Prólogo
Aún recuerdo cómo fue que conocí a Tiffany, aquella tarde donde el cielo lloraba por alguna razón y justo debajo de aquel degastado árbol una linda niña empapada llorando sin cesar, a esa edad simplemente creí que se trataba de algún tema sin importancia, pero no me impidió alejarme de mi madre quien me retaba por dejar que la lluvia empapará mi vestido rosado que tenía en ese entonces y acercarme a la niña.
—¿Por qué lloras? —pregunté a la niña que lentamente elevó su rostro, dándome permiso de ver esos ojos cristalinos por las lágrimas y esa nariz completamente roja, parecía un payaso, o al menos eso pensé a la edad que tenía.
Sin embargo, mi pregunta no fue contestada, ya que la niña se abalanzó sobre mí para tomarme fuertemente por el cuello y seguir llorando desconsolada. No sabía qué hacer, me sentía como una tonta en esos momentos que con torpeza pude regresar ese cálido abrazo esa tarde de lluvia.
Intenté acariciar su linda cabellera negra para darle apoyo y dejará de llorar, pero creo que eso fue mala idea, ya que rompió aún más en llanto.
Cuando creí que jamás pararía y saldría corriendo, pude oír su quebrada voz.
—Mi mamá murió —me sentí fatal al oír eso, yo amaba con todo mi ser a mi madre e imaginarme que ella muriese me ponía la piel de gallina y las lágrimas se acumulaban en mis ojos, pero en esos momentos no me permití llorar, simplemente porque a pesar de tener diez años sabía que si me mostraba débil jamás ayudaría aquella linda niña.
Quería decirle algo en esos momentos, pero no sabía que hacer o decir, simplemente seguí acariciando su cabello en un intento para que dejará de llorar, pero sabía que eso no sucedería, ya que perder a alguien tan importante era algo que no se superaría con una simple caricia y un "todo pasara."
Después de aquello no volví a verla, sin embargo, nunca olvidé su rostro, esas lágrimas y esa quebrada voz. Nunca supe su nombre y con el paso de los años no pude olvidar todo aquello.
Pero algo sucedió, no sé si llamarlo destino o casualidad, pero al ir caminando con mis amigas por la ciudad de Seúl vi a alguien que me pareció conocida, o al menos eso pensé a verla caminar al otro lado de la calle.
Necesitaba saber quién era, así que salí corriendo a su dirección, dejando solas a mis amigas que en ese momento pude ver cómo me veían extraño al verme salir corriendo.
Al estar cerca de la persona que creí conocer mis pensamientos se aclararon, llevándome a un sólo recuerdo.
—Te conozco —dije sin pensarlo dos veces, la chica me miró extrañada, no entendía a lo que me refería, pero en sus ojos pude ver como todo se aclaraba de igual forma que yo hace unos momentos atrás.
Titubeó un poco, pero logró pronunciar lo que confirmó mis recuerdos e ideas.
—Nunca nos presentamos si no mal recuerdo. Soy Taeyeon. Kim Taeyeon —hice una reverencia, haciendo que ella también hiciera lo mismo.
—Hwang Tiffany —se presentó.
Sentí que su voz sonaba más dulce a como la recordaba, o simplemente sea porque cuando hablamos por primera vez su voz estaba quebrada y en esos momentos no se encontraba así.
Puedo decir ahora que después de tantos años ese encuentro nos ayudó a conocernos mejor, dándome cuenta que por la razón que no volví a verla fue porque ella regresó a Estados Unidos, donde había nacido, pero cuando volví a verla tenía poco de haber vuelto a Corea, donde pensaba quedarse un tiempo indefinido y ahora duda demasiado dejar Corea. También pude darme cuenta que tenía una extraña obsesión por el color rosado, cosa que me pareció muy cómico y tierno, nunca había conocido a alguien tan obsesionado con un color como ella.
No sé cómo, es que alguien tan bello como ella pudo volverse mi mejor amiga y no sé cómo fue que me pareció fácil romper esa barrera de amistad y hermandad y enamorarme perdidamente de ella, sabiendo que, aunque quisiera algo más jamás sucedería.
Y nunca había sentido algo igual por alguien como lo que siento por Tiffany, siempre creí que los chicos me gustaban, inclusive salí con muchos chicos en toda mi vida, el que más recuerdo fue con Baekhyun, un lindo chico que por motivos que no quiero contar terminamos nuestra relación. Aunque si ahora lo pienso creo que el verdadero motivo fue porque comencé a ver de diferente manera a Tiffany, algo que detesto.
No puedo amar a Tiffany, ella es mi mejor amiga. Mi hermana. No puedo hacer esto a nuestra amistad y es por eso que ahora me declaro como una persona que odia con todo su ser y fuerza la palabra "amor" y todos sus derivados.
Próximamente.
Claudisela.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro