SIETE
En el transcurso del camino no deje de observar te hasta que tú me viste a través del vidrio y no pude evitar desviar la mirada pero al segundo, de soslayo ví que me veías con esos ojos marrones y el celo fruncido.
¡Maldita sea! Había Sido descubierto.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro