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Capítulo 4

Aún no entendía muchas cosas referentes al amor, pero cuando se me ocurría investigar un poco me daba nauseas leer tanta miel en tan pocas palabras, aunque necesitaba seguir leyendo para encontrar algo que me comprobará que no siento nada por Tiffany, y sé que sólo hablo de eso. Tiffany esto, Tiffany aquello, pero es algo que no puedo evitar, porque ella se había hecho poseedora de mi cuerpo y alma, vivía en mi cabeza y no dejaba de recordarme que ella es la única dueña de mis pensamientos.

Cerré estrepitosamente el portatil mientras lentamente elevé mi cabeza al techo de mi habitación, por alguna razón ver aquel techo blanco me hacia sentir relajada y en paz, algo que no podía lograr con mirar el suelo o inclusive la luna. Si tuviera que enumerar las cosas que me relajan serían; la lluvia, una larga ducha y el techo de mi habitación.

—Eres rara —murmuré para mí mientras debaja escapar una pequeña carcajada.

El día de hoy me encontraba sola, todas las chicas habían salido de compras, con algunos amigos o con sus familiares, y claro, ¿quién no aprovecharía el domingo para eso? Y ante a esa pregunta tengo respuesta. Yo, he durado tanto encerrada en mi habitación que inclusive una vez las chicas creyeron que me había ido de vacaciones o algo así, fue gracioso ver sus expresiones de miedo y terror al verme salir de la habitación, es un recuerdo que nunca voy a olvidar.

Y volviendo al tema de que todas salieron, sentía una necesidad por salir también y tomar un poco el aire fresco de la estación otoñal, pero una parte de mí me impedía levantarme de la silla, tomar mis llaves, cartera, bolso y un abrigo y salir de casa a donde mi curiosidad me llevará.

—Vamos, no es tan difícil —intenté darme ánimos, cosa que no funcionó ya que no moví mi trasero de esa silla.

Repentinamente el sonido de la puerta ser tocada varias veces me sacó de mi relajación, causándome enojo. Me levanté de la silla y con cuidado miré por la ventana para intentar saber quien era la persona que se atrevía a interrumpirme, pero no podía ver nada.

—Maldición —dije al saber que tenía que ir a abrir.

Tomé el primer suéter que encontré en el armario y bajé lentamente las escaleras, el sonido de la puerta ser golpeada seguía insistiendo por un poco de atención, algo que comenzó a irritarme, quería que parará ya, pero sabía que si seguía caminando tan lento jamás pararía. Aceleré el paso y abrí lo más rápido posible la puerta.

—Sunny —miré a mi menor quien estaba intentando hacer aegyo para que no la fuera a regañar, pero el haber tocado la puerta tanto logró hacer que eso no funcionara conmigo —. Es la sexta vez en esta semana que olvidas las llaves —caminé hasta el comedor, cosa que imitó Sunny, no sin antes cerrar la puerta detrás de ella y quitarse los zapatos que traía puestos.

—Lo siento, unnie —hizo una reverencia —. Prometo no volver a olvidarlas —sabía que seguiría sucediendo.

Asentí y caminé hasta el sillón de la sala para prender el televisor, ya no sabía que hacer y quizás un poco de televisión ayudaría.

Sunny se sentó a un lado de mí.

—Unnie —giré a verla antes de prender el televisor y arqueé una ceja para que continuara con lo que iba a decir —. ¿Alguna vez te han dicho que tienes facciones muy masculinas?

Su pregunta me tomó por sorpresa, ya había oído por algunos que mis facciones podían hacerse pasar por las de un chico, pero que lo mencionara ella ahora me parecía extraño.

—¿A qué viene esa pregunta? —cuestioné sin dejar de mirarla.

—No lo sé —se encogió de hombros —, sólo se me vino a la mente. Creo que si fueras un chico ninguna mujer se podría resistir —sonrió, me quitó el control remoto de las manos y prendió el televisor.

Giré mi cabeza para poder ver el programa que pasaba, pero mi cabeza no dejó de darle vueltas a sus palabras "ninguna mujer se podría resistir." Tenía una idea por más estúpida que pareciera, pero no sabía si era lo correcto, aunque nada perdía con intentarlo, conocía a una persona que podría ayudarme.

Sí, eso haré, me haré pasar por un hombre para conseguir el corazón de Tiffany.

Mi amistad no se arruinará porque ella creerá que soy otra persona, mientras su enamorada amiga se resigna a no tener su amor y odiarlo.

(...)

—Recapitulemos... ¿Quieres que te ayude a parecer un varón? —Heechul me miró con los ojos muy abiertos, casi se salen sus globos oculares por lo tanto que abrió los ojos.

Heechul lo conozco desde mi tiempo de estudiante y siempre ha tenido ese don que sólo se ve en las películas para que los actores puedan verse como alienígenas, zombies y demás caracterizaciones únicas.

Yo asentí ante su pregunta, sabía que sonaba extraño que yo, al gustarme tanto los vestidos, faldas y cosas tan femeninas, de la noche a la mañana quisiera verme como un hombre, pero nada perdía con intentarlo.

—De acuerdo —me brindó una sonrisa que sus ojos se achicaron —. Sólo porque eres mi amiga, aunque me parece tan loco.

Había perdido la cuenta de cuantas horas duré ahí sentada viendo como Heechul ponía tantas cosas en mi rostro. Había intentado cortarme el cabello, pero si hacía eso Tiffany se daría cuenta de que aquel hombre y yo somos la misma persona y eso no me conviene, así que le dije que no quería cortarlo, que había pensando en que una peluca sería lo mejor.

Unos toques más, prendas que usar y pelucas por que probar fueron más que suficientes para parecer otra persona, ni yo misma me reconocía, pero por tener facciones masculinas como decían muchos, ayudó a que realmente pareciera un chico.

—Te ves muy bien —dijo Heechul mirándome de arriba abajo con una sonrisa —. Esto es por ella, ¿no es así?

Él y Hyoyeon eran los únicos que sabían lo que sentía por Tiffany, necesitaba contárselo cuando comencé a sentir algo y él me aseguró que realmente eso era amor, pero en su momento no quería creerle.

—Sí.

—Hice esto porque me pareció entretenido verte como un chico, pero escucha bien, Taeyeon, si amas a Tiffany debes ser tú misma y no intentar enamorarla siendo otra persona. Si realmente no quieres perder tu amistad con ella olvídate de ese amor. Me dijiste que odiabas el amor por eso, pero mírate, estás haciendo justo lo contrario a lo que dijiste por un intento desesperado de tener su corazón sólo para ti. Créeme si realmente ella es para ti verás como con el tiempo ella se enamorará de ti, pero si no lo es, vendrán cosas mejores.

Por eso era mi mejor amigo, siempre era tan sincero que me agradaba, pero en esos momentos sentía un dolor tremendo en el pecho, sabía que lo que decía era cierto y me sentía estúpida al intentar ser alguien más por un amor no correspondido, un amor que prometí odiar.

—Tienes razón —dejé escapar aquellas palabras después de minutos en silencio. Giré mi cabeza al espejo y me despojé de la peluca castaña que tenía —. Siento haberte quitado el tiempo para nada, Heechul —hice una reverencia que duro varios segundos.

—Nada de lo siento, ya te dije que me pareció entretenido, pero por esto tendrás que ayudarme en el trabajo —sonrió.

Heechul era dueño de un restaurante bastante conocido en Seúl, en aquel lugar logró poner un pequeño escenario para darle ambiente al lugar con música en vivo, pero hasta ahora no había encontrado a nadie con "una voz tan única que pueda tocar fibras que nadie más" según decía él. Cuando obtuvo aquel escenario me pidió a mí que cantará en vivo, pero me negué rotundamente porque no sentía que mi voz fuera cualificada para un lugar tan único como su restaurante.

—No, ya te había dicho que no cantaría.

—Taeyeon, tienes una voz tan única que puede tocar fibras que nadie más puede —recitó la frase que acababa de pensar —. Aún no entiendo como una agencia no te a contactado para lanzarte a la fama como idol, pero vamos, hazme ese favor —si me negaba quedaría como una mal amiga que sólo piensa en sí misma y no en los demás, pero si aceptaba me daría un ataque escénico y saldría corriendo al ver tantos rostros reunidos en un sólo lugar para escucharme cantar, por algo jamás intenté audicionar para una agencia, aunque en el fondo me hubiese gustado.

—Está bien, sólo porque te he hecho perder tu tiempo —pude observar como sus ojos se achicaban por la gran sonrisa que me brindó.

—Perfecto.










~×~

Sólo quiero dar las gracias por las 100 visualizaciones, prometo esforzarme para hacer de esta historia la mejor.

Claudisela.

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