"Insoportable" Era lo único que pensaba Kakuzu cada vez que Hidan le hablaba. Ya había pasado un mes desde su cambio de sitio y durante ese tiempo no hubo ni un día en el que Hidan no le haya dirigido la palabra. Desde un "¿Qué haces?" hasta un "¿Ya cagaste?", cualquier pregunta era una excelente excusa para hablarle o molestar al moreno durante el receso y esta pregunta siempre era acompaña con una socarrona sonrisa. Agradecía que respetase las horas de clase, pero no quitaba el hecho de que seguía siendo molesto.

- Anda Hidan, vamos por un helado – le decía una hermosa pelirrosa, halando al albino del brazo.

- Hace mucho calor, ¿no crees? - Menciono una rubia quien agitaba el cuello de su blusa intentando ventilarse – un helado vendría de maravilla –dijo esto último dedicándole un guiño coqueto al albino.

El moreno no pudo evitar prestarle atención a la escena, dos hermosas mujeres rodeaban el asiento del albino y una de ellas lo invitaba a salir.

Sakura e Ino, eran hermosas, tenía que admitirlo, sin embargo, eran molestas, superficiales y oportunistas. Era obvio que estaban usando sus encantos para que Hidan les comprara lo que quisieran y conociendo lo idiota que es, lo haría.

- Hmmm.... - el albino pensaba un poco para después levantarse de su asiento – Esta bien chicas, vamos por helados.

- Si! - exclamaron las chicas al mismo tiempo.

"Lo supuse" se dijo el moreno a sí mismo.

Cada chica abrazaba de uno de los brazos de Hidan y juntos salieron del aula. No era su asunto, pero Kakuzu no podía apartar la vista de ese grupo que se iba alejando poco a poco.

"Está bien, ¿Qué hombre desperdiciaría la oportunidad de tener a dos bellezas como ellas así?... yo sí, pero lo demás no son como yo... y menos si se trata de gastar dinero... que molesto" pensaba el moreno. Acomodó sus brazos sobre su mesa para descansar un poco en ese receso.

Se sentía extraño, tal vez sería por notar la diferencia de popularidad entre Hidan y él. Pero tenía sentido, Hidan era hermoso, de tez blanca, contextura esbelta, ojos magenta, alto y un porte muy elegante. Era obvio que sería popular, Kakuzu no podría competir contra él en eso y menos con su mascarilla que le cubría la mitad del rostro. O tal vez, solo tal vez, se sentía extraño porque Hidan aún no le había hecho una de sus estúpidas preguntas como en cada receso hacía. Aunque siempre lo ignoraba, le resultaba divertido hacerlo pues lo hacia quedar como un tonto hablando solo.

En fin, qué más da, acomplejarse por su cuerpo sería más molesto. Dejó de pensar en ello y decidió dormir un poco en ese receso.

***

Aún no acababa el receso, pero el moreno fue despertado por un extraño sonido que escuchó en su mesa. Levantó lentamente su rostro para buscar al causante de ese sonido y lo pudo encontrar a simple vista: era un helado. Alguien lo había dejado sobre su mesa y cree saber perfectamente quién fue.

Dirigió la vista a Hidan, quien ya se encontraba en su asiento solo, mirando a la pizarra y silbando torpemente fingiendo no haber hecho nada.

Kakuzu tomó el helado que para su decepción era de castaña, él odiaba la castaña.

- Supuse que también tendrías calor, así que... hemm...- mencionó Hidan tímidamente, manteniendo su vista al frente.

El moreno rompió el helado y abrió el empaque, tomando cada pedazo de hielo sabor a castaña para comérselo sin la necesidad de quitarse la mascarilla. Sentía una calidez y a la vez una frescura agradable por aquel detalle.

- Gracias - soltó, una simple palabra, tan simple y corta pero que logró desatar una ola de emociones en el albino, quien no pudo evitar voltearse y dedicarle una sincera sonrisa al moreno. Kakuzu ahora comía cada pedazo de helado apreciando esa hermosa sonrisa.

"Creo que alguien se está pasando de notorio, hmm" a un lado de ellos, un incómodo rubio pensaba al respecto. 

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