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Capítulo I

Un antro. Sus amigos le habían llevado a un antro de Los Ángeles por su despedida de soltero.   

- ¿Te diviertes Kookie?- preguntó JiMin. 

JungKook miró a su hyung y, para su sorpresa, vio como le lanzaba un billete a la stripper que tenía delante y ésta le daba un beso en la frente. 

- Debimos ir al bar de... 

Su voz se perdió cuando le vio. Sí, a él. Un stripper que bien podría robarle el trabajo y el público a todas las chicas de allí. Era alto, delgado, piernas largas, sólo llevaba un pequeño  tanga de cuero negro que, a ojos de JungKook, parecía pintura. 

- Te gusta, ¿verdad?- preguntó JiMin. 

- No soy gay- dijo JungKook. 

- Sus piernas le podrían hacer la competencia a las de Joline- intervino NamJoon. 

Joline era la prometida de JungKook, pero eso era lo último en el currículum de la joven y es que a sus veintiséis años, la chica era embajadora de Chanel, tanto de sus perfumes, como de su cosmética, tenía su propia línea dentro de la firma de cosméticos, era modelo de Victoria's Secret e hija de una estrella del rock veterana, Nikki Sixx. Sí, esa era Joline Sixx, la prometida del famoso cantante Jeon JungKook, la joven promesa del pop coreano que, con tan sólo veinticuatro años, ya llevaba una gran carrera a sus espaldas y el mercado mundial en la palma de su mano. 

- Joline tiene mejores piernas- sentenció JungKook, sin fijarse precisamente en las piernas de aquel bailarín. 

- Oh, ¿hablando de Joline en tu despedida de soltero?- reprendió Hoseok- relájate amigo, ese ángel ya es tuyo, ya le has puesto el precontrato en el dedo. 

JungKook miró a sus amigos y comprendió por qué Joline se había fijado en él y no en sus amigos, sus amigos eran tan parecidos a su padre... 

Volvió la vista al frente y no pudo evitar fijarse en el chico misterioso, éste le miraba, le guiñaba el ojo y se abría de piernas para él... un momento, ¿qué le hacía pensar que era para él? Contuvo la respiración y notó, con cierto terror, cómo su entrepierna comenzaba a despertar... no, eso se suponía que sólo le pasaba con Joline, pero joder, aquel chico era tan caliente... se fijó en sus rasgos, como se relamía los labios, sus ojos rasgados y delineados, sus caderas que se movían de un modo casi, y sólo casi, tan descarado como aquella lengua. 

Tragó fuerte cuando le vio bajar las escaleras y subirse a su regazo a horcajadas. 

- Me miras demasiado, bonito. 

JungKook gimió ante la voz grave de aquel chico y, por puro impulso, colocó sus manos en las caderas del bailarín cuando éste comenzó a moverse, fingiendo estocadas. 

- Estoy prometido. 

- ¿Crees que me importa esa infeliz?- preguntó en su oído. 

JungKook miró a ambos lados pidiendo auxilio pero sus amigos estaban demasiado ocupados. Bastardos. 

- Jódeme y sabrás lo que es el paraíso. 

Le creyó. Y, lo que fue peor, le hizo caso. 

El bailarín se levantó del regazo de JungKook y se dirigió a los bastidores. JungKook tragó y, olvidándose que se iba a casar, olvidándose de sus amigos y, lo más peligroso, de su futuro suegro que le rompería los huevos por meterla donde no debía, se fue con aquel bailarín.

- ¿A dónde vas?- preguntó JiMin. 

- Al lavabo.   

- ¿Todo bien? ¿Te acompaño? 

- Dejamos ese rollo hace mucho tiempo, JiMin. 

- Cuando conociste a Joline. 

JungKook sonrió de forma algo forzada y se dirigió a la parte de atrás.   

- Pensé que no vendrías... 

La cabeza de JungKook era un torbellino. 

- Esto no está bien... 

Aquel chico le dirigió una sonrisa, se giró y se dirigió al espejo. 

- No te voy a obligar, ni voy a rogar por sexo. Trabajo aquí, pero no me ofrezco a los clientes- se encogió de hombros- quería contigo, lo reconozco, pero...- volvió a encogerse de hombros, se acercó hacia adelante, pintando sus ojos aun más y dejando su trasero expuesto- cierra antes de irte. 

JungKook carraspeó y se giró, dispuesto a irse, sabiendo que era lo mejor, pero cuando fue a tocar el picaporte de la puerta, volvió a girarse para mirar al chico y, para su asombro, vio que éste le miraba a través del espejo. 

JungKook resopló y volvió sobre sus pasos. 

- Bueno... se supone que me voy a casar... ésta clase de cosas pasan en las despedidas- dijo, abrazándole y besando su hombro. 

- Tócame... no pasa nada- dijo, en medio de un gemido- ella no se va a enterar y tú y yo no nos volveremos a ver... 

- Dime tu nombre. 

- Llámame V. 

- Llámame Jeon. 

Le parecía imprudente dar su nombre real, así que decidió dar su apellido. 

- Maldita sea, Jeon, jódeme de una vez. 

JungKook sonrió, cogió a V de las caderas y le pegó contra su hombría, desató las tiras que ataban su ropa de interior de cuero y la lanzó a un lado sin miramientos. V levantó un pie, para desabrocharse los tacones con plataforma que llevaba, pero JungKook se lo impidió. 

- Chúpamela... mientras los llevas... 

- ¿Tienes un fetiche con los zapatos? 

Oh, sí, no lo iba a negar. 

- ¿Tan raro te parece? 

- Típico... 

V empujó a JungKook a la cama y se subió a horcajadas encima de él. 

- ¿Puedo hacerte una foto?- preguntó observando el cuerpo del chico y acariciando sus tacones. 

- No sería bueno para tu matrimonio si ella la llega a encontrar- dijo. Le desabrochó la camisa blanca y comenzó a juguetear con el botón de su pantalón- aunque puedes hacérmelo las veces que creas conveniente para que la imagen de mi cuerpo se quede grabada en tu memoria... 

- Esto va a ser difícil de olvidar- dijo, admirando su cuerpo. 

- Y esto aun más. 

Le quitó los pantalones, junto con la ropa interior, sin ningún tipo de delicadeza y, durante un par de segundos, admiró el miembro de JungKook. 

- Grande y dura... como me gustan... 

JungKook sonrió y gimió cuando notó la lengua de V recorrer su falo y no pudo evitar mover las caderas hacia arriba. 

- Chúpala... vamos... 

V sonrió, abrió la boca y mirando directamente a los ojos de JungKook, se metió su miembro mientras sus dedos jugueteaban con los pezones del chico. 

- Ah... joder... V...

Extendió los brazos en la cama, se agarró a la sábana y disfrutó de aquella sensación. Era muy erótico tener a un chico como V, totalmente desnudo, con aquellos tacones, mirándole fijamente, mientras chupaba su miembro y jugueteaba con sus pezones. 

- V... V... sigue chupando... 

- ¿Te gusta así? 

- Me tienes a punto... 

Con descaro, se lamió los dedos antes de volver a dirigirlos a los pezones de JungKook. 

- Córrete, quiero beber todo de ti... 

Sí, Jungkook jamás negaría que lo sucio en el sexo le encantaba y aquel chico, a parte de sucio era caliente. 

- V... ¡me corro! 

JungKook arqueó la espalda y notó como las manos de V aceleraban la estimulación en sus pezones mientras su lengua se movía por su falo. Estaba siendo increíble. 

- Ah... joder... que bien sabes... 

- Y tú qué bien mamas... 

- ¿Te gusta cómo te la he chupado? 

- Sí...- respondió, mientras le besaba. 

- ¿Alguna vez te has corrido igual que ahora? 

- No... joder, eres el único que ha conseguido que me corra así... 

- Espera a follarme... 

- Quiero hacerte una cosa...  

Una sombra de miedo cruzo el rostro de V y JungKook pudo verlo, decidió tranquilizarle. 

- Tu trasero no es algo que se vea todos los días... tú me las chupado... me gustaría compensarte... chupándote... justo... aquí...- JungKook puso su dedo en la entrada del chico y éste alzó una ceja. 

- ¿Beso negro? 

- ¿No te gustan? 

- Nunca me lo han hecho. 

- ¿Y no quieres que yo te lo haga? Ponerte a cuatro y lamerte... 

- Joder, empieza ya... 

JungKook sonrió y dejó a V acomodarse en la cama. Besó y lamió sus piernas, sus pies, sus nalgas y finalmente, las separó y lamió. V dejó caer la cabeza sobre la almohada y levantó más su trasero. Gimió muy fuerte cuando sintió la lengua de JungKook recorrer su abertura y haciendo fuerza para entrar. 

- Joder... se siente muy bien... 

La marea de sensaciones que V sentía en aquel momento era indescriptible, no podía parar de gemir mientras aquel chico, totalmente desconocido, pasaba su lengua por su entrada. Decir que era vergonzoso era quedarse corto pero el placer que sentía opacaba la vergüenza.   

- Jeon... sigue... 

JungKook separó aun más sus nalgas y comenzó a mover fuertemente su lengua, logrando introducirla ésta vez, lo que provocó que la espalda de V se arqueara y chillara. Aprovechando su delirio de placer, comenzó a frotar su dedo índice contra la abertura del chico. 

- Lubricante- pidió sin más. 

- Utiliza aceite. 

JungKook alzó una ceja y se levantó a por el aceite que reposaba sobre el tocador de V.  

- ¿A que te sorprende que no haya lubricante en mi camerino?- dijo V, sonriendo. 

- Ya me dijiste que sólo bailas, te creí a la primera. No creo que seas una puta... y esto no te convierte en una, en todo caso la puta soy yo... 

Notó la mirada penetrante del bailarín y lo siguiente que notó fue como éste le besaba con demasiada ansia, le tomó de la cintura y cayeron en la cama. V giró, se puso encima de él y le besó con brusquedad mientras restregaba su miembro ferozmente sobre el miembro de JungKook. 

- Olvida todo... sólo céntrate en esto...- gimió V, moviéndose sobre el cuerpo de JungKook.
JungKook gimió, no le resultaba difícil olvidar su vida y centrarse en aquel muchacho, no porque se moviera bien, sino porque lo poco que veía en él, le atraía. Mordió el labio inferior del chico, le hizo girar por la cama y abrió sus piernas de forma brusca, provocando que V gimiera. 

- ¿A qué esperas? 

Le quitó los tacones y echó aceite por su entrada. El primer dedo que introdujo pasó sin más, V no se quejó. Con lentitud introdujo el segundo y comenzó a meterlo y sacarlo. De pronto, un caos mental surgió en él, ¿qué se suponía que estaba haciendo? Y, cuando escuchó gemir a V, lo supo. No fue un gemido falso, ni por hacerle el favor, fue un gemido real, de placer puro. Volvió a sacar los dedos y los volvió a meter, golpeando en la zona sensible del chico. 

- Ah... ¡Jeon! 

Aquel gemido fue la perdición para ambos, el terminar de perder la cabeza. JungKook colocó la pierna de V sobre su hombro y, mientras la besaba, metía y sacaba sus dedos, logrando gemidos graves y deliciosos en el contrario. V, por su parte, se sentía en la gloria y no sólo por lo que JungKook le estaba haciendo, sino por como se lo estaba haciendo. Pensó que el chico llegaría, le follaría y se iría, sobre todo porque tenía prometida, pero no, aquel chico se estaba tomando su tiempo con él, no le veía como una máquina de dar placer, aquel chico, fuera quien fuera, se estaba preocupando para que también lo disfrutara, y vaya que si lo estaba disfrutando. 

- Je... Jeon... ¡Jeon! 

JungKook había aprovechado para introducir el tercer dedo y temía haberle dañado. 

- ¿Todo bien? 

V se mordió el labio inferior y asintió. JungKook continuó y V sintió como su entrada era dilatada dolorosamente por los tres dedos de JungKook hasta que, lentamente, comenzó a sentir placer.  

- Dime que tienes condones. 

- ¿Qué clase de hombre eres? 

- Uno que folla sin condón. No me juzgues, no lo necesito. 

- No continúes- pidió V. JungKook estaba a punto de volver a hablar de su novia, se notaba que la quería y había llegado a un punto en el que el propio V estaba convencido de que Jeon se marcharía sin acabar- en mi cajón, en mi tocador. Nos los reparten, por si acaso- el chico se encogió de hombros. 

JungKook cogió la caja, la abrió, se puso uno y se giró hacia V que, en aquel momento se estaba penetrando él mismo con los dedos. 

- ¿Divirtiéndote sin mi? 

- Estás tardando mucho... 

JungKook echó un chorro de aceite sobre su miembro y lo situó en la entrada de V, lentamente empujó y V se agarró a los hombros de JungKook. 

- Eres demasiado apretado... 

- Y tú... demasiado grande... 

Lentamente, JungKook fue entrando y V fue soltando el aire de sus pulmones, para cuando JungKook terminó de entrar, V sentía que estaba ahogado... y lleno. Jamás, en su vida, había sentido una tan grande. También cabía recalcar que su vida sexual no era tan amplia como uno se imagina dado el trabajo que tenía. 

Rasguñó los hombros del chico en el momento en que JungKook se movió en círculos para dilatar su entrada y cuando le sintió salir para luego volver a entrar y embestirle, sólo pudo chillar. 

- Sigue... así... espera un poco... 

- Lo que necesites... 

Mierda, ¿por qué aquel chico era tan dulce con él? A pesar de que aun le dolía a horrores, le besó con fiereza y, cuando se separó, le miró con determinación. 

- Muévete... deprisa... vamos... 

- ¿Seguro? 

- Has venido para joderme... un polvo y no nos volveremos a ver... fóllame como nunca follarás a la princesita con la que te casarás... 

JungKook apretó las mandíbulas, tragó saliva y comenzó a embestirle con fuerza, haciendo como que los sentimientos de aquel chico no le importaban, simulando que sólo era sexo, fingiendo que sólo era un desahogo antes de la vida matrimonial. 

- ¡Jeon! 

V le agarró del pelo, cruzó las piernas por detrás de su espalda y se mordió el labio inferior, sintiendo como el miembro de aquel chico golpeaba su próstata una y otra vez de un modo tan delicioso que se sentía enloquecer. 

JungKook, por su parte, movía sus caderas, escuchando los gemidos de aquel extraño con quien estaba compartiendo el momento más íntimo y real jamás hubiera compartido con cualquiera de sus conocidos, incluyendo a su prometida. Se tumbó completamente encima de él, escondió su cabeza en el cuello del contrario y le mordió, succionando y marcando su piel. Notó como el chico le abrazaba, arañaba su espalda y tiraba de su pelo con más intensidad mientras gemía más alto.   

Estaba siendo delicioso, el ambiente caliente, el incensar golpeteo de la cama contra la pared, los gemidos de ambos, su miembro atravesando las paredes de V y lo arañazos que recibía por parte de éste en la espalda. Pero nada podía durar para siempre y esto, como todo lo bueno, debía acabarse y el momento de acabarse fue cuando ambos notaron como el orgasmo les sobrevenía. 

- Jeon... sigue...   

- Estoy a punto... 

- Mírame... 

JungKook le miró fijamente mientras se movía fuertemente dentro de él, la mirada penetrante y cargada de deseo y placer fue lo que hizo que su cuerpo se estremeciera.   

- Me corro... Jeon... vas a hacer... que me corra... 

JungKook puso su frente sobre la de V y empujó con fuerza. Un grito por parte de ambos fue el testigo del momento en que llegaron al final. Lentamente y, con fuerza, JungKook continuó las embestidas hasta que sintió que ambos estaban totalmente satisfechos y sensibles por el orgasmo. 

Salió de él con delicadeza y, por el esfuerzo, se tumbó sobre él con una quejido de cansancio.  

- ¿Estás agotado? 

- Lo estoy. 

Estuvieron en silencio durante unos minutos. V le acariciaba los arañazos que le había hecho a JungKook y éste le acariciaba la marca que le había hecho a V.   

- Yo... yo debería... 

- Claro... lo sé... 

JungKook se levantó, se vistió y se sintió mal, ¿en serio iba a dejar allí a V como si fuera una puta? 

- Podemos hablar- empezó JungKook. 

- Mira Jeon, te vas a casar, si tienes algún tipo de problema con tu chica, háblalo con ella- dijo V, poniéndose un pantalón negro suelto y una camisa blanca. 

- No quiero que pienses... 

- Yo no pienso nada, no te juzgo por haberte acostado conmigo estando prometido. 

- No quiero que pienses que te considero una fulana y no quiero que te sientas como tal al venir, follar contigo e irme. 

V le miró, se acercó y le besó con suavidad, beso que JungKook correspondió. 

- Eres un tipo con buenos sentimientos, la perra de tu novia es un tía con suerte. 

- La acabo de engañar. 

V rio con ganas. 

- La acabas de engañar conmigo, querido, en éste mundo no ha nadie más sexy y guapo que yo. En ese sentido lo lamento por ella... espero que seas capaz de superarme. Bueno, me voy, que tengas una bonita boda, luna de miel, que tengas muchos cachorros y que hagas feliz a esa infeliz... si te mueves en la cama con ella, como lo has hecho conmigo, al menos la harás feliz en ese plano. Adiós, bonito, el gusto fue mío. Y el placer también. Cierra cuando salgas. 

Le lanzó un beso en el aire y salió, más bien huyó, de allí. Una vez afuera, V se encendió un cigarro, nunca fumaba, pero lo necesita y mientras soltaba el humo, lloraba. No sabía quien era la maldita infeliz que se iba a casar con el Sr. Jeon, pero la odiaba, la odiaba porque quería estar en su lugar. Seguro ella no tendría ese trabajo de mierda, seguro ella no tendría las dificultades económicas que él, seguro ella no tendría que luchar por su vida como lo hacía él, seguro la vida de ella no era tan arriesgada como la de él, seguro la vida ella estaba llena de glamour y no como la de él, que estaba llena de maquillaje barato y aceite corporal. Pero no era todo eso lo que odiaba y envidiaba de aquella infeliz desconocida, no, lo que odiaba y envidiaba de aquella desconocida es que se acostaría y se despertaría al lado de él por el resto de sus días y, mientras tanto él estaba ahí, intentando saber cómo llegar a fin de mes y rogando a todos los cielos volver a ver a aquel hombre una sola vez. Sola una más. 

JungKook, por su parte, se quedó allí sin saber qué hacer, pensó en las palabras duras de V, para él sólo había sido sexo. Por que eso es lo que había sido. Sólo sexo. De pronto la realidad cayó sobre él. Había arruinado cuatro años y medio de relación estable, sólida y feliz con Joline por unos minutos de sexo con un stripper. ¿Qué había hecho? ¿Por qué lo había hecho? Se tapó la cara y pensó en Joline, seguro que ella debería estar ahora mismo en un bar exquisito con sus amigas modelos, bailando y divirtiéndose de forma sana, quizás estarían ya en la suite del hotel, todas en pijama, hablando de él.

Mientras tanto en un bar de Las Vegas... 

- ¡Suga, sigue!- grito Joline. 

El chico la tenía contra la pared, sujetando una de sus largas piernas y embistiendo con fuerza.
El chico la besó y, un par de estocadas después, ambos se corrieron. 

Lentamente, Joline bajó la pierna, cogió su ropa interior y, sintiéndose la peor persona del mundo, se la puso. 

- Oye...   

- No nos volveremos a ver- dijo la chica. 

- Sólo soy el barman que os ha atendido...- dijo Suga. 

- Yo... me voy a casar. 

- Se feliz. 

La chica se atusó el pelo y salió del reservado de los camareros. 

- ¡Te estábamos buscando!- dijo Karly. 

- Estaba hablando con JungKook- mintió. 

- ¡Deja a JungKook y ven con nosotras a bailar y beber!- dijo Cara. 

- Oye, el barman es muy mono- observó Tylor. 

- ¡Y mira bastante hacia nosotras!- dijo Adriana. 

- Somos modelos- dijo Joline, tratando de mantener la calma- y ella una cantante famosa- añadió, mirando a Tylor- le han puesto aquí para servirnos y mirar no hace mal. 

- Tiene cara de rompecorazones- opinó Karly. 

- Sí, de típico chico malo- corroboró Cara, bebiendo de su copa. 

- ¡Saquémosle a bailar!- propuso Adriana. 

- ¡No! 

Pero Karly, Cara y Adriana ya habían ido a la barra a hablar con Suga. 

- ¿Estás bien?- preguntó Tylor, acercándose a Joline y abrazándola- desde que llegaste de hablar con Kookie estás nerviosa. 

- Es que... bueno, sabes como es la prensa, si nos ven aquí con un chico... sólo no quiero tener problemas... 

- Cariño, tu novio habrá ido a un club de streaptease... ¡es una despedida de solteros! ¡No te amargues! 

Por toda respuesta, la abrazó y, cuando se separó de ella, Suga estaba allí. 

- Deberías bailarle algo sexy a nuestra novia- propuso Adriana. 

- ¡Oh, no!- dijo Joline. 

- ¡No sé bailar!- dijo Suga, con cautela- pero puedo invitaros a la siguiente ronda. ¿Qué van a querer? 

Las chicas pidieron sus bebidas y así continuó la noche. 

A la mañana siguiente, Joline despertó temprano y, mientras sus amigas dormían, ella se tomó un café mientras pensaba en la noche de ayer. Seguro que JungKook, como el novio perfecto que era, había ido a un bar con sus amigos, se había despedido y luego se había ido a dormir pensando en ella. Era de lo peor, sin duda había hecho gala a su apellido, o peor, estaba segura que su padre nunca hizo algo así. 

- ¿Estás bien?- preguntó una voz a sus espaldas. Era Karly- ayer Taylor me comentó que no estabas muy bien después de hablar con Kookie, ¿discutieron? 

- ¡No! Él es perfecto... 

- Claro que lo es, pero no quita que tengáis una discusión. 

Se replanteó en contarle a su amiga su desliz con aquel barman, pero no podía, o sí. 

- ¿Reunión de modelos y no me avisáis?- preguntó Cara, con una bata y el pelo revuelto. 

- Me siento insultada, ¡la veterana soy yo!- dijo, Adriana, riendo y peinando su larga melena negra. 

- Oh, entonces sobro- bromeó Taylor, quitando los restos de su eyeliner de la noche anterior. 

- Esto... 

- Joline, estás muy rara desde ayer- observó Adriana. 

- ¿Estás segura que todo va bien con JungKook?- preguntó Tylor. 

Todas estaban a su alrededor, la preocupación era patente en sus rostros y no pudo más que echarse a llorar. 

- Anoche... cuando dije que estaba hablando con JungKook... en realidad... me acosté con Suga, el barman. 

Joline se tapó la cara y se echó a llorar, esperaba que sus amigas la regañaran por lo que  había hecho pero, en su lugar, sintió un abrazo grupal. 

- Vamos al sofá- propuso Adriana- háblalo con nosotras. 

Se sentaron y Joline habló, soltando toda la culpa. 

- No estoy mal con JungKook, entenderme, es mi primer novio y yo le quiero mucho, además hemos pasado mucho para poder sacar lo nuestro a la luz... ¡Ya sabéis cómo son las fans coreanas! 

- ¡Todas estamos de acuerdo en que lo hicisteis muy bien!- observó Tylor- te ganaste el cariño de sus fans. Sigue, cielo. 

- En verdad, cuando me pidió matrimonio, fue toda una sorpresa y yo sólo le dije que sí porque pensaba que... que tras la crisis de pareja que habíamos pasado, era una señal el matrimonio, ¡JungKook era el hombre de mi vida!   

- ¿Era? ¿No lo es?- preguntó Cara. 

- ¡Claro que lo es! 

Las chicas se miraron, no entendían nada. 

- Bien, vayamos al ayer- dijo Karly que quería introducir algo de sentido común a aquella conversación- ¿Qué pasó entre Suga y tú? 

- Estuvimos hablando- respondió- tú y Tylor estabais bailando y Adriana había ido con Cara a retocarse el maquillaje al baño. Así que me quedé sola en la barra y estuvimos hablando mientras me preparaba una bebida. Me dijo que sólo estaba allí por unas noches, que en verdad era productor de música de su mejor amigo, supongo que me lo dijo porque me vio contigo- añadió mirando a Tylor- a lo mejor es sólo barman y se quiso aprovechar... ¡pero yo estaba muy borracha! Dios, ¿es que no he aprendido nada de mi padre?- suspiró, de nada valía lamentarse ya- el caso es que me empezó a parecer demasiado sexy, su voz grave, su forma de actuar, sus rasgos asiáticos, era coreano, igual que JungKook... y bueno... pasó. 

Se formó un pequeño silencio en la sala tras la confesión de Joline. 

- ¿Quieres continuar la boda?- preguntó Cara- ¿quieres continuar con JungKook y todo lo que ello supone? 

- Sí, claro que quiero. Lo sigo pensando. Aquella crisis de pareja me abrió mucho los ojos, hasta vosotras os dais cuenta ¡estamos mejor que nunca! ¡Sé que es el hombre de mi vida! 

- Pues no le digas nada de lo que ha pasado con ese tal Suga- replicó Cara. 

- Mañana todas volveremos a Los Ángeles, él se quedará aquí- observó Adriana. 

- En un mes te casarás con JungKook- continuó Karly. 

- Y jamás volverás a ver a Suga- sentenció Tylor. 

Joline asintió. Aquel día fue bastante extraño para las cinco amigas. Decidieron que lo peor para Joline era quedarse en el hotel, así pues ordenaron que su equipaje fuera llevado al Aeropuerto y ellas se vistieron con la mejor ropa casual que tenían, se maquillaron, se pusieron sus mejores tacones y salieron a dar el último paseo por Las Vegas. 

La gente se apartaba al verlas, las miraba, les hacía fotos, las chicas ni se inmutaban, o fingían que no se inmutaban. Y, cuando se subieron en una furgoneta para ir al aeropuerto, descansaron y dejaron las formas a un lado. 

- En unas horas estaremos en Los Ángeles- dijo Tylor. 

- Trata de no mortificarte- susurró Cara- es un hecho aislado.   

- No le vas a volver a ver y nosotras no vamos a decir nada- dijo Karly. 

- ¿Y si me reconoce por las pasarelas? ¿Y si habla? 

- Es su palabra contra la nuestra- dijo Adriana. 

- Diremos que no te separaste de nosotras- corroboró Tylor. 

- JungKook no va a creer a un barman antes que a nosotras... o a ti- dijo Cara.

A las horas, Joline se encontraba en casa, JungKook no había llegado, se dio un baño relajante, o lo más relajante que pudo y llamó a su padre. 

- ¿Cómo está la futura novia? 

- Cansada... 

- ¿Te divertiste? 

- Mucho... 

- ¿Qué te pasa? 

Mierda, ¿Por qué pensó que su padre no adivinaría que le ocurría algo?  

- Cansancio acumulado... falta un mes para la boda... ya sabes... 

- ¿Sigue en pie lo de mañana para conocer a los padres de JungKook? Podemos cambiarlo para otro día, pareces agotada... 

- No te preocupes, cuanto antes, mejor- resolvió Joline- ¿ira Courtney? 

- ¿Prefieres que ella no vaya? 

- Bueno, es tu mujer- dijo Joline- lo lógico sería que fuera. Por cierto- cambió de tema drásticamente- como mi mejor amigo y el mejor amigo de JungKook han estado trabajando mucho, no nos hemos podido conocer. A parte, bueno, ya sabes como es TaeHyung para las cosas sociales... y, al parecer, YoonGi, el amigo de JungKook, no se queda atrás. Así que JungKook ha pensado que estaría bien que vinieran a la comida, ¿te parece bien? 

- Sí, no estaría mal, hace tiempo que no veo a Tae, ¿sigue trabajando de bailarín? 

- Sí...- la nota agria en la voz de Joline hizo que su padre aparcara el tema. 

A las hora, Joline estaba en la cama, en ropa interior, peinando su largo pelo rubio. Escuchó la puerta y corrió para recibir a JungKook, según le vio se le tiró encima, éste le correspondió el abrazo sintiéndose la peor persona del mundo. 

- Te quiero, Joline. 

- Yo también te quiero, JungKook. 

- Te he comprado esto- el chico sacó una pequeña caja de Tiffanys con un colgante en oro blanco y dos "J" unidas. 

Joline jamás pensó que podía sentirse peor. Estaba equivocada, cuando JungKook le puso aquella joya, se sintió aun peor. 

- Te he echado de menos, vamos a la cama- dijo la chica.

Al día siguiente, la pareja trató de seguir su vida de la forma más normal posible. Por suerte para ambos, habían quedado con sus respectivas familias. 

Quedaron en buscar primero a sus amigos y reunirse allí. Así puesto, JungKook fue a buscar a YoonGi y Joline a TaeHyung. 

- Te va a encantar JungKook- dijo Joline, entrando en el restaurante. 

- Jamás esperé que te fueras a casar con él, pero me alegro que seas feliz.
Se abrazaron y continuaron hablando y riendo.   

- Así que con una modela de Victoria's Secret, hija de una estrella del rock... te lo has montado muy bien, hermano- dijo YoonGi. 

- ¡Ella es perfecta! ¡Te va a encantar! ¡Allí está! ¡Nena! 

En el momento en el que Joline y su acompañante se giraron y los cuatro se miraron, las sonrisas desaparecieron.

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