Capítulo 10
Punto de vista de Marcos.
Estaba viendo a Alejandra y a Eric totalmente rotos, habían vivido veinte años engañados por sus familias, habían pensado que eran amigos y han resultado ser hermanos. Carla y yo no dábamos crédito a lo que estábamos oyendo.
Eric no estaba concentrado en el partido, se le notaba y no le culpo por ello, pues se acababa de enterar que sus padres no son sus padres, pero como buen profesional qué es, saltó al campo a darlo todo cuanto podía.
Alejandra, Carla y yo nos sentamos en el banquillo, en uno de los momentos Ale tomó mi mano y apoyó su cabeza sobre mi hombro, besé su frente.
En el minuto treinta el portero de Eslovaquia se marcó en propia puerta, todo el banquillo estalló de alegria.
—¡Toma gilipollas! —gritó Carla mofándose del portero eslovaco. Esta chica parece un angelito, pero en realidad lleva el demonio dentro.
—Relájate, Carla. Pobre chaval. —le dije.
—Que se joda, a mí solo me interesa pasar a octavos. —dijo restándole importancia a su mofa al portero de Eslovaquia.
El partido siguió, está siendo realmente un partido al que la selección le sale todo, en el tiempo de descuento de la primera parte, marcó Laporte.
Joder, hacia falta que no jugase yo para que a estos le salieran todo.
Para resumir más, el partido acabó 0-5 a nuestro favor, y nos íbamos a Copenhague ya que Polonia había perdido y habíamos quedado segundos de grupo, nuestro rival era Croacia.
Eran las ocho de la tarde y parecían como las cuatro, el sol radiaba en Sevilla y la gente no dejaba de animar. Joder, nos merecemos esta Eurocopa.
Alejandra estaba abrazando a Eric, había sido una tarde muy dura para ellos, sonreí ante aquella imagen, son hermanos y ya lo eran mucho antes de saberlo.
—Creo que enterarse que son hermanos es una de las cosas que los va a hacer unirse más que nunca. —sonreímos mirándoles. —Nos hemos enamorado de los hermanos G.
—Sí, pero al menos el tuyo es recíproco. —le dije torciendo mis labios.
Regresamos al hotel, estábamos de celebración y los chicos querían irse de fiesta, Alejandra y Carla se apuntaron, porque estas dos se apuntan incluso a un bombardeo, Eric les siguió porque quería olvidarse de lo pasado con sus padres y no padres y yo me apunté porque hoy no le iba a decir que no a Alejandra.
—Oye, Carla. —dijo Eric cogiendo del brazo a la chica morena. —Estoy tan feliz de haber pasado a octavos, porque así sé que seguiré viéndote todas las mañana, me gusta despertarme contigo, me gusta besarte, me gusta acariciarte. Solo quería saber si me ibas a dar el placer de ser mi novia.
Carla no lo pudo evitar y se abrazó a él, dándole a entender que sí, se besaron. Todos estaban a su alrededor haciendo bulla para quitarle el romanticismo, pero la realidad era que este momento a mí me encantaba.
—Ahora sí que puedo decir enserio que es mi cuñada. —dijo Ale a mi lado, la miré y sonreí.
—¿entonces todo bien? —pregunté.
—Sí, en la tarde de hoy he ganado un viaje a Copenhague y un hermano. —sonrió. —Y tú te has ganado un hueco enorme en mi corazón.
—Uich, enorme. Eso es mucho eh. —nos reímos. —Ya enserio, Ale. Te quiero, eres esa persona que cualquiera estará deseando tener en su vida, y quien te pierda se sentirá idiota, porque lo será. Y me he dado cuenta que tengo el placer de tenerte en mi vida, y que te quiero.
—Yo también te quiero. —Sé que lo que yo decía iba en otro contexto al de ella, pero la abracé fuerte, por aspirar su olor y por sentirla cerca, ella lo significa todo.
Es un mundo en el que ella es el origen y a la misma vez, la destrucción.
A la hora de las fiesta, así como las once de la noche, nos íbamos a celebrar el pase a la eliminatoria y nuestra última noche en Sevilla.
Estábamos esperando a Alejandra y a Carla, llevaban como veintiocho mil cuarenta horas vistiéndose, son las más tardonas.
—Estas dos que parecen que van a una boda. —dijo Dani ya en modo desesperado.
—Irán a ligar. —dijo Pedri, Eric miró al canario con cara de pocos amigos. —Bueno, Carla no.
Entonces miré yo a Pedri, como diciendo que si Alejandra intentaba ligar, que al menos fuese conmigo.
—No, Marcos. Ale si va a ligar, y conmigo. —me dijo riéndose burlón.
—Te la corto y se la doy de comer a mis perros, tú verás. —Pedri me miró asustado.
—No, Llorente. Por favor, aprecio mucho a perikito, no lo hagas. —dijo señalándose esa zona.
—Tú no sabes cuánto está pillado de mi hermana. —dijo Eric, al decir hermana se sintió raro. —coño, qué raro ha soñado. Bueno, tendré que acostumbrarme no me queda otra.
—Ostia, es que es heavy eh. —dijo Ferran.
El ascensor se abrió y dejó ver a dos chicas con vestidos negros, Alejandra lo llevaba escotado y dejaba su espalda a la vista, casi que le llegaba el vestido a la rodilla, pero era tan abierto que dejaba ese tatuaje que me vuelve loco a la vista. Carla a la contra, lo llevaba más tapado, pero era de encaje por los hombros, ambas estaban subidas en unos tacones de infarto, no sé cómo no se han roto un pie todavía.
—Creo que la espera ha valido la pena. —dijo Unai boquiabierto, normal así nos habíamos quedado todos al verlas.
—deja de babear, Simón. —dijo Ale, luego clavó su mirada en la mía y me miró de arriba a abajo.
A ver no me comparaba en nada a como ella iba, pero creo que con mis vaqueros rasgados, mi camiseta blanca y mi chaqueta de cuero, no iba mal. Me da el toque malote que no tengo, porque la verdad es que soy un cacho de pan. Así me va.
—me gusta tu look, Marquitos. —dijo sonriéndome.
—No te hago ni sombra. —le devolví la sonrisa.
—No quiero que seas mi sombra, solo quiero que vengas a mi lado. —extendió su mano.
Algo raro pasaba con Alejandra, no dejaba de mirarme y cuando lo hacía, me miraba de reojo, algo estaba sucediéndole por ahí dentro y sabía que era conmigo. No me quiero hacer ilusiones, pero sé que algún tipo de sensaciones estoy causando en ella, aunque no lo admita, le daré su tiempo.
Llegamos a la discoteca de la otra vez, mismo reservado. Cada cual estaba desperdigado por ahí y se hacía buen ambiente.
—Por los hermanos G. —dijimos Alejandra, Eric, Carla y yo brindando.
Todo eran risas, bailes, miradas que Alejandra pensaba que no captaba, pero la capto a veinte mil kilómetros, todo era bien.
Hasta que se dijo:
—¡Vamos a jugar a yo nunca! —gritó Pedri.
Punto de vista de Alejandra.
—¡Es mi turno! —grita Eric, cogiendo su vaso de chupito relleno de tequila. —Yo nunca, nunca, besaría a ninguno de los presentes.
Me miró con esa mirada maliciosa que ponía mi amigo cuando me la estaba jugando pero bien. Te odio, Eric García. Yo miré a Marcos que se encontraba frente a mí, este chico no me daba ningún tipo de bola, pero sorprendentemente bebió de su chupito. Bah, de seguro se moría por besar a Carla, que ya he captado que le gusta, solo que ella está con Eric.
—Me parece que aquí hay más de uno que miente. —dijo Dani por lo bajo a Pablo.
—¡Eso! —dice Jordi, luego me mira a mí. —¿Por qué no bebes?
—Porque no os besaría a ninguno ni con un coma etílico. —respondí, no había sonado creíble. Unai no me creía y por eso había levantado una ceja en cuestión.
—Que aburrida eres. —dijo Pau. —Yo nunca, nunca, he sufrido un desamor.
Esta vez sí que bebí, bueno todos bebimos, exceptuando a Marcos y David.
—¿Qué? —dijo Unai, sin creerse que David y Marcos habían sufrido por amor alguna vez. La verdad, era bastante increíble ya que todos alguna vez hemos sufrido por amor. —Si nunca habéis sufrido por amor, tenéis horchata en las venas.
—Alejandra, ¿cuál fue tu desamor? —preguntó Aymeric.
—Como digas Neymar, te lanzo el vaso a la cabeza. —advirtió Carla.
—No es Neymar, recordad que le dejé yo a él. —respondí rodando los ojos. —Aunque bueno, un poco sí que es.
—Neymar es tonto, pero más tonta eres tú. — golpeé el brazo de Ferrán cuando habló.
—No he sufrido un desamor como tal, simplemente para mí el amor siempre fue un offside.
—Eso es porque quieres, porque sabes que estoy disponible para cuando quieras. —dijo Rodri, guiñándome un ojo.
—No te tocaba ni con un palo, Rodrigo.
Marcos me miró y me sonrió, sentí que se me caían las bragas en ese momento, lo siento, siempre soy muy expresiva con mis emociones.
Claro que no me gustaba Marcos, ni mucho menos estaba enamorada de él, le veo como un amigo, un amigo bastante follable y que me causa sensaciones extrañas, pero solo mi amigo. ¿No?
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