Querido James:

Si bien me había acostumbrado a tu ignorancia y a tu indiferencia, nunca espere que te rieras de mi. Supongo que todos cambian en algún punto de sus vidas y te sorprenden.

Todavía sigo dolida por lo de ayer, pero eso no cambia nada, sigo queriéndote de la misma forma.

A veces creo que mi corazón es terco y se niega a escuchar a la razón, la cual me pide que me olvidé de ti.

Ojala mi cerebro gane la batalla que continuamente tiene con mi corazón. El día que eso suceda seré libre de todo lo que siento.

Carter♡