Aceptación
Habían pasado un par de días felices, antes de que llegara la próxima misión, se escondieron en la nueva residencia del pilar del sol para que ningún chismoso los molestara. Tanjiro estaba muy feliz con ese arreglo.
La noche después de su llegada, el pilar más joven había intentado por todos los medios contenerse, pero cuando Kyojuro se presentó ante él con un semblante preocupado y su yukata medio abierta, mostrando parte de su pecho, preguntándole si necesitaba que hicieran el ritual esa noche, pues... su autocontrol se fue junto con los demonios que había eliminado los días anteriores, directamente camino al infierno.
El pilar de las llamas se sentó a horcajadas sobre él, despojándose de sus ropas y moviéndose sensualmente, buscando más fricción entre los miembros cubiertos de ambos. Tanjiro miraba todo embelesado, sin poder hacer otra cosa que gruñir en voz baja y apretar los dientes cuando las fuertes manos de su maestro se dirigieron hasta su pecho, apretando sus pezones, él había jugado con los de su mentor las veces anteriores y sabía que la sensación podía ser placentera, pero era una cosa muy distinta experimentarlo en carne propia, y más si era Kyojuro el que lo hacía. Tanjiro también quería tocar a su amante así que se concentró en desatar el fundoshi del otro, si apretaba de tanto en tanto sus erecciones nadie se estaba quejando por ello.
Cuando tuvo a Rengoku completamente desnudo sobre sí, Tanjiro se incorporó pegando sus pechos y juntando sus bocas. El pilar de la llama respondió entusiasmado, restregando sus pezones contra los de su aprendiz sacándoles un sonoro gemido a ambos, a la vez enredó sus manos en los rojizos cabellos, haciendo que el mas joven inclinara su cabeza hacia atrás para poder besarlo mas fácilmente.
Tanjiro se sentía en el cielo, la lengua de Kyojuro ora luchaba contra la suya quemando el interior de su boca con su húmedo calor, ora se retiraba para dar paso a los hambrientos labios del pilar que chupaban los suyos y se dejaban morder por el pilar del sol, que tenia igual apetito por su compañero.
Tanjiro apretaba entre besos las nalgas de su mentor, instándolo a moverse y frotarse mas contra él, cuando su mano se movió hasta el dulce lugar por el que pronto estarían conectados, el mayor de los Kamado se sorprendió al encontrarla mojada y suave para él, tanto que pudo deslizar dos dedos en aquel cálido interior. Kyojuro gimió contra sus labios ante la intrusión y Tanjiro dejó de besarlo por un instante, sonriendo como un tonto.
- Rengoku san... acaso tú, ¿te preparaste para mí?
- Lo hice - dijo el otro mirándolo directamente a los ojos, sus mejillas y la punta de sus orejas estaban rojas.
Tanjiro metió la cabeza en el hueco del cuello de Kyojuro, respirando profundamente su aroma.
- Gracias, ¡eres el mejor Rengoku san! - dijo, mientras clavaba sus dígitos en el mojado agujero, moviéndolos y apretando las falanges contra su próstata.
El rubio ya estaba soltando liquido preseminal, su miembro y el de su chico apretados entre sus cuerpos. No pudo evitar soltar un quejido cuando un tercer dedo lo abrió.
- Ahh...Tanjiro... si sigues así voy a terminar solo con tus dedos...- susurró junto a la oreja del otro, para luego comenzar a lamerla mientras se empalaba contra los dígitos.
Tanjiro gemía por el placer, sus cuerpos húmedos por el sudor frotándose incesantemente, la caliente lengua de su maestro devorando su oído, y la forma en que las paredes de pilar apretaban deliciosamente sus dedos lo tenia al borde, pero por mucho que quisiera verlo correrse solo por su mano, también quería meter su verga en la ardiente cavidad por lo que los sacó dejando a Kyojuro gimiendo decepcionado.
- Rengoku san, ¿me alcanzas el aceite? - preguntó jadeando.
Kyojuro se separó un poco y le alcanzó el frasco que le pedía su chico, este embadurnó su virilidad con él, moviendo su mano lánguidamente de arriba abajo y el pilar de las llamas solo quería ser ensartado de una vez por todas, ese pensamiento lo avergonzó, pero no pudo apartar los ojos del trozo de carne que Tanjiro tan meticulosamente lubricaba para él, ni del rostro rojo por el esfuerzo y el control que poco a poco su aprendiz estaba perdiendo sobre sí mismo.
Tanjiro casi da un brinco cuando la mano de Rengoku se unió a la suya sobre su polla, el mayor de ambos cazadores se alzó sobre sus rodillas, y guio a aquel miembro hasta su rosada apertura, bajando poco a poco, lentamente, ambos amantes gimieron cuando la cabeza por fin traspasó el primer anillo de músculos, Kyojuro podía sentir cada vena del pene que lo perforaba rozar contra sus paredes, haciéndole ver las estrellas entre la mezcla de placer y dolor.
Tanjiro miraba con rapta atención como su hombría desaparecía tragada entre las piernas del otro, abrazó a Rengoku por la cintura pegándose mas a a él, hasta que estuvo completamente dentro, Kyojuro respiraba entrecortadamente ajustándose a la penetración. El más joven moría por moverse, pero esperaría hasta que su maestro le dijera que podía hacerlo. Pero al parecer el otro cazador tenia otros planes, se movió un poco ajustando la posición para luego empezar a subir y bajar lentamente su trasero, clavándose el mismo contra la verga de Tanjiro.
Como no estaban arrecostados contra nada y debido a la sorpresa el pilar del aliento original cayó de espaldas sobre el futón con Kyojuro encima, que seguía moviendo sus caderas, ahora un poco mas desesperadamente. Tanjiro apretó sus nalgas con fuerza, abriéndolas y comenzó a embestirlo a la par que el otro se dejaba caer contra su verga, el resultado fue instantáneo, Kyojuro ahogó un grito, mirando a su chico con sus incandescentes ojos, el olor de su lujuria entrando con más intensidad por las fosas nasales de Kamado y embriagando sus sentidos.
Rengoku apoyó sus brazos a cada lado de la cabeza de su compañero, su dorada y roja cabellera caía como una cortina alrededor de los rostros de ambos, encerrándolos en una burbuja donde solo existían ellos dos y el calor de sus cuerpos, el placer que obtenían el uno del otro, nada más importaba.
Se movieron en sincronía, llenando la habitación de los obscenos y viscosos sonidos que extraían de donde estaban unidos, de sus jadeos y gruñidos. Volvieron a besarse, consumiéndose los dos en el fuego del otro.
- Tanjiro me... ah... ahg ... voy a venirme mi chico - jadeó el pilar la las llamas.
- Hazlo Rengoku san, nhg, yo también... estoy ahí... quiero verte...- dijo entrecortadamente - mírame a los ojos cuando lo hagas - suplicó, llevando una de sus manos hasta el amado rostro de su mentor y sujetando las sedosas hebras doradas.
Rengoku asintió con la cabeza, moviéndose a la par de cada estocada de su discípulo, que ahora habían perdido parcialmente su ritmo anterior y se notaban desesperadas, cada uno persiguiendo su propio placer.
Tanjiro sintió el cuerpo sobre él estremecerse, las húmedas y calientes paredes exprimiendo su miembro viril con cada espasmo, haciéndolo ver fuegos artificiales allí en su habitación, Kyojuro había mantenido su palabra, enfocando sus ojos solo en él mientras ambos llegaban a la cima del placer, el pilar de las llamas tenia la boca abierta y babeaba, sus ojos estaban húmedos y tenia la mirada perdida en los del pilar del sol, sonoros gemidos se escapaban de su garganta, uniéndose a los de Tanjiro, que derramaba su simiente bien adentro de aquel cuerpo, quería impregnarlo con su semen, llenarlo, hasta que sus aromas fueran uno solo, que Tanjiro, aun con su agudizado sentido del olfato no pudiera distinguir entre los dos.
Bajar de la cima, fue casi tan dulce como subir a ella, Rengoku dejó caer su cabeza sobre uno de los hombros de Kamado, suaves sollozos habían reemplazado los casi gritos de su orgasmo y el más joven podía sentir como su miembro se ablandaba aun metido entre las nalgas del otro. Kyojuro, para no aplastar e incomodar a su amante, rodó hacia un costado, gimoteando al sentir el miembro de su muchacho deslizarse fuera de su entrada. Tanjiro respiraba agitadamente, se giró hacia el otro pilar, que no estaba en mejores condiciones.
- Rengoku san, ¿estás bien?
Kyojuro abrió los ojos para mirarlo.
- Estoy bien joven Kamado... no te preocupes por mi - dijo con una sonrisa cansada.
Tanjiro se incorporó, buscó unos paños y los humedeció para luego volver al lado de Rengoku en el futón.
- Voy a limpiarte Aniki. - Delicadamente, pasó el paño por su frente y cuello, limpiando el sudor, bajó hasta su pecho y vientre, donde quitó las manchas blanquecinas de su descarga.
- ¿Puedes girarte un poco? - preguntó.
El pilar de la llama hizo lo que le pedían, solo para que su antiguo estudiante separara sus glúteos y pasara el paño suavemente limpiando su entrada, y la parte interna de sus muslos.
Tanjiro contuvo la respiración al ver como el agujero de su maestro se contraía dejando salir espesas y resbalosas gotas de su semen, las limpió con el trapo, resistiendo el deseo de meter un par de sus dedos en el jugoso orificio y ver a Rengoku chillar por el placer que abusar de aquel sitio pudiera causarle.
Cuando terminó sus ministraciones se limpió el mismo rápidamente y descartó el trapo en la basura, se acomodó junto al otro pilar que lo miraba con agradecimiento.
- Si te molesto puedo irme a la otra habitación - dijo Kamado.
Kyojuro negó con la cabeza.
- Soy yo quien debería irse a otra habitación si soy una molestia - respondió Rengoku, ese chico suyo era demasiado considerado.
- ¡No! Aniki, nunca has sido una molestia. - exclamó el mas joven.
- Entonces no digas tonterías Tanjiro, ¡como podrías molestarme! ¡Hemos dormido juntos muchas veces antes, nuestra primera noche también!
- Ah... sí... jajaja - dijo el chico avergonzado, se cubrieron con sus yukatas y se cubrieron con las mantas. - ¡Olvidé apagar las luces!
- ¡Yo lo haré! - se le adelantó Kyojuro, levantándose y dejando por fin la habitación en sombras. Luego volvió y se metió junto a Tanjiro bajo las sábanas.
- Rengoku san... tu... ¿te sientes humillado por esto que hacemos? Sé que para un hombre de tu clase esto debe ser...
- Mi chico, ¿de que estas hablando? ¿Humillado? - Kyojuro se giró hasta quedar frente a Tanjiro - Nunca me he sentido de esa manera junto a ti, siempre me has tratado con respeto, siempre te esfuerzas por hacerme sentir bien, aun si no es parte de tu deber, te estoy agradecido. - posó una de sus manos, sobre el rostro de su aprendiz, acariciándolo dulcemente. No podía evitar caer más profundamente cada segundo que pasaba a su lado. Cuando todo esto terminara, si Tanjiro no lo necesitaba mas en un futuro, al menos tendría estos momentos como recuerdos a los que aferrarse por el resto de su vida.
- Soy yo el que esta agradecido. - respondió Tanjiro, poniendo su mano sobre la del otro pilar.
Kyojuro sonrió.
°°°
Un par de días después, el mayor de los Rengoku y actual pilar de las llamas se llenó de valor y se presentó en su residencia dispuesto a hablar con su padre. El hombre lo miraba con enfado aun, pero accedió a charlar con él.
Mientras Tanjiro conversaba con su hermana:
- Hermano, entonces la razón por la que Shinjuro esta molesto ¿es por tu romance con Kyojuro san?
- ¡No es un romance Nezuko! - dijo el mayor de los dos escandalizado - no... ¿no te parece mal?
La joven negó con la cabeza con una risita.
- Oniichan siempre se preocupa demasiado, todo el mundo sabe que te gusta Rengoku san...
- ¡Todo el mundo! ¿A qué te refieres con eso?! ¿quién es todo el mundo? - exclamó, y casi zarandea a su hermana.
- Eres muy obvio hermano, al menos todos estamos de acuerdo en que tenias una gran obsesión por el pilar de las llamas. Hasta Tamayo san lo comentó una vez, y eso que ella solo los vio a ustedes juntos por un par de minutos. - se reía Nezuko. - Zenitsu e Inusuke están de acuerdo, y hasta Tomioka san decía que estabas muy apegado a Kyojuro nii.
Tanjiro abría y cerraba la boca como un pez, él había intentado que no se notara... pero sí, Kyojuro le gustaba demasiado, lo amaba, no tenia remedio. Se dio un manotazo en la frente, por ser tan idiota.
- Es como dices hermana, Rengoku san me gusta mucho, y hacemos una buena pareja... - añadió - quisiera que pudiéramos estar juntos y ser felices, ¡tengo que cortejarlo apropiadamente!
- ¡Así se habla hermano! ¡Senjuro y yo los estaremos apoyando!
- ¿Senjuro kun está de acuerdo?
- Bueno, él no lo sabe aún, pero estoy segura de que lo que más quiere en el mundo es la felicidad de su hermano mayor, tal como yo...
Tanjiro no pudo evitar sonreir, sus ojos se aguaron por un momento, estaba tan feliz de tener a su hermanita de vuelta, Nezuko aprobaba su relación con Kyojuro, ¡lo apoyaba incluso!
- ¿Crees que pueda conquistarlo?
- Hermano, el sujeto esta defendiendo tu honor delante de su padre, se ha mudado contigo, y según me cuentas están muy felices juntos cada vez que hacen su ritual...- dijo con una amplia sonrisa.
- ¡No te he comentado nada de eso!
- No hace falta, se te nota en la cara. Te conozco Kamado Tanjiro, se cuando estas feliz. No sé si el te vea como tú a él, hermano, Rengoku san es una persona muy difícil de leer a pesar de ser un hombre tan honesto. - dijo pensativa- pero el confía en ti, y siente afecto por ti, ¡creo que no vas mal encaminado!
- Aun así, no sé si estaría bien Nezuko, él es el hijo mayor de una familia con un gran linaje, hay expectativas... él podría... yo podría no ser suficiente para él.
Tanjiro se encontraba en un gran conflicto, por una parte deseaba cortejar a Kyojuro, tenerlo siempre a su lado, como su esposo, pero por otro, él sabia lo que se esperaba de un hombre como Kyojuro, el pilar de las llamas no solo era el ideal de todos los cazadores, el ejemplo perfecto de lo que debería ser un pilar, también era todo lo que un hombre debería ser, y mas uno nacido y criado en una familia noble, le aterraba que Kyojuro, tal como ahora cumplía sus deberes como pilar de las llamas realizando el ritual junto a él, lo abandonara o peor, se sintiera deshonrado al no poder cumplir con su deber para con su familia. El joven pilar del sol queria golpearse, su mentor y amigo siempre se esforzaba en hacer felices a los que lo rodeaban, muchas veces descuidándose, ¿acaso no merecía vivir más allá de las expectativas que otros como el mismo Tanjiro tenían de él? ¿Podría Tanjiro hacerlo feliz? ¿No le estaría robando el fututo a Kyojuro, al lado de una buena esposa y con hijos? Un futuro donde pudiera perpetuar sin vergüenza el nombre de su familia...
Sacudió la cabeza, que hacia pensando tantas cosas, dudar de Rengoku era una falta de respeto, si su maestro decidía que quería terminar con todo eso algún día, el mayor de los Kamado no lo retendría. Y si por azares de la vida (y su propio esfuerzo) Kyojuro quisiera quedarse a su lado, él se esforzaría hasta lo imposible por hacerlo feliz.
Nezuko lo miraba con una dulce sonrisa, la misma que a veces ponía al ver a sus hermanos menores cuando se esforzaban en las tareas del hogar para intentar ayudarla y terminaban dándole mas trabajo.
- Asegúrate de preguntarle a él antes hermano. - fue todo lo que dijo.
A Tanjiro le pareció que le habían leído la mente, bueno, ella era su hermana, esas cosas eran posibles.
- ¡Gracias Nezuko!
- ¡Hum! Mira - dijo señalando hacia la entrada de la habitación. - ¡ya volvió tu esposo!
El pilar del aliento original casi tiene un infarto allí mismo. menos mal que Kyojuro no podía oir bien la mayoría de las veces.
- Aniki, ¿cómo te fue?
- ¡Padre ha entrado en razón! - exclamó con su usual entusiasmo. Claro, Shinjuro había sido un hueso duro de roer, pero fue convencido con los hechos, que le mostró Kyojuro, no hubo que mostrarle mucho porque el pobre casi le da un infarto al ver el diario de uno de los pilares anteriores donde narraba su encuentro carnal con su amante y compañero pilar del sol. Naturalmente el patriarca de los Rengoku amenazó con matar al "tipo ese" si veía algún rasguño en su hijo, por lo que Kyojuro decidió que a partir de ese momento no tomaría ningún baño con su padre, o con su hermano, mejor ahorrarles el trauma.
- ¡Que bien!
- ¡Podemos ir a cenar a la casa hoy!
- ¡Estupendo!
Nezuko le dio un golpe con el pie por debajo de la mesa a la que estaban sentados.
- O mejor, podríamos ir a cenar tu y yo a algún sitio Aniki...- dijo con convicción.
- ¿Pero pensé que querrías comer con Nezuko y los demás hoy?
- Yo concuerdo con mi hermano, Kyojuro san, además, el señor Shinjuro necesita un periodo de enfriamiento, para que se calme lo suficiente y no le salte a la garganta a mi hermano.
El pilar de la flama soltó una carcajada.
- ¡Es cierto joven Nezuko! ¡No quiero que mi padre sufra otro cabezazo o uno de tus regaños otra vez!
La chica miró a su hermano con una sonrisa triunfal.
- Entonces, ¡saldremos a comer joven Kamado! De paso patrullamos el área, es nuestro dia libre pero aun asi no hay que descuidarse ahora que los dos somos pilares. - dijo alegremente, se excusó con los hermanos y se fue a otra habitación. La proposición de su chico casi sonaba como una cita. ¿debería usar su uniforme, u otra cosa?
Nezuko también se despidió de su hermano, deseándole suerte, aunque por dentro lo que queria decir era: Te compadezco hermanito, quizás de aquí a diez años Kyojuro nii se de cuenta de que lo estas cortejando.
°°°
La "cita" transcurrió estupendamente, aunque Tanjiro se martirizaba por haber ido en su uniforme de cazador "eres un imbécil Tanjiro" se decía "Rengoku san se esforzó en verse tan bonito y aquí estas tú... como siempre" , Kyojuro había escogido una camisa roja y un kimono blanco, a juego con unos pantalones hakama blancos igual, la tela de excelente factura se sentía muy suave sobre su piel y combinaba con su haori de llamas, al cinto lucia su espada y se había recogido el cabello por completo en un alto moño, se semblante parecía el mismo de siempre pero por dentro estaba prácticamente gritando por lo idiota que había sido, por supuesto que Tanjiro no había pensado en su salida como una cita... y él, como el tonto que su padre siempre le recalcaba que era, había leído demasiado en la inocente invitación de su compañero. Definitivamente se metería en el primer agujero que viera por el camino.
La tarde y noche fue pacifica, los dos cazadores cenaron tranquilamente, tan tranquilo como se podía con los incesantes ¡Umai! de Rengoku, pero todo el mundo lo conocía en su ciudad así que estaban acostumbrados, Tanjiro disfrutaba de verlo comer con tanto gusto y le ofrecía mas comida de su plato, incluso dándosela directamente de sus propios palillos, esa acción sucedió varias veces hasta que el pilar pelirrojo sintió la acusadora mirada de varios comensales sobre él. Kyojuro no parecía darse cuenta de nada, pero él estaba siendo un maleducado, así que se limitó a poner la comida en el plato del otro y a servirle mas bebida. No notó la expresión triste de Rengoku cuando dejó de hacerlo.
Luego se fueron a patrullar o lo que era lo mismo, ponerse a dar vueltas por la ciudad durante un par de horas, hablando de cualquier cosa que se les viniera a la mente, desde las ultimas aventuras de Inusuke hasta lo que harían si derrotaban a Muzan.
- ¡Me gustaría poder ver a las personas que amo todos los días! - exclamó Kyojuro. - a Senjuro, al padre, ... a ti - dijo bajando la voz, - ¡a todos los demás también por supuesto!
- ¡Yo también quiero verte todos los días Aniki! - respondió Tanjiro.
El pilar de las llamas sintió que su corazón se saltaba un latido, el otro hombre lo miraba lleno se seguridad y determinación, y su deseo sonaba como una promesa.
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