"¡Vamos! ¡No tenemos mucho tiempo que perder!" Jungeun gritó en el segundo en que detuvo el auto.

Sin perder un segundo, ambas chicas salieron del coche y empezaron a correr hacia el colegio.

A su alrededor, la lluvia parecía caer con especial fuerza, la luna llena iluminaba el cielo, guiando a las chicas mientras corrían hacia el campus vacío.

Ambas chicas respiraban con dificultad, pero seguían corriendo, eso era todo, no podían perderse esto. Solo Dios sabe lo que podría pasar si se perdieran el período de transición.

Se detuvieron abruptamente frente a la estatua de Tom Appletown entre el estacionamiento y el edificio de la biblioteca. La estatua de hierro parecía brillar como si hubiera un poder que irradiara de ella.

"Esto es todo." Jungeun dijo mirando de la estatua a la chica mayor.

Jinsoul asintió con la cabeza e instantáneamente extendió la mano agarrando la mano de Jungeun.

"¿Estás lista?" Preguntó, frotando suavemente su pulgar sobre el dorso de la mano de la chica.

Jungeun entendió instantáneamente esta acción. Tragó saliva y asintió con la cabeza a la chica mayor. Ambas estaban llenas de ansiedad, esto tenía que funcionar. Estaban cumpliendo con todas las condiciones, el cruce tenía que funcionar.

Lentas pero seguras, ambas chicas extendieron sus brazos libres, presionando sus palmas contra la estatua. Hubo un momento de nada. Las chicas se quedaron allí de pie bajo la fuerte lluvia mirándose, luego se escuchó el trueno. Fue fuerte y poderoso, unos segundos después siguió un brillante destello de relámpago, púrpura-plateado. Este destello continuó por un tiempo antes de que el rayo cayera y golpeara la estatua.

Inmediatamente, ambas chicas sintieron la corriente. Jinsoul se encontró pensando en cómo esta corriente era diferente de la electrocución que había recibido en el almacén.

Tal vez fue porque esta era natural, era repentina, no dolía en absoluto. Era simplemente abrupta. En esos segundos, Jinsoul descubrió que sus pensamientos volvían a su familia en Appletown. Sentía que le dolía el corazón, realmente no iba a volver a ver a su padre y hermana. De donde ella provenía, estaban muertos. Además, sabía que nunca podría volver a esta dimensión, era demasiado peligroso.

Justo en ese momento hubo una pesada fuerza, similar a la de la última vez, que pareció interponerse entre las chicas. Envió a ambas hacia atrás, tirándolas al suelo, a unos metros de donde habían estado paradas. Jungeun incluso voló más lejos que Jinsoul.

Las chicas se tumbaron en el suelo un rato. De repente, parecía que la lluvia se había calmado. La lluvia ahora sonaba como un ruido blanco, pero las gotas aún caían pesadamente sobre ambas.

"¿Estás bien?" La rubia preguntó mientras se sentaba, todavía viendo a Jungeun tirada en el suelo.

"Sí." Jungeun respondió aturdida.

Ambas chicas se pusieron de pie y caminaron de regreso a donde habían estado antes. Ahora se miraban la una a la otra con nervios escritos en sus rostros, ¿había funcionado el cruce? ¿Estaban de vuelta en su dimensión?

Jungeun giró lentamente la cabeza hacia la estatua que tenían ante ellas, bajó la mirada al grabado en la parte inferior y lo leyó.

ESTATUA DE TOM APPLETON

El nombre no tenía una 'w'. Los ojos de Jungeun se agrandaron mientras leía lo que estaba escrito una y otra vez. ¿Podría ser verdad? ¿Podría ser verdad lo que estaba viendo?

"¡Jinsoul!" Jungeun gritó, su voz llena de emoción, "¡Lo hicimos! ¡Estamos de vuelta!"

La rubia había estado estudiando en silencio a la chica que tenía delante y ahora se volvió para mirar la estatua, viendo lo que tenía antes de volver a mirar a la chica.

"¡Lo hicimos Jinsoul!" Jungeun dijo una vez más e instantáneamente se estiró, abrazando a la chica mayor.

Jinsoul le devolvió el abrazo, sosteniendo a la contraria más cerca de ella. Las lágrimas brotaron de ambos ojos de la mayor. Estaban a salvo, estaban de vuelta en casa. Estaban de vuelta en su dimensión. Se quedaron así abrazadas un rato.

Jinsoul fue la primera en alejarse y Jungeun instantáneamente perdió el calor que venía del cuerpo de la chica mayor. La rubia estudió a la chica frente a ella, sin previo aviso cerró el pequeño espacio entre ellas e inclinó la cabeza, sus labios conectando con los de Jungeun.

A Jungeun le tomó un segundo superar su sorpresa y responder. Levantó la mano, agarrando el cabello de la rubia, logrando un mejor acceso a sus suaves labios. Jinsoul extendió la mano, colocándola contra la cintura de Jungeun. Las chicas se besaron bajo la lluvia. Fue un beso lleno de nostalgia y desesperación. Fue un beso lleno de alivio y felicidad. Fue un beso lleno de conocimiento y consuelo. Fue perfecto.

El beso terminó y ambas chicas se quedaron un rato más con sus cabezas apoyadas una contra la otra. Gruesas gotas de lluvia caían de sus caras.

"Oye, deberíamos ir a casa." Jungeun dijo en voz baja, rompiendo el silencio entre ellas. "Nuestras familias probablemente nos extrañan".

Jinsoul sonrió y asintió. Entonces se dio cuenta de ello.

"Estacioné mi auto en el estacionamiento de la biblioteca. Todavía debería estar allí y puedo llevarte a casa para que no tengas que caminar. Después de todo, viajamos entre dimensiones".

Jungeun asintió con la cabeza y ambas chicas comenzaron a caminar una al lado de la otra en dirección al estacionamiento.

Parecía como si nunca se hubieran ido. El campus les parecía tan familiar, pero sabían que el campus en el que habían estado no había sido su campus.

Llegaron al aparcamiento de la biblioteca. El carro de Jinsoul era uno de los únicos vehículos que aún estaban aquí, estaba rodeado de cinta policial amarilla.

Jinsoul lo ignoró por completo, soltando su mano de la de Jungeun y corriendo hacia su auto. Estaba tan emocionada de ver el familiar vehículo marrón, apoyó su cuerpo contra él y cerró los ojos.

Jungeun sonrió a la chica frente a ella mientras observaba sus acciones desde la distancia. Estaba un poco preocupada por la cinta policial amarilla que Jinsoul había cruzado con indiferencia. Había un letrero que decía: 'No pasar. Evidencia'.

"¿Vas a quedarte ahí parada?" Jinsoul le preguntó a la castaña, "vamos".

Jungeun vaciló un momento antes de continuar, ignorando la cinta policial y subiéndose al asiento del pasajero.

La mayor giró la llave y el auto arrancó con un rugido. Una sonrisa se extendió por su rostro mientras salía del estacionamiento de la biblioteca, reventando la cinta policial en el proceso.

"Jinsoul." Jungeun dijo de repente: "¿Qué les decimos a todos cuando nos pregunten dónde hemos estado?"

La rubia hizo una pausa por un momento. "Diremos que fuimos secuestradas y logramos escapar".

Eso era cierto. Las chicas habían sido secuestradas y habían logrado escapar. No fueron secuestradas en su dimensión, por lo que la policía tendría muchas dificultades para encontrar a sus secuestradores si intentaran perseguirles.

Jungeun asintió con la cabeza, la ansiedad comenzaba a devorarla a medida que se acercaban a su casa. Iba a ver a su familia, luego pronto vería a sus amigas. Todo iba a salir bien. Iba a volver a la vida tal como la conocía.

"Aquí estamos." Jinsoul anunció deteniéndose suavemente frente a la casa de Jungeun.

La menor tragó saliva mientras miraba la casa frente a ella. Esto era todo.

"Buena suerte." Jinsoul dijo acercándose y sonriendo a la chica, dándole un último apretón a su mano.

Jungeun sonrió agradecida. Se acercó y la abrazó con fuerza mientras las lágrimas brotaban una vez más de sus ojos. Estaba tan agradecida por la chica que había llegado a conocer.

Jinsoul se sorprendió cuando la chica más joven le dio un rápido beso en los labios antes de sonreírle tímidamente y salir del auto. La rubia se quedó allí sonriendo a la figura de la chica que se alejaba, esperó hasta que desapareciera antes de reiniciar el motor de su auto.

Ahora manejaba por la carretera, tenía un millón de pensamientos en la cabeza. Iba a tener que enfrentarse a su madre, iba a tener que explicar por qué no había vuelto a casa durante más de un mes. Era más fácil inventar mentiras, pero tener que ejecutar dichas mentiras y hacerlas creíbles iba a ser la parte difícil.

Mientras Jinsoul conducía, pensó en Jungeun. ¿Qué significaba esto ahora para ellas? ¿Se besan? ¿Iban a volver a ser como habían sido normalmente sus vidas? ¿Se iban a ignorar? Después de todo, antes no existían en la vida de la otra.

Jinsoul tragó saliva. Seguramente, este no iba a ser el caso, ¿verdad? Después de todo, Jungeun la había besado justo antes de que se fuera. ¿Pero qué significó eso?

La chica ahora se detuvo frente a su casa. Su casa real, no en Phyonseo, sino en un área de clase baja de Appleton. Se quedó mirando la pequeña casa frente a ella y de repente se sintió abrumada por la ansiedad. Su cuerpo pareció romperse de repente y Jinsoul supo lo que estaba pasando.

Durante las últimas horas, su cuerpo había estado tan lleno de adrenalina que su abstinencia había pasado a un segundo plano. Pero ahora, volvió a ella con fuerza. Inmediatamente se sintió extremadamente cansada. Pero tenía que esperar un poco más. No podía volver drogada a casa repentinamente después de su desaparición. Sería demasiado para que su madre lo manejara, en última instancia, incluso podría decirle que regresara al lugar de donde venía.

Tomando una última respiración profunda y apartando el flequillo de su rostro, Jinsoul salió del coche. Sus piernas temblaban mientras caminaba hacia la puerta principal de su casa. La rubia puso la llave en la cerradura y entró.

La casa estaba completamente a oscuras, no había sonidos.

Jinsoul entró más en la casa, su corazón latía rápido. Tenía esa molesta sensación de que algo andaba mal y lo odiaba desesperadamente.

"¿Mamá?"

Continuará...

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No se asusten, este es el final del primer libro!!! Por que ajá, tendremos 2 libros uwu

Espero para la próxima semana empezar a subir el otro. No se desesperen jsjsjs

Quedaron varios cabos sueltos como la mamá de Jinsoul, Hyejoo y Kim Lip. Así que en el segundo libro sabrán más sobre lo que pasó.

En fin, nos leemos pronto😏