Narra Ofelia Blues

—Deberías contar el mío, yo te apoyo —concluyo Blake

—El de un desconocido no cuenta.

—¡Oye!

Es triste saber que nadie me apoya, era solo yo contra un mundo de mierda.

—¿Supongo que tienes papás no es así?

—Así es —conteste sin más.

—¿Trabajan no?

—Sí, los dos pero no es el mejor trabajo.

—¿Que trabajan?

—Mi madre tiene una tienda de flores y mi padre es maestro de box, ¿Los tuyos?

—Mi madre es abogada y mi madre trabaja en su empresa.

—Vienes de una familia económicamente estable y supongo que feliz.

—Considero que todas las familias tienen problemas y no siempre será felicidad. —hablo

—Totalmente de acuerdo contigo.

—¿Por qué utilizan mascaras?

—No queremos que mientras caminemos por la calle las personas comiencen a mirarnos, tomarme fotos o pedirnos autógrafos cuando solamente queremos pasar el rato caminando por las calles.

—Tienes un buen punto sería fastidioso e incomodo, ¿Por eso no quieres que vea tu rostro verdad?

—No es por eso, es porque quiero generar misterio.

—Uuyy muy misterioso a salido el joven Blake.

—Oye deja de burlarte de mi.

—Tienes una última pregunta aprovéchala.

—Mejor la dejaré para otra ocasión ya hemos llegado y es tarde.

—Gracias por traerme, apesar de que no quería, lamento los golpes que te dí.

—No te preocupes sanarán esos golpes.

—Gracias por traerme Blake, bonita noche

—Descansa Ofelia.

Salí del auto y me encontré enfrente de mi residencia camine a la puerta y antes de entrar gire así el auto pero ya no se encontraba...

***

Al siguiente día en que Blake me dejó en mi residencia no paraba de preguntarme el ¿Por qué él sabía dónde vivía?. Éramos extraños cuando me invitó el trago ¿no es así?, imposible que supiera donde habitaba.

El domingo por la mañana realice todos los deberes de la universidad estudié un poco y empecé una rutina de ejercicio en el GYM de la residencia, por la tarde me dedique al trabajo y al llegará solo me recosté en mi esponjosa cama quedando en un profundo sueño.

Era un nuevo día, era inicio de semana las primeras tres clases eran interesantes me gustaban, incluso participe más, me gusta el ritmo en el que iba trabajando.

En todo el trascurso de la escuela no me había acordado de que tendría que ver hoy al chico de la máscara hasta la última clase, ahora me encontraba subiendo las escaleras del edificio para subir al último salón donde nadie entraba ni siquiera la directora, era extraño entrar a este salón, porque nunca lo había hecho, e tenido novio... Claro pero nunca había tenido relaciones sexuales como para venir a este salón y disfrutar de sus bellos cuerpos, con ninguno de ellos y al razón es porque me daba temor y imaginar que cientos de alumnos calenturiento lo hacían aquí me da pudor y asco no se cómo ha ellos no les da vergüenza o miedo que sean encontrados.

Pise el último escalón para después dar la vuelta encontrándome con aquel salón, abrí la puerta y lo encontré tenía tanta curiosidad de saber como es su rostro ...