Modern AU.

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El fuerte estruendo aún resonaba en su oidio izquierdo, estaba totalmente anonadada. El zumbido la acompañaba.

Todos corrieron asustados, sin entender lo que hacían, sólo siguiendo su instinto que surgía atraves de el miedo.

Ella cayó después de los primeros pasos, siendo empujada por sus mismos amigos. Los cuales estaban más asustados para reaccionar a sus acciones.

La cabeza golpeó fuertemente la piedra de la escalera. Para su fortuna eso no la mato.

Los demás no voltearon atrás.

La adrenalina y el miedo dominaban su interior, nunca percibió el dolor. No podía percibir nada, estaba todo en blanco.

Sus manos temblaban a más no poder. Las piernas le habían fallado y su estómago no pudo contener mas lo que había en su interior, así que en el primer bote que encontró expulsó todo. Vomito con sabor a sangre.

Sentía asco, estaba mareada y confundida, sobretodo asustada. La sangre había salpeado su ropa y cara..

¡La sangre de el había caído sobre ella!

Eso sólo hizo que su respiración se acelerará más, su visión era interrumpida por la sangre salpicada, y la que brotava cual cascada de su herida en la cabeza, generada por el golpe.Se arrincono en una de las esquinas de el sótano, mirando el cadáver de su ex amigo.
Jalaba de su cabello mientras lloraba, por primera vez en la vida su idiotez la había salvado, pero a un costo alto.
Si sus manos no hubieran sido lo suficientemente estúpidas para poder agarrar un arma, el estaría vivo.
Pero mierda, era un idiota por mencionar el juego, por haberse dejado llevar por el alcohol... por haber ocasionado la muerte de alguien. Ella debía haber muerto, ella debería de ser el cadáver en aquella silla.

El resto de el tiempo se la paso torturandose mentalmente, hasta que fueron encontrados por la mañana. Los vecinos habían reportado el sonido de un disparo en una de las casas. Ahora ya sabían de donde provenía.
Al entrar al sótano lo primero que encontraron fue a ella en posicion fetal, diciendo cosas incoherentes y temblando. Bajo un charco de sangre proveniente se su herida, junto al cuerpo de Daniel Tereck.

Ella lo abrazaba como si su vida dependiera de eso, como si aquel cuerpo fuera el tesoro mas grande que alguna vez tuvo y no quisiera que se lo arrebataran.

Gritos agonizante salieron de la boca de Catra al ver como se llevaban el cuerpo de su amigo.

[...]

Russian Roulette