El timbre resonó por todo el salón, cerré mis cuadernos y los acomode en mis brazos para ir hasta mi casillero.

Brenda estaba enferma, lo supe cuando pase por ella en la mañana y su madre me lo informó. Estaría sola en el receso.

El pasillo estaba inundado de adolecentes que iban y venían. Me uní a la masa de cuerpos andantes y trate de esquivar lo mas que pude a todos para evitar ser chocada con sus hombros.

Unos pasos más y estaría en mi destino, levante la mirada y choque con la suya, la cual apartó rápidamente. Venía caminando con sus amigos, uno de ellos se adelantó hasta donde estaba y me saludó simpático.

-Carter, ¿cómo estás?- dijo sonriéndome ampliamente.

Se me hizo sumamente raro que me estuviera hablando y ni siquiera pude contestarle. De un movimiento rápido abofeteo mis brazos y mis cuadernos cayeron al piso, incluyendo mi diario.

El chico empezó a reírse a carcajadas al ver cómo me apresuraba a juntar todo.

El sonido de risas en conjunto me hizo levantar la mirada y mi corazón se apretó al ver a James riendo con sus amigos ante la escena. Me levanté rápidamente y les pase por un lado con la vista borrosa.

Llegue hasta mi casillero, guarde mis cosas y me marché a toda velocidad al baño, si iba a llorar prefería que nadie me viera.

No podía creer lo que acababa de ocurrir. ¿Qué había echo para que me tratará de esa forma? Nunca me imaginé o espere algo así de él.

Todavía podía ver en mi cabeza la estúpida imagen donde James parecía estar disfrutando de lo que había causado su amigo.