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HOLA AKFKD, perdón nuevamente por llegar tarde 😭😔💖

Este capítulo está Muy largo como recompensa skfjekdk. 😔❤️❤️

POR CIERTO, HE PUBLICADO UN NUEVO TAEKOOK JAJSJJSKKDKD. Se llama "Rich love" y estaría re feliz si pudieran pasarse por ahí, pls. Estoy muy emocionada con ese nuevo proyecto 🥺💖💖💖💖💖💖 muchas gracias. 🌸

También su pudieran compartir esta historia para que pueda llegar a más gente sería de mucha ayuda. 🥺❤️

Gracias por todo el apoyo. 💕
~~~

—¿Estás listo para tu partido de mañana? —TaeHyung alzó la mirada ante lo escuchado, y su primera acción fue esbozar una leve sonrisita confiada antes de asentir animadamente.

Por alguna razón estaba feliz.

—Por supuesto que sí, Minnie. ¿Cuándo no lo he estado? —respondió con algo de sorna. El nombrado rodó los ojos y al final solo decidió reír.

—Pues siempre te noto inquieto antes de algún juego. Además, algo me dice que el juego de mañana no es la gran cosa... ¿O me equivoco? Te noto más ansioso de lo normal —inquirió el rubio con algo de interés.

Y no, no se equivocaba.

Kim TaeHyung realmente anhelaba que el día siguiente llegara pronto. Siempre se mostraba nervioso cuando un partido nuevo se asomaba, era verdad; sin embargo, esta vez se había esforzado demasiado en los entrenamientos y estaba dispuesto a poner absolutamente todo su empeño para que las cosas resultaran bien. Realmente necesitaba que las cosas salieran a la perfección.

Si no ¿cómo vería después a JungKook a los ojos si al final quedaba en ridículo frente a toda la escuela?

No, no, no. Definitivamente no permitiría que eso ocurriera.

A TaeHyung le gustaba cuando JungKook lo veía como alguien genial, y quería que el menor se quedara con esa fachada toda una vida.

Mas TaeHyung no era consciente de que JungKook adoraba absolutamente todas sus facciones.

—Ugh, otra vez esa mirada de perito degollado —exclamó JiMin al mismo tiempo que hacía un puchero. El castaño frunció el ceño al no comprender.

—¿De qué hablas?

—Siempre que hablamos, llega un punto en que te pierdes en ti mismo y pones una mirada de completo idiota. No me molestaba antes, pero a veces pienso que sencillamente no me estás prestando atención cuando te hablo.

Kim parpadeó ante la acusación y después de ver el puchero pronunciado de su mejor amigo, no pudo evitar sentirse algo mal.

No podía evitarlo, el pensar en JungKook a veces lo ponía realmente tonto. Lo hacía meterse en sus propios pensamientos, en un mundo donde solo él y el menor que lo hacía enloquecer existían. El sentimiento que embargaba su pecho era muy bonito y reconfortante; no obstante, no podía negar que el rubio tenía razón en cierto grado. Por lo que, se obligó a no pensar más en el menor y enfocarse en la persona que ahora tenía en frente suyo, Park JiMin, su mejor amigo y alma gemela, persona que conocía desde los 6 años.

Se sintió más mal por el hecho de pensar que estaba dejando a su mejor amigo de lado por alguien que recién se animaba a conocer.

Puchereó de igual manera, y se acercó al otro joven para proporcionarle un fuerte abrazo de oso. Abrazo que, si bien no fue correspondido al inicio, fue solo cuestión de tiempo para que JiMin soltara una risita tierna y lo abrazara de vuelta hasta que ambos acabaron apachurrados.

—Jamás te dejaría de lado, Minnie. Eres lo mejor que me pasó en la vida y nunca lo olvidaré —exclamó Tae usando una voz excesivamente melosa a propósito. Todo con el fin de hacerlo reír.

—Más te vale, Tata —respondió Park empleando la misma voz solo para molestar. TaeHyung, al notarlo, comenzó a reír y a bromear de igual manera mientras lo abrazaba más y más fuerte—. Te quiero mucho, Tata adorado.

—Yo más. Nunca me dejes, Minnie querido.

Y se apretaron más fuerte.

Tal cual unos exagerados.

Después de esbozar una sonrisita más tranquila, JiMin se separó y comenzó a dejar leves caricias en el cabello ajeno, sonriendo ampliamente cuando vio a TaeHyung acercándose más mientras ronroneaba inconscientemente.

—Pero no miento cuando digo que te he visto raro, Tata. ¿Es que te gusta alguien? —El rubio escuchó a su amigo bufar, y soltó una leve risita al notar que lo estaba haciendo enfadar poco a poco.

—Ya te dije que no, Minnie.

—¡Pero si tienes todos los síntomas de una persona enamorada! —TaeHyung abrió la boca debido a la impresión.

¿Cómo iba a tener síntomas de una persona enamorad si él no lo estaba?

Bueno, al menos no del todo.

—Y según tú —comenzó mientras entrecerraba—, ¿Cuáles son los síntomas de una persona enamorada?

JiMin rodó los ojos.

—Ya sabes, las mejillitas sonrojadas, el que te vayas a cada rato a quién sabe dónde y vuelvas con una sonrisa de oreja a oreja, que estés en la luna todo el tiempo. Estás siendo muy obvio, Tata. Si hay alguien que te gusta, puedes decirme, me gustaría conocerlo.

Tae miró el rostro de su amigo, y solo agachó la cabeza mientras hacía un puchero casi imperceptible. Él sabía que su mejor amigo solo estaba siendo amable, y que en realidad no deseaba saber de la persona de la que supuestamente él podría estar enamorado. Por lo que, solo tomó la mejilla de JiMin para jalar con cariño, riendo cuando escuchó una queja de este.

—Estás delirando, Minnie —se burló—. Además, si es verdad lo que dices, puedo decir que no soy el único diferente.

—¿De qué demonios hablas ahora? —El castaño soltó una carcajada.

—También te he visto algo distraído y no puedes negarlo. Al igual que ya no estás con tu mal humor 24/7. Y, por si fuera poco, ya ni discutes tanto con YoonGi Hyung. ¿Hay algo que tengas que decir al respecto?

JiMin hizo una mueca al escuchar lo último. Era verdad, tal vez ya no peleaba tanto con su mayor enemigo, mas no creía que aquel dato fuera algo como para ser recalcado.

Además, ya no había necesidad de discutir si ahora se ignoraban más que otra cosa. O sea, no se ignoraban del todo, era solo que evitaban comenzar alguna disputa innecesaria entre los dos. JiMin agradecía eso.

Rodando los ojos, volteó la mirada, sintiéndose incapaz de contestar, mas al hacerlo, supo que aquello había sido mala idea.

Su mirada fue a parar al puesto de Min, quien se encontraba conversando animadamente con su mejor amigo, riendo tan ampliamente que podía notarse aquella bonita sonrisa en la que sus encías podían verse con claridad. Tan lindo.

JiMin tragó saliva al verlo.

Sintió sus mejillas sonrojarse de repente y un sentimiento extraño hizo estragos en su estómago, obligándolo a sacudir su cabeza y voltearla hacia otro lado con el fin de sentirse mejor. Mirando ahora hacia abajo, no pudo evitar parpadear por lo ocurrido.

Okay, aquello era nuevo.

¿Qué demonios le había pasado?

Volvió a mirar a su amigo, quien lo observaba pacientemente con una ceja alzada. JiMin bufó y se puso de pie, no sin antes golpear su mesa en un intento de verse dramático y ofendido.

—¡Siempre me estás molestando, Tata! —Y después de ver al castaño fruncir el ceño ante tal acusación, y a pesar de que ambos sabían que esta era totalmente falsa, el rubio no esperó respuesta ajena, y en su lugar, decidió salir rápidamente del aula con el único objetivo de no dar más explicaciones.

TaeHyung, quien vio a Park salir del lugar en un intento de huida, hizo un puchero al no entender qué pasó; no obstante, tampoco se preocupó demasiado, pues lo conocía de sobra como para saber que JiMin se hacía el ofendido cuando quería eludir algún tema, razón por la cual, al final de todo, solo rió un poco pensando en que más tarde tendría que recompensarlo con algún dulce.

Su alma gemela en serio era un caso muy serio.

Y le encantaba.

TaeHyung no sabía qué haría sin él.

💕

JungKook intentaba suprimir una risita que moría por salir de sus labios. La historia que su Hyung favorito le contaba, si bien no era muy divertida, la contaba de una forma tan dramática, que no sabía como es que este podía contarla sin morirse de un ataque de risa.

Aunque bueno, en realidad sí estaba riendo.

YoonGi terminó su relato con una sonrisa de par en par. Le gustaba hacer a JungKook reír, pues este era demasiado cohibido con sus emociones y casi no solía demostrar lo que sentía por voluntad propia. Pues la única manera de que YoonGi podía notar su estado de ánimo era únicamente porque Jeon JungKook era como un bendito libro abierto.

—Y así fue como cité a una chica a la terraza de la escuela en hora de receso. Ella pensó que yo iba a declararme y por alguna razón se emocionó e intentó besarme, pero yo la había llamado porque quería que me devolviera mi cuaderno de química que llevaba consigo desde hace tres semanas.

—¿Y por qué la citó en la terraza entonces?

—Es que yo siempre iba a la terraza a esa hora y me daba pereza caminar a otro lugar, por eso decidí que ella viniera y así yo no tuviera que moverme.

—¿Y qué ocurrió al final?

—Oh, se puso a llorar y me dio cosa. Así que le ofrecí salir con ella porque no me gusta ver a la gente llorar. —JungKook sonrió cuando vio a su Hyung hacer un pequeñísimo puchero.

—¿Y ella aceptó?

—Oh, claro que lo hizo. Pero no duramos más de dos meses.

—¿Qué pasó? —YoonGi negó con la cabeza con una pequeña sonrisa incómoda.

—Ya sabes... Park.

Oh...

Bueno, era la época de oro en donde Park y él se odiaban más que a nada y el menor aprovechaba la oportunidad de bajarle todas sus novias. Así de inmaduro.

YoonGi pensaba en aquello y no pudo evitar en comparar aquella época con la actual. Bueno, no podían decir que se llevaban bien, pero al menos se toleraban más, cosa que antes no podían hacerlo ni cagando.

El pelinegro ahora no pensaba de JiMin como un ser fastidioso al que quería linchar muchísimas veces, pero sí pensaba que era alguien demasiado inmaduro a pesar de lucir tan malditamente lindo.

Porque JiMin era extremadamente lindo, y eso era poco para lo que en realidad YoonGi quería expresar.

Pero también era inmaduro.

YoonGi no entendía cómo alguien tan lindo podía actuar como si tuviera un cerebro en forma de maní.

Suspiró.

—Hyung... —habló JungKook, llamando la atención del contrario. Min solo alzó las cejas en su dirección, dándole a entender que estaba escuchándolo—. Se acaba de sonrojar.

¡Por el amor de Dios!

¿Por qué Park maldito JiMin seguía causándole estas reacciones?

—El clima está muy caluroso —respondió simplemente.

—Pero hace frío.

Y es que, si YoonGi no la cagaba, no era él.

Park JiMin se lo había dicho hace tiempo, y ahora comenzaba a considerarlo como verdad, ¿por qué no podía controlarse y tenía que actuar como una colegiala enamorada del chico popular?

¡A él ni siquiera le gustaba JiMin!

¿O sí?

¡No, no, no!

—Oye, Kook... —susurró apenas—, ¿cómo sabe una persona que le gusta alguien?

JungKook parpadeó ante la pregunta y sintió encogerse en su sitio. ¿Por qué demonios le preguntaban algo como eso?

Se encogió de hombros.

—No lo sé, Hyung. Nunca me ha gustado nadie.

Y todo quedó en silencio.

YoonGi lo miró con una mirada algo acusadora, y JungKook se sintió extraño después de soltar aquellas palabras.

No lo entendía, ¿por qué se sentía así? A él realmente no le gustaba nadie.

A no ser que... oh.

Se sonrojó después de que a su mente llegara la cara de cierta persona.

Kim TaeHyung no podía gustarle, ¿verdad?

El mayor notó claramente cómo el contrario ahora parecía tener un debate mental consigo mismo y su mirada se veía perdida en un punto fijo. No pudo evitar preocuparse.

JungKook era una persona demasiado ingenua y sensible, y YoonGi temía que, en algún momento, llegara una persona equivocada y lo lastimara de la peor manera posible. Y estaba seguro de que, si llegara a ser el caso, el menor en vez de reclamar alguna cuestión, sencillamente se quedaría hecho ovillo en su sitio en espera de sentirse mejor algún día.

Min sabía que debía dejarlo crecer, sobre todo con ese hecho de que se estaba viendo con alguien, pero temía tanto, tanto, que lastimaran a su mejor amigo, que el sentimiento de angustia no se iba.

Pero también lo veía tan feliz, que a veces no sabía qué pensar.

—Oye, Kook... —comenzó suavemente, solo tanteando terreno—, ¿Qué hay de la persona con la que te sueles ver?

Nervios. Muchos nervios.

JungKook sintió ponerse helado y sudor comenzó a emerger de su rostro sumado a un leve temblor de manos que no pudo controlar.

No, no, no, ¿cómo su Hyung pudo descubrir algo así de vergonzoso?

¿No había sido lo suficientemente discreto?

JungKook no sabía que la discreción no era su punto fuerte.

YoonGi vio el temor de su mejor amigo, y sintió su corazón doler al verlo en ese estado. ¿Había sido siquiera un buen mejor amigo? ¿Había hecho algo tan mal que su propio amigo tenía terror de comentarle algo tan sencillo como que se estaba viendo con una persona fuera de clases?

—Hey, hey, hey —se apresuró a contestar mientras colocaba una de sus manos en la mejilla del contrario y la otra sobre la mano ajena—. No está mal si te estás conociendo con alguien más. De hecho, es lindo. Y tampoco tienes que decirme su nombre ni nada por el estilo, puedes guardarlo para ti y comentarlo cuando tú quieras. Eres libre de tus decisiones, Kook, no lo olvides.

JungKook se sintió mejor una vez que notó la mano del mayor rodear la suya. Una calidez lo invadió de repente, haciéndolo apretar la mano también. De pronto, sintiéndose tonto por el hecho de que su mejor amigo jamás lo juzgaría de ninguna manera.

Sin embargo, todavía tenía sus dudas.

YoonGi no podía saber que estaba siendo amigo del mejor amigo de su peor enemigo. Porque se suponía que Park JiMin y Min YoonGi seguían siendo enemigos a los ojos de todo el mundo.

Amaba a su mejor amigo, pero no podía arriesgarse a tanto.

Pero eso no quería decir que no podía comentarle poco.

Pero solo un poco.

Tal vez poquito.

—Yo... —empezó, sintiendo sus mejillas volver a ponerse rojitas —Me estoy viendo con alguien —soltó, y al segundo se arrepintió.

Aquello no había sonado bien.

—Q-Quiero decir —intentó arreglar—, somos amigos. Comenzamos a hablar hace unos meses, y nos entendemos bien. Yo... estar con él se siente bien... muy bien.

Más que bien.

Para JungKook, estar con Kim TaeHyung era entrar en un mundo en el que no recordaba ni su propio nombre.

Mas decir eso era demasiado vergonzoso, y tampoco sonaba bien.

YoonGi sonrió con ternura al verlo susurrar aquellas palabras, y quiso incluso llorar de felicidad al ver que su mejor amigo estaba confiando un poco más en él.

YoonGi podía definir este día como el mejor de su vida.

Y ni siquiera le importaba el hecho de que aquella persona era un chico. ¡Bah, por supuesto que no! ¿Por qué eso sería un problema si ese chico hacia feliz a JungKook?

—¿Quieres hablarme un poco de esa persona?

Kook parpadeo un poco e infló sus cachetes mientras pensaba en qué decir. Mordió sus labios y esbozó una ligera sonrisa antes de proseguir.

—Es muy lindo conmigo —suspiró—. Es diferente a cualquier persona que haya conocido, y siempre está pendiente de mí a pesar de que no hablemos tanto. Yo... estar con él significa felicidad, Hyung. Estar con él me hace muy feliz.

—Mmmm... ¿Así que te trata bien? —molestó el mayor al ver al otro sonrojarse otro poco más.

—E-Es muy cariñoso... Siempre me abraza y me da besitos en el rostro. Es demasiado lindo, YoonGi Hyung. A veces no puedo creer que una persona así de linda pueda existir.

Y YoonGi deseaba que Jeon JungKook pudiera escucharse hablar a sí mismo para que así notara que se estaba enamorando de esa persona.

De Kim TaeHyung.

No obstante, hubo un hecho que lo hizo fruncir el ceño.

—Kook... ¿esa persona te está diciendo que no le cuentes de... lo que sea que tengan, a nadie?

Aquel dato lo perturbaba.

Porque ¿de qué servía que ese chico le ofreciera bajarle el cielo y las estrellas si al final lo terminaba escondiendo del mundo?

JungKook hizo una mueca, mas al segundo negó.

—Es algo mutuo... más o menos. —YoonGi frunció el ceño.

—¿Mutuo? ¿Cómo? ¿Yo tampoco puedo saberlo? ¿Por qué?

—S-Solo no lo entenderías, Hyung... Lo siento mucho.

YoonGi asintió aun si no comprendía del todo. Al final, solo acarició la cabeza ajena.

—Bueno, respetaré tu decisión, pero solo quiero aconsejarte que, si alguna vez te cansas de ese acuerdo que tienen, lo digas de inmediato, ¿sí? No olvides que tu felicidad siempre estará primero. Y también, si necesitas hablar, puedes contar conmigo siempre, ¿vale?

Y JungKook sonrió tan bonito que Min sintió hormiguitas en todo su cuerpo.

—Gracias, Hyung.

—De nada —contestó el pelinegro, para después comenzar a alzar ambas cejas en un gesto sugerente—. Así que... ¿Te gusta?

—¿Q-Qué? N-No... Y-Yo...

—Qué envidia, JungKook, tu vida amorosa resultó mejor que la mía. Quien diría que ibas a terminar consiguiendo novio este año.

—¡Que no es mi novio!

—Aún.

—¡YoonGi Hyung!

Y el nombrado solo volvió a reír.

JungKook, por su lado, sentía la vergüenza salir por todos lados. Agachó la mirada y aprovechando un descuido de su mayor, volteó la cabeza hacia el pupitre de Kim TaeHyung, sorprendiéndose cuando notó a este mirándolo desde un inicio.

Sus miradas cruzaron, Y a JungKook sencillamente se le olvidó cómo respirar.

A lo mejor sí le gustaba un poco...

Tae, al verse descubierto, esbozó una sonrisa en forma de disculpa, y segundo después, le proporcionó un lindo guiño sumado a otra sonrisa ahora coqueta, típica de él.

Okay... A lo mejor sí le gustaba mucho...

Oh.

Por.

Dios.

JungKook, sintiéndose abrumado, quitó la mirada volviéndose a enfocar en su otro Hyung, quien ya había dejado de reír y ahora miraba algo en su celular.

Supo que la conversación había acabado ahí.

—Hyung... por cierto... Usted va siempre a los partidos de futbol, ¿cierto?

Min parpadeó confundido ante el repentino cambio de tema, mas decidió solo asentir.

—Sí, son entretenidos. Además, TaeHyung siempre le da una paliza al equipo contrario. Creo que la mayoría de personas solo van al partido por verlo a él.

Kook sintió algo bonito en el pecho con el hecho de que su Hyung fuera muy querido por todos. Era algo lindo.

—¿Es muy bueno? —se animó a preguntar, controlando por sonreír como estúpido.

—Ufff... El mejor de todos. Podría ser el capitán del equipo si no fuera porque rechaza siempre el puesto cuando se lo ofrecen. Dice que es una responsabilidad muy grande para un cuerpo muy pequeño como el suyo. Palabras dichas por él mismo.

Jeon rió y solo asintió.

—¿Por qué preguntas eso en todo caso?

—Porque mañana quería ir por primera vez, y quería saber si podría ir contigo.

—Aish, la duda ofende. Claro que puedes venir conmigo, tonto.

YoonGi, después de dedicarle una sonrisa sincera, se puso de pie dispuesto a salir del salón.

—Tengo algo que hacer. Ya vuelvo, ¿sí? Puedes salir al receso si quiere, todavía falta mucho para que termine.

JungKook solo asintió y se despidió del mayor con su mano, viendo segundos después al pelinegro salir casi corriendo del lugar.

Min YoonGi ahora solo tenía un solo pensamiento en mente, y ese era saber el estado de ánimo de esa persona.

Porque si bien se encontraba preocupado por su mejor amigo JungKook, también quería saber cómo estaba aquella personita que anteriormente se veía algo frustrada con su propio amigo mientras conversaban.

En especial cuando escuchó a ese chico gritar en medio del salón para después salir huyendo como si odiara a todos.

Algo tan típico de él.

💕

Park JiMin se encontraba sentado en una banca mientras suspiraba. No estaba realmente enojado con TaeHyung, mas ahora sentía pereza de mover su trasero de regreso aula, por lo que solo decidió sentarse en un lugar y esperar a que el timbre sonara.

Estaba incluso a punto de quedarse dormido hasta que sintió un leve —no tan leve— golpecito en su frente que lo hizo sobresaltar y mirar a todos lados enseguida.

Al notar quién fue aquella persona que lo golpeó, no pudo evitar rodar los ojos ante la respuesta obvia.

Por supuesto que tenia que ser el imbécil de Min Yoongi.

Esperen.

¡¿Min YoonGi?!

JiMin sintió nuevamente que sus mejillas se coloreaban un poco y se odió poquito por eso.

—¿Ahora qué haces aquí, idiota? —preguntó, tal vez sonando un poco más arisco de lo que realmente esperaba.

—Vaya, mira tú —se mofó YoonGi—. Un pollito enojado.

Y Park no tendría que haberse sonrojado como lo hizo.

—¿D-De qué demonios hablas? ¿Quién mierda está enojado? ¿Eres imbécil o qué?

—Dile todo eso a tus insultos, Park. Eres peor que un chihuahua enojado.

El rubio no respondió, y en su lugar, no notó que, inconscientemente, se había hecho a un lado de su asiento, consiguiendo que quedara un espacio libre, espacio que YoonGi ocupó al instante, haciendo que, por ende, quedaran el uno alado del otro.

—¿A qué viniste, Min?

—¿Qué demonios pasó allá dentro?

El menor parpadeo sin comprender del todo al inicio, mas pudo captar la idea, haciendo que se sintiera avergonzado.

Se suponía que su plan era verse dramático para TaeHyung, no para los demás.

Dios, ahora todos pensarían que era un bebé llorón.

—¿Pasó algo con TaeHyung? —JiMin no supo qué decir, en serio, no supo.

YoonGi seguía preguntando, y su expresión no reflejaba molestia, burla, ni deseos de pelear; solo había curiosidad y JiMin podía incluso jurar que algo de preocupación también.

Sin quererlo, rió un poco y agachó la mirada sin saber por qué ahora no podía mirar al otro a los ojos sin sentirse extraño. El que alguien se preocupara por él se sentía tan bien.

—Tata y yo estamos bien —respondió—. Estábamos discutiendo y quise hacer eso para desviarme del tema. Yo... suelo ser muy inmaduro, lo siento.

El rubio ni siquiera supo por qué se disculpó, pero al ver a YoonGi volver a sonreírle como solo él sabía hacerlo, hizo que su mente olvidara su reciente interrogante y se enfocara únicamente en el chico que ahora estaba sentado a su lado.

No, no, no. Esto no debería estarle pasando.

—Bueno, entonces —habló el mayor. Me alegro que estén bien.

Se quedaron en silencio por algunos minutos en los que ninguno sabía qué decir; no obstante, nada se sentía incómodo. Y era tan extraño el hecho de que, si bien antes harían lo que fuera por estar lo más lejos posible el uno del otro, ahora, sencillamente no querían separarse.

Min soltó un ligero suspiro, llamando la atención del otro, quien lo miró atentamente en espera de que dijera algo más para comenzar a hablar.

De lo que sea, que hablaran de lo que sea. No importaba el tema.

Sencillamente necesitaban que el tiempo juntos se extendiera un poco más.

—¿Vas a ir al partido de mañana? —preguntó el pelinegro mientras miraba sus manos en un intento de lucir inafectado, aun si esperaba la respuesta más que a nada.

—Tata va a jugar mañana, por supuesto que voy a ir, bobo —respondió JiMin con una risilla, la cual aumentó cuando notó al contrario rodar los ojos—. ¿Y tú? ¿Planeas ir?

—Sí. Planeo ir con Kook.

JiMin estuvo a punto de soltar algún comentario random referente al mejor amigo del mayor, mas decidió callar. El ambiente estaba muy agradable y no quería cagarla con algo fuera de lugar.

Además de que ahora estaban hablando de ellos, no tenían por que meter a alguien más a la conversación.

JiMin se vio reacio a aquello.

—Así que... Park JiMin —volvió a hablar YoonGi, ahora mirando al nombrado con una sonrisa difícil de descifrar, mas Park supo relacionarla con... ¿coquetería? —. Yo iré al partido mañana, y tú también iras al parecer... Hmmm... ¿Sabes lo que eso significa?

Oh, Dios, ¿Min YoonGi estaba coqueteando con él?

—Hmmm... No sé, tú dime.

¡¿Y él le estaba devolviendo el gesto?!

¡¿Qué demonios estaba pasando con ambos?!

YoonGi volvió a sonreír, y esta vez, dejó una leve caricia en la cabeza de JiMin, quien no pudo ocultar su sorpresa para después sonreír también.

Ahora feliz, muy feliz.

—Te veré mañana en el partido. A lo mejor y apostamos por quién va a ser el equipo ganador. No sé, puede ser que TaeHyung no tenga tanta suerte esta vez.

Los dos sabían que aquello era mentira, pero ver a Park JiMin ahora enojado le dio mucha ternura.

—No seas tonto, es obvio que Tata les dará una paliza a todos esos imbéciles.

El mayor solo rodó los ojos, divertido, y se puso de pie mientras miraba al frente, perdiéndose de vista de cómo el menor hizo un puchero viéndose inconforme con el que tuviera que irse.

—Bueno, me iré por ahí. Y tú, deja de causarle problemas a TaeHyung. El pobre sí que tiene que soportarte.

—¡Hey! Que Tata me quiere por cómo soy. Soy un buen partido.

YoonGi tragó saliva antes de hablar:

—No lo dudo.

Y JiMin solo se vio a sí mismo incapaz de poder moverse.

YoonGi le dedicó una ultima mirada antes de darse media vuelta y salir de ahí a pasos rápidos, queriendo respirar y así evitar que aquellos sentimientos repentinos que comenzaban a crecer dentro de sí lo perturbaran de cierta manera.

JiMin, por su lado, solo pudo quedarse estático, ahora tocando su cabeza, la cual había sido tocada por la mano ajena anteriormente, mordiendo sus labios en un fallido intento de reprimir una sonrisa.

La felicidad solo iba en demasía.

Y ambos sabían que las cosas entre ellos estaban cambiando.

Para JiMin, Min YoonGi era alguien que a lo mejor le estaba comenzando atraer un poco más de lo que debería.

Para YoonGi, Park JiMin ya le gustaba mucho.

💕

—Hyuuuung... —se quejaba JungKook con una risita mientras sentía su mano siendo jalada por el mayor en frente suyo.

—JungKookie... —respondió el contrario de la misma forma mientras intentaba lucir tierno.

Los dos, agarrados de la mano, iban rumbo a su lugar seguro, los dos emocionados de que tuvieron un pequeño tiempo para verse. Aprovechando que ninguno de sus mejores amigos estaba cerca de allí.

Llegaron al sitio abandonado, y Tae abrió la puerta como de costumbre. Una vez estuvieron dentro, JungKook ni siquiera pudo decir palabra alguna cuando sintió las manos del mayor tomar su cintura y atraerlo hacia él hasta que sus rostros quedaron cerca.

La sensación se había vuelto tan familiar, que ahora JugKook lo ansiaba cada vez más y más.

Quería estar así para siempre.

Estar con Kim TaeHyung toda una vida si fuera posible.

Kim acercó sus frentes para mirarse mejor, y los dos sintieron ver estrellas en los ojos del otro. Un mundo nuevo. Una galaxia entera. Los sentimientos eran tan abrumadores que ninguno sabía cómo manejarlo a la perfección sin joderla ni un poco. Tenían miedo de avanzar, y más miedo aún al ni siquiera saber a qué se referían con eso.

¿Avanzar a qué?

¿Qué esperaban realmente con aquellos encuentros en donde las manos del uno no podían soltar el cuerpo del otro?

JungKook miró a TaeHyung, y no pudo apartar la vista de él.

Maldita sea, era tan, pero tan bonito, que se sentía incluso un pecado el apreciarlo así de cerca.

TaeHyung, al verse analizado, no pudo evitar sonrojarse poquito, sonriendo al segundo y depositando después un tierno besito en la mejilla del menor.

—¿Está todo bien?

Y JungKook no contestó. ¿Cómo hacerlo si tenía semejante muchacho en frente suyo, mirándolo como si él fuera todo en la vida?

Maldita sea, JungKook ya ni siquiera podía negarse a sí mismo. No cuando el sentimiento se había vuelto difícil de ignorar y disimular.

TaeHyung le gustaba muchísimo.

El castaño, al ver la falta de respuesta, no pudo evitar preocuparse un poco. Se acercó un poco más hasta el punto en que sus labios rozaron una vez más. El solo tacto haciéndolos deseosos de más.

—¿Está todo bien, cariño?

Y JungKook solo sintió dejar de funcionar.

Con los ojos cerrados, bajó un poco la cabeza para depositar un pequeño beso en la mandíbula de TaeHyung, quien no pudo evitar soltar una risita debido a que el delicado tacto le hizo dar algo de cosquillas. Sin embargo, al pensar que aquello terminaría ahí, sintió sorprenderse enormemente al ver que ahora los labios del menor seguían besando esa zona, ahora bajando cada vez más hasta llegar a su cuello y quedarse ahí, besando a su antojo.

Oh, Dios.

A pesar de la impresión, Tae no pudo evitar cerrar lo ojos y ladear su cuello, otorgándole más acceso y sintió su cuerpo hormiguear al notar que ahora los tímidos besos habían tomado ritmo volviéndose más húmedos, haciéndolo ver estrellitas en menos de un segundo.

El paraíso. Así consideraba TaeHyung ese momento.

Sus manos, las cuales estaban en la cintura del menor, bajaron un poco más, llegando a la altura de sus caderas, y las apretó ahí para después atraer a JungKook a su cuerpo todavía más, aun si ya no había espacio que los separara.

Más cerca. Joder, lo necesitaba más cerca.

TaeHyung se sentía en un trance al sentir la boca del menos atacando su cuello sin vergüenza, y jadeó un poco cuando de pronto sintió una mordida que supo desarmarlo por completo.

Maldición, TaeHyung solo deseaba que si aquello era un sueño, no despertar jamás. Porque la sensación era tan indescriptible que se preguntó si alguna vez se sintió así de bien.

Sus manos se morían por tocar el cuerpo ajeno un poco más abajo, solo un poco; mas no iba a hacerlo si el menor no le había otorgado aquel permiso para hacerlo, aun si este se encontraba succionando su cuello como si quisiera marcarlo.

Jeon JungKook se encontraba succionando y lamiendo su cuello. Oh. Dios. Mío.

—J-JungKook, va a quedar marca —apenas pudo susurrar, no importándole demasiado ese hecho, pero sí deseaba conocer un poco el porqué del comportamiento ajeno.

Aun si no podía pensar claramente.

El menor, dejando su labor, solo pudo sentir vergüenza al darse cuenta de su arrebato. De igual manera, no se apartó, pero sí acomodó su rostro mejor en el cuello del contrario.

—Lo sé —contestó—. ¿M-Me detengo? —susurró con algo de temor.

Y Kim TaeHyung solo quería decirle que no parara absolutamente nunca, porque la sensación eran tan inefable que quería aferrarse a eso hasta que no pudiera más.

—Maldita sea, s-sigue.

Y JungKook, JungKook solo siguió con lo suyo por al menos unos segundos más.

Hasta que tiempo después, pensó que había sido suficiente, y después de dejar un nuevo besito, esta vez más suave, se alejó un poco para ver al mayor directamente a los ojos, encantándose cada vez más ahora al verlo con las mejillas sonrojadas y la boca abierta debido a la impresión y a los jadeos previamente emitidos. Una vez más, tan lindo.

Su vista recayó en su cuello y sintió sonrojarse cuando vio una marca rojiza haciendo aparición. ¿Él había hecho eso? Wow...

TaeHyung, por su lado, miró el rostro confundido del menor, y no pudo evitar reír al notarlo observar su cuello como si este tuviera algo raro; era más que obvio que tendría una que otra marca —tomando en cuenta que el menor fue un poco descuidado al ser su primera vez al parecer—, mas no le importaba. Kim estaba fascinado incluso si la confusión también le hacía partícipe a sus pensamientos.

Jeon, con su pulgar, acarició la zona marcada de forma delicada, y miró una vez más a TaeHyung con un tierno puchero que el mayor tuvo tantas ganas de besar.

—C-Creo que me pase un poco —susurró—. Lo siento.

Tae negó, y en su lugar, volvió a acercar sus frentes para después cerrar sus ojos.

—Nada de lo que hagas podrá molestarme o incomodarme, JungKookie. Ten eso muy en claro.

Y el nombrado sonrió tan bonito que nubló los sentidos del mayor, haciéndolo entrar en un mundo del que no parecía querer salir. JungKook estaba igual.

Maldición, estaban tan llenos de amor que no sabían cómo expresarlo correctamente. Tan deseosos por demostrarse todo el afecto reprimido, pero temerosos de hacer algo indebido.

Arriésguense.

Háganlo.

¿Por qué seguían sin hacerlo?

—TaeTae Hyung —llamó JungKook por ultima vez, poniendo sus manos en las mejillas contrarias, obligando al mayor a mirarlo fijamente.

—¿Sí, JungKookie?

—Nunca te vayas, por favor.

Y TaeHyung, perdido entre tantas emociones, apretó el cuerpo ajeno, intentando expresar en aquel agarre todo el cariño contenido.

Todo el amor que ni él mismo se molestaba en admitir aún.

Y con las emociones a flor de piel, y sus sentimientos a tope, respondió:

—Jamás.

~~~~

¿A poco pensaban que el Taekook se iba a quedar varado en solo besos y abrazos? 😎

No sirvo muy bien para escribir este tipo de escenas, pero espero que les haya gustado KAJASJKJSJDD.

¿Qué les pareció? 🥺💕

Aunque no lo crean, el YoonMin está cada vez más cerca del desmadre(?), esperen solo un poco más para que llegue lo chido skjdkddjkd.

Estoy muy feliz con esta historia y no me molesta recalcar siempre que es la que más disfruto escribir ksjfkf, amo todo aquí y me alegra que también les guste. Gracias por el apoyo. 😭💕

Nos vemos pronto (espero sjdjdkd). ❤️

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