Jungkook aventó a jimin aun lado y salió de la cama del contario corriendo hacia su habitación.

Sentía su rostro avergonzado y su corazón latir.

Por otro lado estaba un jimin confundido, pero igual sonrojado.

¿Porque ahora jeon lo trataba bien?

¿Qué hacia en su cama?

¿Hiceron algo indebido?

Alzo sus sábanas y estaba vestido.

Así que descarto esa idea, entonces volteo el rostro y vio un tazón de agua con unos paños.

Ahora recordó, había llegado temprano,pero en su camino al departamento un grupo de chicos lo aventaron a la fuente de la escuela mojandolo todo.

Era tanto su orgullo y molestia que se le olvidó tomar un baño y solo se cambió, quizás eso le había afectado, que ni siquiera comió y se quedó dormido.

Estaba pensativo mirando a la nada, hasta que escucho su puerta sonar.

Se levantó despacio y un poco mareado.

Al abrirla noto un pollito pequeño de peluche con una cajita entre sus manos, lo alzo y tomo, para después cerrar su puerta.

Abrió la caja y tenía una nota con unos chocolates.

Lo siento no quise molestarte con mis comentarios,  espero te recuperes.

Jk.

Jimin sonrió conmovido por el detalle.

No sabía que su compañero y rival fuera tan atento con alguien más que no fuera si mismo.

Aunque algo orgulloso pues no daría la cara para decirlo directamente.

Así que tomo el obsequio y lo guardo.

Por otro lado estaba jeon intrigado y curioso en su habitación,  daba vueltas de un lado al otro.

¿Qué haría?

¿Dejaría a jimin solo y enfermo?

¿Le habrá gustado el regalo?

¿Lo odiara por estar en su habitación?

Entonces escucho que tocaron su puerta y un papel se deslizó por su puerta.

Acepto el regalo, aunque no te perdono que me ofendieras, tendrás que hacer algo para resolverlo, jejje.

Pd: chimmy (el pollo) me gustó.

Jm.

Sonrío haciendo una mueca, pero por lo menos no tiro el regaño, algo había avanzado.

Así estuvieron toda la mañana mandándose recados por medio de papeles, eran tan orgullosos para decírselo en persona, aparte que estaban apenados por como despertaron.

En el último recado que jungkook le dejo fue que el desayuno lo ponia afuera de la habitación.

Para después irse y dejarlo solo

Jimin al verlo sonrío satisfecho, pero algo triste ya que lo había dejado sólo.

Después de eso cada uno hizo sus actividades, jimin se quedó adentro en el departamento adelantando sus tareas.

Mientras jungkook salía a distraerse con sus amigos, pero aun así seguía pensando en jimin.

Así que solo se despidió de sus amigos.

—Nos vemos chicos, tengo cosas que hacer— dijo nervioso

—Adiós jeon— dijo un pálido.

—adiocito — comento risueño un castaño de sonrisa cuadrada.

Jungkook salió apresurado hacia el departamento.

Sus amigos no sabían nada de donde vivía ni con quién,  ya que siempre era recervado con su vida privada.

— lo noto raro— comenta pensativo el pálido.

—Tal vez alguien lo esperaba,  que más da, hay que irnos a comer tengo hambre —interrumpió el castaño

—Bueno— dijo resignado el pálido.

Al llegar jungkook vio que el departamento estaba ordenado y limpio, quería ir a tocar en la habitación de jimin para saber como estaba, pero prefirió dejarlo descansar.

Mientras el seguía con sua tareas.

Al llegar la noche Jungkook estaba acostado en su cama,intentando dormir, pero no podía. El ruido de la lluvia le impedía relajarse. Además, no podía dejar de pensar en Jimin. A pesar de que lo odiaba, tenía que admitir que era muy guapo. Tenía unos labios carnosos, unos ojos rasgados, una nariz respingona y un cuerpo esbelto. Su cabello rosa le daba un toque de originalidad y su voz era dulce y melodiosa.

Jungkook se preguntaba cómo sería besar esos labios, acariciar ese cabello, abrazar ese cuerpo, escuchar esa voz... Pero enseguida se reprendió a sí mismo. ¿Qué estaba pensando? ¿Cómo podía sentir eso por Jimin? Era su enemigo, su rival, su antítesis. No podía permitirse tener esos pensamientos. Tenía que sacarlo de su mente. Tenía que dormir.

Pero justo cuando estaba a punto de cerrar los ojos, escuchó un grito, Un grito que provenía de la habitación de Jimin que lo hizo saltar de la cama y correr hacia la puerta. Sin pensarlo dos veces, abrió la puerta de Jimin y entró. Lo que vio lo dejó sin aliento.

Jimin estaba en su cama, temblando y sudando. Tenía los ojos cerrados y las manos aferradas a las sábanas. Parecía que estaba teniendo una pesadilla. Jungkook se acercó a él, preocupado.

-—Jimin, Jimin, despierta -dijo Jungkook, sacudiéndolo con suavidad.

Jimin abrió los ojos y se encontró con la mirada de Jungkook. Al verlo, se asustó y se alejó de él.

-—¿Qué haces aquí? ¿Qué quieres? -dijo Jimin, asustado.

—Tranquilo, tranquilo. Solo vine a ver si estabas bien. Escuché que gritabas. ¿Estabas teniendo una pesadilla? -dijo Jungkook, tratando de calmarlo.

—Sí, sí, estaba teniendo una pesadilla.—-dijo Jimin, sollozando.

-—¿Qué pasaba en tu pesadilla? -preguntó Jungkook, curioso.

—No, no quiero hablar de eso. Es demasiado doloroso -dijo Jimin, negando con la cabeza.

—Vamos, Jimin. Tal vez te sientas mejor si lo compartes conmigo. Yo puedo escucharte puedo ayudarte -dijo Jungkook, con sinceridad.

-—¿Tú? ¿Tú quieres ayudarme? ¿Por qué? ¿No me odias? -dijo Jimin, con incredulidad.

—Bueno, sí, te odio. Pero también me preocupo por ti. Somos compañeros de piso, después de todo. Y no me gusta verte sufrir -dijo Jungkook, con honestidad.

—¿De verdad? ¿De verdad te preocupas por mí? -dijo Jimin, con sorpresa.

—Sí, de verdad. Así que, por favor, confía en mí. Cuéntame qué pasaba en tu pesadilla -dijo Jungkook, con dulzura.

Jimin lo miró con duda, pero también con agradecimiento. Vio en sus ojos una luz que nunca había visto antes. Una luz que le transmitía calidez y seguridad. que le invitaba a abrir su corazón. Y así lo hizo.

—- Está bien. Te lo contaré. Pero prométeme que no te reirás de mí. Ni que me juzgarás. Ni se lo dirás a nadie -dijo Jimin, con timidez.

—Te lo prometo Solo te escucharé. Y te apoyaré -dijo Jungkook, con seriedad.

-—Gracias, Gracias por ser tan amable conmigo -dijo Jimin, con emoción.

-—No hay de qué. Ahora, cuéntame. ¿Qué pasaba en tu pesadilla? -dijo Jungkook, con interés.

Jimin respiró hondo y empezó a hablar. Le contó a Jungkook su pesadilla. Le contó que soñaba con su pasado.

Le explico que había nacido en una familia pobre y violenta su padre era un alcohólico y un maltratador,  su madre era una drogadicta y sumisa. Que su hermano era un delincuente y un abusador.  él era el único que intentaba estudiar y salir adelante era el único que soñaba con un futuro mejor.

Le contó que un día, cuando tenía diez años, su padre llegó borracho a casa y empezó a golpear a su madre su hermano se unió a él y la violó él trató de defenderla, pero fue inútil. Que su padre le pegó una paliza y lo dejó inconsciente. Que cuando despertó, vio que su casa estaba en llamas su padre había prendido fuego al lugar, con su madre y su hermano dentro. Que él logró escapar, pero no pudo salvarlos. Que los vio morir entre las llamas.

Le contó que desde entonces, vivió en la calle, solo y asustado, Que tuvo que robar y mendigar para sobrevivir sufrió todo tipo de abusos y humillaciones, Que nadie lo ayudó ni lo quiso, nadie le dio una oportunidad.

Fue entonces que un día, cuando tenía quince años, conoció a una persona que cambió su vida, era un hombre mayor y rico, que se llamaba Dong Young-bae, le ofreció un trabajo y un hogar le dio una educación y cariño le enseñó a bailar y a cantar lo hizo sentir especial y valioso. creer en sí mismo y en sus sueños.

Gracias a Young-bae, pudo entrar en la universidad, donde estudiaba música y arte.

Le contó que Young-bae era su ángel, su salvador, su mentor, era su todo.

Pero hace un mes, que murió en un accidente de coche  iba conduciendo y un camión se saltó un semáforo y lo arrolló murió en el acto no pudo despedirse de él no pudo decirle lo mucho que lo amaba.

Desde entonces, estaba destrozado. Que no podía superar su pérdida.

Cada noche, se despertaba llorando se sentía solo y vacío se odiaba a sí mismo y al mundo quería morir.

Jungkook lo escuchó con atención y admiración

Y mientras lo escuchaba, sintió algo que nunca había sentido antes. Algo que lo conmovió y lo transformó  que lo hizo olvidar su odio y su rencor.