3-Llegó encantador
Máximo llegó a la ciudad y voy camino a la empresa, llego más temprano solo para verlo, pero me encuentro con la mal humorada Julia y la vista pegada a su teléfono, quien ni siquiera me saluda cuando pasa por delante de mi escritorio.
Suena el teléfono.
—Ven a mi oficina —corta, tan simpática como siempre. Golpeo la puerta— pasa.
—¿Necesita algo señorita Moore?
—Sí, que desayunes conmigo —saca una bolsa de papel, su café, mi capuchino y una porción de pastel de fresa y uno de chocolate—. No sabía cual te gustaría más así que traje estos dos, elige uno y yo me como el otro —Sonrío al sorprenderme con esto, y su rostro se ilumina al verme sonreír—. Espero que te guste. Víctoria sabes que viene mi hermano, ver a gente de mi familia me pone de mal humor, pero quiero que sepas que no es contigo, es por ellos.
«¿Desde cuándo me da explicaciones?»
Terminamos de desayunar, ella sigue con su teléfono, yo le saco una foto al vaso de café y el pastel para subirla en instagram, obteniendo el primer me gusta de una cuenta que hace tiempo me sigue y le encanta todo lo que público.
Tomo mi puesto esperando que llegue Máximo y al fin lo veo salir del ascensor, todos se acercan a saludarlo, hasta el hombre de la limpieza estrecha su mano. Es tan lindo, se parece mucho a Julia, solo que el fue creado por Dios.
—Hola, hola ¿No piensas venir a saludarme?
—Hola Max.
Como hace que le llamemos. Me da un fuerte abrazo, y luego nos ponemos al día conversando. La puerta de la oficina se abre de golpe y claro está ella ahí parada, con cara de pocos amigos.
—Deja en paz a Víctoria y entra —le dice seria y la sonrisa de él como la mía se desdibujan— Víctoria por favor no me pases llamadas y cancela mi almuerzo de hoy, gracias.
«Wow usó por favor y gracias en una misma oración, que día glorioso»
—Por supuesto señori... —antes de terminar la frase cierra la puerta y ahí se iban los buenos modales.
Julia
—Hola Julia.
—Al grano que no tengo tiempo, Máximo ¿Tienes los contratos que te pedí cerrar?
—La mayoría —me levanto dirigiéndome a la ventana.
—Tú eres la cara bonita, Máximo, yo soy eso y más, soy la cabeza y la dueña de la compañía, pero no poseo tú simpatía al parecer.
—Lo sé, me lo recuerdas siempre hermanita —sonríe con sarcasmo.
—Es para que no se te olvide, caras bonitas hay en todos lados, Máximo, gente que cree empresas de la nada no. Y eres muy reemplazable para mí. Una cosa más —lo miro seria y altanera—, mantente alejado de Victoria, te acercas a ella y será lo último que hagas.
—Nunca podrás perdonar los errores que cometí.
—Porque no fueron errores y porque yo sé muy bien lo que escondes detrás de esa fachada de buena persona.
—Ya me casé Julia, no habrá una tercera vez.
—Por tú bien Máximo, porque yo misma iré a entregarte a la policía. Papi y mami no van a salvarte esta vez.
—Hablando de la familia —se sienta en mi silla detrás del escritorio—, tendremos la reunión familiar, este año será en un mes Julita y el abuelo quiere que llevemos a nuestras parejas, ya quiero ver a quien llevas. ¿Crees que la simple secretaria que tienes querrá ir como tu pareja?
—No es una simple secretaria imbecil.
—¿De verdad te gusta esa simplona? Estás bajando tus estándares —toma alcohol en gel y se lo pasa por la mano—, disculpa el de la limpieza me tomó la mano, no quiero sus gérmenes del retrete en mis manos.
—Estoy segura que no encontraría las siete diferencias entre tú y un pedazo de mierda, de hecho ni siquiera una, a no, ya sé, la mierda huele mejor.
—Seguro que el viejo querrá hablar de la herencia, vamos a ver con que nos sale y que gané el mejor, Julita —se para y señala hacía donde está afuera Victoria— y eso ¿En serio? hay mujeres más lindas, interesantes, cultas y con dinero. Te falta ambición Julia.
—Como vuelvas a poner su nombre en tu sucia boca, te arrancaré la lengua —lo miro furiosa y él traga con dificultad.
—Me voy, suficiente visita fraternal por hoy te veo en un mes hermanita menor —«vaya menuda familia de mierda me tocó»—. Adiós, Vicky espero verte pronto, estás tan hermosa como siempre —le dice el muy cínico a Victoria de salida.
Salgo poniéndome a su lado, cuando ella vuelve a su lugar, le corro el cabello susurrándole al oído.
—Te invito a almorzar —pega un saltito en la silla— ¿Te asusté? Toma tu abrigo que vamos a comer algo, te espero en el estacionamiento, no te demores.
Victoria
Acaso no sabe pedir las cosas sin dar órdenes, cuando me habló me volvió los pies a la tierra. Me sentía como Fiona escribiendo en su diario "señora Fiona de encantador, señora Fiona de encantador, señora Fiona de encantador... " cómo cada vez que lo veía, o cuando trabajaba para él. Aunque esta vez fue diferente algo simplemente se sintió raro y ese encanto cegador que tenía sobre mí comenzaba a perder su efecto cada vez que la tengo cerca a ella.
Suena mi teléfono.
—¿Vienes o subo a buscarte?
—¿Por qué tiene que ser tan tosca? —Me subo a su auto que ya me estaba esperando— ¿A dónde iremos?
—Tengo el lugar perfecto para llevarte, te va a encantar.
Llegamos a un restaurant de lujo, entramos y hasta los mozos parecen premium ¿Cómo puede ser eso posible? Abro el menú y los precios son mi sueldo de un mes, me plantee seriamente trabajar aquí.
—¿Decidiste? —pregunta ansiosa.
—¿Por qué todo lo haces apurada? ¿Tienes prisa de ir a algún lado?
—No todo lo hago apurada —me guiña un ojo—, y tienes razón estoy contigo ahora —Toma mi mano y la aparto cuando se acercaba el mozo a recibir el pedido—. No tiene que darte vergüenza, tomar a alguien de la mano, no es un crimen.
—Puede mal interpretarse... —una mujer se acercó a la mesa y saluda a Julia.
—Juju hace tanto tiempo cariño —Julia se levanta y la saluda con un abrazo.
—Hola Katya —una mujer hermosa, rubia de ojos celestes con acento ruso y porte de top model— ¿Qué haces por aquí?
—Vine con unas amigas a comer algo, estoy de pasada por un evento, te vi y dije esa no puede ser mi Julia, que hace más de 4 meses que no me llama o escribe.
—He estado ocupada Katy.
—Mi Juju se hacía el tiempo para verme, siempre —pone los brazos en sus hombros y eso ya me está molestando bastante. Hasta lo que pasa a continuación, le da un beso con lengua y Julia no la rechaza—. Llámame Juju —coloca una tarjeta en su escote—, podríamos pasarla muy bien, sabes que me encanta desvelarme si es contigo. Ahora me voy con las chicas. Bye —me tira un beso ¿En serio, primero la pelirroja, y ahora esta rubia? ¿Acaso se tiró a medía ciudad o que?
—Que amiguita más desagradable tienes —digo con enfado mirando hacía otro lado.
—No es una amiga —Toma mi mentón así la miro a ella—, no me cojo a mis amigas, Vicky, por eso solo tengo dos amigas, Patricia o Tricia es una —Toma un poco de agua—. Aparte el cuerpo tiene necesidades que necesitan saciarse Vic, cuando crezcas lo entenderás.
—¿Piensas que soy virgen o ingenua? Lo que pasa es que yo no me tiró a todo lo que respiré y use falda.
—Espera un poco, yo jamás me tiraría a un escocés —quiso ser graciosa pero no me reí, aunque si me causo gracia—, no soy tan promiscua.
—¿Osea que no te has llevado a la cama a muchas?
—Si lo he hecho y a muchos, pero... A lo largo del tiempo, no es que salgo y me encamo con alguien, no es mi estilo, no el de ahora, la universidad fue... otra etapa.
—¡Ah! Que interesante —sonrío falsamente— que bueno saberlo.
—Que bueno que lo sepas.
—¿Entonces tu propuesta indecente de los otros días solo fue casualidad?
—¿Te quedaste pensando en eso? Pero no eres cualquiera, Victoria, ya nos conocemos. Aunque ahora no sé si éstoy lista para dar ese paso. —dice fingiendo modestia y vergüenza.
—La observo con mala cara— ¿Y quién te dijo que quiero acostarme contigo?
—Tienes razón, no nos acostariamos, de hecho tendríamos el mejor sexo de más de 15 minutos.
—Ni en tus sueños Julia.
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