TREINTA Y SEIS
¿Porqué demonios habías llegado antes de tiempo?. Podía escuchar los latidos de mi corazón, la puerta de tu habitación se abrió dejándome ver tus zapatos.
¡Si realmente existe un ser supremo le ruego por su ayuda!
La cama se hundió y solo cerré los ojos al imaginarte sobre ella.
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