Capítulo XLVI:
Presente — Jimin:
Mi regreso al navío le dejó en claro a todos a quien pertenecía mi lealtad. Jungkook se hizo cargo de reintegrarme a su tripulación a pesar de todo lo que había pasado, siendo Joel el único que se opuso a mi regreso, pues odiaba la idea de ser comandado por una persona inexperta como yo.
Aunque Joel fue desde un primer momento la mano derecha de Jungkook, llegó a convertirse en un hombre que siempre obró por mis desgracias. El capitán ya estaba harto de tolerar sus insolencias y su odio desmedido hacia mi persona.
Debido a esto Jungkook lo dejó tras las rejas, en el calabozo. No soportaba la situación de que alguien de su tripulación tuviese algo en mi contra.
Teniendo la libertad de estar sin Joel. El capitán, Hope, Michael y yo nos tomamos seis meses para analizar las posibilidades y decidir en conjunto si deberíamos llevar a cabo aquello que estábamos ideando.
Todo tenía que ser impecable, nada podía fallar. Solo teníamos una oportunidad y si fracasábamos eso nos costaría la vida. Así que más nos valía actuar con precisión, pues yo no estaba dispuesto a perder.
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Seis meses después:
Relato en tercera persona:
La noche se veía magnífica, el cielo se encontraba inundando de estrellas y la luna blanca y brillante yacía llena adornando de manera gloriosa al manto celestial. Damas y caballeros de varios países bajaban de sus lujosos carruajes al llegar a la llamada "ceremonia del año". En donde el nuevo Rey de Inglaterra tenía preparado para todos una gran noticia, la cual según rumores tenía algo que ver con su esposa.
Una nueva señorita de no más de unos dieciocho años arribó a la gran gala, irradiando alegría en cada una de sus pisadas. Pero debido a la amena charla que sostenía con su madre la Duquesa, no se percató de sus pies, tropezando entonces con uno de los guardias que custodiaba la entrada al castillo.
— Oh discúlpeme — pidió disculpas muy avergonzada por su comportamiento.
— No se moleste. La culpa ha sido mía hermosa damisela — expreso el caballero de ojos rasgados quien tomó el pañuelo que se le había caído a la señorita, y se lo entrego junto a una sonrisa de labios que mostraba los hoyuelos en sus mejillas.
— Gracias amable caballero — agradeció con una sonrisa encorvándose un tanto y estirando su pomposo vestido.
El caballero le sonrió una vez más y no pudo quitar su mirada de la joven hasta que esta desapareció entre los invitados. Cuando entonces giró la vista a los arbustos y notó como uno de sus compañeros parecía haberlo estado llamando desde hace un tiempo.
— ¿A donde vas? — pregunto uno de los guardias al verlo moverse.
— Debo ir a misionar. No demoro — le hizo saber, pero el guardia no se percibió convencido.
— Ve, pero te quiero aquí antes de que empiece la ceremonia — le advirtió con una de sus cejas elevadas.
— Si, mi general — se despidió haciendo el gesto militar y antes de que aquel hombre pudiese verlo de nuevo, se escabullo entre la muchedumbre hasta lograr llegar a los arbustos.
— ¿Como esta todo? — le pregunto su compañero cuando llego a él.
— Mejor que nunca. Acabo de chocar con una hermosa señorita y sus pechos — respondió este.
— Qué suerte la tuya. Yo descubrí que soy alérgico a estas malditas plantas — expreso rascando sus brazos que ya se encontraban colorados e irritados.
— Aquí están los atuendos Hope — dijo otro hombre quien se unió a ellos.
— Bien Ethan — tomó las bolsas con la ropa — ¿y el capitán?
— Ya logró entrar al castillo junto con Jimin — le hizo saber Ethan.
— Excelente. Ven Michael ya quiero quitarme esta maldita peluca y maquillaje horrible que nos hacen usar — se quejó Hope despojandose de la peluca y atuendos para vestirse con los de la bolsa.
Hoy sería una larga noche para todos.
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Jimin:
Gracias a los canales de agua pude ingresar a los calabozos del castillo. Jungkook sujetó mi mano para ayudarme a salir de la escotilla y encendió luego una vela.
— Jimin, sostenga el mapa — me pidió Jungkook entregándome el mismo y alumbrando con la vela — debemos ir por este camino si queremos salir de aquí sin toparnos con los guardias — decía recorriendo con su dedo el mapa trazado — solo espero que Hope no se haya equivocado.
— Esta bien — Jungkook guardo el mapa y me hizo caminar detrás de él a pasos lentos.
Entre la oscuridad hallamos las escaleras y él extrajo de su abrigo la llave que abría la reja del calabozo. Caminamos siendo meticulosos evitando hacer hasta el más mínimo ruido, hasta que al fin llegamos al primer piso del castillo.
— Bien, esta parte si esta despejada — se alegro Jungkook — ¿puede reconocer su habitación?.
— Si, pero aún no estamos cerca. Esta parte es de la servidumbre — le hice saber — debemos subir.
— Vamos — abrió una ventana y me ayudo a subir al alfeizar de esta — sujétese con fuerza por favor — me hizo recordar cuando comenzamos a escalar por la estructura rocosa de las paredes, llegando entonces a la ventana trasera de mi antigua habitación.
— Ven — me dijo tomando mi mano cuando él ya se encontraba en el balcón, y nos escondimos detrás de las cortinas al escuchar la voz de alguien.
— Debes bajar, es una orden — reconocí la voz de George de inmediato.
— No, no lo haré ¡ya estoy harta de esto! — oí a Amelia gritar en un sollozo y todas mis alarmas internas enloquecieron.
— ¡Soy tu esposo y harás lo que yo diga! — escuché el sonido de un objeto cayendo al suelo y me tense por completo, hasta que sentí la mano de Jungkook tocando la mía y me brindó paz.
— ¡No!
— ¡Te quiero lista dentro de quince minutos y sino bajas juro que te encerrare en un calabozo! — George azotó la puerta con fuerza cuando abandono la habitación. La señorita Amelia por su parte solo se aventó hacia la cama.
Siendo esta nuestra oportunidad, nos miramos y él asintió para que continuaríamos con el plan. Salí de detrás de las cortinas y avance con detenimiento hacia Amelia quien se encontraba sollozando.
— Amelia — la llamé en un susurro. Solo esperaba que no gritara.
— ¿Ah? ¿Qué? — se volvió a mi con sus ojos hinchados de tanto llorar, y al verme abrió estos de tal manera que creí que saldrían de sus cuencas — ¡Jimin! — corrió hacia mi y me envolvió el cuello con sus delgados brazos, yo solo la recibí — ¡oh Jimin estas vivo! Dijeron que habías muerto, que los piratas te asesinaron, que nunca más volvería a verte ¡pero estas aquí! — grito una y otra vez en total euforia mientras que sus manos se encargaban de asegurarse que yo no fuese un espectro pues me tocaba por todos lados.
— Tranquila — la calmé tomándola de los hombros — debemos hacer silencio, nadie debe saber que estoy aquí ¿si?
— Pero ¿porque? — se cuestionó con sus cejas juntas.
— Es complicado, pero te lo explicaré luego ¿esta bien? — ella asintió observándome intrigada y yo le sonreí ladino.
— Jimin, debemos bajar — me recordó Jungkook saliendo de la cortina.
— ¡Aah! ¿Qué hace él aquí Jimin? Es peligroso — expreso Amelia sujetando mi brazo y escondiéndose detrás de mi espalda.
— Él está de nuestro lado Amelia — le explique enseguida.
— ¿Qué? Pero él ha matado a mi madre — expreso horrorizada.
— No es así, George la asesino — le dije sin tacto, para luego darme cuenta que no debí hacerlo así.
— ¡¿Qué?! ¡Pero él es un pirata! ¿Vas a creerle a un pirata? — observe como Jungkook bufo cruzando sus brazos y supe que era momento de terminar la conversación.
— Amelia le pido que confíe en mi. Yo puedo sacarla de este infierno, pero le pido que confíe y colabore con nosotros. — la observe dirigir su mirada a Jungkook y luego otra vez a mi.
— Esta bien — asintió y nos dirigimos al cuarto de huéspedes que estuviese más alejado de mi dormitorio. Donde conocía que no ingresaba ni Dios.
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— No lo entiendo. Ya deberían estar aquí — nos encontrábamos los tres encerrados en una habitación, esperando a Hope y a Michael.
— Quizás se equivocaron de dirección — opino Jungkook.
— No lo creo. Les indique tantas veces que nos encontraríamos en la tercera habitación a la izquierda del ala B — exprese recargando mi oreja a la puerta intentando escuchar algo.
En todo esto de pronto se sentían silencios incómodos y podía apreciar como Jungkook y Amelia se dirigían discretas miradas de vez en cuando. Jamás los imagine a ellos dos en esta situación.
Entonces oí dos golpes en la puerta al ritmo que les ordene que ejecutarán y todos nos colocamos en alerta.
— El sol se oculta detrás de la montaña — pronuncie la frase secreta y espere recibir la respuesta.
— Cuando la luna decide tocar el cielo — contesto Hope.
Sonreí ladino observando a Jungkook y él asintió afirmando así que podía abrir la puerta.
— Lamento la demora. Michael necesitaba misionar — decía Hope mientras ingresaban a la habitación Michael, Ethan, Federico y otros nuevos tripulantes.
Al Amelia contemplar como llegaban tantos hombres a la habitación corrió hacia mi atemorizada y se escondió en mi espalda.
— ¿Y la ropa? — pregunto Jungkook.
— Es esta — Hope aventó al suelo las bolsas de tela y todos comenzaron a cambiar su atuendo.
— J-Jimin ¿q-que es esto? — me pregunto la joven a mi lado cubriendo sus ojos.
— No te preocupes. El plan es que todos nos veamos iguales, por eso usaremos el mismo atuendo. — le explique cuando ella se avergonzaba por ver tantas piernas y torsos desnudos.
— ¿Y yo que haré?.
— Te quedaras aquí con Michael — le hice saber.
— ¿Quien es Michael?.
— Yo.
— Él — lo señale cuando el de rulos apareció detrás de ella haciéndola estremecer del miedo por tan repentina situación.
— Jimin no. No quiero — mascullo negando con la cabeza y sosteniéndose de mi brazo como un bebé koala.
— Tranquila, no te dejaría con alguien que no es de fiar — le sonreí para brindarle confianza.
— Jimin, vístase — me recordó Jungkook colocando mi atuendo frente a mi.
— Cierto — tome la ropa comenzando a desvestirme, lo que hizo que Amelia se alejase de mi como si hubiese visto un fantasma.
— ¿Ya están todos listos? — pregunto Jungkook luego usando su voz gruesa.
— Si capitán — afirmaron todos.
— Ya conocen el plan. Síganlo al pie de la letra y si alguno falla no piensen que arriesgare mi vida para salvarlos, así que no se equivoquen ¡¿quedo claro?!
— ¡Si capitán! — volvieron a afirmar.
— Vamos entonces — todos abandonaron la habitación por orden hasta solo quedar Jungkook y yo (y por supuesto Amelia y Michael).
— Yo iré primero para asegurar que ningún guardia este cerca — me recordó.
— De acuerdo — exprese en un susurro observándolo a los ojos.
— Cuídate amor mío — me pidió acariciando mi rostro y yo solo asentí aturdido por su belleza.
Él salió entonces de la habitación colocándose una máscara de carnaval que cubría todo su rostro, y al volverme contemple la expresión de colapso total por parte de Amelia. (había olvidado que ella aún no conocía mi relación con Jungkook).
Yo solo pude sonreír negando con la cabeza, y coloque sobre mi rostro la máscara que poseía el mismo diseño que el de todos. Para entonces tomar un rumbo distinto al de Jungkook.
Desde mi posición podía escuchar la música tocada por violinistas y pianistas, junto al bullicio de los invitados. Gente de la más alta alcurnia vistiendo trajes y vestidos ostentosos, mientras mantenían conversaciones "amenas" en donde intentaban ensalzar sus egos al encontrar entre ellos a la persona quien poseía la fortuna más grande de todos. Recordé como yo estuve alguna vez ahí, sonriendo como idiota y creyéndome el amo del mundo. Ahora solo podía reírme de ellos por sus vidas tan vacías y llenas de mentiras.
Escuche como alguien hizo sonar una trompeta para obtener la atención de todos y la música se detuvo. El espectáculo comenzaría en cuestión de segundos y yo no podía estar más ansioso.
— Su atención por favor. El anfitrión de esta conmemorable reunión el Rey George desea decir unas palabras — expreso uno de los guardias a toda voz.
— Buenas noches mis añorados amigos. Reyes, reinas, duques, duquesas, príncipes y princesas de todos los lugares. Estoy profundamente agradecido con que se encuentren aquí esta noche. Me llena de júbilo el hecho de poder reunirme con todos ustedes una vez más y espero que estén viviendo una de las mejores veladas. Para ser sincero los he reunido aquí hoy con el objetivo de compartirles mi felicidad, al hacerlos conocedores de una gran noticia.
Contemple como George junto sus cejas al momento en que uno de los guardias le hubo comentado algo al oído. Supe por su expresión que estaba a punto de estallar, pero que como el buen actor que es solo tranquilizó su expresión y sonrió de nuevo.
— Pero antes de comunicarles a todos las buenas nuevas, me gustaría que apreciáramos mi nuevo retrato el cual se añadirá con gusto a mi colección, y que ahora será parte de la sala de honor en donde se encuentran todos los retratos de los anteriores y distinguidos reyes de Inglaterra — los guardias posicionaron entonces el enorme cuadro cubierto por una manta detrás de George.
— Demos un aplauso a la gran obra de Francisco Bertuccili ¡George: Rey de Inglaterra! — los aplausos fueron cambiados por pequeños gritos para luego pasar a total silencio y murmuros junto a rostros indignados. Sonreí sabiendo que mi objetivo se había cumplido.
Frente a los ojos de quienes observaban yacía el retrato de George sí, pero completamente renovado. Horas antes Jungkook y yo nos habíamos divertido pintando (X) en los ojos de George, junto a las palabras (traidor) y (mentiroso) en rojo y blanco las cuales decoraban la mayor parte del cuadro.
— ¡¿Qué le han hecho a mi obra de arte?! — se quejo el artista al punto del desmayo, por lo que se me fue difícil seguir conteniendo mi risa.
Y fue así como en pleno silencio de los invitados me hice descubrir a pasos lentos, mientras todos me observaban como si yo fuese un alma en pena.
— A ver ¿quien dijo que yo estaba muerto?
Muchas gracias por leer 🤗. Nos vemos la próxima semana. ❤️❤️
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