O3O
Mi vista se dirige a la puerta la cual suena como si le estuviera dando una paliza, sin ánimos de levantarme del sofá pregunto quién se encuentra detrás de ésta, la respuesta me sorprende, ahora no sé si correr hacia ella o arreglar el desastre que tengo en el sofá, lleno de bolsas de snacks y latas de cervezas vacías, si que tuve una noche difícil, demasiado pensamientos encontrados.
"Ya voy espera". Digo en medio de un bostezo tampoco es que haya dormido mucho, me la pasé viendo televisión y pensando miles de cosas por segundo. "Dios santo deja de pegarle a la puerta". Regaño y frunzo el ceño, en cuanto me acerco los golpes se detienen y logró respirar con tranquilidad.
"Es que es urgente". Su voz tan suave y dulce me confunde un poco. "Necesito que habrás la puerta". Lo hago y se abalanzó hacía mi, con un beso me saluda y se va a sentar al sofá. "Mira lo que te traje". Agarro las flores con una pequeña sonrisa.
"¿A qué se debe todo esto?". Abre la boca pero no sale ninguna palabra sólo se encoge de hombros y sonríe. "Bueno muchas gracias". Agradezco y las dejo en la mesa.
"Siento que te enojaste mucho por V". Volteo a verla con ambas cejas alzadas, ¿Se me noto mucho?. Quería que no se diera cuenta así que actúe como si estuviera pérdida cuando lo único que quería era arrancarle la cabeza por estar tocando lugares que no debería. "Así que vine a visitarte para hacerte feliz". Suelto una risilla.
Se me había olvidado como era cuando me enojaba, las tantas veces que eso sucedía llegaba con fresas y una disculpa ya que casi siempre era por su culpa aunque la verdad es que nunca lo fue ella era la única que creía eso y por más que le explicaba no entendía, se seguía culpando.
Ese recuerdo le entristece un poco, yo nunca luche para que se diera cuenta por completo que todo estaba bien, es más parecía que yo me alegraba de que su sufrimiento, no se por que leí comportamiento era tan hostil con ella, si ella era lo que más amaba en éste mundo, más bien parecía que lo único que quería era que se alejará de mi.
"Tu no tuviste la culpa de nada". Aseguro y la atraigo para darle un pequeño beso en los labios. "Admito que perdí la cabeza y eso estuvo un poco mal de mi parte". Admito con un poco de vergüenza, no me gusta colapsar así. Ella sonríe y me abrazó con mucha fuerza.
"Él siempre ha estado detrás de mí". Mis ojos se desplazan por su cabello y subo la mano a éste para acariciarlo, estoy segura que es tan suave como las nubes. "Pero eso no significa que quiera estar con él". Noto la seguridad en su voz y no tengo más nada que decir, pensar y mucho menos dudar. "Siempre haz sido la única persona que me ha gustado y he amado ¿Sabes?". La manera en como lo dice acelera mi corazón. Nunca había sentido está seguridad y me parece extraño como todo mi cuerpo reacciona a todo lo que ella dice o hace.
"Quiero comenzar a sentirme tan segura como mi corazón me dice que debo ser". Inhalo su aroma y nos dirijo al sofá donde caemos a el, ambas riéndonos por nuestros pequeños grito por más que sabíamos que caeríamos así. "Puedo sonar cursi pero...Mi corazón es tuyo". Siento un ardor en mis mejillas parecido al de una quemada el cual se intensifica cuando sus labios labios las tocan lentamente.
"Y el mío tuyo, nada nos va a separar". Uno nuestras frentes y acaricio sus manos con lentitud, me separo un poco y las acerco a mis labios para besarlas.
"Eres lo más importante que tengo". Digo y sonrío. "Estoy segura que nadie es más feliz que yo". Su mirada viaja por mi cuerpo y ríe al verme a los ojos.
"Yo soy más feliz que tú". Hago un pequeño mohín. "Bueno las dos somos muy felices". Murmura y me besa sin avisar, siento que me falta el aire por el roce de sus labios, luego vuelve a unirlos y los vuelve a separar se lo que está haciendo quiere que suplique por un beso. "¿Que ocurre Chaeyounggie?". Jadeo y me aproximo a sus labios pero se mueve un poco.
"Mina dej-". Vuelve a besarme y se separa. "Besarte por amor a Dios". La risa que escucho es tan suave y linda que me contagia por más que segundos antes la quería matar por estar burlándose de mi impaciencia. "Déjame besarte". Suplico, me acomodo mejor y uno nuestros labios, no quiero que ésto se acabe, necesito quedarme aquí de por vida.
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