Surprise hologramas!!!Y el premio  "La escena no vista que quiero leer" es para....redoble de tambores..... La noche de Anoche de Grecia y Rodrigoo jajajja. Estuve leyendo en los comments y fue lo q más curiosidad causó, ya pueden saciar sus ansias de chisme. LOS AMOO

Grecia

Mamá siempre decía: ''No puedes pasar desapercibida cuando naciste para sobresalir''. Repetía eso cada noche antes de dormir y tenía razón. Yo había nacido para sobresalir. Incluso si no lo deseaba, incluso si prefería mantenerme en la sombra lejos de las miradas indiscretas y los comentarios hirientes;  no lo conseguía.

Por suerte, llamar la atención nunca me ha molestado.

Es lo que sucede cuando tienes una característica que te diferencia del resto, porque eso es lo que el vítiligo es para mí: una característica, algo que me hace especial. Me importa un bledo que el resto diga que es una enfermedad.

Para mí si no duele, no mata, no se contagia; entonces no es una enfermedad.

Nunca me he escondido. No tengo motivos.

Por supuesto, pensar así en un mundo en el que el envase importa más que el contenido le ha traído algunos inconvenientes a otras personas.

Como a esa mujer que dijo en la fiesta de aniversario de mis padres que no debían permitir que su hija de ocho años  anduviera entre los invitados ya que podría contagiarlos con su enfermedad. Estoy segura que  ninguno de sus entrenadores personales la hizo quemar tantas calorías como yo persiguiéndola por toda la casa para "contagiarla".

Mierda. El alcohol siempre me pone nostálgica.

—Tenemos que irnos.

Abandoné el vaso con cerveza que tenía en la mano para caminar hacia él seductoramente.

Se removió nervioso. 

—Creía que la estábamos pasando bien —le contesté rodeando su cuello con mis brazos.

—Te..tenemos que irnos —repitió tartamudeando Rodrigo.

Enarqué una ceja.

—¿Tus padres te regañan si te vas a dormir muy tarde? —pregunté burlona.

Frunció el ceño. Odiaba que lo tratara como un niño pequeño.

—Hace mucho tiempo que no le tengo que dar explicaciones a mis padres —replicó con voz decidida, enfadado. Alcé las cejas con incredulidad.

—Estoy segura que ese argumento te servirá cuando te vuelvan a castigar por reprobar un examen.

Apartó la mirada avergonzado.

—Grecia..

—Ya, ya. Está bien —Levanté las manos en señal de rendición—. Vámonos.

Dejé que me tomara de la mano y me condujera hasta su coche.

En otras circunstancias no lo hubiera hecho, pero hoy todo se vale. Hoy estoy borracha supuestamente y bajo los efectos del alcohol los límites se desdibujan.

Lo observo mientras conduce con una mano en el volante y el brazo libre apoyado en la ventanilla bajada.

—¿Qué? —pregunta sin apartar los ojos de la carretera. Hubiera dudado en subirme al coche de una persona a la que  he visto beber, pero con Rodrigo no tengo miedo. Él es la persona más responsable que conozco. Y si se puso tras el volante para llevarme a casa es porque está seguro de que puede hacerlo.

—Estaba admirando lo sexy que te ves manejando —contesté sacándole una sonrisita satisfecha. No era mentira, estaba malditamente bueno. Los extenuantes entrenamientos en el equipo de natación aseguraban eso.

Se pasó una mano por el abundante pelo ondulado que combinaba con sus expresivos ojos oscuros a la perfección y contrastaba con su suave piel canela.

Quise acariciar su mejilla, tocar sus labios carnosos pero me contuve. Uno, porque eso era súper cursi y dos porque no quiero que se apegue más a mí.

Nunca saldría con Rodrigo.

No por su edad como siempre le digo, solo es un año menor que yo por el amor de Dios; sino porque estoy lejos de ser lo que él necesita. 

Rodrigo es dulce, inocente, ha crecido en la burbuja rosa en la que lo criaron y yo soy todo lo contrario. Malhumorada, impaciente, impulsiva. Además, nunca le he caído bien a sus padres. Me veo demasiado distinta para ser la novia de su perfecto hijo. Y aunque sé que Rodrigo cambiaría todo por mí, no quiero que tenga que decidir entre sus padres y su novia.

—Llegamos —comentó aparcando en la entrada lateral a mi casa, la que daba a la cocina y por la que se escabullía a mi habitación cuando éramos enanos.

Ninguno se movió de su asiento.

—Quiero que seas mi novia Grecia.

Bufé con molestia.

—Ya hemos tenido esta conversación —dije en un tono brusco. Me jode que sea tan insistente—. ¡Todas las putas veces que me traes a casa! Estoy harta. ¿Me oyes? —Me giré hacia él para dedicarle una mirada fiera—  Entiende  que nunca voy a salir contigo. No me gustas Rodrigo, ni me vas a gustar. No eres mi tipo, ¿ok? Crece y supérame de una jodida vez.

Salí del auto cerrando la puerta con un portazo. Sabía que mis palabras lo habían lastimado pero esto era lo mejor para él.

La casa me recibió con su silencio habitual. Mis padres estaban de viaje y los empleados se habían retirado a sus casas. Subí las escaleras a mi habitación de dos en dos. Odiaba quedarme sola.

Una vez dentro me empecé a desvestir para cambiarme a algo más cómodo. Apenas iba por el primer botón cuando abrieron la puerta con tanta fuerza que rebotó sobre la pared con un estruendo.

—¿Qué demonios..—mascullé al darme la vuelta encontrando a un agitado Rodrigo en el umbral.

—No —exclamó.

Rodé los ojos poniendo las manos en mis caderas.

—¿No qué? —indagué con hastío.

—No te voy a superar —Con cada palabra se iba acercando—. Me da igual lo que digas, me dan igual todas las veces que me rechaces o me grites que me aleje. Me dan jodidamente igual. Porque sé lo que siento cuando estoy contigo. Y no hay una jodida manera de que no sea mutuo.

Me besó sin darme chance a discutir. Mi primera reacción fue apartarlo pero sus labios sobre los míos se sentían tan bien que en lugar de empujarlo lo acerqué más. Rodrigo me besaba de una forma apasionada, sin una pizca de inocencia, con experiencia y darme cuenta de eso me hizo enfadar.

¿Quién se había atrevido a besar a mi pitufo?

Aumenté la intensidad del beso. La camiseta que traía puesta me empezaba a sobrar, como si hubiera leído mis  pensamientos alzó los brazos para que me fuera más fácil sacársela. Nos habíamos movido sin notarlo y ahora la parte posterior de mis rodillas tocaba mi cama. Eso encendió mis alarmas. ¿Quería seguir? Sus labios abandonaron mi boca para besar mi cuello alternando los besos con pequeños mordiscos. ¡Joder sí!

—Rodrigo —llamé con voz jadeante. Haciendo que se detuviera para mirarme a los ojos—. Si quieres parar, ahora es el momento.

No quería aprovecharme de él. La sonrisa maliciosa que esbozó me hizo replantearme cuán bien conocía a Rodrigo.

—¿Te quitas la ropa o quieres que te la quite yo?

En un abrir y cerrar de ojos lo tenía encima, tocándome, explorándome. Mi piel ardía y mi espalda se arqueaba con cada caricia, llevándome a la locura con cada embestida.

Me había acostado con otros chicos antes pero con Rodrigo todo era más intenso, más significativo. Con él cada movimiento, cada roce de nuestros cuerpos se sentía como una declaración, era como si estuviera escribiendo con sus manos todo lo que sentía por mí en mi piel.

Se movía con agilidad, la clase de agilidad que se adquiere después de muchos intentos. La imagen de él dentro de otra chica pasó por mi mente. Mierda. ¿Por qué tenía que pensar en eso justo ahora? ¿Por qué me molestaba tanto?

Lo empujé y me puse sobre él. Marcando el ritmo mientras devoraba su boca. Podía haber estado con muchas chicas pero ninguna como yo. Y le dejaría bien claro ese punto.

Aumenté la velocidad. Sus gemidos y los míos llenaban el silencio. Estaba cerca y justo cuando la ola de placer en mi cuerpo llegaba a su cúspide, colocó sus manos en mis caderas deteniendo el movimiento.

Abrí los ojos y lo miré con el ceño fruncido.

Me sonrió con dulzura y colocó el pelo que me caía a los lados de la cara tras mis orejas, antes de impulsarse y dejarme un casto beso en los labios.

—Esta noche ...—me dio la vuelta hasta que estuvo sobre mí— yo mando y tú obedeces.

Sus palabras acompañadas del beso arrasador que me dio después, pusieron mi líbido por los cielos otra vez.

Pocas veces sé es tan vulnerable como cuando te acuestas con alguien. Cuando te quitas la capa más superficial y te muestras en toda tu naturalidad  no sólo estás mostrando tu cuerpo, estás mostrando tus cicatrices, las historias detrás de ellas, las batallas que has librado para llegar aquí. Es cierto que no todos lo ven así. No todo el mundo está dispuesto a exponerse, a entregarse de esa manera pero desde mi punto de vista el sexo es un acto de entrega. Solo dándolo todo puedes alcanzarlo todo. Por eso es tan importante que la persona con la que compartas ese momento te haga sentir segura, cómoda con cada una de tus perfectas imperfecciones. 

Y nadie me había hecho sentir tan bien conmigo misma como él.

—¿Te sientes bien? —preguntó acariciando mi rostro con dulzura un rato después de que colapsáramos en la cama, uno al lado de otro. 

¿Se podía ser más tierno? Y yo que pensaba irme a dormir a otra habitación.

—Mejor que nunca —contesté sonriendo tan ampliamente que estaba segura de que mi cara se desgarraría de un momento a otro.

Se subió encima de mí.

—Entonces, ¿vamos a por el segundo round? —Se sonrojó un poco. Me sorprendía la timidez que mostraba ahora cuando minutos antes estaba siendo todo menos tímido.

Le di un pico en la nariz.

—Pensé que te lo iba a tener que pedir yo.

Ese final me ha dejado tan embobada que siento que cualquier cosa que escriba ahora va a arruinar la vibra intimista que han creado esos dos
😗😗😗

Ok. Grecia. Rodrigo. Sabemos lo que hicieron anooooooche JAJAJAJA. A que no se esperaban leerme tan pronto??Los sorprendí eh?EEEEH??😂😂 Quizás no haya contado todos los sucios detalles que esperaban criaturitas del mal, pero  me siento bastante contenta con el resultado. Quizás en el futuro ahonde más en este tipo de escenas, tal vez, a lo mejor *insertar otros adverbios de duda*

Grecia, mi pelinaranja eres genial. Rodrigo, dude, eras la azúcar de los dulces. Como luchas por tu crush 🙇🙇Eres grande chiquibaby. Hologramas bellos,retorcidos y hermosos con este capítulo bonus me despido hasta el próximo viernes. Espero que lo hayan disfrutado. Dos cosillas más, bien rápido, pinky promise. Este mayo es el mes de la salud mental y Wattpad estará donando un dólar por cada historia con el tag #BraveTogether a un servicio de ayuda por mensajería. Las enfermedades mentales no son una broma. La ansiedad, la inseguridad etc pueden ser difíciles de controlar y está bien pedir ayuda cuando la necesitas. Así que ayudemos en todo lo que podamos, aunque sea con un mensaje de apoyo. Vi en las noticias el accidente ocurrido en México y lo que está pasando en Colombia, si estás leyendo esto y vives en las ciudades afectadas. Siento mucho lo que estás viviendo, espero que estés bien y que todo mejore pronto #FuerzaMéxico #FuerzaColombia

Gracias por leer.Los quiero muchísimo💛