Jungkook

Un mes después.

— Hijo te siento muy desconcentrado en el trabajo — comenta mi padre en el almuerzo — ¿Qué te está pasando?— y lo conozco como para saber que está preocupado por mi e insistirá si no le digo una razón de mi actitud.

Sin muchas ganas de hablar le respondo — No te preocupes papá. Son problemas entre mi esposo y yo.

Problemas que no quisiera tener.

— Otra vez — rodó los ojos y soltó un bufido, molesto — Pensé que habían mejorado en su relación por la enorme sonrisa que traías todos los días al trabajo — murmura papá.

También pensé lo mismo pero desde esa tarde, cuando Baek me preguntó si aun amo a Taehyung, él se puso distante conmigo. No quiere hacer el amor, no quiere besos, ni caricias y apenas me dirige la palabra. Estamos peor que antes, solo que ahora siento mucho más dolor y tristeza por tal rechazo de esa manera. Lo extraño mucho pero él no da su brazo a torcer. Me ignora en las mañanas y noches como para conversar lo que pasa entre nosotros.

— No sé que hacer — suspiro derrotado.

— Sin ánimos no puedes trabajar hijo. Así que ve a casa, tomate una semana o tal vez más, hasta que arregles tus problemas matrimoniales y cuando estes mejor, regresas — me aconseja papá a lo que acepto porque de verdad deseo arreglar las cosas con Baekhyun.

Es lo mejor, en la fábrica solo arruino papeles por estar deprimido.

— Te lo agradezco, papá — le dí un fuerte abrazo.

Salí de la fabrica en la que me empeño como administrador.

En el camino me detengo en una florería, y le compro a Baek un ramo de margaritas que son sus preferidas. Con una sonrisa me dirijo a mi casa, sonrisa que se borra al verlo en la puerta de nuestra casa con un hombre.

Y conozco a aquel hombre.

Yoongi.

El amigo de Taehyung, con el cuál hace años lo encontré dándose un beso y rompieron mi corazón por primera vez.

— Baekhyun — lo llamo al bajar de mi coche.

Él deja de hablar con Yoongi y me mira.

— ¿Qué quieres? —pregunta cortante.

— Te traje algo, amor — informo sacando el ramo escondido detrás de mi espalda para dárselas a él con cariño.

Baek abre los ojos de más y lanza el ramo de margaritas al suelo.

Mi corazón se contrajo de tristeza al ver lo que hizo con mi detalle de reconciliación.

— Mierda... — murmuró Yoongi — Eres alérgico a las margaritas — gritó. Observo a Baek ponerse rojo y caer al suelo inconsciente.

Yoongi lo levantó en sus brazos y al ver eso, reacciono.

— Yo soy su esposo — digo intentando quitarle a Baek.

— En estos momentos no creo que lo seas — dandome una mirada extraña se llevó a Baek en su coche.

Me quedo estático en mi lugar tras lo sucedido. Recuerdo que Junseo quedo solo en el interior, así que entro a la casa para cargarlo en mis brazos y llevarlo con una señora que cuidaba a mi hijo mientras Baekhyun estaba de viaje en Nueva York, es la niñera de Junseo de vez en cuando.

— Después le explico — logro decir a la señora y salí con rapidez de su casa.

Manejo desesperado hasta el hospital cercano que debió ser donde Yoongi llevó a Baekhyun.

— ¿Alérgico a las margaritas? — me pregunto una y otra vez.

Si son sus preferidas y él que tiene una alergia con ellas es...

☁

Taehyung

— Por suerte reaccionaron rápido o hubiera empeorado los síntomas — nos informa el doctor.

— Gracias — susurro apenas al quedar con la voz ronca.

El doctor se retira dejándome con Yoongi, el cuál sabe desde hace dos semanas que soy Taehyung.

Paseaba con Junseo por el parque cercano a nuestra casa cuando siento que alguien se acerca a mi.

— ¿Tae? — pregunta Yoongi, mi mejor amigo del instituto.

Me pongo nervioso.

— Soy Baek — le respondo pero él negó con la cabeza.

— Sé que eres Taehyung. Tus ojos son más alegres, más marrones y son más bonitos, no como los de Baekhyun que son opacos, serios y este anda todo el tiempo con una expresión de haberse chupado un limón — y me hace reír por su comparación — Reconozco a mi mejor amigo de la infancia.

No puedo engañarlo.

— Si, soy Taehyung.

Le cuento todo lo que planee con Baek. Él me escuchó, aunque me gritó que estoy loco por hacerle caso a Baek en esta idea.

Tiene razón, soy un loco.

También le confesé que aún amo a Jungkook. Él me aconsejó que lo mejor es que me vaya de Incheon porque me hago mucho daño viviendo la vida de Baekhyun.

— Eres muy bonito y no mereces sufrir así — me dejó caricias en el rostro.

A Yoongi yo le gustaba en el instituto, se confundió y me besó justo ese día que supuestamente Jungkook vino a buscarme, y después de años me vengo a enterar que él presenció ese beso.

— Casi te mata el idiota de Jeon — chilla Yoongi escandalizado.

Yoongi no lo odia, él se expresa así de todo el mundo y según, por eso sigue soltero. Me reí cuando me contó eso porque Jimin también se queja de lo mismo. Le bromeé que tengo un amigo en Nueva York que no tiene tampoco suerte en el amor y que ambos harían una buena pareja, él me contestó que se lo presente porque en Incheon no hay alguien de su gusto.

— Él no sabe que soy alérgico. Soy Baekhyun y supuestamente las margaritas son mis preferidas — defiendo a Jungkook.

Yoongi asintió comprendiendo el asunto — Lo siento, sé que es difícil para ti toda esta situación con Jungkook.

Solté un suspiro de tristeza.

La situación con Jungkook está muy mal desde hace un mes. Me alejé de él porque no soporto que me diga que me ama como Baekhyun.

Es doloroso para mi.

Cuando el doctor entra a avisarnos que me dió de alta, me levanto de la camilla — Vámonos — Yoongi me ayuda a caminar aunque no fuese necesario.

Justo en ese momento llega Jungkook, todo agitado como si hubiese corrido una maratón, al ver que Yoongi me tiene sujeto de la cintura, frunce el ceño.

— Llegas tarde — dice Yoongi.

— Gracias por traerlo, puedes irte. Lo llevo a casa desde aquí.

Jungkook me aleja del agarre de Yoongi.

Yoongi rodó los ojos y se molestó por su atrevímiento brusco.

— Hablamos después — me despido de Yoongi, dejándole un beso en la mejilla.

Jungkook me lleva de la mano hasta su coche, ayudándome para que me siente atrás, y después enciende el coche.

— Recogeremos a Junseo donde la señora que lo cuida y después vamos a casa — informa, yo solo asiento con la cabeza.

Se estaciona en una casa, baja del coche y entra por Junseo. Al minuto sale de la casa con él. Él bebé se apega a mi cuando Jungkook me lo entrega y yo lo protejo con el cinturón de seguridad, así en silencio estuvimos en el camino a casa. Cuando llegamos a casa me siento en el sofá de la sala con Junseo en mis brazos.

Solté suspiros ante el tenso momento. Él, solo me esta mirando y eso pone mis nervios en punta.

Entonces...

— Baek, ¿Por qué tienes la alergia de Tae? — pregunta confundido.

Oh, mierda.

☁