaba a él, que jamás había sentido que mi corazón fuera a escaparse de mi pecho al estar así de cerca con alguien.
¿Y si al fin de cuentas había encontrado a mi pareja en la vida?
¡No era un solitario! Era solamente que no había conocido a nadie que me hiciera sentir tantas cosas como ese chico desconocido.
No estaba destinado a estar sólo el resto de mi vida.
El único problema era que no sabia su nombre.
—Dime... —Volví a decir.
"Por favor habla pequeño"
Negó.
"No me dejes así"
Entonces no me di cuenta que había aflojado mi agarre en su cuerpo y él se soltó fácilmente de mi y se puso de pie.
—N-no. —Susurró. —Y-yo lo siento Yoongi.
¿Sabía mi nombre? Me indigné más al saber que él sí sabía mi nombre y yo no sabía el suyo.
Su voz era suave y aterciopelada tal y como la noche que lo oí cuando casi lo atropello.
Lo había duda, era el mismo chico.
Yo también me levanté de la cama y lo observé bien de arriba hacia abajo. Su piel era blanca y se veía tan tersa, tenía el ombligo perfecto y su cintura reducida. Era precioso.
Él advirtió mi escaneo sobre él que pareció sentirse incómodo.
Comenzó a retroceder poco a poco y temí que se alejara otra vez. No podía dejarlo ir, no quería.
Necesitaba saber quién era.
Iba a volver a tomarlo del brazo para acercarlo a mi para que notara que estaba seguro conmigo que no le haría daño. Pero parecía un gato asustado.
Un gato...
Asustado...
Entonces una inquietud saltó a mi mente.
Pero no pude reaccionar cuando él salio corriendo por la puerta de mi habitación, cuando yo salí lo vi bajar apresuradamente las escaleras y doblar hacia la sala y después ya no estaba.
Solamente encontré la ventana que daba hacia el jardín abierta.
Lo llamé pero obviamente no me respondió.
Salí al jardín y dí un par de vueltas pero no lo vi más.
Esa noche no pude volver a dormir, pasé en vela añorando de nuevo su peso sobre mí, su calidez y su aroma a melocotón.
Las noches siguientes no volvió y tampoco Minnie.
Me sentía solo y vacío sin mi gato en casa.
Había comenzado una nueva promoción de ropa con una marca Italiana llamada Valentino y tuve que viajar por un par de días pero irme fue un martirio. No quería.
¿Y si él chico volvía? ¿Y si Minnie volvía y yo no estaba?
Le pedí a Alice que agilizara toda mi agenda en el exterior para volver lo más pronto posible.
Cuando volví no había señales de Minnie por ningún lado entonces tuve que recurrir a la ayuda de mi guardaespaldas.
—¿Todos estos? —Preguntó Namjoon tomando todos los volantes que yo le entregaba.
Asentí mientras tecleaba en mi laptop un anuncio.
Una recompensa a quien devolviera a mi gatito.
Subí varias fotos de mi con Minnie a mis redes y pedí que si lo veian que llamaran a mi representante para dar información.
En cada publicación puse lo importante que mi gato Minnie era para mi. Prácticamente puse que si no volvía moriría sin él.
—¿No crees que estas siendo muy melodramático Yoongi? Digo, es solo un gato.
Le miré con furia en mis ojos.
"NO" "Minnie no es sólo un gato"
—Él es más que un gato para mi Hobi, era mi compañía en mi soledad. No es cualquier gato. —Espeté enfadado.
—Está bien. —Suspiró. —Sólo decía que quizá le estas poniendo demasiada importancia. Él seguro está bien, vivía en la calle cuando lo adoptaste así que está acostumbrado a ir de aquí para allá.
Yo me limité a gruñir, quiza Hobi tenía razón y Minnie estuviera bien en la calle como antes vivía pero yo lo quería conmigo.
Necesitaba a mi gato.
Solo así podría por fin tener paz y orden en mi vida.
Una tarde mi hermanito Jungkook me llamó, tenía una semana libre en la Universidad y quería pasarla con en mi casa.
Estando él ahí todo pareció ayudar, al menos estaba él y me obligaba a ir a dormir temprano porque generalmente pasaba hasta las dos o tres de la mañana pegado a la ventana por si veía a Minnie, o Al chico misterioso.
Pasamos una semana agradable, jugamos video juegos, hicimos karaoke, organizamos un asado con Hobi, Nam y Jin.
Y la verdad eso me ayudó bastante a no añorar tanto a mi Minnie.
—Tengo ganas de comer Suchi ¡Vamos al palacio del sushi!
Me zarandeó por los hombros de manera insistente.
Yo estaba en fachas, era sábado y yo tenía intenciones de moverme del sofá solamente lo suficiente como para que Koo supiera que estaba vivo.
Solté el control remoto casi con pesar y suspiré. Koo se iba el día domingo de regreso a la otra ciudad donde estaba su universidad.
Así que debía darle a mi hermanito una última tarde de hermanos y llevarlo al sushi.
Comimos un gran banquete de suchi y pasamos por el centro comercial a compara algunas cosas que le iban a servir en su universidad.
—Y como te decía, fue un error no debimos beber café ese día en la mañana. Aunque en nuestra defensa no sabíamos que por la tarde harían exámenes de dopaje. Cuando el entrenador estuvo seguro de que solamente habíamos consumido café solo nos suspendió una semana.
Yo reí, las historias de Koo siempre me hacían reír. No recuerdo haber sido así en la universidad. Yo solía ser un nerd solitario.
—Lo bueno es que les dejaron seguir en el equipo. —Añadí.
—Hubiera sido una lástima si nos expulsan. Somos los mejores jugadores que han tenido en los últimos diez años. Tenían décadas sin ganas una sola copa y con nosotros llevan 3 y vamos por la cuarta.
Koo estaba ansioso porque después de la universidad con suerte un reclutador la daría una oportunidad en algún equipo importante de Fútbol.
—Genial Koo, estoy orgulloso de ti, además cuando seas un jugador famoso tendré entradas gratis ¿Verdad? —Bromeé.
Él me dio un codazo y reímos.
Entonces mi sonrisa se borró de inmediato cuando mi vista fue acaparada por una silueta que conocía bastante bien.
Rubio, más bajo que yo, delgado y con cintura definida, ojos verdes y labios gruesos. ¡Era él!
Salí corriendo y me olvidé de Koo.
Tomé las escaleras eléctricas y como aún así no era suficiente las comencé a subir a paso rápido, Koo, Jin y Nam corrían por las gradas detrás de mi.
Cuando llegué y estaba a solo unos metros de mí le hablé —o grité mejor dicho—
—¡Tú! Eres él—
Él volteó y me reconoció claro que lo hizo.
Sus ojos se agrandaron por la sorpresa.
Mis acompañantes llegaron a donde estábamos.
—¿Por qué huiste de mi?
Me acerqué para tomarlo del brazo.
—¿Qué pasa hermano? ¿Lo conoces?
Koo se paró a mi lado y nos observaba con total interés.
—L-lo siento yo no te conozco.
"Miente"
—Mientes, lo sabes muy bien.
Mis ojos grises oscuro taladraron con algo de enojo los verdes de él.
—¿Qué pasa cielo? ¿Todo está bien?
Una mano grande y de dedos largos tomó a mi chico por el hombro y le acarició suavemente.
¿Quién era él? ¿Y por qué lo tocaba con esa familiaridad?
En mi interior comenzó a hervir la furia.
—Si Tae todo bien, él solo está confundido.
El tal Tae asintió y lo tomó de la mano para alejarse.
—¡Hey espera! ¡Ni si quiera lo dejaste hablar! —Gritó Koo al desconocido.
Koo parecía indignado.
—Dejalo Kookie, es obvio que no quiere hablar conmigo. —Solté.
Al volver a casa trate de adoptar mi comportamiento normal pero el domingo por la mañana cuando Koo se fue volví a sumergirme en mi miseria.
...
Taehyung parecía enfadado conmigo pero aun así cuando me hablaba su voz era suave.
—Te daré una hora Jimin, piénsalo bien. No es que no quiera tenerte aquí en mi casa pero, estas haciendo sufrir a ese joven.
Yo negué.
—¿Cómo que no? Lleva un mes buscando a ese gato Jimin, puso carteles por todos lados y no para de publicar fotos tuyas. Ya eres más famoso que él. Te doy una hora para reflexionar. Si no vas con él y le dices la verdad de que eres la misma persona, su gato y el chico que busca tendré que romper mi ética de psicólogo e ir con él yo mismo.
Sabía que Tae no bromeaba.
Suspiré sacando todo el aire de mis pulmones y Bufé.
—¿Y si me odia por mentirle?
—Al menos no tendrá la esperanza de encontrar a un gato al cual le tiene cariño porque sabrá que no va a volver. Quiza adopte otro gato.
Abulté mis labios en un visible puchero de molestia. No quería que otro gato fuera la mascota de Yoongi.
—Está bien, iré y le confesaré la verdad y que pase lo que deba pasar. Tienes razón él no tiene que sufrir por mi culpa.
Me levanté del sofá de Taehyung y éste sonrió.
—Quiero que sepas que si él me rechaza y me odia me iré lejos Tae, no volveré porque no podré soportar encontrarme con él en cada lugar de la cuidad. Por eso me despediré de ti. Gracias por aceptarme en tu casa estas semanas y por ayudarme con mi problema. Ahora puedo transformarme en humano y en gato cuando desee.
—Ese es mi trabajo Jimin, espero haber sido de mucha ayuda. Te voy a extrañar.
Sonreí y me dejé ir a sus brazos.
Nos abrazamos y luego nos separamos.
—Gracias otra vez doctor Kim Taehyung.
Él asintió.
Salí al pasillo y cerré la puerta y justo cuando bajaba por las escaleras escuché un fuerte rugido, era como de un... ¡tigre!
Parado en la acera miré hasta la casa del doctor Kim y sonreí.
¿Con que por eso le gustaban los felinos? En especial los tigres.
Me transforme en Minnie y Corrí muy rápido sorteando personas en la acera y en poco tiempo llegué hasta el complejo donde él vivía.
Vi como se despedía del chico de cabello negro y tatoos en el brazo y cerraba la puerta.
Cuando entró todavía esperé casi una hora para decidir y tomar valor.
Decidí que lo mejor era ir como humano y explicarle que no debía buscar más a su gato, porque si iba como Minnie de iba a ilusionar al verle.
Me transformé detrás de los cubos de basura y salí caminando mirando para todos lados. Eran las diez de la mañana y no había nadie al rededor.
Con pasos nerviosos me acerqué hasta la puerta y toqué el timbre, de inmediato el intercomunicador encendió la luz verde y dudé en hablar.
—H-hola Min Yoongi... soy yo.
Quizá reconocería mi voz y abriría o quizá no y me dejaría ahí plantado.
Pero no, de inmediato la puerta se abrió y ahí estaba él parado frente a mi escudriñandome con sus grises ojos.
—Ahora si me conoces ¿He?
Yo mordí mi labio inferior nervioso.
—Lamento eso. —Dije.
Sentí que pasó una eternidad pero entonces me dejó pasar.
—Adelante.
Se hizo a un lado.
Yo pasé y seguí hasta la sala de estar y él venía detrás de mí.
—¿Y? ¿Entonces decidiste que siempre si me conoces?
—Y-yo ya dije que lo sentía, no estaba preparado para enfrentarte ayer en el centro comercial.
Él no despegó la mirada de mí y me sentí pequeño en ese momento.
—¿Y que vienes a decirme?
Su voz sonaba tan fuerte y fría que temía ahora decir lo que vine a decir. Me estaba echando para atrás.
Creo que hasta había comenzado a temblar.
—Y-yo... es que yo vine a... a...
Me quedé callado un momento buscando como comenzar. ¿Me transformaba y ya? ¿Le decía primero?
Solté el aire y relajé mis hombros.
—Veras, Y-yo soy...yo, yo...
Se acercó a mi lo suficiente como para poder respirar ambos del mismo oxígeno.
—Veniste a disculparte conmigo ¿No es así?
Yo no dije nada, solo me quedé ahí parado con la cabeza agachada.
—¿No es así...Minnie?
¿Qué?
Levanté rápido mi cabeza y mis ojos se abrieron al igual que mi boca. Me quedé sin aliento.
¡Lo sabía!
¡Él lo sabía!
—¿Qué?—Fue lo único que pude articular.
—Lo sé, sé lo que eres.
—¿C-como?
Sonrió de lado señalando arriba el la esquina superior de la sala de estar.
"Cámaras"
—Yo...
—No se me había ocurrido revisar más allá de los otros días, cuando veniste varios días después fue cambio de mes así que por obvias razones tus grabaciones ya se habian borrado. Pero afortunadamente te capté la última noche y lo revise en cuanto te fuiste. Te vi, eres tú, tu eres Minnie.
Yo no sabía que decir, mi mente estaba em blanco.
—Soy un cambiaformas de gato, Me siento avergonzado, yo no quiero que pienses que me he aprovechado de ti. Lo lamento y me iré lejos si lo deseas.
No hubo respuesta, solamente el silencio infernal que me hacía más daño que cualquier palabra que me hubiese dicho.
Pero entonces se acercó a mi y sus manos se posaron en mi cintura y acercó su rostro al mío.
—¿Cómo se te ocurre? No quiero que te alejes de mi otra vez Minnie, me he vuelto loco buscándote por toda la cuidad, hasta ofrecí recompensa solo para poder tenerte otra vez conmigo y decirte que te quiero conmigo, en mi vida. Que te quiero a ti. Que no me importaba si eres un cambiaformas. Te quiero tal como eres.
Mis mejillas ardían y mi corazón palpitaba como loco. Pero mis ojos comenzaron a empañarse por las lágrimas.
—Jimin, me llamo Park Jimin. —Respondí. —Y me gustaría estar contigo.
Sonrió y entonces hizo algo que jamás me había pasado en la vida.
¡me besó!
Sus labios suaves se unieron a los míos y los saboreó lentamente. Ambos soltamos un jadeo de satisfacción porque al fin podíamos sentirnos. Me sentí en las nubes totalmente.
—Cambiaformas de gato, creí que eso era solo una leyenda. ¿Me quieres mostrar a Minnie? —Susurró en mi oído.
Yo sonreí y asentí.
Me alejé un poco y cerré mis ojos transformándome en gato.
Sonrió cuando ronroneé y me restregué en sus tobillos.
Le tomó en brazos y me acercó a él para llevarme a su pecho.
—Bonito, Minnie bonito. —Susurró.
"Hola" dije en un maullido.
El timbre de la puerta sonó y la voz de Hobi nos alertó.
Salté de sus brazos y me metí detrás del sofá porque no quería que me vieran aún. No sabía si Yoongi les iba a decir que yo volví.
Él abrió la puerta y por ella entraron Hobi y los dos guardaespaldas de Yoongi.
El primero traía un gato blanco peludo en sus brazos.
—Hola bro, te encontré a tu Minnie y te lo traje.
Yo quería reírme y vi la expresión de Yoongi.
Tenía los labios apretados y su ceja alzada.
—Ese no es Minnie. —Dijo.
—¿Cómo sabes? Es igualito.
Yoongi negó mientras se ponía los dedos en la nariz y cerraba sus ojos.
—Minnie bebé sal de ahí y gruñele a Hobi.
Yo salté detrás del sofá sorprendiendo a todos y al gato que Hobi traía en las manos haciéndolo correr despavorido cuando le gruñi.
—¿Ese es Minnie? —Dijo Namjoon tomándome en brazos y acariciándome.
—¡No lo toques! ¡Es mío!
—Tranquilo no me lo voy a robar. —Dijo Namjoon.
Yoongi me arrebató de las manos de su guardaespaldas.
—¿Cómo haces que te obedezca? —Preguntó Hobi.
Yoongi solo sonrió y volvió a acariciarme y se encogió de hombros.
—Yo tengo cosas que hacer y estoy muy ocupado ¿pueden volver más tarde? Gracias.
Los empujó hasta la puerta y cerró con fuerza a pesar de sus protestas.
Entonces al estar solos me llevo a su habitación y yo me volví a transformar dejando mis orejitas de gato visibles.
Sonrió cuando se acercó a mi y me acarició las mejillas con sus dos manos.
—Te extrañé Minnie.
Todo estaba bien.
Todo estaría bien de ahora en adelante.
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