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Capitulo XXXVII:

Mis ojos se abrieron para darle la bienvenida a un nuevo día, y sonreí cuando sentí cosquillas en mi nariz debido al cabello de Jungkook en mi rostro. Él se encontraba de espaldas a mí y yo lo abrazaba desde atrás, además de conservar nuestros dedos entrelazados. Jamás hubiese pensado que en esta vida llegaría a ser tan empalagoso. Pero ahora nuestra vida diaria era así y me encantaba.

Me permitió luego soltarme de su agarre y me senté en la cama estirando mis brazos al cielo con un gran bostezo. Contemple como el sol mañanero y brillante se colaba a través del balcón, por lo que me apetecía caminar hacia este. Hace mucho que no tenía la dicha de tener una vista de un jardín desde el balcón, y yo al ser un amante de las flores esto era en definitiva uno de mis caprichos favoritos.

Pero algo más captó mi atención y de hecho fui yo mismo. Pues mis ojos se desviaron a mi reflejo desnudo en el espejo del tocador.

Observe como mi pecho no parecía ser el mismo de antes, tenía más peso sí, pero era contrarrestado por los músculos qué hube ganado gracias a los ejercicios que practique con Jungkook en todo este tiempo.

Me preguntaba qué tan perdido estaba yo que no había notado a mi pectoral abultado y mi vientre plano y definido; no tanto como el del capitán, pero aun así lo estaba. Junto a esto también estaban los músculos de mis brazos los cuales no se quedaban atrás, y me otorgaban un buen porte.

Hice varias poses tonteando en el espejo hasta que mis ojos se desviaron a mi cicatriz, esa que poseía a un lado de mi abdomen y que me hacía recordar que me encontraba vivo gracias a Jungkook. La acaricié un poco percibiendo su relieve y simplemente caminé hasta mi objetivo, siendo vestido por el ardiente sol y deslumbrado por los espléndidos tulipanes y jazmines que adornaban al jardín.

Mientras reposaba mis brazos en el pasamanos de piedra pensaba en como anhelaba quedarme aquí para siempre junto a Jungkook. Pero él era un hombre de mar y yo debía regresar a Inglaterra, que maldita y complicada era la vida a veces.

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Tristemente regresamos esa tarde al barco y salude de nuevo al incesante tambaleó del mismo. Me despojé luego de mis ropas y usé otras más cómodas y limpias para ayudar a Hope con algo en la cocina.

Al concluir mis deberes en la cocina por el día de hoy salí de esta con la intención de asearme e irme a dormir junto con Jungkook, pero algo que sucedía en cubierta captó mi atención. Eran los nuevos tripulantes quienes sostenían una caja de madera lo bastante grande como para caber una persona en ella.

— Espera, llamaré a Hope — dijo uno de ellos pasando por mi lado y observe como los otros tres que lo acompañaban bajaron la caja al suelo con extremo cuidado. Sé que esto no me incumbía, más, sin embargo algo no estaba oliendo bien (literalmente).

— ¿Qué sucede? — le pregunté, pero todos se notaban confundidos por mi pregunta.

— Un trabajo — dijo uno de ellos.

— ¿Qué clase de trabajo? — volví a preguntar y ellos de nuevo se hicieron los desentendidos.

— Apartarte — me dijo uno de ellos sosteniendo mi brazo cuando mostré intenciones de abrir la caja.

— No lo toques, el capitán ordenó estrictamente que no lo tocáramos — expreso otro apartando con apremio la mano del hombre en mi brazo, y cuando lo hizo aproveche su distracción para abrir la caja, entendiendo al instante porque no debí haberlo hecho.

Un fallecido Jonathan en estado de descomposición yacía dentro de la caja.

— ¡Aaaah! — grite soltando la tapa y dando pasos torpes hacia atrás para entonces caer al suelo.

— ¡Jimin! — oí a Hope gritar con angustia corriendo hacia mí con Michael esposado a su brazo — Jimin ¿qué...? — se volvió a los hombres y al notar lo que ellos habían hecho su rostro cambio de preocupación a furia. — ¡ustedes imbéciles!

— ¿Jimin estas bien? — me pregunto Michael, pero yo no era capaz de responder. Me encontraba helado e inerte en el suelo.

— ¿Qué sucede? Jimin... — entonces contemple al responsable de este acto ruin llegar a mí y mis ojos se hundieron en lágrimas de ira — venga Jimin — Jungkook se arrodilló en el suelo para ayudarme, pero en el momento en que sentí su mano tocando mi piel una sensación amarga pellizco a mi espíritu.

— ¡No me toque! — expulse con todas mis fuerzas, palmeando su mano y colocándome de pie.

Corrí así hacia arriba con la intención de esconderme en la oficina, pero Jungkook llego a mí y me halo del brazo.

— Jimin por favor...

— ¡No! — aparte su mano con enojo — ¡¿qué ha hecho?! ¡¿qué ha hecho?! — me lamente tensando mi mandíbula y lo empuje para que no me tocase.

— Jimin le explicaré, pero por favor...

— ¡Basta! ¡No quiero que me toque! — le exigí cuando intento tocarme de nuevo. Abrí entonces la puerta y entre a la oficina con él detrás de mí — ¡No quiero verlo! ¡Déjeme solo!

— Jimin tuve que hacerlo, ese hombre era un enemigo.

— ¡¿Que?! — me acerque a él con total desconcierto y pretendí golpearlo, pero no pude — no sea un mentiroso Jungkook. De ser Jonathan su enemigo no se habría acercado tan siquiera a nosotros.

— Él era un traidor — insistió.

— ¡¿Cómo Jungkook?! ¡¿Como?! — le implore qué me explicara. Cualquier explicación por más absurda que esta fuera la creería. Lo amaba tanto que creería cuán tontearía él me dijese, pero sus palabras se quedaron atascadas en su garganta y sus ojos confundidos me observaron con temor. Supe de esta manera que él no era capaz de mentirme sobre esto — usted — lo señalé — ¡lo asesino porque él pretendía decirme algo! ¡Lo asesino a sangre fría para que él no me revelará lo que usted ha estado ocultando!

— Yo no le estoy ocultando nada — afirmó algo para nada creíble.

— ¡¿Ah no?! Entonces dígame ¿Qué fue todo ese desorden que armo Hope la otra noche en el bar solo para que no hablara con Jonathan?

— Yo no...

— Explíqueme eso y ¿Por qué todos piensan que estoy muerto? ¡¿Porque él está muerto?! ¡¿Qué diablos está sucediendo Jungkook?! — me coloque de esta manera frente a él, pero sus palabras continuaban sin emerger de su boca.

— Jimin hay cosas que son mejor no conocerlas, entienda que nada de lo que está ocurriendo le va afectar a usted, puede estar tranquilo.

— ¡Ese hombre era un amigo! — grité profundamente ofendido por sus palabras y vi como su expresión cambio de inmediato. Ahora su rostro remarcaba angustia en cada una de sus facciones — está bien, no lo veía desde hace mucho, pero estoy seguro de que él conocía algo y usted lo silencio. ¿Cómo tiene el descaro de decirme que nada de esto me afecta? ¿Que acaso no puede ver mi estado? — me senté en la silla y ladeé varias veces mi cabeza. No podía imaginar que era aquello que no podía conocer — iremos a Inglaterra. — sentencié irguiéndome — Le dirá ahora mismo a quien este al timón qué fijé su rumbo a Inglaterra. Ya me harte, no puedo seguir viviendo en incertidumbre.

— No puedo hacer eso — respondió sin más.

— ¿Por qué no?

— Porque aún no he planeado mi llegada allá. Recuerde que soy un pirata y que la última vez que estuve en ese lugar ataqué un puerto y casi derrumbó un castillo. No es sencillo Jimin esto toma tiempo, me puede tomar incluso hasta años.

— ¡¿Que?! ¡Si no le dice ahora a quien maneja el timón qué nuestro rumbo es Inglaterra yo mismo lo haré! — quise abrir la puerta, pero él no me lo permitió.

— No puede hacer eso — me apartó a un lado.

— ¡¿Y porque no?!

— ¡Por qué yo soy el capitán! — grito al fin y me sentí atacado por él.

— ¡No me importa que usted sea el capitán!, tal vez podrá mandar a los hombres de su tripulación, pero a mí no Jungkook. Iré a ver a mi padre le guste o no y voy a deshacerme al fin de este misterio — intente abrir la puerta de nuevo, pero él una vez más me apartó.

— Jimin no. — forcejee con él tratando de salir de la oficina, pero él continuaba retándome.

— ¡Quítese!

— ¡No! ¡Ya basta Jimin! — me empujó y por mis pasos débiles caí al suelo.

— ¡Usted no me mandara! ¡¿Me escucho?!, tal vez pudo hacerlo antes cuando apenas llegue aquí ¡pero ya no! ¡Yo no le tengo miedo! — lo último dicho fue debido a que observe como intento intimidarme con su cuerpo y altura prominente.

— ¡Jimin usted no conoce lo que se encuentra en riesgo! ¡No voy a acceder a sus berrinches, así que le pido que deje de exigirme algo que ni siquiera le corresponde! — hablo en voz alta y por su rostro podría decir que ya se encontraba más que molesto.

— ¡Usted solo quiere mantenerme como un preso! ¿Piensa que le creí cuando me dijo que me iba a ayudar a ver a mi padre? ¡Ja!, yo sé cuándo está mintiendo. Quizás ninguna de sus otras pertenencias valiosas tenga voz o voto, pero yo sí. Yo no soy un diamante, ni una corona, ni mucho menos soy Yawaca ¡soy un humano!

— ¡Entonces largo! ¡Si tanto desea irse de mi lado váyase! Pero le recuerdo que si usted se convierte en mi enemigo no tendré de otra más que luchar contra usted.

— Y a mí no me importaría ser su enemigo. Si cree que puede amenazarme con eso está muy equivocado ¿Qué piensa? ¿Qué yo no tengo a mi gente? — le recordé.

— No es una amenaza, solo es un aviso — fue lo último que dijo antes de salir por la puerta y dejarme solo en la habitación.

No sabía en qué momento pude haber creído que todo sería tan sencillo para nosotros a partir de ahora, pues la vida una vez más me demostraba que siempre tenía sus propios planes.


-----🌊-----

En los siguientes dos días que pasaron ni siquiera me digne a mirarle y él tampoco me busco, a pesar de convivir en el mismo barco. Sabía que dentro de nada nuestra estadía en Portugal se acabaría así que tenía que pensar rápido en que pretendía hacer ahora con mi vida.

— Déjame en paz, no quiero escuchar más excusas — le decía enojado a Michael cuando él ya se hallaba libre del castigo impuesto por Jungkook.

— Pero es la verdad Jimin, al menos mi verdad.

— ¿Enserio insistes con que te crea que tú no sabes nada de lo que ocurre cuando te encontrabas esposado a Hope? ¿Qué tan idiota crees que soy Michael? — pretendía terminar de hacer lo que era mi tarea en la cocina, para luego esconderme en el antiguo recinto de Yawaca como hacia todas las noches.

— ¡Pero es cierto! Admito que si lo vi escribir cartas, pero no sé leer Jimin ¿cómo diablos iba a saber lo que decían? — se excusó una vez más y mi paciencia estaba llegando al límite.

— Mira imbécil más te vale irte de aquí ahora mismo, no tengo tiempo para ti y mis manos están empezando a picar por el anhelo de querer golpearte — amenace señalándolo con mi dedo cuando entonces vi a Hope llegar.

— ¿Lo escuchaste? El niño mimado cree que puede exigirnos algo — dijo Hope con muy mala actitud pasando por mi lado.

— Eres un descarado Hope ¿Qué entonces en tu mundo al revés yo soy el malo? Cuando fueron ustedes quienes asesinaron a sangre fría a un hombre que no tenía nada que ver — me posicione frente a él y lo rete para que me mirase.

Este miserable tenía mucho valor como para actuar de tal manera semejante.

— Tu Jimin no sabes nada, así que lo mejor que puedes hacer ¡es callar tu maldita boca y servir al capitán! — sentí como todo mi cuerpo se cubrió de irá desde los pies a la cabeza, y mi corazón comenzó a retumbar con vehemencia dentro de mi pecho.

— ¡¿Porque diablos tendría que hacerte caso a ti?! ¡¿Porque diablos tendría yo que servir al capitán?! ¡Dime! — exprese eufórico golpeando la mesa con el tenedor que estaba usando para cocinar.

— ¡Por qué salvamos tu maldita vida Jimin! ¡¿Que aún no lo entiendes?! ¡De no ser por nosotros tu cuerpo ahora sería solo la mierda de las bestias marinas!.

— ¡Yo no pedí que me salvarán! ¡Ustedes me secuestraron junto a mi prometida! ¡Si no hubiesen encallado en aquel puerto no tendría yo que estar aquí! ¡Solo me tienen como un prisionero malditos malnacidos! — vocifere con todo el odio siendo expulsado de mi boca, cuando entonces vi que Hope se abalanzó hacia mi golpeando mi quijada y en respuesta yo golpee su mejilla.

— ¡Hey! ¡No! — comenzamos una pelea en donde Michael intentaba con todos sus esfuerzos separarnos, pero Hope al estar encima de mi logro hacerlo a un lado.

Sentía como los gigantescos puños del castaño golpeaban todo mi rostro mientras yo intentaba conseguir una idea para sacármelo de encima.

— ¡Hope! ¡Basta! ¡Detente! — grito de nuevo Michael.

Observe como el brazo que no me golpeaba estaba apoyado en la madera, así que tome la oportunidad y encaje mis dientes en este hasta hacerlo sangrar.

— ¡Aaaah! — grito de dolor halando de mis cabellos para que dejara su brazo, lo que me dio la conveniencia de ser yo ahora quien estuviese encima suyo.

Lo golpeé con todo el resentimiento que tenía cargado y logré quebrar su nariz.

— ¡Ayuda por favor! — pidió Michael desde la puerta y vi como varios hombres llegaron sacándome de encima de Hope.

— ¡Maldito bastado! — bufé forcejeando con Ethan y Michell quienes me sostenían.

— ¡No eres más que un infeliz ingrato! ¡Juro que voy a matarte! — me amenazó Hope señalándome y siendo retenido por Michael y uno de los nuevos.

— ¡No te tengo miedo ni a ti ni a ningún hombre en este barco!

— ¡Te tragaras tus palabras maldito privilegiado! ¡Ya verás!

— ¡Ya basta! — Jungkook había llegado a la trifulca y se hubo posicionado más allá de nosotros con las manos en su cintura.

Por un momento pensé que golpearía a Hope y que este ahora sería un hombre muerto luego de haberme mallugado, pero no hizo nada, absolutamente nada. Solo se quedó estático y en silencio esperando a que nos calmáramos.

Su actitud más allá de impactarme me decepcionó. Tranquilicé mis movimientos y me solté del agarre de Michell.

Cruzamos miradas antes de que partiera de la cocina, pero no nos dirigimos la palabra. Respire hondo y seguí avanzando hacia los camarotes, camine entonces hasta mi hamaca y me tendí en esta para llorar como un idiota.

Había sido golpeado por alguien que considere un amigo y al "amor de mi vida" ni siquiera le importo. Ese fue el punto culminante...ese fue el principio del fin.


-----🌊-----

Después de yo mismo curar mi rostro mallugado, corte un trozo de tela de uno de mis pantalones y lo use para cubrir mi ojo golpeado e hinchado. No me gustaba para nada verme así.

Mi nueva vestimenta estaba lista junto a ese bolso viejo de tela que había encontrado por ahí, y el dinero que hube ganado gracias a mis días de servir al capitán.

Hoy había tomado una decisión que lo cambiaria todo. Hoy me iría de una vez por todas de este navío.

Tomé lo poco que tenía y atando mi cabello salí de los camarotes cuando todos dormían.

Llegue entonces a cubierta y con toda la paciencia que debía tener baje minuciosamente uno de los botes, tal y como lo había hecho ya tantas veces. Cuando ya estuvo listo sobre el agua me dispuse entonces a bajar por las escaleras, pero escuché de pronto una voz llamándome.

— Jimin — era Michael quien se mostraba confuso. — ¿a dónde vas?.

— A casa. Ya no quiero ser un prisionero — respondí firme.

— Sé que no me crees cuando te digo que yo no sé nada, pero espero que en algún momento llegues a creerme. Lamento que todo esto haya terminado así — en sus ojos no vi más que tristeza y comencé a cuestionarme si lo que decía era cierto.

— Yo también lo lamento. — afirme sintiendo melancolía.

— ¿Nos volveremos a ver alguna vez? — pregunto con su voz casi inocente.

— No lo creo — respondí siendo muy franco, pero con el corazón atorado en mi garganta a punto de ahogarme.

— Bueno, te deseo todo lo mejor del mundo Jimin — dijo antes de estirar su mano hacia mí.

Lo pensé por un instante, pero observando bien la situación no tendría porque no despedirme de Michael, aquel que llego a brindarme tantas risas. Así que tome su mano y lo salude por última vez.

— Adiós Michael.

— Adiós Jimin — luego de despedirme baje las escaleras y le di una última mirada antes de tomar los remos y decidir por fin partir al puerto.

Contemplé desde abajo como de sus ojos brotaban lágrimas y no pude evitar llorar junto a él. Era una pérdida de tiempo intentar convencerme que no me encontraba pensando en Jungkook con cada remo que daba alejándome del barco. Tenía la esperanza de que él saliera de su habitación y evitará que yo marchase, pero no ocurrió. Ni siquiera existía una mínima señal de su presencia en cubierta.

Eso quebró a mi alma junto a mi corazón y lloré. Lloré con mares de lágrimas cubriendo todo mi rostro. Sollocé fuerte pensando en cómo aun lo amaba y que me dolía tanto dejarlo que hasta creí que ese dolor tan intenso que sentía en mis adentros iba a llegar a matarme.

Lo amaba demasiado, tan inmensamente que mi corazón me intentaba amenazar con la muerte solo para que regresará al barco y corriera a abrazar a mi persona amada. Pero no podía...

Mi orgullo y mi honor me lo impedían. Había sido humillado de tantas maneras en ese barco que era incapaz de observar hacia atrás.

Maldito sea el día en el que me enamore del capitán Jungkook.

Besos y abrazos. Muchas gracias por leer ♥♥♥ :D!!

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