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Capitulo 9

Brayan estaciona la camioneta unas cuadras más atrás del laboratorio, debido a que no podíamos ni mucho menos queríamos levantar sospechas. Ya estaba completamente listo para bajarme de la camioneta, ahora me sentía mucho más seguro que antes y siento que puedo enfrentarme a lo que se viene.

Jacob me ayudó empacando algunos materiales en mi mochila vieja y desgastada, mientras que Saori me organiza bien mi falso uniforme de guardia de seguridad del laboratorio.

Brayan había dejado su puesto de conductor y se ubicó en la parte trasera de la camioneta junto a nosotros, el debía vestirse y también preparar los materiales.

—Ya estoy completamente listo... —les informé a todos y tomé mi mochila.

Jacob suspira. —Patrullarás el lugar por unas horas, tienes que mantenerte en contacto cada diez minutos pero sin levantar sospechas.

Asiento con la cabeza entendiendo cada una de sus palabras.

—Y hackeamos el sistema, las cámaras de seguridad están bajo nuestro control, y el acceso de las puertas ya no está restringida para ti... Así que no te preocupes, Zack. —me dice Cris y sonríe.

—Está bien, entonces es momento de iniciar, deseen suerte —me despedí de ellos y abrí la puerta de la camioneta.

Antes de que pudiese bajarme, Saori me detuvo, ella me agarró del brazo y rápidamente me volteé a mirarla. —¿Qué sucede?

—Olvidaste tu falsa tarjeta de acceso —ella me entrega una pequeña tarjeta de color blanco que tiene unos cuantos códigos negros que posibilitan el acceso.

Le agradezco y la puerta se cierra, mis compañeros están adentro, y ahora es el momento de que inicie el robo... Empiezo a caminar, doy la vuelta a la esquina comenzando una nueva calle, puedo notar que no hay casas ni personas caminando por allí, lo cual me parece estupendo.

El traje que llevo puesto es un poco incomodo, consiste en unos pantalones negros junto con una camisa blanca y de mangas largas que me provoca mucho calor, y me desagrada bastante.

Me quejo en voz baja y sigo mi camino...

A pocos minutos después, me encuentro caminando por una calle ancha pero no pasa ni un solo auto, frente a mi, en la lejanía logro visualizar el puesto de vigilancia que permite o no el paso de personas o autos, también logro ver que hay una reja que recorre todo el laboratorio para dar más seguridad para que nadie se atreva a entrar a escondidas.

Me acerco más y más, y ya puedo ver que hay dos guardias en la entrada y al parecer me están observando curiosos, ellos visten del mismo traje que yo, lo único que ellos tienen y que yo no tengo, es una gorra negra...

—¡¿Quien eres tú?! —me pregunta uno de los hombres, este tiene un tono de voz bastante gruesa y su físico no parece concordar con su voz. Diría que con solo escucharlo suena como un hombre rudo como lo es Jacob, pero tiene cara o al menos facciones que se igualan a la de un niño.

Me detengo frente a ellos, y los dos hombres se acercan a mi confundidos, el otro hombre es más delgado y un poco más mayor que el otro.

—Soy un nuevo guardia, hoy es mi primer día de trabajo —miento mientras sonrió falsamente y extiendo mi mano, el hombre mayor estrecha su mano contra la mía y me devuelve una sonrisa.

—Pues bienveni...

El otro guardia lo interrumpe. —Roberto, no le creo a este hombre, no contratan nuevos empleados así como así sin nada más.

El hombre que ahora se que se llama Roberto deja de estrechar mi mano y se pone a la defensiva. —Pues... Muéstrame tu tarjeta de acceso —me ordena sin tanta firmeza. Él se quita la gorra y puedo ver que su cabello es algo canoso.

Maldigo en voz baja, al parecer las cosas se están complicando, pero no es algo que no pueda controlar. Reacciono de inmediato y meto mi mano en el bolsillo trasero de mi pantalón, allí guardé la tarjeta, la saqué y de inmediato se la entregué al tal Roberto.

El la analizó atentamente, y el otro guardia de la voz ruda también se acerca a observar la tarjeta.

En este instante siento como los nervios recorren mi cuerpo lentamente, pero se lidiar con eso...

—Te creemos —dice Roberto —. Puedes pasar.

El oprime un botón y creo que realiza otra acción que no puedo identificar, el también pasa la tarjeta falsa que le entregué por un dispositivo y la puerta se abre.

—Bienvenido.

El me devuelve la tarjeta y entro sonriente al territorio del laboratorio.

Empiezo a agilizar mi forma de caminar mientras observo el alrededor, la carretera se ha tornado un tanto rocosa y en el lugar hay un enorme campo abierto de césped y con unas cuantas flores de diferentes colores.

Frente a mi observo el alto edificio que aunque no lo parezca es de un solo piso, y por los planos pudimos ver que hay otro piso subterráneo, pero este no tiene importancia en nuestro plan.

A mi lado, pasa un hombre con una bata blanca que camina rápidamente, el me mira por un momento pero luego me ignora. También, puedo observar el faro de vigilancia, allí hay dos guardias más que mantienen su mirada en mi.

La carretera rocosa ha finalizado, y ahora me encuentro frente a dos puertas, una de ellas es pequeña, y por allí entran las personas, y la otra es grande donde entran los autos.

Inserto la tarjeta en el dispositivo que está ubicado en la pared, de pronto suena una voz robótica pronunciando las palabras ''Acceso permitido'' y la puerta se abre lenta y silenciosamente. Voces comienzan a escucharse y producen un eco, atravieso la puerta un tanto nervioso y me detengo al encontrarme frente a un sinnúmero de personas, la mayoría de ellas van vestidos con batas blancas, otros son guardias de seguridad que portan mi mismo uniforme.

Me encuentro al lado de la puerta de entrada observando a todos, no solo a las personas si no también al lugar; Es una enorme sala, por así decirlo, o mejor dicho un salón enorme, hay algunos camiones estacionados y unos cuantos hombres que descargan cajas de metal aseguradas con una clave, no tan lejano observo el pasillo que debo recorrer para llegar al sitio donde está almacenado el virus en una capsula.

Miro hacia arriba encontrándome con una enorme ventana, observo el cielo y las nubes por un momento pero de pronto una voz femenina me hace recobrar la razón por la que estoy aquí.

—No te he visto antes —dice una chica, su voz es tranquila y me provoca escalofríos.

Dejo de mirar hacia arriba y me doy la vuelta encontrándome con unos ojos color café. La chica es joven y lleva puesta una bata blanca, su pelo rubio es crespo y le llega hasta la cadera.

—Soy nuevo como guardia de seguridad —le respondo.

Ella asiente y se retira sonriente, va camino hacia uno de los camiones y un hombre le entrega unas cuantas cajas que al parecer le cuesta cargarlas en sus brazos. Un hombre caballeroso le ayudaría a llevar las cajas, pero no he venido a ser un buen hombre... Debo concentrarme en mi misión.

Doy un paso hacia adelante y luego otro, hasta que poco a poco agilizo el paso, el suelo es un tanto resbaloso y tiene unas cuantas rayas amarillas pintadas en aquel lo cual indica el lugar en donde se estacionan los camiones de carga, se puede decir que esta parte del laboratorio es como un parqueadero, solo que no lo es.

Logro llegar hasta el pasillo y veo que un grupo de hombres transitan frente a mi, el pasillo es tan ancho que incluso una multitud de personas podrían pasar sin problema. A los lados hay más puertas de un tamaño grande y de metal, y en la parte superior indica lo que es el lugar.

Algunas de las puertas llevaban a lugares como los dormitorios, y el laboratorio radioactivo, hasta que al fin pude ver que al final del pasillo se lograba ver la puerta que llevaba hacia el virus solo que disimulaban el lugar fingiendo ser un consultorio, aunque claro, no lo es. Al lado está el otro salón por el que escaparíamos.

De inmediato entré a los baños de hombres que quedaban cerca al almacenamiento del virus. El lugar estaba tan aseado que incluso los inodoros brillaban, me encerré en uno de los baños y tomé mi radio de comunicación.

Oprimí un botón. —Logré entrar al laboratorio.

Al otro lado puedo escuchar la voz de Jacob. —Son buenas noticias, te vimos entrar a los baños, recuerda que Cris tiene las cámaras bajo su control.

Suspiro aliviado al saber que todo parece salir bien.

—Solo debes permanecer las horas necesarias hasta que el reloj marque las seis de la tarde, por ahora recorre el laboratorio.

—Está bien...

Caminé por todo el laboratorio, entré a lugares como la cafetería, el almacén, los baños nuevamente, pero no logré entrar al salón donde estaba el virus, para atravesar aquella puerta es necesario huella dactilar, pero por suerte planeamos un plan B y Cris ya lo ha solucionado.

No sé exactamente cuantas horas pasaron, pero acabo de recibir la señal de Jacob, lo que significa que el reloj ya marca las seis, en este momento, es posible que Brayan esté atravesando las rejas de seguridad para luego entrar por los conductos que van desde el exterior hacia el interior del almacén del virus.

Me encuentro encerrado en el baño mientras sostengo el radio esperando a que Brayan responda. Por ahora es un suspenso total, no se si lo han visto entrar y en este momento la luz del faro de vigilancia ya se debió de haber encendido, el laboratorio aumenta su seguridad en la noche.

De pronto el radio comienza a hacer interferencia, uno de mis compañeros esta tratando de comunicarse.

Oprimo un botón y escucho atentamente.

—Soy yo, Brayan —dice con su voz agitada —. Me encuentro en los conductos, todo ha salido bien y nadie me ha visto entrar al laboratorio.

Suspiro y trato de contener una sonrisa, ya que nunca me emociono antes de tiempo.

—¿Te falta mucho para llegar a nuestro destino? —le pregunto.

Por un momento no responde, solo puedo escuchar lo agitado que está y su respiración acelerada.

—De hecho, ya estoy aquí —responde en voz baja para que nadie pueda escucharlo.

Alzo mis cejas sorprendido y salgo del baño en el que estoy encerrado. —¿Puedes ver a través de la rejilla?

—Observo todo perfectamente, el lugar es pequeño, hay una capsula de vidrio y allí esta la sustancia, solo hay cinco científicos o algo así... Esto es pan comido —informa.

Salgo del baño rápidamente encontrándome en el pasillo y corro hacia las dos puertas que están al final.

Aún sostengo el radio en mi mano y acerco mi boca hacia el. —Hagamos esto, sal de los conductos y apuntales a todos con tu arma, si alguno intenta escapar estaré frente a la puerta y luego entraré. ¿Entendiste?

No recibo respuesta, pero el radio de Brayan sigue encendido, logro escuchar un fuerte sonido como si algo se estuviese rompiendo y escucho gritos, al parecer Brayan les ordena que se queden quietos.

Apago el radio y me detengo cuando ya me encuentro frente a la puerta, de repente esta se abre y un científico aparece, al apenas verme se tira hacia atrás y me señala a mi compañero.

Brayan tiene su rostro cubierto con una pasamontañas mientras le apunta al grupo de personas que se encuentran tiradas en el suelo rogando por sus vidas.

Brayan se percata de mi presencia.

—¡¿Qué haces?! —me dice el hombre en voz alta, este tiene unos anteojos —. ¡Detenlo! ¡O dejame salir! Eres un guardia, ¡haz tu maldito trabajo!

El piensa que soy un guardia del laboratorio... Pobre, no podré ayudarlo ni me interesa.

Doy un paso hacia adelante y el hombre retrocede y se tropieza, el cae al suelo. Brayan se acerca rápidamente y agarra al hombre de la camisa obligandolo a ponerse de pie.

Entro por completo a la habitación y tomo la radio.

—Cris, responde.

De inmediato el responde con entusiasmo en su forma de hablar.

—Los vimos por las cámaras... ¡Fue como una película de acción!

Aclaro mi garganta y observo como el grupo de personas me ven confundidos, son cinco, y solo tres de ellos son mujeres.

—Ahora no es momento, necesito que cierres esta puerta impidiendo el paso de cualquiera —le ordeno.

—¡De inmediato!

La puerta del lugar se cierra, del techo cuelgan varias luces blancas que iluminan por completo el lugar y la capsula del virus está en el medio y hay varios aparatos que la rodean.

—¿Quienes son ustedes? —pregunta una de las chicas. Me percato que aquella mujer joven es la misma que vi cuando entré al laboratorio, esta vez se había recogido su pelo rubio en una moña, ella me fulmina con la mirada y le respondo con una simple sonrisa.

Brayan aún les apunta con el arma.

—Zack. ¿Pero qué haces? ¡Comienza de una vez! —me dice Brayan, creo que el intentó gritarme pero debido a que el pasamontañas cubría su boca no fue posible.

Con mi mochila en mano, me acerqué hacia la capsula, pude ver que la sustancia era de un color rojo y burbujeaba, lo primero que hice fue desconectar los aparatos que estaban alrededor de la capsula y luego busqué la forma de sacar el virus de la plataforma en la que estaba.

—¡Te dije que no te movieras! —le grita Brayan a uno de los hombres que se encuentra en un rincón tirado en el suelo mientras sus manos tiemblan.

—La capsula está sujetada a la plataforma en la que está, creo que es necesaria una clave para quitarla de allí y que no suene la alarma de seguridad —le informo a Brayan, el no quita su mirada de los rehenes.

—Sé cual es la clave, lo vi en los documentos que nos entregaron, cambiemos de posición y sostén mi arma —me indica.

Me acerco rápidamente y el me entrega el arma, de inmediato la apunto hacia las cinco personas que están frente a mi, todos están en el suelo murmurando u orando, pero la chica rubia se encuentra arrodillada observándome.

—Por favor, escucha —me dice la chica mientras las lagrimas caen de sus ojos —. Nuestro trabajo solo era mantener el virus intacto, todos tenemos familias, por favor no nos maten.

Suspiro un tanto frustrado. —No les dispararé, pero si se mueven o tratan de informar a los otros, no dudaré en hacerlo.

—La nación estará en peligro si ese virus sale de aquí —sus lagrimas ruedan por su mejillas y ella traga saliva para continuar —. Solo vayansen, no les diremos nada a nadie, ese virus es demasiado letal y...

—¡Dile que se calle de una vez! —grita Brayan enojado.

Dirijo mi mirada hacia el y veo que ha logrado sacar la capsula de la plataforma, y por suerte no ha sonado ninguna alarma.

—El gobierno quiso almacenar ese virus aquí, todo es por que este laboratorio no es tan conocido, ni siquiera mandaron a una tonelada de militares a custodiar este lugar para que las personas no sospecharan de que había algo importante aquí. ¿Sabes lo que significa? Nadie puede saber sobre la existencia de este material, por que o si no todos estaríamos en riesgo...

—¡Ultima advertencia! ¡Si la chica sigue hablando la matas, Zack! —Brayan estaba furioso, sin embargo las palabras de la chica me parecían ciertas, no creo que esté mintiendo, su expresión no muestra indicios de que está mintiendo. ¿Y si es así? Nunca he estado en un robo en el que nos den toda la información de inmediato, el Sr. Rusell nos dio los planos del lugar, nos dio todos los materiales que necesitábamos. ¿Como supo Rusell de la existencia de este material?... ¿Y si el u otra persona ya estuvo aquí en este laboratorio?. Y si...

Tal vez debería abandonar este trabajo...

—No nos mates —dice la chica con la voz temblorosa.

Puedo ver que Brayan se acerca rápidamente a paso firme, el de repente me quita el arma a la fuerza y de inmediato le apunta a la mujer.

—¡¿Qué carajos haces?! ¡Deja de apuntarle! —exclamo enojado y nervioso a la vez.

Puedo ver como la chica se levanta. —Que Dios me acompañe.

Brayan dispara dos veces en el pecho de la mujer y esta de inmediato se desploma en el suelo, me mantengo inmóvil observando como la sangre se esparce por el suelo y escucho los gritos desesperados de los demás presentes. Mis oídos aturdidos, mi corazón acelerado y mi mente hecha un caos.

Empujo a Brayan y el cae al suelo golpeándose la cabeza. No sabía que más hacer o como reaccionar ante lo que acababa de suceder.

—¡Eres un completo idiota! —le grité enojado.

Brayan comienza a reírse. —No pensaba creerle a esa mujer.

***

Estuvo fuerte el capitulo...

¿Creen que este robo saldrá bien?

Hasta el próximo domingo!!

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