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Capítulo 7

Liam

Cuando Stiles irrumpió en la oficina, le indiqué la dirección correcta. Ni siquiera me levanté a escuchar a escondidas, porque en realidad estaba trabajando, para variar. Averigüé lo que estaba pasando más tarde, gracias a Jordán, y estaba más que encabronado. El bastardo que había embarazado a mi hermano y lo había abandonado se había presentado en su puerta. Podría matarlo. Iba a cortar sus miserables bolas. Tú no te metes con mi hermano.

Estaba llevando mi ira hacia la cocina, arreglando la cena. Sé que he dicho repetidas veces que yo no cocino para nadie, pero actos desesperados requieren medidas desesperadas, o lo que sea.

—¿Cómo diablos entraste en mi casa?—preguntó Scott apenas entrando a la cocina.

—Hola, Scotty. —Sonreí—. ¿Tuviste un buen día en el trabajo?

Arrojó sus llaves a la encimera—. Contesta la maldita pregunta antes de que te arreste por allanamiento de morada.

—Encontré tu llave de repuesto. —Expliqué. No necesitaba saber que había estado espiándolo desde mi habitación.

—¿Así que decidiste entrar y asaltar mi cocina?—preguntó incrédulamente.

—No, tonto. —Contesté—. Estoy cocinándote la cena porque necesito un favor, y estaba esperando poder adularte primero.

—Sea lo que sea, la respuesta es no. —dijo Scott. Lo ignoré y puse el pollo de vuelta en el horno por unos cuantos minutos más. Entonces, esperé. Finalmente, no pudo soportarlo más—. De acuerdo, ¿de qué se trata? —Era tan sencillo.

Para calmarlo un poco, arreglé para los dos un plato y me senté junto a él en la barra—. ¿Qué sabes sobre el padre de Leo?

—No mucho. —Contestó, encogiéndose de hombros.

Eso era entendible. No era uno de los temas favoritos de Stiles, y Scott no parecía del tipo curioso—. Stiles tuvo un poco de exceso de diversión en un baile de máscaras, y nueve meses después, el pequeño Leo apareció. El problema es que él no tenía idea de quién era el tipo enmascarado. —La mierda del misterio era sexy, pero era un dolor en el culo cuando no te llegaba el periodo al menos para las mujeres. Lástima para mi hermano que era de los pocos hombres en quedar embarazado, al igual que yo. Malditos genes—. El tipo nunca regreso... —me detuve, para efectos dramáticos— hasta ahora. Él le dejó la máscara del baile a Stiles, en su casa, así que Allison puso cámaras de vigilancia para atraparlo si es que volvía. Stiles y Leo fueron a casa de Derek, así que eso nos deja a ti y a mí la operación de vigilancia.

Me miró por un momento. Estaba esperando que me sacara a patadas, pero me sorprendió tremendamente—. De acuerdo.

—¿Qué? ¿De acuerdo?

—Pero tienes que escucharme. —dijo Scott—. Si el bastardo se aparece, no puedes solamente correr tras él.

—¿Le puedo disparar?—pregunté.

Sacudió su cabeza. Demonios—. Sin embargo, te dejaré paralizarlo.

Esto era el principio de una hermosa amistad.

Para la primera parte de la vigilancia, Scotty y yo fuimos a su oscura lavandería, en donde la pequeña ventana tenía una excelente vista a la puerta principal de Stiles. Tenía mis binoculares, y él se sentó junto a mí en la secadora, con un plato en la mano—. Sabes, Satán, eres un buen cocinero.

—Gracias —contesté ausente. Un auto se detuvo con Kate, así que no estaba prestándole mucha atención—. Oh, por Dios—golpeé su brazo—. ¡Mira! ¡Es la tatuadora!

—¿Qué? —Jaló los binoculares para ver por sí mismo—. ¡Esa es Jennifer! Pensé que estaba con Deucalion. ¿Crees que intercambien de bando?

Me pulí las uñas en mi playera, arrogantemente—. Yo las cambié a ambas.

—Deberías ser más cuidadoso con esos poderes, Liam—contestó sarcásticamente.

—Prometo que solo los usaré para el bien—dije, alzando mi mano derecha.

Las dos posibles lesbianas ni siquiera se abrazaron o se manosearon, ni nada, así que su orientación sexual seguía en duda—. Voy por unas sillas. Esta secadora está empezando a lastimar mi trasero  —dijo Scott.

—Tal vez deberías llenar una carga de sábanas o algo, también. —Sugerí. Si el horripilante papá del bebé no se mostraba, al menos habremos hecho algo. Scott sacudió su cabeza y salió del cuarto.

Momentos más tarde regresó con un camastro—. No creo que los dos quepamos. Si te controlas, podemos compartir. —Lo colocó en frente de la ventana.

Resoplé—. ¿Yo? Tu lo iniciaste las dos veces, y lo de la poptart fue un extra.  —Me dejé caer en su regazo. No había suficiente espacio como para apretujarme junto a él. El Oficial Buenote era un tipo grande.

—Si no me hubieras tentado en el juego de fútbol, habría sido capaz de controlarme mejor en tu habitación—contestó.

—Excusas, excusas —agité la mano frente a él. Después de unos cuantos minutos, empecé a ponerme un poco inquieto—. Esto no es tan divertido como en las películas. Estoy como que aburrido.

Scott rodó los ojos—. ¿Por qué no te tumbas en una de las habitaciones? Seguiré vigilando.

—¡De ninguna manera! No vas a atrapar al chico malo sin mí. —Había cocinado la cena. Al menos debía paralizar a alguien. No iba a rendirme, sin importar cuán somnoliento estuviera. Era joven. Podía manejarlo.

Tal vez no.

Me desperté poco después, con la mano de Scotty cepillando mi brazo y mi cabeza reposando cómodamente en su pecho—. ¿Por qué dejaste que me durmiera?—murmuré.

—Eres más agradable de ésta forma —contestó. Cabrón—. No te has perdido de nada. No creo que se muestre ésta noche.

—Oh —bostecé—. Despiértame si lo hace. —Me puse cómodo y regresé a mi sueño.

La siguiente vez que desperté, Scott estaba sacudiéndome—. Creo que lo tenemos.

Prácticamente brinqué de su regazo y fui a la ventana—. Mierda —susurré—. Conozco a ese tipo. Su nombre es Peter. Él salía con Stiles en el Instituto.

—Toma esto —dijo Scotty, tendiéndome su pistola paralizadora—. Solo... no me dispares accidentalmente, ¿de acuerdo? Duele espantosamente.

Me sentí bastante rudo saliendo de la casa con un arma, con Scott junto a mí—. ¡Quieto, cabrón!—grité con mi mejor voz autoritaria. El marica corrió. Casi olvido mi promesa a Scott y corría detrás de él. No había forma de que ese pedazo de mierda se me escapara.

Scotty también pensaba rápido. Tomó una de sus herramientas y se la lanzó a Peter, tumbándolo temporalmente y dándome el tiempo suficiente para atraparlo. Empezó a levantarse, pero pateé al bastardo. Esto era más que increíble.

—Te dije que no corrieras detrás de él —gruñó Scott, inclinándose para esposar al imbécil.

—Mi culpa —contesté.

Allison aparcó minutos más tarde con un DVD en la mano—. Estoy enviando esto a Cops(1). Ustedes, chicos, son asombrosos. —Llamó a Derek y a Stiles mientras Scott arreglaba las cosas para el interrogatorio. Incluso me dejó sostener su lámpara de noche.

Stiles y Derek llegaron poco después, y las cosas dieron un giro interesante.

Peter no era el padre de Leo. Solo era un bastardo rarito quien solía acosar a mi hermano. Incluso lo había visto a él y al tipo misterioso haciéndolo. Ahora, estaba saliendo con la perra que posiblemente Kate había golpeado con un auto, pero la zorra le había dicho que Stiles lo había hecho, así que él estaba tratando de darle un susto de muerte. Mi mente necesitó un descanso—. Jake, paralízalo.

—Desátalo—dijo Derek—. Voy a patearle el trasero.

No sé por qué Stiles fue escaleras arriba. Se iba a perder la mejor parte. Tan pronto como Scott lo desató, Peter se lanzó hacia Derek. Por supuesto, Derek no era un imbécil. Él estaba esperando eso, así que usó el impulso de Peter para estamparlo contra la pared—. Tú y Paige se merecen mutuamente —dijo Derek. Peter no escuchó nada. El idiota estaba desmayado. Estaba un poco decepcionado. Esperaba que la pelea durara al menos un poquito más.

Me giré hacia Scotty—. ¿Todavía puedo paralizarlo?

Scott (más tarde, ése día)

Después de llevar al cretino a la estación y hacerme cargo del trabajo del día, me dirigí a casa para encontrar carros en la calzada de Stiles y mía. Talia estaba sacando cosas de su auto, así que troté hacia ella para ayudarle—. ¿Me he perdido de algo?—pregunté.

—No, has llegado a tiempo —contestó, tendiéndome un plato—. Allison sugirió que tuviéramos la cena familiar aquí. Aparentemente, Stiles tiene una alberca de pelotas en su sótano. Gracias por ayudarme.

—De nada —contesté. Mi mamá me crió bien.

Cuando entramos, Lydia tomó las cosas de mis manos—. Les dije a los papás que mantuvieran a los niños fuera de los problemas, pero ahora necesito que alguien mantenga a los papás fuera de los mismos. ¿Tienes tu arma?

Vi a qué se refería cuando fui al sótano. Leo e Ethan animaban mientras Derek e Isaac los arrojaban hacia la alberca. Todos me saludaron cuando me vieron. Me senté junto al pequeño Nathaniel en las escaleras—. ¿Cómo te va? —me tendió una pelota azul—. ¿Para qué es esto?

—Papi. —sonrió. Entonces arrojó la pelota hacia Jordán.

—¡Oh, me ha dado!—Jordán se dejó caer, causando que su hijo soltara risitas.

—¡De acuerdo, Sophie está lista al igual que yo!—Liam anunció detrás de mí. Sophie estaba junto a él, usando el casco de fútbol de Leo.

—¡Brinca, Sophie!—Gritó Leo.

Se agarró del casco y dio un salto. Derek la atrapó y la meció alrededor.

De alguna manera, todos los adultos terminamos en la alberca de pelotas. Cuando Stiles llegó a casa, había un número par, así que quisieron jugar a un juego. Así es como terminé con Liam sobre mis hombros.

—Necesitamos ir por la pelirroja y la bestia primero. Si podemos tumbarlos, podemos aniquilar a quien sea—dijo Liam.

Aparentemente, todos tuvieron la misma idea, y Jordán y Lydia fueron tumbados inmediatamente. Se volvió entre Allison y Isaac contra Talia y Max, y Stiles y Derek contra mi delincuente y yo.

—¡Liam, no!—gritó Stiles. Estaba tratando de evitar que su hermano menor le metiera el dedo en su oreja. Todos sabíamos que Stiles odiaba eso, pero Liam estaba peleando sucio.

No sé cómo pasó, pero ambos, Liam y Stiles, fueron arrojados a la alberca en cuanto Talia y Max nos embistieron—. Buen intento, chicos—dijo Talia. Derek me miró y se encogió de hombros. Ninguno de nosotros vio venir eso.

—Deberíamos estar avergonzados—dijo Liam—. Culpo a Scott.

—Seh, fue totalmente culpa de Derek, también—dijo Stiles.

Estaban llenos de mierda, así que Max atrajo su atención—. ¿Bueno, por qué no pones a Liam sobre tus hombros, Stiles? Les daremos a ustedes otra oportunidad, chicos.

—Creo que es hora de cenar—. Stiles salió de ahí.

—No puedo creer que dejaras que los abuelos nos tumbaran—le dije a Liam mientras caminábamos escaleras arriba, hacia el comedor.

—Si alguien pregunta, les dejamos ganar—contestó.

La cena fue un asunto tranquilo. Hubo un montón de charla y provocaciones. Sophie me ayudó con mi helado, así que Liam tuvo que ir a traerle una manta. Los dientes de la pobre niña estaban castañeando, pero seguía sonriendo.

—¡Stiles Stilinski!—gritó Liam desde el cuarto de Stiles. Vino pisoteando hasta la habitación con una especie de caja—. Tienes algunas explicaciones que hacer. ¿Querrías decirme qué haces con un ratón con sensor de movimiento?

Stiles terminó por ir a casa de Derek para evitar la ira del diablo. Después de que todos se abalanzaron para limpiar, se fueron a casa. Estaba a punto de irme, cuando escuché un vidrio estrellándose en la cocina—. ¡Mierda!—maldijo Liam.

Rodeé los ojos y fui a revisarlo—. ¿Qué hiciste?

Estaba sosteniendo su dedo y saltando de arriba a abajo—. Se me enterró un trocito del maldito plato.

—Deja de bailar por todos lados. Vas a cortarte el pie.—Fui hasta él y lo tomé por la cintura. Lo levanté y lo senté en la encimera antes de tomar una toalla para su dedo—. Trae acá, hombre.

—Está bien—contestó, protegiéndolo de mí.

Tomé su mano de todas formas. Era un pequeño corte, pero esas cosas siempre picaban, así que le coloqué una bandita. Después encontré una escoba para barrer el vidrio, asegurándome de recogerlo todo—. Me voy a casa ahora. ¿Tienes algún otro plato que quieras arrojar antes de que me vaya?

Seguía en la encimera, viéndome y sosteniendo su dedo ya curado—. ¿Por qué me has ayudado?

Su pregunta me tomó con la guardia baja. ¿Por qué diablos lo había ayudado? Liam era una plaga en mi existencia. Viéndolo bailar alrededor, como un niño pequeño con un dedo lastimado, hubiera sido entretenido, pero no lo pensé dos veces antes de ir al rescate—. Cualquiera lo habría hecho —contesté sin convicción—. Te veré más tarde.  —Tenía que salir de ahí antes de que me preguntara algo más.

Terminé sentado en el cuarto de lavado otra vez, viendo a la casa de Stiles. Liam estaba en el patio delantero, jugando con Shredder. Cuando escuché el vidrio quebrándose, ni siquiera pensé en molestarlo hasta saber que estaba bien. ¿Qué diablos estaban mal conmigo?

Mi teléfono empezó a sonar—. ¿Hola?

O vienes para acá o te vas a la cama. Me estás asustando.

Me moví más cerca de la ventana para ver a Liam sosteniendo un teléfono contra su oreja. Estaba viendo directamente hacia mi ventana—. Traté de ir a la cama. Estás haciendo mucho ruido—mentí.

Suenas aburrido. ¿Quieres que corra desnudo, para que puedas arrestarme por exposición indecente?

—Ve a la cama, Li.—contesté, haciendo mi mayor esfuerzo para no imaginármelo desnudo.

Por un minuto, pensé que iba a hacerlo. Abrió el portón y dejó a Shredder en el patio trasero de Stiles. Mis ojos se ampliaron cuando jaló su playera sobre su cabeza. Realmente iba a hacerlo. Fui hacia afuera antes de que pudiera quitarse los pantaloncitos—. Métete. A. La. Casa. —gruñí.

—Como tú quieras—se encogió de hombros y se dirigió a la puerta.

Lo tomé del brazo—. No a la tuya. —Lo jalé hasta mi casa, en lugar de eso.

Apenas conseguimos llegar adentro antes de que la sacara de esos pantaloncitos y lo presionara contra la puerta principal—. Sabes, esto no es muy cómodo.

Desabroché mi cinturón y bajé mis pantalones hasta el piso—. ¿Realmente te importa?

—No, solo estaba haciendo conversación—contestó, siendo el dolor en el culo que era.

—No lo hagas. —Lo embestí con un gemido.

Sus piernas se enrollaron alrededor de mí, jalándome más cerca—. Scott.—Gimoteó mientras lo tenía contra la puerta.

—Cállate, Liam —contesté, sabiendo que iba a decir algo que me iba a enviar por el borde antes de que estuviera listo.

—Pero, yo...—jadeó—. Quiero...—cubrí su boca con la mía, besándolo con fuerza y esperando que olvidara lo que quería decir—. Agradecerte —jadeó— por lo de hace rato. —Detuve todo movimiento, sus dulces palabras me tomaron con la guardia baja—. Maldición, Scotty, si te detienes ahora, te mataré.

Me sacudí todo eso, enterrándome nuevamente en él. Liam tomó su miembro erecto entre sus manos y empezó a masturbarse conforme yo lo embestía.

Su liberación desencadenó la mía. Enrollé mis brazos alrededor de Liam y lo aparté de la pared. Los dos seguíamos respirando pesadamente; podía sentir el calor de su aliento contra mi cuello—. Debería irme a casa, para que puedas ir a la cama. —Dijo.

Mis brazos apretaron instintivamente su agarre. No estaba seguro de por qué, pero no quería que se fuera—. Quédate. —dije bajito.

Y lo hizo.

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(1) COPS es una serie de televisión documental estadounidense que sigue y graba a agentes de policía y sheriffs de unas 140 ciudades de Estados Unidos durante las patrullas y otras actividades policiales.

¡Hola! :) 

¿Qué les pareció? 

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