YoonGi estaba realmente impresionado. De verdad que lo estaba.

Habían pasado ya casi dos semanas, y parecía ser el único ser en la Universidad que había notado algo distinto en SeokJin.

Mientras estaban en clases el chico se comportaba como siempre, sonriendo y bromeando con sus amigos, pero al volver al dormitorio lucía aletargado y severamente afectado por su reciente soltería repentina.
No lo culpaba, tampoco lo juzgaba; él mismo habría estado en la misma situación que SeokJin, con la diferencia de que él no estaría fingiendo una sonrisa, haciendo como si nada hubiera pasado.

Y es que tampoco comprendía como los amigos del castaño podían ser tan ciegos para no notar que su sonrisa no llegaba a sus ojos, que en el instante en que ellos se daban la vuelta él dejaba de sonreír, que su risa no era genuina. Por favor, si ni siquiera habían preguntado si estaba bien después de la cantidad de propuestas para salir que había rechazado con excusas pobres y carentes de sinceridad alguna.

"— Tengo tarea que hacer. —"

"— Debo estudiar. —"

"— Estoy cansado. —"

"— Algo que comí me hizo mal. —"

"— Necesito terminar un proyecto de puntos extra. —"

¿Puntos extra? ¿De verdad? ¡Kim SeokJin no necesitaba puntos extra en ninguna clase! ¿Cómo habían podido tragarse esa mierda? Él mismo no le había creído siquiera el "Estoy bien" cuando preguntó cómo estaba esa mañana.
A estas alturas incluso se sentía mal por desear que fuera de la habitación luciera deprimido por lo menos.

Sin embargo, se encontraba de cierta forma agradecido de que su Hyung confiara en él lo suficiente como para mostrarle cómo estaba en realidad. Se sentía afortunado de poder conocer al SeokJin genuino. Aún a costa del dolor que le provocaba verlo así.

Por esa misma razón había aprovechado ese día libre que tenía del trabajo para convencerlo de salir del dormitorio e ir a alguna sala de árcade de las que tanto le gustaban al mayor. Le costó, pero logró su cometido, y ahora se encontraba en un taxi rumbo a dicho sitio con un SeokJin nuevamente fingiendo una sonrisa mientras miraba por la ventana.

YoonGi suspiró. A pesar de aquél amago de sonrisa haberlo hecho salir ya había sido suficiente logro, aún si el castaño se negaba a mostrar su verdadero sentir estando en público e insistiendo en verle el absurdo lado bueno al que SeokJin tanto se había apegado.

— Bueno, ahora estoy soltero y no tengo que preocuparme por recordar mandarle un mensaje de buenos días a alguien. —

Aquella era la frase que le había escuchado repetirse una y otra vez cada mañana, en ocasiones con alguna que otra variante, pero siempre en el mismo contexto.

El taxi se detuvo, pagaron el viaje, y se quedaron de pié mirando el enorme letrero sobre un local decorado con temática de Pac-Man. YoonGi dio un par de pasos antes de detenerse en seco y observar a SeokJin por sobre el hombro, posteriormente hizo un movimiento con la cabeza señalando la sala. Lo vio abrir la boca y volverla a cerrar un par de veces, como queriendo decir algo, antes de exhalar pesadamente y asentir comenzando a seguirlo dentro.

Aquella tarde el pelinegro fue capaz de ver sonreír sinceramente al mayor. Aún si no era la sonrisa amplia a la que estaba acostumbrado, él mismo se sintió feliz por ser el causante y más de una vez se encontró a si mismo con una amplia sonrisa que dejaba ver sus encías. Más tarde fueron a cenar a un sitio de comida rápida, elegido por el mismo SeokJin.

YoonGi sentía su corazón lleno de regocijo, había logrado que su mayor se olvidara de su corazón roto por una tarde, había podido escuchar su peculiar risa e incluso se había visto obligado a contener la risa en más de una ocasión debido a los pésimos chistes que a SeokJin tanto le gustaba contar.

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¤OCTOBER & APRIL¤
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— YoonGi... —pronunció el castaño una vez hubieron regresado al dormitorio tras darse cuenta que había anochecido.

El antes mencionado hizo un movimiento con la cabeza en señal de que lo escuchaba.

— Gracias.—

El más pálido giró rápidamente a verlo un tanto confundido por su repentino agradecimiento inespecífico. El rostro de SeokJin se iluminó con una sonrisa sincera momentos antes de que se aproximara y estrechara en un abrazo a YoonGi, el cual hizo que ambos corazones se llenaran de una calidez indescriptible. En algún momento YoonGi terminó rodeando la cintura del mayor con sus brazos tímidamente, un tanto desacostumbrado a demostrar afecto.

— Eres un gran amigo. —habló SeokJin tras un minuto o un poco más en silencio.

El escuchar su voz calmada y con una leve pinta de calidez hizo el corazón del menor latir con fuerza al saber que había sido obra suya que él pudiera estar tan tranquilo y dejase de lucir afligido como había sido los últimos días. Aún a pesar de la forma tan incómoda en que se revolvió su estómago al haber sido llamado "amigo".

Ambos se alistaron para dormir, cada uno por su lado, ya era algo tarde y tendrían que levantarse temprano para volver a su rutina. Sin embargo ambos se tomaron el tiempo de revisar sus teléfonos una última vez, ya acomodados bajo sus respectivas sábanas.

— ¿Sabes algo? —se escuchó la voz dulzona del castaño.

— ¿Qué cosa? —

— No lo malinterpretes, pero... Si fueras una chica, podría enamorarme de ti. Lástima que no me van los chicos. —terminó de decir aquello con una risa suave al tiempo que bloqueaba su teléfono y lo dejaba el su mesita de noche— Buenas noches, Gi.

— Buenas noches. —

YoonGi tardó un tiempo más en conciliar el sueño, con aquella frase perturbando sus pensamientos, "Podría enamorarme de ti". Lástima que no era una chica.

Al caer dormido lo hizo con un dolor en el pecho que poco o nada tenía que ver con lo que sea que esa frase le había hecho sentir, claro que no. No tenía nada que ver. Ni siquiera aquella repentina tristeza que lo atacó haciendo doler su corazón. ¿O sí?