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- Debiste haberlo visto, mamá, ese niño le plantó pelea a un señor que se estaba llevando una niña - mencionaba un pequeño Hidan de 10 años a su madre, halando con una mano el brazo de su madre para que ella le prestase atención, mientras que con la otra señalaba a un pequeño moreno sentado en una baqueta en el parque, quien además tenía una parte del rostro vendado- llegó como los superhéroes, justo en el momento preciso para salvarla, ¡fue genial! - emocionado, lanzaba golpes al aire simulando lo que vio – sus padres deben de estar muy orgullosos, tienen a un héroe en su familia

- Querido - llamó su madre a Hidan - no deberías admirar a alguien así

- ¿Por qué? Si es cierto, yo lo vi, fue genial - respondió con un puchero

- Lo que hizo estuvo mal, no tenía por qué enfrentarse si no que debió llamar a las autoridades, ¿te imaginas si ese señor hubiera tenido un arma? ¿Cuántas personas crees que hubieran salido heridas por lo que hizo?

- Pero no lo hubo y la niña de seguro ahora está bien y....-

- ¡Hidan! - interrumpió su madre muy molesta – ¡te prohíbo acercarte a ese niño, es peligroso para ti!

- Pero...

- ¡Sin peros! ¡Nos vamos! - sin más, la mujer se llevaba a su hijo jalándolo del brazo, mientras que él no apartaba la vista del niño vendado.

***

Era inicio de semana y el albino se levantaba perezosamente después de haber tenido ese sueño que era más un recuerdo.

"Aún me parece genial que la haya salvado" pensaba un poco adormilado, pero sus ganas de dormir desaparecieron al instante al ver la hora, pues le quedaba 15 minutos para alistarse e ir al colegio. Aunque tenía la ventaja de vivir muy cerca, eso no le daría el tiempo suficiente para arreglarse bien. Así que rápido como un rayo se puso el uniforme, mordió un pan y se fue corriendo a su institución, ya aprovecharía para peinarse en el salón... si es que llega.

***

- De acuerdo, ya para que salgan a su receso tengo que avisarles que Itachi, Shikamaru, Sasori y Kakuzu representarán a la institución en los exámenes nacionales. Será el próximo fin de semana, el mismo colegio les brindará movilidad y un refrigerio, así que no se preocupen por ello. Solo estudien, prepárense y muchos éxitos muchachos. Sin más que decir, disfruten su receso. - mencionó el profesor para después retirarse del salón.

- Hmmm... Entiendo que Itachi y Shikamaru fueran escogidos, pero ¿Por qué Sasori y Kakuzu ? - preguntaba el albino a su compañero del lado izquierdo.

- ¿No lo sabías? - respondió Deidara - Sasori y Kakuzu son el cuarto y quinto puesto respectivamente a nivel del colegio. Técnicamente, han escogido a los 5 primeros puestos, Itachi es el primero, Shikamaru el segundo y el tercer es de otro salón si no me equivoco -

- Ah... - se asombró el albino, volteando para hablar con el moreno - Oe Kakuzu ¿Cómo hiciste para...- paró lo que iba a decir pues lo encontró dormido sobre su mesa?

- Jeje, le valió lo que le dijo el profe - mencionó divertido el rubio. Quien dejó de ver al moreno para ver a su amigo. Notó que no dejaba de mirarlo, había seriedad en su mirar, pero también reflejaba... ¿admiración?... o será ¿aprecio? Deidara estaba seguro que había algo que el moreno logró despertar en Hidan que hacía que le prestara tanta atención. Sea lo que fuera, estaba empeñado en averiguarlo ahora.

- Y bien... - llamó la atención del albino que al instante volteó a ver al rubio.

- ¿bien qué? - respondió el albino

- ¿No me dirás por qué te gusta? - directo, no se fue con rodeos, pero eso tomó por sorpresa a Hidan que casi se ahoga con su propia saliva.

- *cof cof* ¿qué *cof* te hace pensar *cof cof*eso? - preguntó tosiendo el albino. Poco a poco se pudo notar un ligero rubor en sus mejillas.

- No hagas tanto escándalo que se va a despertar - intentó calmar al albino, ya no sabía realmente si su rubor era por la pregunta o por que casi se asfixia.

- Es tu *cof* culpa por preguntar algo tan vergonzoso así *cof* sin más -

A pesar de la escena, Kakuzu no movió ni un cabello, estaban seguros que aún dormía, por ello Deidara prosiguió:

- Se nota demasiado que estás interesado en él, es como si no tuvieras intención de ocultarlo. En primera, tú no compartes nada, ni si quiera a mí me has dado un pinche helado y a él le das uno sin si quiera pedírtelo. Dos, te le quedas viendo como pendejo cada que tienes oportunidad, incluso cuando te hablan lo haces de reojo como lo estás haciendo ahora ¡Carajo Hidan que te estoy hablando! -

- ¡Sí te estoy escuchando!

- Pues entonces mírame, imbécil - Deidara comenzaba a exasperarse – bueno, ¿en qué estaba? ah sí, por último, le sonríes demasiado y no es la típica sonrisa que haces cuando te burlas de alguien, la que haces es... es... es rara, no lo sé, es más... ¿sincera?

- Eh... Ah...erm... - tartamudeaba, buscaba una excusa creíble pero no tenía escapatoria, Deidara era muy bueno descifrándolo... o tal vez era porque de verdad era muy notorio.

- Y hasta estas sonrojado ¿si quiera te esfuerzas un poco por ocultarlo? - el rubio no pudo evitar palmearse el rostro.

Un silencio incómodo rodeó a ambos. En el receso, el salón era ruidoso pues la mayoría aprovechaba para conversar o jugar, así que realmente no se preocupaban si eran escuchados pues el ruido de los demás los cubría.

- Es que... - habló Hidan a lo que el rubio prestó atención - me recuerda mucho a alguien a quien admiraba mucho de niño... También era moreno, aunque en vez de una mascarilla, él traía vendajes... pero ahora que recuerdo, él se veía mayor a mí, de seguro ahora debe de estar en la universidad o en una academia de policías... jeje... De seguro Kakuzu también lo vio... de seguro copió su estilo...

- Ya veo... así que tienes tus fetiches con los morenos misteriosos - bromeó Deidara

- ¿De qué rayos hablas? Gehahaha - Hidan forzó su risa, luego guardó silencio... otra vez, ambos se encontraban en un silencio incómodo.

- Ríndete - otra vez, el rubio fue directo con sus palabras.

- ¿Qué?

- Se que suena duro, pero... tú sabes... es alguien con mucho prestigio, incluso tiene reconocimiento entre colegios por sus altas notas... es... demasiado increíble... -

- Callate...

Al rubio le dolía decirle eso a Hidan. Era su amigo y aunque sea algo cruel lo que estaba diciendo, era para protegerlo de un rechazo seguro. Aunque, realmente, más parecía que se lo decía a sí mismo, tragó saliva y continuó:

- Alguien así de seguro se fijaría en personas como Sasori o Ita...

- ¡Cierra tu maldita boca! - aquel grito fue tan fuerte que logró silenciar a todos los que se encontraban en el salón.

"Mierda, mierda, mierda" maldecía Hidan, la había liado, ahora todos le estaban prestando atención ¿Cómo zafarse de eso sin agrandar aún más las cosas?

"¡Ya sé!"

- Wahh tu voz de mujerzuela es tan irritante,  ¡maldita rubia mal teñida! - hizo una pose de dolor de cabeza, mientras que trataba de pedirle con sus muecas a Dei que le siguiera el juego.

- Ah... - para su suerte, entendió el mensaje - ¿Qué me dijiste tú... religioso de cuarta?

- Y sigues hablando tú... tú...- en mal momento se le fueron los insultos - tú, lésbica... futurista?

- ... ¿Qué? ¿Tus neuronas no sirven ni para decir un simple insulto, imbécil?

- Ya sí, sí, córtese el pelo gey

- ¿Gey yo? Perra, aquí la única que se moja por los hombres eres tú.

- ¿Qué dijiste cabrón?

Y así, lo que habían empezado fingiendo, terminó en una discusión de verdad que causó que sus demás compañeros comenzaran a reírse por la extraña escena. Todos excepto un pelirrojo que había escuchado la mayor parte de su conversación desde la distancia. También estaba observando como la persona de quien tanto hablaban se estaba levantando.

- ¿¡SE PUEDEN CALMAR DE UNA PUTA VEZ!? - exclamó molesto el moreno y a la vez repartió un fuerte golpe en el cachete a cada uno, logrando que incluso los demás se callaran por temor a también recibir uno.

- Eso dolió, estúpido amargado - mencionó Hidan sobándose el área afectada - ¡Ah! Cierto, Kakuzu, te eligieron para que representes al cole en los exámenes nacionales, qué genial ¿no crees? - dijo esto con una sonrisa.

Puede que el moreno no trate mucho con las personas, pero hasta él notaba que esa sonrisa estaba siendo forzada. No era como las que siempre le mostraba Hidan. Sus labios podían esbozar su típica sonrisa, pero en sus ojos, en sus ojos se mostraba una profunda tristeza. 

💚❤️💚❤️

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