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Capítulo 6 Game


Nota de autor: Escuchar la canción desde el principio, y luego leer la traducción, que viene como anillo al dedo con el capitulo ;).

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En sus 24 años de vida, Yuuri Katsuki nunca se encontró tan impactado... y avergonzado. Todas las personas de su cuadra veían atentamente como sus pocas cosas eran cargadas por la agencia de mudanzas.

Ese día comenzaba su martirio.

Verdaderamente, Yuuri quería que la la tierra lo tragara en ese mismo instante, nunca en su vida le habia agradado ser el centro de atención de la gente, y serlo en ese preciso momento y por "esa causa" en particular, le dejaba un mal sabor de boca, y enormes ganas de salir corriendo. Yuuri creía que era una total locura, algo descabellado, y mientras montaba el camión que lo conduciría a él y a sus cosas a su nuevo hogar, no pudo evitar sentir mucha rabia consigo mismo por permitir que eso estuviese pasando, pero al mismo tiempo también pensaba que debía ser paciente, que mientras rápido hallara una mejor forma de soportarlo, mientras menos le prestara atención a la situación y se dedicara a buscar un nuevo empleo, el tiempo de espera se acortaría.

Aunque no espero lo que encontró a continuación.

Su boca se desencajo de su mandíbula cuando observo su nuevo hogar al mismo tiempo que la agencia de mudanzas descargaba sus cosas. El pobre asiático podía jurar que ese edificio, y su propio departamento era lo más lujoso que había visto en su vida, ¡Estaba seguro que incluso hipotecando a tres de sus generaciones futuras, jamás podría pagar aquello donde ahora tendría que vivir! De verdad quería regresar a su pequeño pero cómodo viejo departamento.

Buenos días Yuuri, veo que has visto tu nuevo hogar-escucho Yuuri decir justo detrás de él.


En ese instante el corazón de Yuuri sufrió un duro golpe.

Vestido con ropas informales, que consistían en unos ajustados pantalones negros, zapatos del mismo color, una camisa color gris larga, una chaqueta negra y unos sexis lentes acompañando el hermoso rostro del presidente de la industria. En su interior Yuuri sentía una gran envidia por lo sensual que se veía ese hombre, fuera vestido formal o informal.

Buenos días, señor Nikiforov- saludo tímidamente, pero Víctor hizo una pequeña señal de negación con su dedo índice.

Eso no está bien, Yuuri- expresó colocando su dedo índice en su mentón-, recuerdo haberte dicho que mientras estuviéramos solos deberías llamarme por mi nombre.


Yuuri había olvidado ese pequeño detalle, pero no estaba muy cómodo con ello, quizás en el extranjero llamarse por los nombres fuera muy común desde el principio, pero en Japón no era así. Suspirando internamente no le quedo de otra que intentarlo, por mucho que le costara.

Si, Lo siento Señor Victor.

Víctor no se encontraba muy conforme con que siguiera siendo tan formal con su persona, pero para el pobre Yuuri ese era un gran avance, por lo cual, acepto que por el momento estaría bien.

¡Bien! ¡Pasemos a ver tu nuevo departamento, estoy seguro que te encantara verlo!-expreso sonriente mientras tomaba a Yuuri del hombro y se encaminaban dentro del edificio-. Ah, se me olvidaba decirte, tu vives en el piso de abajo del mio, yo vivo en el penthouses.

Era de imaginarse, pensó Yuuri. Estaba preparado para tener que vivir en el mismo piso que su jefe, pero escuchar que vivían en pisos distintos era aunque sea un alivio y le aseguraba un poco de privacidad. El departamento de Yuuri era al menos tres veces mas grande del anterior, con dos amplios ventanales con paso a un balcón que mostraba la gran ciudad de Tokyo, se encontraban en el piso 49 del edificio, era una maravillosa vista. El departamento consistía de una sala amplia con comedor, cocina, un baño amplio y dos habitaciones.

¿Qué te parece Yuuri? -preguntó Víctor-, este es uno de los mejores edificios de toda Tokyo.

Es... hermoso, aunque... imagino que ha de ser costoso-mencionó Yuuri con algo de timidez.

Oh no lo fue tanto, fueron alrededor de 2.000.000 Yenes-comentó sencillamente el ruso, mientras a Yuuri le daba un duro golpe a su bolsillo escuchar la cantidad de dinero.


Era natural que para Víctor Nikiforov esa suma de dinero no fuera nada, eran los pequeños mortales como Yuuri que apenas podían pagar con sus ingresos un departamento en Tokyo. Como todo el departamento Ahora que le había mostrado el departamento y explicado como funcionaba todo, ya que algunas áreas de la casa estaban automatizados, Yuuri pensó que podría tener un momento de tranquilidad, donde su jefe le dejaría desempacar en paz. Lo que no espero es que sin vergüenza alguna Nikiforov comenzará a juzgar y sacar de sus cajas las pocas prendas de ropa que tenía.

Que.... ¿Que está haciendo? -preguntó escandalizado.

Ummm- volteo a verle-. Ah, solo observaba tu ropa- respondió con una sonrisa despreocupada que hizo que Yuuri quisiera matarlo-. Sabes Yuuri, muchas de ropas son bastante viejas y fuera de moda.

¡¿QUE ESTÁ HACIENDO?!

Como si se tratara de su propia ropa, Víctor tomó una gran cantidad de ropas de Yuuri y las lanzó por el depósito de basura sin oportunidad alguna que el japonés pudiera remediarlo.

¿Porque hizo eso?-fue lo único que pudo decir Yuuri mientras el ruso seguía observando otras prendas-. Esa es la única ropa que tengo.

Pero esta muy fuera de moda Yuuri, no puedo permitir que mi secretario ante tan mal vestido-expresó Víctor.

Por un instante, Yuuri no supo que hacer o como reaccionar quedándose quieto en su lugar, sentía como una gran ira le invadía en su interior al igual que unas incontrolables ganas de llorar. Era algo inaudito que le sucediera aquello, una gran falta de respecto hacia él. Entendía que no era una de las personas mas arregladas de la empresa, entendía que sus estilos de vestir no estuvieran acorde a las temporadas de moda, el simplemente gustaba vestir cómodo y pasar desapercibido ante la vista de las demás personas, no tenia ánimos de resaltar ni tampoco de que la gente se burlara de él por vestir algo que pudiera quedarle fuera de lugar. Siempre fue así, y ahora.... ahora llegaba una persona que para el asiático era como una patada en el hígado, haciendo lo que le diera en gana cuando le apeteciera. Y el sin poder hacer nada. Se sentía frustrado.

Y con aquellos mismos sentimientos fue obligado a montarse en el lamborghini de Victor para comprar nuevas ropas aptas para el secretario del Presidente Nikiforov. Aunque el ruso intentaba sacar conversación de distintos temas, Yuuri simplemente permanecía callado, asintiendo solo cuando fuera necesario. Cuando llegaron a la tienda de ropa, el asiático noto que estaba al frente de una tienda donde una sola prenda equivalía a tres meses de su salario. La dependienta de la tienda salió muy animada del mostrador en dirección a Victor.

Señor Nikiforov, ¿Como se encuentra? ¿Viene por una nueva colección de trajes?-preguntó la mujer de ajustado vestido vinotinto y senos, obviamente operados.

Hola Clarissa,no, hoy no he venido por mi, esta vez quiero algo que pueda cambiar la imagen de este chico-expresó señalando al Yuuri tras de él.

La mujer observo a Yuuri de pies a cabeza, analizándolo con la mirada y soltando una risa de superioridad al terminar de hacerlo.

Es un caso complicado, pero nada imposible de arreglar, dejame buscar algo de su talla-expreso mientras llamaba a una de las vendedoras para que le acompañara.

Y ahí estaba la mirada que el castaño no quería sentir. Esa mirada de burla mientras era desechado como alguien común o peor a ello, siendo juzgada su dignidad como ser humano solo por no adaptarse a los estándares de belleza. Eso era algo que Yuuri detestaba, detestaba ser objeto de evaluación o burla, y parecía que esto sería su pan de cada día en compañía del ruso. Se estaba resignando a eso, y fue en ese instante que comenzó su tortura. La dependienta de la tienda llego con miles de prendas, y Victor obligo a Yuuri a probarse todas y cada una que escogiera de acuerdo al estilo que este quisiera. El japones ya ni podía sorprenderse por la cantidad de ropa que Nikiforov decía que compraría para él, eran extremadamente caras y ninguna era de su particular gusto, eran ajustadas, pero al menos no podía negar que eran elegantes. De un modo, con esas ropas, no parecía él.

Por otro lado, Víctor estaba encantado con los nuevos cambios de look del asiático, con cada nueva prenda era una sensación nueva en su estomago al verle. Si algo debía admitir Nikiforov, era que con un buen cambio de ropa, Yuuri era una persona completamente distinta, haciéndolo salivar por completo. Un hombre de estatura mayor a la media japonesa, ojos perfilados, cuerpo delgado y cabello suave.

Entonces al ruso se le ocurrió una idea.

Se levantó de su asiento para probar lo que pasaba por su mente desde hacía tiempo, alejo los lentes del rostro de Yuuri, este reaccionó con un poco de timidez y rechazo, pero con una mirada le hizo saber mismo tiempo que peinaba levemente con un pequeño peine el cabello de Yuuri hacía atrás.

Amazing- solto Víctor al ver al nuevo Yuuri ante él.

Era un tremendo cambio, aquellos ojos castaños descubiertos y el cabello oscuro echado hacia atrás le daban al asiático un aire atractivo y extremadamente sensual que Víctor noto desde un principio. Fue un chispazo de un segundo, pero lo sintió de nuevo, una emoción indescriptible al ver al castaño. En ese mismo instante encontró lo que determinaba a Yuuri, aunque este no lo supiera, y no pudiera notarlo todavía, Yuuri era un ser que desplegaba sensualidad nata, era como el ser mitológico de la sexualidad: Eros. Casi que era el único que mejor se adaptaba a él. Aun se mantenía oculto, inactivo, Victor lo sabía mejor que nadie pero solo era cuestión de tiempo para que el mundo lo notase, para que las personas pudieran sentir ese deseo deseo sexual indescriptible que provocaba solo querer ahogarse en él.

Ummm ¿Me puede devolver mis lentes?-preguntó tímidamente, pero Víctor hizo caso omiso acercándose peligrosamente hacia él. El asiático se encontraba avergonzado, pues desde su última cambió de ropa, el ruso no despegaba la mirada de su cuerpo.

En verdad me has sorprendido Yuuri.

Víctor tomó desprevenidamente el mentón de Yuuri alzando su rostro para que pudiera observarle mejor, el color del rostro del asiático aumentó de golpe y el ruso se regocijo de ello. Quería apreciar todas y cada una de las facetas del joven. Disfrutarlas y saciarse de ellas hasta engullirlo por completo.

Eres una persona que atrae Yuuri. Puedo verlo por mi mismo-susurro, mientras el nerviosismo de Yuuri crecía cada vez más. Lentamente le fue tomando de la cadera, afianzado el agarre entre ellos.

Yo... señor Victor.

"Nadie en este mundo conoce tu verdadero eros, puede ser una faceta muy atractiva que ni siquiera tu conozca. ¿Me la podrías mostrar pronto?"

Diciendo aquello y haciendo uso del acuerdo entre ellos para poder, lo acercó más a él hasta besarlo profundamente. Primero juntando sus labios, pero en brevedad lamiendo uno de sus labios inferiores para adentrarse a su boca por completo. Yuuri no podía creerlo, su mente indicaba procesamiento en error, mientras sus piernas temblaban como gelatina. El ruso profundizar el beso, y el asiático sentía que moriría en cualquier momento. Sentía su corazón retumbando a toda voz y con el nerviosismo a un millón, aunque se encontraran solos, cualquier persona podía entrar y verlos en esa situación. Era una sensación extraña para el castaño, era el primer beso de Yuuri, pues el pequeño beso que este había dado en preescolar a su maestra Minako no era algo que podía catalogar como un beso.

Víctor se separo de él sonriendo como si no hubiera roto un plato, y luego de dirigirle una mirada coqueta salió hasta la caja para pagar todas las prendas que el asiático se hubo medido. Yuuri por su parte estaba postrado en su mismo sitio. Asimilando la anterior situación. Toco sus labios sintiéndolos cálidos, y el color nuevamente volvió a su rostro. Era extraño, aunque debía retraerse por la situación, esta no le desagrada del todo. Era algo confusa para él, pues su corazón se volvió como loco, y pareció derretirse cuando su jefe le sonrío coqueto diciendo que era hora de regresar a casa.

Yuuri intentó calmarse todo el viaje de camino a casa pero eso no fue posible, su corazón no dejaba de latir, sus mejillas estuvieron rojas, y sus manos sudaban cual puerco, incluso su lengua se trabo en su boca mientras Víctor le preguntaba si tenía dudas relacionada al trabajo nuevo que desempeñaría desde la mañana siguiente.

Al llegar a su departamento con una incontable cantidad de bolsas de compras, sus piernas al fin fallaron y cayó de rodillas al suelo, ese día había sido una montaña rusa de emociones, todas y cada una obra prima de su jefe. Aun con el mal rato de la mañana, si Yuuri era sincero, creía que la situación iba a ser mucho peor, pero dejando de lado el repentino beso que Víctor le dio en la tienda, este se hubo comportado como un caballero, tanto que el corazón aun enamorado de Yuuri no podía dejar de brincar en su pecho como un completo tonto sin remedio.

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Hoooola, me disculpo muchisimo con ustedes por el tiempo que he tardado en actualizar, he tenido las ideas pero el tiempo no me da, estoy con mi tesis de licenciatura y el trabajo, y aunque estoy de vacaciones me han adsorbido demasiado, pero al menos ayer logre sacar un tiempo para ustedes.

Respecto el capitulo, espero que les haya gustado, de verdad no odien a Victor, lo esta haciendo todo de buena fe, pero como todos sabemos es un poco excesivo y directo con las cosas que le interesan.  ¿Leyeron la traducción de la canción? Le va muy bien XDD es una de mis favoritas por mi hermana menor. Tambien queria acotar que participe en el concurso de @WritersPS  y quede encanta con él, habia participado con esta historia y aunque no gane, quede maravillada de la actividad y me motivo mucho, aunque los tiempos para escribir estuvieran en mi contra.

Por el momento, es todo es todo, espero poder actualizar pronto. Nos estamos leyendo en una proxima edición de OH MY BOSS, un saludo muy grande desde Venezuela.

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