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Capitulo 12

Jacob mantuvo la misma velocidad, ya no había rastro de los autos militares que nos seguían pero aún así no podíamos bajar la guardia, debíamos estar atentos de que nadie nos siguiera, ni mucho menos el helicóptero.

El estado caótico en el que nos encontrábamos ya había pasado, ahora estábamos mucho más tranquilos.

—Es la primera vez que soy parte de una persecución —comenta Cris y se limpia el sudor de su frente con un pañuelo blanco.

—Yo he estado en varias persecuciones antes, pero no en auto, esta es la primera vez —dice Brayan y sonríe —. Soy demasiado rápido corriendo, y nunca me atrapan.

Cris sonríe. —¡Pero me sentí genial!

Saori se había quedado dormida, sus energías estaban agotadas...

Me acerqué hacia Jacob, el parecía apurado debido a que quería acabar con esto de una vez, y lo entiendo, yo también quiero que esto termine, quiero volver al lado de mi madre que seguramente está esperando por mi llamada.

—¿Ya has tomado el atajo? —le pregunto.

Jacob sonríe. —Hace rato lo tomé... ¿Como va todo atrás?

Miro a mis compañeros y observo que Cris y Brayan se encuentran hablando sobre lo ''genial'' que fue la persecución a la que nos enfrentamos hace un rato.

—Están más tranquilos... Creo que están bien —le respondo.

El suspira. —Creo que las cosas se nos complicaron, ¿no crees?

—No lo creo, era obvio que nuestro plan tendría dificultades, y esta fue una de ellas.

Jacob asiente estando de acuerdo conmigo.

Me detengo un poco para observar el camino por el que Jacob nos está llevando, el conduce por un carretera pequeña por la que solo un auto podría pasar, a los lados hay varios arboles y más allá de ellos solo hay bosque.

Las luces de la camioneta alumbran la carretera de cemento con unas cuantas grietas en aquella.

—¿Estas segu... —Un fuerte ruido me interrumpe, de pronto la camioneta empieza a moverse de forma extraña y por si sola se detiene.

—¡¿Qué pasa?! —grita Cris asustado provocando que Saori se despierte sobresaltada.

—Creo que una llanta se ponchó... Supongo que una bala la atravesó, no lo sé —le respondí y nuevamente miré a Jacob.

La camioneta se detuvo por completo y con ella el sonido, nadie hablaba ni emitía ni un sutil sonido, ni siquiera se escuchaban nuestras respiraciones, todo estaba en un silencio total...

Jacob se bajó de la camioneta y desde aquí pude observar que investigaba lo que había pasado y la razón por la que el auto se detuvo, el analizó las llantas delanteras, y luego él nuevamente volvió a entrar. —Definitivamente fue una llanta.

—¿Y ahora que hacemos? —pregunta Brayan —. No podemos irnos caminando de aquí hacia Nueva york.

Jacob se quita las gafas y cierra los ojos por un momento, puedo notar que el está cansado de tanto conducir. —¡Pues no nos podemos quedar aquí! —exclama enojado.

Entiendo la situación en la que se encuentra Jacob, tuvo que conducir una hora más para perder a los militares mientras que nosotros nos manteníamos en la parte trasera sin hacer nada.

—¿Por qué nada nos sale bien? —pregunta Saori en voz baja y se toca la frente preocupada.

Tomo aire mientras mi mente da vueltas, trato de encontrar una salida a este problema angustiante, pero aunque lo intente, no funciona... También estoy cansado, cada parte de mi cuerpo pide un largo y cálido descanso.

—Supongo que... —comienzo diciendo y me detengo pensando bien mis palabras, todos centran su mirada unicamente en mi —. Creo que nuestra única opción es caminar, buscaremos una forma de esconder o disimular la capsula, nadie ha visto nuestros rostros así que podemos caminar unos cuantos metros y tomar un transporte publico.

Brayan se empieza a reír falsamente y drásticamente se pone serio otra vez. —¡Jodete, Zack! ¡No pienso mover ni un solo pie!

Sus palabras no me enojan, sencillamente es como si no sintiera nada.

—Apoyo a Zack, las autoridades no han visto nuestra cara, iniciaran retenes y se centrara en una misteriosa camioneta negra y con varios agujeros de balas, es mejor que nos deshagamos de esta camioneta —dice Saori seriamente —. El punto es que yo no me pienso quedar. Saori se levanta y abre la puerta de la camioneta, ella es la primera en bajarse y luego Cris la sigue.

—Brayan si quieres quedarte, hazlo, me da igual —le dije y me bajé de la camioneta.

Jacob sale del asiento del conductor y se reúne junto a nosotros, nos quedamos en las afueras de la camioneta mientras una suave brisa relajaba el calor en nuestros cuerpos, fue refrescante.

—¿Deberíamos quemar la camioneta? —pregunta Cris y todos lo miramos confundidos —. En las películas he visto que queman las camionetas para borrar las huellas dactilares y así cuando la policía la encuentre no tenga pistas de nada.

—¿No crees que ves muchas películas? —le pregunto y sonrío burlonamente.

—Creo que por eso no tiene novia —comenta Jacob y los tres nos empezamos a reír.

Aquella risa se vio tan necesaria para calmar nuestros pensamientos.

Brayan también se baja de la camioneta, logro ver que su cabello verde esta desordenado y al verlo de esa forma lo asimilo a un payaso, solo que el no sonríe, el está serio y enojado por el hecho de que deberá caminar.

—¿Como escondemos la capsula? —pregunta Saori.

—En una de las mochilas y listo, creo que lo mejor será que Zack se quite el traje de guardia y que los demás nos quitemos los trajes negros —indica Jacob.

Empezamos a vestirnos de una manera que no levantáramos sospechas, me quité el traje de guardia y Brayan se quitó la camisa manchada de la sangre de las personas que asesinó en el laboratorio.

—¿Entonces si quemaremos el auto? —pregunta Cris insistiendo en relacionar aquello con una película.

Saori se ríe de el. —Pareces un niño pequeño.

Unos minutos después, Jacob optó por quemar la camioneta, Cris empezó a verter un tarro de gasolina por todo el auto y con ayuda de Jacob prendieron fuego a aquella. Todos retrocedimos mientras el fuego envolvía a la camioneta borrando cualquier pista...

—Ahora sí, vamos —dije.

Nos pusimos en marcha, yo cargaba la mochila en la que estaba la capsula con el virus, y los demás caminaban a mi lado.

—¿Ya estas satisfecho al haber quemado la camioneta? —le pregunta Jacob a Cris mientras se ríe.

Cris duda por un momento y niega con la cabeza. —Quería que el auto explotara.

Tras unas cuantas horas de caminata, sentíamos que no eramos capaces de seguir avanzando, sabia que no era el único al que le dolían los pies, seguramente ya me salieron ampollas en los dedos.

La carretera parecía infinita, como si nunca fuese a terminar y casi todos nos encontrábamos temblando del frio.

—¿Alguien tiene reloj? —pregunta Brayan mientras camina con los brazos cruzados sobre su pecho.

—Son las nueve de la noche... —contesta Cris.

Observé a cada uno de mis compañeros, Saori caminaba de la mano con Cris y Jacob iba más adelante que nosotros.

Brayan iba a mi lado y el observaba todo su alrededor, con solo verlo el recuerdo de la sangre y las personas muertas llegaron a mi mente, odiaba ver su satisfacción cuando les disparaba, quería preguntarle la razón por la que lo hizo, pero la respuesta es obvia, antes de todo esto, el se dedicaba a realizar trabajos para los demás, pero no trabajos comunes, muchos le pagaban para que matara a tal persona. En resumen, es un sicario.

—¡Alguien viene! —grita Jacob de repente desde adelante.

La tranquilidad desaparece de inmediato y todos nos alarmamos. Desde la lejanía logro ver que un auto se aproxima, Jacob retrocede estando más cerca de nosotros.

—Creo que los militares nos han encontrado... —comenta Brayan a mi lado.

El auto se detiene frente a nosotros y las puertas de aquel se abren rápidamente asustándonos.

Un hombre se baja del auto negro, el va vestido con un traje...

El hombre se posiciona frente a las luces del auto dejándome verlo detalladamente; Tiene barba y es bastante alto, se podría decir que no es tan delgado y a simple vista se ve rudo.

—Zack Davis, Jacob, Saori, Cris y Brayan. ¿Son ustedes? —pregunta aquel hombre.

Cuando él pronuncio nuestros nombres el miedo desapareció y en su lugar me sentí aliviado, el traje que ese hombre lleva puesto es igual a los que portan los hombres que trabajan para Rusell.

—¿Quien es usted? —pregunta Jacob a la defensiva.

—Antes de que partieran, el jefe Rusell instaló un rastreador en el auto, así fue como los encontramos. ¿Tienen la capsula?

—¿Vienes de parte de Rusell? —Cris es el siguiente en preguntar.

El hombre asiente y pregunta de nuevo. —¿Tienen la capsula?

—Si —respondimos todos a la misma vez.

El hombre asiente y toma su radio, el habla a través de aquel pero no logro escuchar sus palabras.

—Entreguen la capsula y suban al auto —nos ordena.

Los hombres que vinieron en la camioneta se apoderaron de la capsula que nosotros mismos habíamos robado, ellos nos permitieron subirnos en la parte trasera del auto y allí Cris, Brayan y Jacob se durmieron rápidamente. Por otro lado, Saori se mantenía observando por la ventana abierta por la que entraba un aire fresco, y yo me mantuve por un rato encerrado en los múltiples pensamientos que me invadían.

No estoy seguro de cuantas horas pasaron, pero hubo un momento en el que no pude seguir con mis ojos abiertos, así que caí rendido en el asiento y cerré mis ojos para por fin descansar.

***

Aquí les dejo el capitulo 12, ¡Disfrútenlo!.

Por cierto... Ya quedan pocos capítulos para terminar.

¿Y que creen...?

Una muerte se aproxima... ¿Quien será el desafortunado?

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