ꕤ「capitulo 1」
Taehyung
— Me encanta que lleves puesto trajes de color rojo. Resalta tu belleza y grita lo sexy que eres.— alaga mi acompañante mientras acaricia mi rostro.
Lo sé.
Alejo la copa de vino de mis labios y le guiño un ojo.
— ¿Sabes que me encanta a mi? — pregunto y él niega sonriendo ladeado.— Me encanta que lleves puesto tu anillo de casado. Haces más excitante y peligroso nuestros encuentros.— termino de decir en un tono coqueto y a este punto la lejanía es inexistente entre nosotros.
Esta es mi vida y la vivo al máximo. No me preocupo en nada más que en mi mismo, y como no, si mi familia me vetó y aisló de ellos, me alejó de sus vidas "perfectas", no me llaman para invitarme a algun evento inportante desde que mi gemelo Baekhyun se casó con Jungkook, mi primer y único amor. Muchas veces intenté ir a verlos, en navidad para ser preciso pero no podía aparecer donde no me han invitado y no soy muy bien recibido en el pueblo de Busán - Corea donde nací. Por eso huí, para hacer mi vida en Nueva York donde me divierto y no le rindo cuentas a nadie.
Y eso me encanta, soy libre.
— Pídeme lo que quieras Taehyung y lo tendrás enseguida.— murmura Jackson uno de mis amantes con quién suelo divertirme y como muchos cayó a mis pies al no resistirse a mis encantos.
Es casado y tiene mucho dinero, lo segundo me importa más para que podamos divertírnos juntos.
Si, soy un interesado con mis conquistas.
— Por el momento disfrutemos la noche querido.— le hablo con el mismo tono, seductor como sé que le encanta.
Sonríe y asiente. Alza su copa, entiendo y junto nuestras copas de vino para posteriormente beber mientras nos miramos.
No pasa mucho. Al rato terminamos acostándonos y saciando su deseo sexual por mi en un lugar privado donde el suele llevarme.
— Adios bello Taehyung.— se despide dejándome en la entrada de mi edificio a horas de amanecer.
— Adios Jack querido. — le contesto rozando nuestros labios en despedida.
— Esto es para ti. — me entrega una cajita antes de irse.
— Gracias.— un último beso e ingreso a mi edificio para dirigirme a mi departamento, al llegar y estando totalmente agotado solo me desnudo para lanzarme a la cama.
Abro la caja que me dió Jackson antes de irse, una sonrisa aparece en mi rostro al descubrir lo que es.
Una tarjeta de crédito sin límites y un brazalete de perlas.
— Es poco, acostumbrado a lo que me dan otros pero lo vale.—reí para dejar sus regalos a un lado.— ¡Sigue intentando Jackson! — sigo burlandome pero mi risa se calla al observar la cómoda a lado de mi cama donde esta en un marco esta una fotografía de mi madre, mi gemelo y yo, me puse mal de inmediato así que lo tome en mis manos unos segundos para después guardarlo en el primer cajón de la cómoda.
— Que puto es Tae... No se respeta... Es un fácil.— imito voces de algunas personas que hablaban mal a mis espaldas en Busan.
Todos me miraban con ojos juzgadores y cuchicheaban en grupos, era obvia la razón, les molestaba mi rebeldía en el instituto. Venir a Nueva York fue lo mejor para así no escuchar ni ver a gente que me odia.
— Jungkook — pronuncio su nombre con un dejo de tristeza.
El esposo de mi hermano. El primer chico de quién me enamoré y él único a decir verdad. Un chico tan diferente a los demás sin duda alguna. Río recordando. ¿Como lo conoci? En una fiesta suya organizada por su cumpleaños, yo me cole a esa fiesta con unos amigos, ahi vi por primera vez a Jungkook un chico que parecia fuera de este mundo, ese día hablamos mucho, acordando volver a vernos, no esperaba que semanas después empezara a salir con mi gemelo Baekhyun. Eso me afectó bastante pero no lo demostré y trate de ignorar lo que pasaba pero solo era por fuera porque por dentro sufria. Y según escuché murmullos de chismes, a Jungkook le contaron sobre mi reputación, y supongo que sé lo pensó dos veces y por eso no me buscó. En cierta parte lo entiendo.
Tuve que aguantar ver como se juntaron como novios pero lo peor en mi vida fue presenciar como se comprometían. No pude más. Huí de ahí con el corazón roto pero meses después regresé a Busan para la boda de mi hermano, seria muy extraño que no asistiera, pese a mi dolor interno di mi cara en dicho evento. Después de ese día donde mi corazón quedo destrozado por un amor no correspondido, no volví a pisar Busan ni cuando me enteré por medio de mi madre que ellos tuvieron un hijo que ahora debe tener un año o más, no me acuerdo ni cuanto tiempo pasó exactamente ante la falta de comunicación y tampoco es que ellos quieran verme porque no me llaman para invitarme a visitarlos. Con un poco de suerte hablo con mi madre apenas tres veces al año y la conversación es cortante.
— No los necesito, aquí puedo vivir como quiera. —me aseguro como otras veces, cada que pienso en mi pasado que trato de evitar.
Me acomodo para dormir porque recuerdo que mañana tenía muchas cosas que hacer. No todo es diversión y hombres para mi, amo a los animales y es por eso que como profesión cuidarlos. Soy veterinario. Tengo mi propio local junto a mi colega y amigo Jimin, a quién conocí al llegar a Nueva York y siendo coreano como yo, fue de inmediato un apego entre nosotros que terminó en un linda amistad.
☁
— ¡Ay! ¡Despierta estúpido! — escucho una voz conocida que decido ignorar para seguir durmiendo pero a los segundos siento helado en mi rostro, por lo que abro los ojos asustado y me siento en la cama.
¿Qué?
Observo a mi amigo Jimin partiendose de la risa.
— Jimin, no jodas. Además, estoy desnudo, imbécil.— grito insultos pero él ni se inmuta.
— Sabes que me gustan los hombres bien machos.— bromea y eso termina mi enojo, y ambos reímos por sus palabras.
Jimin es mi único amigo y teníamos mucha confianza. Y cuando digo mucha confianza, es mucha confianza. Más amigos no tengo porque les resulta desagradable mi vida divertina y no voy a rogar por amistad.
— Se nos hace tarde para operar a chispitas — recordó mi amigo.
Eso fue suficiente para que me apuré en bañarme y alistarme para ir al local a operar a uno de nuestros pacientes que tiene un tumor en la oreja. Me vestí lo más rápido que pude, con una camiseta negra y unos jeans rasgados apretados a mis caderas.
— Una tarjeta sin límites.
Jimin está sorprendido.
— Beneficios de salir con hombres millonarios.— menciono encogiéndome de hombros.
— Tienes una suerte para tus salientes. Yo solo tengo a miau.— se cruza de brazos molesto.
— No es suerte, llamemoslo atributos de hombre jóven —le aclaro.— Y en algo tengo en común con tu gato, los dos jugamos con nuestras piezas y devoramos al final.
— ¡Eres un descarado! — Se colapsa de risa.— Sigo insistiendo que es suerte amigo. Soy jóven como tu y soy consciente que soy lindo pero no llamo la atención como tu.
Niego.
No es suerte.
Si fuera suerte tendría la vida de mi hermano, donde esta presente el amor de Jungkook, el de mi madre y todos los que rodean a Baekhyun por ser una buena persona que ayuda a los demás.
En cambio yo, tengo dinero, diversión y hombres pero sé que eso no me hara feliz por siempre.
— Vamos de una vez. En el camino nos detenemos a comprar nuestro desayuno. — como adivinando el porque me quedé pensativo, Jimin me tomo del brazo y juntos salimos de mi departamento.
Empezamos a caminar a pasos rápidos, son dos cuadras hasta una cafetería donde compraríamos el desayuno y a unos pasos está nuestra veterinaria.
Ingreso con Jimin a la cafeteria y nos formanos en la fila para hacer nuestro pedido.— Recuérdame que te quite las llaves de mi departamento. Un día de estos me encontrarás cogiendo amigo.—hice reír a mi amigo mientras algunas personas me observan con desagrado.
— Hola Tae. — saluda el chico que atiende la cafetería, el cual le gusta a Jimin.
— Yo también estoy aquí.— mi amigo se hace notar al hablar.— Como sea, queremos dos cafés con rosquillas para llevar. — ordenó mi amigo indignado.
Mark, si así se llama el chico, lo ignora para verme sin pestañear hasta que su jefe lo riñe y tiene que ir por nuestros pedidos.
— No me gusta y lo sabes.—dije a Jimin quién está triste por Mark.
— Lo sé. En puros idiotas me vengo a fijar.— suena desanimado pero lo conozco, es por eso que llevo mis dedos a su nariz y aprieto sacandole una risa.
Le encanta eso. Es muy random.
— Toma Taehyung.
Mark me entrega nuestros desayunos, le pago y tomo del brazo a Jimin dejando con la palabra en la boca al chico que se imaginó algo conmigo pero jamás pasara.
Abrimos el local y desayunamos conversando de nuestros pacientes. Después alistamos todo para una operación pendiente y no demoramos mucho en empezar porque la señora trae a nuestra paciente canina.— Buenos días. —saluda triste pero la alentamos a que todo saldría bien.
Y asi empezó nuestro día atareado trabajando con preocupación pero sobre todo con amor a nuestros pacientes. Es lo único bueno en la vida de mierda que
llevo.
— Adios Minnie, nos vemos mañana.— me despido al finalizar el dia.
— Si, anda tranquilo, yo me quedo con chispitas y velare por su recuperación.— responde.
Lo beso en la frente y salí del local para caminar hacía mi departamento.
Cuando llego, rápidamente me empiezo a alistar para salir con Tom, otro de mis amantes. Opte por un pantalón apretado, una camisa color esmeralda ceñido al cuerpo y uso maquillaje cargado como todo un seductor. El timbre sonó interrumpiendome y extrañado me acerque a la puerta para abrir porque aún falta para que mi amante viniera a recogerme.
Y no es él...
Me quedo helado al volver a ver a alguien que no esperaba.
— Baekhyun.— y si, estoy muy pero muy asombrado.
— Hola Tae, llegué a visitarte.— dijo manteniéndose parado en la puerta en una posición típica de él, vestido con la misma ropa holgada y fea que usa desde que es un adolescente.
¿Qué hace él aquí?
Tengo un presentimiento, no sé si es bueno o malo.
☁
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