CUARENTA Y DOS
Al estar de espalda no notaste mi presencia. Tú cuerpo es una obra de arte, curvas deliciosas por probar, piernas esbeltas y un trasero redondo que pedía a gritos ser azotado.
Tu cabello cayendo como oscura cascada sobr tu espalda y ni hablar de tú cintura provocando los más deleitables pecados.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro