Existen tres reglas básicas en el club z:

1. Debes mantener tu identidad secreta. Al entrar te despojarás de tu nombre en cuanto entres y tendrás una nueva oportunidad para ser una persona diferente, ¿buena? ¿mala? Esa es tu decisión.

2. Lo que pasa en el club se queda en el club. No abrirás la boca, no dirás ninguno de los secretos dichos ahí dentro, nadie que no pertenezca ahí debe saber lo que sucede.

3. Si rompes alguna de las reglas anteriores, pagarás las consecuencias.

¿Aceptas las reglas?

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Un error. Eso había sido suficiente para traicionar la confianza y desencadenar un huracán.

La vida de Kath ahora pende de un hilo, o más bien la vida de Jannyl, su identidad en el clandestino Club z, quien después de accidentalmente haber obtenido prueba de un delito lo suficientemente creíble como para condenar a alguien, se convierte en el objetivo de un grupo de asesinos.

¿Lo peor?

Su mejor amigo del Club z es su principal cazador, aunque ante estas circunstancias el término "mejor amigo" es relativo, porque en un mundo de mentiras, no puedes confiar en nadie y tal vez es mejor ocultarte.