Capitulo 4
El recorrido fue muy largo,y por suerte pude mantenerme despierto, nos habíamos alejado demasiado del lugar en donde vivía, e incluso estábamos lejos del centro de la ciudad.
Miro a través de la ventana del auto, pero debido a que el vidrio es oscuro no puedo observar más en detalle, lo único que puedo identificar es que está conduciendo por una autopista en la que pasan muchos autos.
El hombre desvía el auto tomando un camino que nos separa de la autopista y al pasar apenas un rato, la calle deja de ser pavimentada y ahora es una rocosa y con varios baches que hacen que la camioneta se mueva bruscamente.
—¿A donde me estas llevando? —le pregunté al hombre que conducía.
No obtuve respuesta.
Desde aquí, no podía observar las luces de la ciudad y no pasaba ningún auto.
Seguimos recorriendo esta carretera en mal estado hasta que al fin el auto se detuvo. Desde la ventana solo pude observar algo parecido a un edificio que estaba iluminado por luces blancas.
El hombre es el primero en bajarse, y luego abre la puerta de mi asiento para que yo me baje. Obedezco y salgo del auto lo más rápido posible.
El ambiente hace que me sienta fresco y más relajado que antes, hace mucho tiempo que no he estado lejos de la ciudad.
—Sígueme.
Empiezo a seguir al hombre que empieza a caminar hacia una reja que protege el alrededor de aquel edificio. Con solo insertar una tarjeta, el hombre abre la reja. Pasamos por aquella y puedo ver el edificio que tan solo es de tres pisos, con una puerta de entrada bastante amplia que incluso un auto puede pasar por allí.
Estamos caminando de camino a la entrada, recorriendo un enorme parqueadero que tan solo tiene unos cuantos autos estacionados, y extrañamente todos son de color negro.
—No se separe de mi lado —me indica y yo asiento con la cabeza.
Nos encontramos frente a la enorme puerta, y el hombre la abre con solo empujarla.
Entro al interior del edificio y quedo asombrado con lo presentable que es todo, me detengo para observar más en detalle pero el hombre me agarra del brazo y me obliga a avanzar por un pasillo. Realizo un movimiento brusco provocando que el hombre me suelte, pero de nuevo me agarra el brazo.
—No es necesario... Suélteme de una vez —le digo conteniendo mi enojo.
El niega con la cabeza.
Subimos por un ascensor hasta el segundo piso, y de nuevo caminamos por un extenso pasillo, en el que se encuentran enormes ventanas a un lado y al otro varias puertas. Tengo la curiosidad de saber que es este lugar, pero estoy seguro que si le pregunto al hombre que está caminando delante de mi, él no contestará en absoluto.
Al pasar apenas un rato, llegamos al final del pasillo, frente a nosotros había una puerta un tanto extraña, esta era negra y de metal y no se abría manualmente. El hombre se hizo a un lado para insertar una contraseña, que a simple vista parece ser de varios dígitos debido a que el hombre tardó en escribirla. Y luego insertó otra tarjeta.
—A continuación, conocerás a tus compañeros de equipo.
Al escuchar eso alzo mis dos cejas sorprendido y de repente la puerta se abre provocando un chirrido no tan agradable. En el interior, logro ver que hay una mesa larga y cuadrada en la que varias personas están sentadas. Solo hay una mujer con los ojos achinados, y el resto son hombres que me miran curiosos. Entro en la habitación lentamente y la puerta se cierra detrás de mi, me percato que el hombre de antes no ha entrado conmigo.
Aclaro mi garganta por el silencioso momento que me hace sentir incomodo, y miro la habitación tratando de evitar todas aquellas miradas.
—Vale, supongo que es nuestro ultimo integrante —comenta un chico con gafas y mucho acné en su cara.
El se levanta de su asiento y se acerca a mi con una sonrisa que parece más forzada que ingenua, el extiende su mano.
—Me presento. Soy Cris.
Fruncí el ceño y me quedé mirando aquella mano con la seguridad de que no la estrecharía. El oculta su mano incomodo y acomoda sus gafas, puedo ver como su rostro se torna de un rosa pálido por la vergüenza.
Otro chico se empieza a reír desde su asiento, este viste de una camisa roja y un chaleco que parece una explosión de colores. En tanto a su físico, tiene un extraño estilo de cabello, es verde y le llega hasta las orejas.
—¡Dejaron al bebito en visto! —exclama aquel chico dirigiéndose a Cris.
Dirijo mi mirada hacia la chica, lo cual me está mirando fijamente. Ella se organiza su cabello corto y tose en voz baja, dándome a entender de que está incomoda por mi presencia.
Me siento en una silla que está al lado de la chica y de un hombre de piel morena que lleva unas gafas oscuras que me impiden ver sus ojos.
—Bueno... ¿Quien se presentará primero? —pregunta Cris con el tono de voz bajo.
—Creo que no es necesario que nos conozcamos... Me parece inútil saber sobre el otro — responde el moreno a mi lado.
—No es inútil decirle el nombre a las personas —le responde Cris con una sonrisa cariñosa.
—¡Callate espagueti! —lo insulta el moreno.
De nuevo, el chico de cabello verde se ríe a carcajadas.
—¡Ser alto y delgado es normal! —grita Cris enojado, que incluso su rostro cambio de un rosa pálido a un rojo bastante notable.
Me puse a la defensiva. —Creo que el espage... —me interrumpí a mi mismo y noté que Cris me miraba con el ceño fruncido —. Quise decir, que Cris tiene razón, si vamos a trabajar juntos es necesario que al menos sepamos nuestros nombres.
El de pelo verde alza la mano. —¡Yo primero! —exclama entusiasmado —. Yo soy Brayan.
El silencio nuevamente invade la habitación por un momento.
—Yo soy Cris.
El hombre moreno suspira. —Soy Jacob.
—Por cierto... ¿Por qué no te quitas las gafas?. —pregunta Brayan de repente como si estuviese guardando aquella pregunta en su interior desde hace rato.
Jacob se acomoda en su asiento y golpea la mesa, lo cual me pareció exagerado. —Por que quiero, puedo y a ti no te importa.
Cris le abuchea a Brayan, y aquel se pone serio.
—¿Crees que me ofendí por que...
De repente la chica lo interrumpe. —Mi nombre es Saori.
El acento de la chica me llama la atención, se nota que no sabe manejar muy bien nuestro idioma.
—¿Eres china? —le pregunto.
Ella me mira seriamente y se da la vuelta ignorándome por completo.
—Al parecer no te va bien con las chicas —comenta Jacob con una sonrisa burlona formada en su rostro.
—Oigan... —dice Cris —. ¿Alguno de ustedes puede decirle a Brayan que me deje de mirar así?
Observo a Brayan, el mira seriamente a Cris sin parpadear ni apartar la vista ni un minuto.
Cambio de tema aprovechando el hecho de que nadie está hablando. —¿Solo somos nosotros? —pregunto —. Me refiero a que somos muy pocos.
—Un hombre nos dijo de que eras el ultimo integrante, así que sí, solo somos nosotros — responde Cris.
—¿Por qué aceptaron ser parte de esto? —pregunto curioso, ya que al ver estas personas siento la necesidad de conocerlos más.
—Lo hice por que no tenia nada interesante que hacer con mi vida —responde Cris y todos lo miramos confundidos.
—¿Qué pasa, por qué me miran?
—¿Enserio? ¿Quieres ser parte de un robo solo por entretenimiento? ¿Y el dinero? —pregunta el Brayan con una mueca bastante graciosa dibujada en su rostro.
—Mis padres ya tienen mucho dinero. —responde Cris.
Jacob, el moreno, dirige su mirada hacia mi, o eso creo.
—¿Y tu qué? ¿Por qué no te has presentado? —me pregunta.
—Eh... Mi nombre es Zack —le respondo —. Y estoy aquí por el dinero.
Jacob asiente. —Yo también estoy aquí por el dinero.
—Lo hice por que... Quiero irme de Nueva York, tener unas vacaciones en Dubai y olvidar mi vida de criminal. —dice Brayan presumiendo.
La chica que hace un momento me dejó en visto, se digna a hablar con una expresión seria y sin apartar su mirada de mi. —Por el dinero, por que soy una hacker de gran ayuda y por que... No se, solo por eso.
Ella aparta su mirada de mi.
De pronto la puerta negra y de metal se abre interrumpiendo nuestra fluida conversación, justo en la entrada de la habitación se encuentra el hombre con el que hablé en la limusina, el mira a todos incluyéndome a mi. A su lado, vienen sus dos guardaespaldas.
—¿Ya se conocieron mejor? —pregunta.
El le hace una ceña a sus hombres guardianes y ellos salen del lugar cerrando la puerta. El hombre empieza a caminar hacia la parte final de la mesa en donde allí obtiene la atención de todos nosotros.
—Ahora que aceptaron ser parte de esto, supongo que tienen el derecho de saber en que consiste el trabajo —comienza diciendo. Cuando veo a este hombre me irrito de inmediato, no se si es por su forma de hablar o por que el intenta intimidarnos, lo cual no logra en absoluto.
—¿Alguno de ustedes tiene alguna pregunta?
Saori, la chica levanta la mano. —¿Por qué no hay más integrantes? —pregunta ella —. La vez que lo vi por primera vez me dijo que realizaríamos el robo más grande de la historia.
—Claro, pero no son necesarias tantas personas, entre menos mejor, ya que disminuye el riesgo de ser descubiertos —responde.
Cris es el siguiente en alzar la mano. —¿Cual es su nombre?
Todos se quedan en silencio, incluso el hombre. No entiendo por que Cris hace preguntas tan innecesarias.
—Solo... Pueden decirme Sr. Rusell o jefe Rusell —responde.
Levanto la mano y de inmediato la atención de todos se centra en mi.
—Usted me dijo que no robaríamos un banco... Que salvaríamos al mundo si participábamos en esto —digo y siento como Brayan trata de contener la risa —. Ahora que tengo el derecho de saber sobre este trabajo ¿Por qué no me explica eso?.
El hombre sonríe. —Al fin una pregunta con sentido.
Me acomodo en mi silla para escuchar atentamente, y los demás también están curiosos por saber.
—Robaremos un material de un laboratorio —responde el hombre sin titubear y me mira aún con una sonrisa formada en su rostro.
—¡Oh joder! —exclama Brayan mientras que los demás nos mantenemos serios.
—Es un material de suma importancia... Es un virus, y si dejamos que aquel laboratorio se quede con aquel puede suceder un ataque a toda la humanidad —terminó de explicar Rusell.
Al escuchar aquellas palabras y ver su extraña forma de actuar, siento que está mintiendo, nada de lo que acaba de decir tiene sentido para mi, pero los demás parecen haberle creído.
Cris asombrado alza las cejas que se ven por encima de sus gafas. —Así que, ¡salvaríamos al mundo entero!.
—Tienes razón, Cris. Salvaríamos a la humanidad entera, ya que el virus es capaz de extenderse hacia otros países —le dijo Rusell con entusiasmo en su forma de hablar.
Miré a Jacob, que también me miraba aunque tuviera aquellos lentes.
—No le creo —dije de repente y dirigí mi mirada al Sr. Rusell.
—¿Qué? —pregunta él confundido.
—Le estoy diciendo que no creo sus palabras, nada de lo que acaba de decir tiene sentido.
El sr. Rusell me mira seriamente y noto como traga saliva, lo cual lo entiendo como un indicio de que esta tratando de ocultar algo.
—¿Por qué crees que no tiene sentido? —me pregunta y se apoya en la mesa tratando de mantener el equilibrio.
—¿Por qué crearían un virus para acabar con la humanidad entera y a ellos mismos? ¿Como se enteró sobre el virus? —le pregunté y esperé un momento, pero el no respondió —. Ademas, lo que dijo Saori es cierto, somos pocos como para realizar un robo de esa magnitud.
—Como ya respondí anteriormente, somos pocos para pasar desapercibidos... Aunque estemos tratando de salvar a la humanidad de guerra y miseria, estaríamos traicionando el plan de Estados Unidos y nos matarían por aquello. Ademas, yo y un hombre les daremos aquella cantidad de dinero si cumplen la misión —se defendió él, es obvio que quiere cubrir su mentira con esas idioteces.
—¿Entonces por qué...
El sr. Rusell me interrumpió. —Hasta aquí la reunión, ya es muy tarde. Por ahora vayan a sus habitaciones y nos veremos de nuevo justo aquí.
La incomodidad aún me invade, sé que él está mintiendo...
***
Hola, espero les haya gustado el capitulo! :)
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