Primera parte
Hace miles de años atrás no era extraño ver humanos habitar con deidades, o presenciar el nacimiento de mortales con sangre de dioses.
Después de que el cielo y el océano fueran separados, dando surgimiento a la vida que conocemos, los dioses descendieron, aprendieron y enseñaron, conocieron la naturaleza de aquellos seres mortales y amaron cada detalle que los volvía imperfectos.
Hasta que la rebeldía de uno de ellos al robar el corazón del océano, consternó el alcance de sus conocimientos.
Kai nació siendo de la primera línea de semidioses mortales; seres con habilidades celestiales, pero que terminaban envejeciendo como cualquier otro humano. Era una irremediable consecuencia y vergonzosa posición para los típicos semidioses isleños de ese entonces, que gozaban de una larga vida y solían morir en batallas.
Creció siendo de los mejores semidioses de su isla, pero siempre fue marginado por sus hermanos por ser el débil semidios que viviría una vida corriente.
La mortalidad le dio astucia, ingenio y el espíritu aventurero de un isleño que contaba con un corto periodo de tiempo de vida.
Tuvo un fuerte apego a los humanos, más que cualquier otra deidad. Les llevó fuego, alargó el tiempo de sus días sosteniendo el sol, levantó el cielo y fue recompensado por cada una de esas cosas con reconocimiento. La mortalidad no sonaba mal, pero él aún anhelaba la inmortalidad que le había sido negada para seguir presumiendo las cosas que podía hacer por los isleños.
Por lo que en una de sus aventuras, cuando a sus oídos llegó la historia de la inmortalidad que brindaba el corazón del océano, no dudó en tomar el anzuelo que fue obsequiado por su abuela y lanzarse al mar convertido en una bestia marina capaz de llegar al codiciado corazón.
La inmortalidad llegó a Kai, pero durante cientos de años fue seguido por las consecuencias dadas por enfurecer a los dioses. Todo esto llevó al semidios a esconderse a un lugar en donde ni siquiera el más astuto dios pudiera encontrarlo.
Pero gracias a esto, cada creación del semidios sería víctima del egoísmo de Kai.
Siendo las islas que emergió del mar con su anzuelo mágico el primer objeto de la furia de las deidades.
La profecía cuenta que un día se desataría el inevitable destino que terminaría con cada cosa que el semidios del viento y el océano tocó.
El llanto de un niño llamó la atención del bronceado hombre que no dudó en acercarse a él con un semblante acusatorio.
"¿Qué le estás diciendo a los niños, Kyungsoo?"
El mencionado observó al mayor sin expresión que pueda delatar su cometido. No consideraba que estuviera haciendo algo que no debía, pero era exactamente lo que pasaba.
"Les estaba contando la historia de nuestra isla. Como usted dice, educar a los niños con nuestra historia nos traerá prosperidad." alzó ambos pulgares, junto a una rígida sonrisa poco convencional, aunque sabía que si realmente le ponía esfuerzo, sería el doble de sospechoso; giró hacia los niños, lanzando una mirada fugaz al niño llorón que en ese momento era consolado en brazos de su madre "¿Verdad, niños?"
"Solo nos está contando la historia de nuestra isla"
"Y la historia de Kai." Kyungsoo lo señaló, mirando al líder de la isla, y probando su falsa inocencia.
"Y de nuestra pronta extinción." concluyó otro niño, con una sonrisa extendiéndose en sus labios, con la satisfacción de haber ayudado a su mentor.
Kyungsoo observó al pequeño desconcertado, y negó despidiéndose de su salida rápida. Sus ojos bailaron rehuyendo la mirada del mayor, buscando salir de allí para evitar volver a tener esa conversación con su padre.
Tal vez no fue la mejor idea tratar con niños menores de ocho años, no había tenido problema con los de diez.
Entendió que a veces no era bueno ser tan codicioso.
Repasó la mirada entre los mantos que colgaban a los alrededores, tejidos por las manos más hábiles de la isla que ahora lo miraban reprobatoriamente, y donde detalladamente estaba plasmada la historia de la creación de su isla.
Bueno, casi toda. La que debía ser mostrada para no generar pánico.
"Nadie va a extinguirse." calmó el señor, aunque ninguno de los niños se inmuto.
"Aún."
Kyungsoo se mordió la lengua, negando ligeramente.
"Hijo, sígueme." ordenó el mayor, pretendiendo no haber escuchado lo último.
"Padre, tengo cosas que hacer."
"Las harás después de hablar conmigo." concluyó su padre, lanzándole una última mirada, antes de emprender camino a la zona central de la isla.
Sin más remedio, Kyungsoo siguió la espalda de su padre mientras este saludaba a los miembros de la isla, reconociendo a su gente y reconociéndose a sí mismo; pocos notaban su presencia, o simplemente pasaban del muchacho que arrastraba los pies mientras veía con desinterés la arena hundiéndose bajo su propio peso.
Cerró los ojos con pesar, escuchando los canticos de las aves volando en dirección a su hogar y los volvió a abrir cuando escuchó los pasos del mayor detenerse.
Los tonos rojizos de la puesta de sol tocando el océano capturaron su vista, y el bullicio de su gente dándole bienvenida al atardecer de ese día.
Como era costumbre, los isleños solían sentarse a las orillas, esperando la llegada de las embarcaciones.
Cuando la voz de sus progenitor llegó a sus oídos, no se molestó en perder la vista del mar.
Estaba exhausto.
"¿Por qué lo sigues haciendo? Me estás causando problemas."
"No me agrada la idea de vivir entre gente ignorante."
"Y sigues aquí." Kyungsoo alzó rápidamente la mirada hacia su padre, quien solo veía el firmamento cambiando en tonalidades cálidas con la serenidad de un hombre que ha vivido muchos años. A veces, más de las que quería, solía verlo cansado de estar ahí "Eres libre de emprender tu propio camino, hijo."
No era la primera vez que el mayor soltaba esas palabras, pero si eran injustas considerando su condición.
"Lo hago por nuestra isla." Vio al mayor negar, con una sonrisa que a penas llegaba a sus ojos.
"Lo haces por tu madre."
No se molestó en negarlo.
"Ella no hubiese querido esto para ellos." relamió sus labios, juntando sus cejas con notoria molestia "Si estuviera aquí seguiríamos creando consciencia a nuestra isla, pero la dejaste morir como una charlatana."
"Kyungsoo, la ignorancia a veces-"
"La ignorancia logrará que esta isla se apague." concluyó, regresando a un silencio que utilizó para contemplar el cielo, la oscuridad saludando violentamente en compañía de brillantes estrellas que tomaban lugar en el cielo. "Tus hijos también lo hicieron de lado y prefirieron dejar que el nombre de su madre se manche. Ella... ella estaría decepcionada de ver que lo que estaban costruyendo se haya venido abajo."
El silencio del hombre le dio razón, o al menos eso quería creer.
La constelación de Kai resaltaba en la bienvenida noche, luciéndose imponentemente frente a las estrellas y siendo adorada por la gente que desconocía de sus orígenes.
Casi ninguno sabía del por qué existía tal constelación.
Y su madre no le había enseñado sobre cada una de los historias del océano, para entretenerlo de niño o para conformarse a ser espectador de la condena que cada día se aproximaba.
En la isla lo conocían como el loco hijo del líder que hablaba únicamente del apocalipsis que llegaría cuando menos lo esperaran, y no los culpaba, ¿Quién no se asustaría de un chico que hablaba de profecías que solo generaban pánico en los niños? ¿Pero qué más podía hacer después de haber crecido viendo a su familia construyendo un futuro para su isla que terminó en el olvido con la repentina muerte de su madre?
"La aldea no ha tenido inconvenientes, Kyungsoo."
Un suspiro dejó sus labios, conociendo que no llegaría a ningún lado con su progenitor.
Siempre era lo mismo. Desde que ella no está, las cosas eran de esa manera.
Con una leve inclinación al mayor, se encaminó al lado opuesto de donde vio que se aproximaban los barcos que traerían la pesca de los próximos días.
Pasó entre las personas de su isla yendo en dirección contraria a la suya, sus ojos llegaron a capturar miradas anhelantes, miradas en busca de un reencuentro y otras llenas de admiración con deseos de estar en un futuro en su lugar.
A veces tenía el deseo de poder vivir como cualquier otro isleño, con el sueño de aventurarse y navegar el océano, pero era un sueño que ya no le pertenecía; y terminaba siendo un recuerdo que en su niñez se vio desplazado cuando sus ojos cayeron en la determinación de su padre y la esperanza en los ojos de su madre.
Era una lástima que su deseo no se viera a simple vista como el de un isleño.
Echándole un último vistazo a las embaracaciones, solo se encogió de hombros, para continuar su camino.
Sus dos hermanos estaban a punto de llegar; el mayor ya estaba casado y hace poco tiempo su cuñada había dado a luz a una niña. Se suponía que debía estar al lado de su esposa durante un periodo como cualquier otro isleño en su situación, pero Minho siempre velaba por el bienestar de la isla. Era un líder desde pequeño, y al ser el sucesor de su padre no podía descuidar a su pueblo. Sabía que dejaba en buenas manos a su esposa, según sus palabras. Pues cada vez que salía, lograba encontrarlo en la cima de alguna colina para decirle que cuide de ella, y a pesar de que él no mantuviera una buena relación con sus hermanos desde la muerte de su madre, no podía negarse cuando Minho lo miraba como si todo estuviera bien, como si en el fondo él seguiera siendo el chico que creía en las historias de su madre.
Kyungsoo no podía culparlo porque no fuera su respaldo cuando confrontaba a su padre, pero si podía alejarse de ese prometedor futuro incierto en el que tal vez, solo tal vez, Minho al tomar el mando sea consciente de las palabras de su madre.
Mientras caminaba por la superficie rocosa en busca de soledad, acarició el tatuaje que se dejaba ver al final del hueso de su cadera y que se perdía en ella.
Sintió un ligero cosquilleo.
Una medusa se lucía majestuosamente grabada en su piel desde el día en que su madre murió y se hizo una con el mar.
Volvió a repasar el tatuaje con nostalgia. Hasta que una voz interrumpió el pequeño momento.
"Bialy, ¿Qué haces por aquí?" giró la cabeza, encontrándose con la mirada curiosa del hermano de uno de niños que vio momentos atrás.
Ignorando la manera en cómo lo llamó, siguió su camino, escuchando pasos atrás suyo.
"¿No deberías haber salido a pescar?" preguntó sin interés, conociendo que Chanyeol no lo iba a dejar tan fácilmente.
"Desperté tarde ese día y me quedé con mi madre a tejer cestos." Kyungsoo se detuvo, regresándose a mirarlo.
"¿Y tu padre está bien con ello?"
El alto se encogió de hombros. "Ya se dio cuenta que le soy más útil así, que trayendo cestos vacíos. Aún así quiso que me quedara en casa hasta que llegara la embarcación."
El más alto espero alguna expresión lastimera, pero tan bien como lo conocía, no hubo respuesta a su revelación.
El pálido asintió, siguiendo su camino.
"Me alegro por ti."
Kyungsoo casi podía sentir la sonrisa sarcástica a sus espaldas.
"Si, claro. Tú no te alegras por nadie, Bialy" con una clara negativa, estuvo a punto de responder a eso cuando el repentino bullicio en la isla lo interrumpió, extrañando a ambos. "¿Qué pasó?"
El ruido provenía de donde había venido.
Ambos se miraron por un segundo, antes de ver al mayor dirigirse con dificultad por el alto de las hojas por donde habían venido sin esperar una respuesta, Kyungsoo se quedó quieto en su lugar decidiéndose entre dejarlo pasar o seguirlo.
Chanyeol por lo menos tenía a alguien que esperar.
Bufó, luego de dos segundos.
Él tenía a dos molestos hermanos.
Con intenciones de seguir el ruido junto a el contrario, y reconociendo su preocupación, solo pudo avanzar un par de pasos, cuando en uno de ellos no hubo una superficie rocosa estable en donde pisar; sintió su cuerpo perder el equilibrio y un vacío llevándoselo abajo. Estiró los brazos buscando un soporte que hiciera la caída menos dura, pero el escombro de hojas caídas fue de poca ayuda cuando la humedad en sus pies llegó a él y lo alarmó, obligándolo a cerrar los ojos involuntariamente.
El sonido de sus palpitaciones llegar a sus oídos podía llegar a ser exagerado, pero no para él.
El sonido de su cuerpo impactar con el agua lo estremeció vergonzosamente
El eco de del agua caer en la misma segundos después lo hizo abrir los ojos, y la oscuridad invadió su vista. El agua solo llegaba hasta su pecho, pero las intenciones de salir de ahí no por eso eran menores. Alzó la vista, vislumbrando el hueco por donde había caído, percatándose que la noche era más notoria y que Chanyeol ni siquiera había notado su ausencia.
"Bueno, tampoco es como si fuera sorpresa" balbuceó, caminando pesadamente entre la oscuridad, buscando una salida, tratando de no entrar en pánico.
No avanzó demasiado desde donde había caído por la profundidad a la que llevaba el agua cuando iba más lejos, y no intentó buscar ayuda gritando por si lo escuchaban. El bullicio llegaba a las paredes de la desconocida cueva, no podrían escucharlo aunque se quitara la vergüenza de encima como para hacerlo. Pero pensó que fuera lo que estuviera pasando en la superficie, debía ser algo grave.
Mordió sus labios con nerviosismo, tocando su tatuaje sin darse cuenta.
Un gritó quedó atrapado en su garganta cuando un grupo de medusas pasó a su lado, nadando y alumbrando su camino, esquivándolo a su paso. Se encogió en su sitio sin salir de su estupor, con un recordatorio en mente.
Las medusas son hermosas, pero jamás las toques.
Al ver que estas no dejaban de pasar a su lado, avanzó con miedo a que alguna pudiera tocarlo por detrás. Sus ojos bailaron en la cueva rocosa, en busca de una salida y evitando que la ansiedad creciera por el mar subiendo en su pecho.
Casi se detiene al ver grabadas las piedras de las paredes de la cueva, no estaba lo suficientemente alumbrado como para descifrar la historia que contaban, pero podía identificar el estilo de su gente grabada en piedra como en los mantos con los que había crecido a lo largo de su vida, gracias a las naturalmente brillantes medusas.
A penas pudo reconocer la distintiva manera en la que solían dibujar a Kai y a su lado, una vela señalando la constelación que tenía la forma de su anzuelo mágico.
Sin prestarle mucha atención, continuó caminando, sin dejar de tener cuidado con las medusas, pero siguiéndolas sin otra opción. Segundos después se rindió al tratar de ver lo que decían las paredes al escuchar el sonido de las olas llegar a las orillas de la isla. Alzó la vista al frente.
Agudizó su visión y reconoció a la luz de la luna siendo reflejada en las olas del mar.
Casi suelta un jadeo de alivio.
Pronto, las medusas le abrieron paso y él aprovecho en nadar torpemente fuera de la cueva. Regresó su vista, buscando alguna roca a la cual treparse. Y al hallar una, se apresuró a subir.
Se sentó cuando vio una estable, y un suspiro escapó de sus labios, cayendo en cuenta de que la ansiedad lo obligó a retener el aire. Se encogió en su sitio cuando una ligera ventisca de aire llegó a su pecho desnudo. Su derecha cubrió su único tatuaje, y sintió su vista nublarse con la incómoda sensación que lo transportba a recuerdos que deseaba olvidar.
Estaba temblando.
"¿Dónde estás?"
"Entonces, ¿Cuándo sea más grande podré tener un grabado como el tuyo, mamá?"
La dulce mirada de la mujer lo recibió junto a una sonrisa "Por supuesto, mi cielo."
"¿Y no me lo puedo hacer cuando lleguemos a la isla?" insistió el niño de doce años.
La mujer lanzó una mirada a su esposo, quien se encogió de hombros con una mirada llena de complicidad hacia su menor hijo. "No hay una edad exacta para grabarnos el océano. Solo lo haces cuando te sientes listo."
Los grandes ojos del niño bailaron entre sus padres.
"Estoy bastante listo."
"¿Y quieres un grabado como el mío?" preguntó su madre, sin darle muchas vueltas al capricho de su hijo. Sacó un mango de uno de los cestos y se lo tendió.
"Sí, el de papá no me gusta." murmuró recibiendo la fruta.
La risa femenina llegó a sus oídos. "No era necesario insultar el mal gusto de tu padre, mi cielo."
"Los estoy escuchando." recordó el mayor, dirigiendo el velero en el que habían salido.
"Tu mantarraya es encantadora." comentó su esposa.
"Ya lo sé."
El niño rio cuando vio a su madre entornar los ojos, Kyungsoo recostó su cabeza en las piernas de esta como el niño engreído que era, observó las facciones de su madre y se adormeció cuando la mujer acarició su cabello, tarareando una de las canciones originarias de su isla.
La sonrisa plasmada en el rostro de la mayor fue su última vista, antes de caer en un profundo sueño junto al sonido de las olas, meciendo el velero.
Vagos recuerdos del velero siendo volcado llegaron a su mente, la sensación asfixiante llegando a sus pulmones mientras su rostro era azotado por las olas y el agua salada golpeaba su garganta con un ligero sabor metálico.
Se estremeció con el recuerdo, observando el cielo en consuelo.
¿Ella estaría ahí?¿O se habrá hecho realmente una con el océano?
En el azul del cielo nocturno se lucía la constelación de Kai, brillando majestuosamente desde los más alto, resplandeciendo únicamente frente a el firmamento de sus islas.
La conversación con su padre abarcó sus pensamientos junto a la familiar sensación de soledad , no era la primera vez que su padre iba en contra de lo que él decía, se había vuelto algo habitual desde que su madre murió.
Cuando hizo el amago de levantarse, un repentino temblor sacudió la isla bajo sus pies, alertándolo al ver la marea subir.
Kyungsoo se aferró a la roca que lo mantenía en la superficie, y cerró fuertemente los ojos hasta que el movimiento cesó minutos después.
No escuchó el sonidos de las hojas a sus espaldas meciendose por el viento, pero si logró escuchar la voz de Chanyeol llamar su nombre.
Abrió los ojos, aún abrumado con la situación. Alcanzó el par de ojos contrarios mirándolo extrañado, y perdiendo la vergüenza, estiro el brazo buscando su ayuda, notando como su mano seguía temblando.
El más alto lo tomó torpemente, enarcando una ceja cuando Kyungsoo lo soltó a penas tocó la arena.
"¿Gracias?"
"¿Qué fue lo que pasó?" respondió a cambio sin mirarlo, cruzando sus brazos para pretender que no estaba temblando como un niño.
Los ojos de Chanyeol bailaron inquietos, ignorando su comportamiento "Llegó la embarcación hace un rato, y parece que las cosas no han ido muy bien."
"Estamos en temporada, ¿Qué clase de mal chiste contó mi hermano esta vez para que le crean?"
El silencio entre los dos se hizo presente. Kyungsoo caminó cuando vio la marea subir, y tiró del más alto para que se moviera.
La sonrisa burlona en su rostro había desaparecido al ver la cara del más alto.
Y cuando vio que Chanyeol se rehusaba a mirarlo, se preocupó "Chanyeol, ¿Qué pasó?"
"Es que ese no es el principal problema." el más bajo lo miró , volviendo a cruzar los brazos en su pecho, esperando a que continuara.
"¿Podrías dejar de hacerte el interesante?"
"¿Crees que es fácil decirlo, Bialy?"
Kyungsoo bufó exasperado por el estúpido apodo.
"¿Estás jugando ahora mismo?" empujó su pecho con uno de sus dedos, mirándolo furioso. "Nunca puedes tomar las cosas en serio, ¿Por qué estás aquí en primer lugar?"
"Minho no regresó, Kyungsoo."
La mirada del mencionado se suavizó cuando escuchó el nombre de su hermano "¿Qué?"
Chanyeol lo miró angustiado, y desvió la vista a la arena bajo sus pies.
"Cuando vi que no me seguías, iba a regresar, pero logré ver a la esposa de Minho llorando y a tu padre a su lado, así que me acerqué creyendo que solo era cuestión de tiempo para que estuvieras qhí. Mi padre dijo que no habían pescado lo suficiente para los próximos días, así que Minho prefirió explorar más a fondo. Ni siquiera habían llenado un cuarto de uno de los cestos. El océano era violento, pero aún así Minho y Yunho quisieron arriesgarse. En un movimiento brusco con la red, tu hermano cayó al mar y no pudieron hacer mucho porque la embarcación se movía demasiado. Yun se lanzó al mar para buscarlo, pero salió sin él, no lo había podido encontrar." al terminar de relatar lo que había escuchado de la gente de la isla antes de ir en busca del más bajo, Chanyeol se atrevió a mirar el desencajado semblante de Kyungsoo.
Tomó su hombro, logrando que el pálido lo observara por un segundo, antes sentir como su mano era apartada con negación, Kyungsoo ni siquiera lo miró dr regreso, antes de girarse en dirección a la isla.
Sin detenerse a mirar si el más alto lo seguía, Kyungsoo tomó su camino a paso apresurado, sintiendo un nudo en su garganta subiendo lentamente y humedeciendo sus ojos.
Cuando divisó las antorchas, trotó con la esperanza que solo fuera un chiste de muy mal gusto de parte de Chanyeol.
"¡Papá!" gritó cuando vio al mayor observando a su cuñada arodillada en la arena, sosteniendo a su bebé en brazos, que no dejaba de llorar por el estado de su madre
Cuando su progenitor alzó la mirada en su dirección, desmoronó la poca esperanza que había terminado con su cuerpo en brazos de su padre, buscando consuelo.
Envolvió sus brazos alrededor del mayor, rehuyendo a la idea de otra pérdida más. Una creciente ansiedad los hizo apretar el cuerpo de su padre con temor. El sentimiento de angustia albergaba cada parte de su cuerpo lentamente, trayendo de vuelta la sensación de aquella tarde en la que despertó entre los chamanes de la isla, sin encontrar a su madre. La desesperación de no haber hecho nada, lo inesperado de las cosas, estaba perdiendo su sangre una vez más.
"Dime que no es cierto." escuchó el lamento de su cuñada a su lado, y negó sin despegar la cabeza del pecho de su padre.
Afirmó el agarre, con miedo a que desaparezca.
Cerró los ojos con fuerza, sintiendo a su padre palmear su cabeza. Su respiración era pausada contra su cabeza, él hombre estaba conteniendo su dolor.
"Padre, mañana iré en una vela a buscarlo, debe de estar cerca." la voz de Yunho llegó a sus oídos, obligándolo a mirarlo cuando su padre tomó su brazo.
"Te acompaño." balbuceó Kyungsoo, mirando a su hermano por primera vez.
Era con el que menos se llevaba. Nunca había tenido una buena relación con Yunho, y lo reafirmaba la mirada que le lanzó.
"¿Tú?" el mayor lo miró de pies a cabeza y negó "Ni siquiera puedes tocar el agua sin asustarte."
Los murmuros a su alrededor no se hicieron esperar.
"Y tú sabiendo nadar no pudiste encontrar a Minho." atacó, cayendo en el juego de su hermano.
El mayor se acercó en advertencia "Cuida tus palabras, esto no estaría pasando si hicieras tu parte."
Kyungsoo alzó la cabeza, aguantando la mirada enfurecida de su hermano. "Y al parecer tú no la haces bien." ambas manos del mayor lo empujaron por el pecho, logrando que cayera a los pies de su padre.
Apretó su mandíbula, callándose y sin quitarle los ojos de encima.
"Yunho, aprende a controlar tu ira." demandó el mayor.
"Él no irá conmigo."
"Iré por mi cuenta."
"Ninguno de los dos irá." cortó, soltando un largo suspiro "No los expondré más, si hay alguien que conoce el mar es Minho. Y si él no está... muerto, entonces sabrá regresar a casa."
Kyungsoo se levantó, enfrentándose a su padre "Estás renunciando a tu hijo."
"Kyungsoo..."
"Así como renunciaste a mamá" murmuró, solo para que el mayor lo escuchara.
"No pongas palabras en mi boca."
"¡Es tu hijo!" alzó la voz, viendo el destello de enojo en los ojos de su padre.
"¡Y ustedes también lo son! ¡No seas testarudo, no los voy a perder a ustedes también!"
El gritó resonó en su cabeza, intimidándolo. Se sentía pequeño bajo la mirada del mayor, pero cuando vio sus ojos brillantes reteniendo lo que realmente sentía, Kyungsoo prefirió callar.
Jamás entendería la posición de un líder, pero tampoco quería hacerlo.
Por lo que apretando sus puños, se giró sobre sus talones alejándose del círculo que se había formado. Ignorando los llamados de su padre, siguió avanzando renunciando a seguir con esa conversación, conociendo el camino por el que iba.
Horas atrás su padre le había dicho que era libre de partir, y si creía que no lo haría por su temor al mar después de la muerte de su madre, lo haría por la esperanza de encontrar a su hermano.
No había rastro de Minho, y no iba a esperar a que el océano lo traiga sin vida.
Se escabulló entre las palmeras cuando sintió que lo seguían, y se esperó a que el sonido de las hojas moviéndose sea lo suficientemente lejano para seguir el sonido del mar atrayendo su atención con el relajante sonido, como si estuviera llamándolo.
Aprovechó la ligereza de su cuerpo para no hacer ruido en caso de que siguieran cerca y corrió sintiendo cada vez menos la superficie rocosa bajo sus pies; pequeñas piedras lo hincaban a su paso, pero solo lo incitaban a correr más rápido ante la realidad de esa fría noche.
Llegó a la orilla, reconociendo el lugar en donde había terminado tras haber caído entre el tumulto de hojas y observó el cielo, dejándose atraer por las estrellas que acompañaban a la Luna.
Se subió a una de las rocas con la adrenalina corriendo en su sangre, y ensimismado por los destellos de la constelación de Kai luciéndose en el oscuro cielo, se dejo encantar, como si encontrara alguna respuesta en ella.
El temor de subirse a la inestable superficie se hizo a un lado; podía sentir gotas del mar llegar a sus piernas por la marea alta, pero lo único que tenía su atención era el llamado de aquella constelación.
"¡Kyungsoo!" el grito a sus espaldas lo hizo saltar en su lugar, logrando que resbale sin tener oportunidad de sostenerse.
El sonido del mar recibiéndolo y el agudo pitido en sus oídos cuando su cabeza golpeó una de las rocas, lo incapacitó de sostenerse bien sobre sus brazos. Observó la desenfocada silueta de Chanyeol correr hacia a él antes de caer inconsciente.
La asfixiante sensación llenando sus pulmones repentinamente lo alteró, llevándolo a mover sus brazos cuando reconoció el azul de mar envolviéndolo, nadó lo más rápido que sus brazos le permitieron hacia la superficie. Cuando la luz solar lo atacó, soltó una bocanada de aire, acostumbrando su visión y tratando de descubrir en donde se encontraba..
Una paz se asentó en su pecho cuando divisó una pequeña isla a unos metros.
Y como si el mar lo llevara hacia él, llegó rápidamente a esa desconocida isla.
La arena era blanca y cálida bajo sus pies, el sol no se sentía abrumador y él no tenía miedo.
No se sentía real.
Un azuelo estaba incrustado en medio de la pequeña isla. Se acercó, extrañado ante lo desconocido y familiar que le parecía.
"Es de-"
"Kai" la melodiosa voz a sus espaldas lo hizo girar incrédulo.
"Mamá" a penas pronunció.
"Me encontraste, mi pequeño." la mujer le sonreía mientras se acercaba a él con parsimonia. La ligera brisa ondulaba su larga cabellera que era sostenida únicamente por una corona de flores tropicales.
Y aunque Kyungsoo tuviera la intención de moverse hacia su madre, había algo que se lo impedía.
"Has crecido, Kyungsoo."
El menor de sus hijos parpadeó como si no creyera lo que estaba pasando "Mamá, Minho-"
"Debes encontrarlo"
Kyungsoo asintió decidido.
"Lo sé, papá creía que-"
"Debes encontrar a Kai..."
Kyungsoo alzó la mirada sin entender la petición de su madre.
"Mamá, pero Minho..." calló una vez vio la sonrisa tranquilizadora de su madre, tragó saliva "¿Él está bien, verdad?"
Y sin responder la pregunta de su hijo, señaló el anzuelo "Sigue la constelación y salva a tu isla."
Antes de poder decir algo más, la imagen de su madre se hizo difusa a sus ojos. Pudo ver una sonrisa acorazonada como última visión clara, antes de sentir como el mar tiraba de él de vuelta al océano.
"Líder, le juro que yo no le hice nada, él se cayó y yo ¡Bialy, despertaste!" gritó Chanyeol, palmeando su mejilla un par de veces, antes de que él la apartara bruscamente con su mano. Agudizó la vista, sintiendo un dolor punzante en su cabeza, y viendo en primer plano el rostro preocupado del alto.
"¿Por qué siempre gritas?" frunció ambas cejas, reconociendo a su padre a un par de metros de pie.
Le dio una fugaz mirada, antes de llevar su atención al chico a su lado.
"Creí que te matarías." el más alto lo ayudó a sentarse, brindándole un recipiente con agua de alguna hierba.
"Casi me matas, es un hecho." bebió del cuenco de madera bajo su mirada "No me mires, me incomodas."
Chanyeol soltó un suspiro cansado, alcanzando alargadas hojas de una pequeña mesa a su lado y comenzando a enredarlas hábilmente. Después de un par de segundos intentando descifrar qué era lo que estaba haciendo el alto, el más bajo recordó a las señoras de la isla tejiendo.
"No se te da mal."
"Muy gracioso." escuchó su chasquido en respuesta y sonrió divertido.
"No es que te quiera botar...Pero, ¿Por qué no te vas?"
El alto de orejas graciosas señaló con el mentón a su padre, sin quitarle la vista a su tejido. Creyó ver la punta de su lengua asomarse en concentración.
Kyungsoo lo observó esperando alguna respuesta más, y sin explicación alguna, su padre salió de la tienda en donde estaban "¿Qué fue eso?"
"Creo que deberías hablar con él." mencionó. "Tampoco estoy muy contento con la idea de estar detrás tuyo."
"¿Qué?"
"¿Puedes parar?"
El sonido de la rama seca que había escuchado romperse a sus espaldas, fue solo aviso para que el alto termine por sentarse a su lado.
"No dije que pudieras sentarte a mi lado."
"¿No puedes quedarte quieto por un momento?" la pregunta que sonó a queja provocó un bufido en él.
"Solo no hagas lo que diga mi padre, no es como si dejara de ser el loco de la isla solo porque me sigas." murmuró Kyungsoo, observando el agua cristalina cubrir sus pies.
Los últimos días habían sido más silenciosos desde la desaparición de su hermano. Yunho el día siguiente había terminado por ir en su vela a buscar rastro de Minho, regresando con un oscurecido semblante en el helado atardecer. Después del sueño de su madre, una parte de él se había calmado considerablemente con el tema de Minho, como si fuera real, y su mente había estado vagando en sus palabras.
Tenía que buscar a Kai.
No sabía por donde empezar, y a pesar de que le frustraba que Chanyeol lo siguiera como una sombra, no había manera de que el contrario entendiera o creyera en lo que estaba haciendo. Ni siquiera él entendía lo que hacía; cada mañana al despertarse tomaba el libro de las historias que le contaba su mamá, y lo leía en busca de información que se le hubiera pasado, luego de ello iba a las orillas de la playa y veía a los navegadores preparando las embarcaciones y velas, estaba siendo consciente de las palabras de su madre de esa manera, los hombres salían desde muy temprano a pescar, regresando cada vez con menos peces.
¿Él océano finalmente los estaba castigando?
Kyungsoo tenía miedo.
Se sentía solo, se sentía débil por temerle al mar y seguir atrasando los deseos de su madre.
¿Leer los libros de su madre para comprobar si algo se le pasaba? Él sabía lo suficiente.
Sabía como su isla había sido maldecida cuando Kai interfirió con la naturaleza y robó el corazón del océano, sabía que el semidios que veía a todos por encima de su hombro había terminado por huir cuando los dioses de la naturaleza y males del océano fueron tras él en busca de él o el corazón.
Y luego estaba él que tenía que buscarlo para salvar a su pequeña isla.
¿Y qué debía hacer realmente para salvarla? Aún no entendía por qué en su sueño estaba el anzuelo del semidios.
"¿Qué estás viendo, Bialy?"
Kyungsoo lo miró fastidiado, terminando por señalar la minúscula isla que estaba frente a la suya. No era habitada por nadie, y dudaba que fuera posible. Era demasiado pequeña.
"Allá te voy a llevar si sigues haciendo tantas preguntas."
Escuchó la risa grave de Chanyeol interrumpir el relajante sonido de las olas llegar a la orilla y frunció los labios salpicándole agua con su pie. El alto volvió a reír, negando hacia él.
"¿Qué estás planeando, Kyungsoo?" preguntó un momento después.
El bajo no lo miró de vuelta, viendo el atardecer llegar a la isla.
"Nada."
"Estás planeando algo, ves."
"¿Por qué llegaste a esa estúpida conclusión?" preguntó, irritado.
Chanyeol soltó un pesado suspiro, antes de responder.
"Cuando supiste lo de tu hermano te alteraste y enfrentaste a tu padre frente a toda la isla. El que ahora no hagas nada ya de por sí, muy sospechoso."
Kyungsoo estiró la comisura de sus labios, sin que su sonrisa llegue a sus ojos.
Podía estar más tranquilo respecto al tema de Minho después de su sueño, pero una parte de él sabía podía haber sido uno cualquiera y que había la posibilidad de que realmente su hermano ya no esté con ellos. Existía esa inquietud latente en su pecho que crecía cada vez que dudaba de sí mismo, pero Kyungsoo prefería aferrarse al primer sueño que tenía con su madre después de su muerte, porque para él debía de significar algo.
"¿Qué te intriga? Estás hablando con el loco de la isla."
"Solo dímelo."
Kyungsoo asintió, sabiendo que Chanyeol no lo tomaría en serio.
"Buscaré a Kai." soltó finalmente.
"¿Qué?"
"Kai" repitió, observando el semblante indescifrable del alto "Ya sabes, semidios del viento y del océano, el creador de esta isla, el que separó el cielo de la tierra, el que atrapó al sol con-"
"Si se quien es Kai, Kyungsoo." detuvo con su mano al frente. "¿Hablas en serio?"
"¿Por qué no lo haría?" se encogió de hombros.
"Tu hermano está desaparecido, ¿Y tú quieres buscar a Kai?"
El más bajo sonrió en respuesta, parándose cuando dio por finalizada la conversación. Vio el semblante desencajado de Chanyeol y se despidió, dándole un último vistazo a la constelación que se alzaba en el cielo.
Kyungsoo no esperó encontrar a su padre en la entrada de su vivienda de camino a ella.
Desde su posición sintió lástima por él, la espalda del líder de la isla cargaba el peso del bienestar de su pueblo, pero esa misma espalda cargaba con la perdida de un hijo y la ausencia de su esposa. El más bajo no entendía el sacrificio que lo ponía como líder al limitarlo de hacer ciertas cosas, pero tampoco quería detenerse a hacerlo.
Esa posición jamás sería para él y estaba bien con ello.
"Yunho aún no regresa a casa." mencionó el mayor cuando lo vio llegar.
"Ya debe de estar por venir." respondió, capturando la mirada angustiada del hombre mayor.
Y lo entendía.
Yunho podía ser tan impulsivo como él.
"Deberías descansar." recomendó, pasando a su lado.
Tomaría tiempo para que su hermano regrese
"Es lo que más quisiera hacer." lo oyó murmurar.
Kyungsoo detuvo sus pasos, volteando a ver la espalda encorvada de su padre. Vio el grabado de la mantarraya que cubría su hombro y negó sin saber qué hacer.
Deseó poder retroceder el tiempo, cuando el sol calentaba sus sonrisas y él desde la espalda de su padre observaba el océano, mientras escuchaba el canto de su madre.
¿En qué momento las cosas se habían vuelto de esa manera?
"Soñé con mamá" intentó alejar esos pensamientos que llegaron a golpearlo. Odiaba oír esa clase de comentarios "Me dijo que Minho estaba bien."
Si lo decía de esa manera sonaba poco convencional, pero de igual manera no importaba. Lo más probable es que su padre también crea que está loco.
Sin ver el rostro del mayor, se sentó en una superficie de madera cerca de la entrada. Su hogar estaba a lo alto de una colina, entre vegetación y árboles, por lo que desde ahí se podía apreciar el cielo y el espectáculo de su infinidad.
Y la vio ahí de nuevo.
Y por alguna razón no podía dejar de verla.
"No se a qué se refería con ello, pero confío en su palabra." continuó hablando, sintiendo como el mayor se sentó a su lado "Es la primera vez que sueño con ella desde ese día, así que debe significar algo."
Desde esa altura podía ver como las antorchas en otras casas eran apagadas, Yunho debía llegar pronto.
"¿Recuerdas su voz?"
La voz rasposa de su padre lo obligó a mirarlo. La curiosidad de lo que diría de su madre estaba reflejado en sus ojos.
El mayor levantó el brazo, señalando el cielo. "A veces la escucho cuando las olas rompen, o cuando del cielo está así de hermoso."
Los dedos se encogieron en el aire, como si hubiesen tomado un trozo de cielo. Una parte de ella.
Ver de esa manera a su padre desarmaba algo en él. Recuerda que el mayor soñaba como su madre, con la esperanza de que la isla no viviera bajo una historia escrita previa en un futuro, iba de la mano con ella y caminaban uno al lado del otro; planeando un alentador futuro para isla. Hasta que él fatídico día llegó y arrebató lo más hermoso que sus manos habían tenido, y se llevó consigo ese brillo de viveza que solía ver a diario. Su padre solo estaba viviendo el día a día, había hecho a un lado ese sueño, recordando a la compañera que no regresaría más.
Kyungsoo no entendía cuánto podía afectarte la perdida de tu compañero de vida, jamás había tenido alguna experiencia amorosa cercana. Pero creía que si fuera él, cumpliría con el sueño por ambos. Porque no era un sueño egoísta, podría salvar gente, y Kyungsoo a pesar de ser juzgado por no ser como los demás habitantes de su isla, amaba a la gente de su pueblo.
Y quería que ellos fueran de libres de vivir como lo haría cualquier otra isla, sin preocuparse porque no hubieran peces, o porque las semillas no florecieran.
"¿Sigues soñando por el futuro de la isla?"
"Siempre buscaré el bienestar de la isla, padre." respondió claro, sin titubear.
"Eres igual a ella." sonrió, viendo el grabado que tenía alrededor de su brazo derecho. Una especie de banda fue tatuada el día en que el mayor se volvió líder "Nunca creí ser merecedor de este grabado, hasta que conocí a tu madre. Creí que el destino la había traído a guiarme, para ser un verdadero líder. Amaba la manera en que hacía ver las cosas tan fácil, ella podía decirme que podíamos ir por Kai siguiendo su constelación y así mantener la armonía la isla, y yo me sentía capaz con ella a mi lado."
Kyungsoo parpadeó, volteando bruscamente cuando escuchó las palabras de su padre.
En ninguna de las historias de su madre le contaba sobre cómo llegar a Kai.
Era lo que le faltaba.
Por eso ella quería que siguiera su constelación.
Vio la abrumadora constelación con ojos determinados, y regresó su mirada a su padre.
Le diría.
"Papá, yo-"
"Padre." la voz de Yunho llegando a casa, llamó la atención de ambos. Cuando su hermano mayor reparó la mirada en él, pareció sellar sus labios "Necesito hablar contigo."
Kyungsoo endureció su mirada dispuesto a salir de ahí, no tenía caso discutir con Yunho, hasta que vio un collar negro con un diente de tiburón amarrado en medio, descansando entre sus manos. Negó, señalándolo.
"Eso es de Minho"
Era de su hermano, él se lo había regalado cuando se casó.
Los ojos de su padre cayeron en el objeto.
"Lo encontramos hace poco a las orillas de la isla." sin poder observar la cara de su padre, Yunho informó sin quitarle la vista al objeto.
"¿No había nada más?"
El contrario negó, bajó la mirada incrédula de Kyungsoo.
"No puede ser posible, Minho aún puede estar bien" balbuceó.
"¿Debería entregárselo a mi cuñada?"
Su padre negó "Ya es tarde, creo que al amane-"
"¡No hablen como si Minho no estuviera vivo!" gritó agitado, interrumpiendo la conversación de los mayores. Miró a su padre con desespero "Papá, ¿Recuerdas lo que te dije? Mamá me dijo que-"
"¿Qué?"
"Tu hermano soñó con su madre y-"
El bufido de Yunho no se hizo esperar, cortándolo "Kyungsoo, ¿Podrías poner los pies sobre la tierra un momento? Ya no eres un mocoso, respeta la memoria de nuestra madre."
El menor buscó la mirada de su padre, negando cuando este la evitó.
Claro, las cosas no cambiarían con una conversación amena.
Por lo que no le importó abalanzarse contra su hermano, llevándolos a ambos al suelo. "¡¿Tú respetabas su memoria cuando dejabas que tus amigos se burlaran de ella?! No trates de tapar el sol con un dedo."
Yunho no tardó mucho en cambiar sus posiciones "¿Crees que ella quisiera verte estancado en un patético sueño que ni siquiera es tuyo? ¿Si quiera piensas por cuenta propia? Pisa tierra, mocoso."
"Nunca entendiste a mamá, eres demasiado egoísta." vio el puño del mayor alzarse, a lo que él alzó la cara, desafiante "Adelante, demuestra lo que eres, y el cómo tú si piensas por cuenta propia."
"Cállate."
"Cállate tú y golpéame." retó, sabiendo que el mayor no lo haría por el simple hecho de que estaba su padre ahí. Yunho se levantó del suelo, y él lo siguió, sacudiendo la tierra de sus rodillas "Siempre buscando su aprobación, ¿Quién vive para quién?"
Kyungsoo observó a su padre por el rabillo del ojo, y negó entrando a su hogar con una decisión en mente.
Al final de la noche, siempre estaba solo.
No sabe cuánto tiempo pasó observando la Luna, pero lo que si sabía era que su padre ya se había dormido.
Con cuidado de no hacer crujir la madera, Kyungsoo se acercó al mayor, guardando la imagen que lo acompañaría en su viaje.
Había tomado una decisión.
Tomó entre sus dedos, el collar que reposaba al lado de su padre y se lo colocó, echándole un vistazo rápido a su hermano, que dormía más allá, dándole la espalda.
Casi duda por un momento sobre lo que estaba por hacer, de nuevo. Pero el canto de las aves afuera lo alertó. No quedaba mucho tiempo para que los pescadores despertaran y se lo cruzaran robando una de las velas.
Sin voltear nuevamente, salió con seguridad, habiendo tomado un bolso de tela que contenía la comida que lo sustentaría por los siguientes días.
La brisa lo hacía encogerse mientras avanzaba, podía escuchar el mar descansar en la arena. Esperando por él.
Cuando llegó a una de las velas, guardó torpemente sus cosas. Sus manos temblaban, pero no por eso dejó de empujar la vela. Pero había algo que se le impedía seguir. Estaba usando todas sus fuerzas, pero la vela no se movía.
Parpadeó con frustración, desesperándose en algún punto.
"Kyungsoo, ¿Qué haces?"
"Chanyeol, no deberías estar aquí" el bajo volteó a ver al somnoliento chico que sostenía un manto a medio tejer.
"No puedes hacerlo en serio."
Cuando lo vio acercarse, empujó con frustración la vela. Sin éxito.
"¡No te acerques!"
Chanyeol solo estaba alterando sus nervios en ese momento, por lo que cuando sintió que los pasos del contrario no se detenían, lanzó un coco que sacó de su bolso.
"¡Kyungsoo!" el mencionado negó, sintiendo un nudo en su garganta.
"¡Déjame en paz!" el peso de su cuerpo cayó sobre sus rodillas, cuando sintió una mano en su hombro.
Sin poder detener sus sollozos, cubrió su rostro con ambas manos, mientras sus hombros se sacudían sin remedio. Estaba aterrado, pero no quería que el poco valor tenía se viniera abajo con más inseguridades. Trató de empujar a Chanyeol, y empujar la vela, pero el alto se negaba a ceder.
Solo quería que lo dejaran ir.
Miró los ojos del mayor con enojo y antes de que pudiera hacer algo, el suelo se sacudió bajó sus pies, remeciendo la isla bruscamente. El mar llegó a sus tobillos, y esa fue la señal para regresarse a la vela que ya se encontraba flotando sin obstáculos. La empujó aún más, lanzándose al mar cuando Chanyeol gritó su nombre de nuevo.
Kyungsoo subió a la vela agitado, girando y listo para lanzarle cosas al mayor en caso de que aún lo siguiera. Pero aún en el fuerte temblor que sacudía la isla, y alteraba los mares, la mirada de Chanyeol estaba puesta al este.
El más bajo observó sin entender, hasta que reconoció que era el lugar en donde la pequeña isla deshabitada se encontraba.
Y ya no estaba.
Giró a ver al alto que ahora si lo observaba de vuelta, y fue así por un largo momento, hasta que dejó de verlo al ser arrastrado por el mar cada vez más lejos. Un pensamiento llegó a su cabeza, mientras giraba a mirar el cielo.
La isla se estaba hundiendo.
Alzó la mano hacia la constelación para verificar si iba por el camino correcto.
La marea no subía, la isla se estaba hundiendo.
Vio su mano temblar y la recogió en su pecho, calmándose a sí mismo para después tomar el remo entre sus manos.
Realmente estaba pasando.
Su respiración se contrajo cuando el mar meció su vela.
Observó el oscuro mar siendo tan manso, arrastrándolo a un futuro incierto.
La historia cuenta que el surgimiento de las islas de Kai se dio cuando un día el semidios salió a pescar con sus hermanos y, cuando creyó haber capturado un enorme pez con su anzuelo, terminó levantando a cambio las islas que ahora tienen su nombre.
Un suspiro entrecortado escapó de sus labios al ver el posible futuro de su isla.
El océano no solamente pensaba dejarlos morir de hambre, sino que pensaba traer de vuelta al océano, la isla que fue creada por Kai.
Kyungsoo vio el sol asomarse en el inmenso mar que lo rodeaba, y remó ensimismado, y no dejó de remar.
Un chorro de agua chocar en su mejilla lo hizo salir de su estupor. Confundido, vio a su alrededor desorientando, abriendo los ojos cuando recordó que se encontraba solo en ese momento.
Miró el océano por unos segundos, negando ante la posibilidad de que hubiera sido él.
Siguió remando, hasta que sintió un remezón bajo él, provocando que la vela gire a otra dirección.
Un espantado Kyungsoo lanzó su único remo al mar, temiendo que haya sido obra de algún tiburón bajo la vela. Se levantó, extendiendo ambos brazos a la expectativa de que algún tiburón o bestia marina quiera atacarlo,
¿Será que su viaje terminaba ahí?
Pero cuando el mismo remo que había sido lanzado, regresó impactando fuertemente con su frente, el dolor en su cabeza pudo más que el miedo respecto a quién estaba perturbando su calma.
Kyungsoo sobó su frente con un puchero en sus labios, viendo como el mar se alzaba en una forma extraña, señalando el cielo, que con el amanecer casi incapacitaba el poder visualizar las estrellas.
Kyungsoo se alarmó viendo el cielo, sin poder encontrar la constelación de Kai, hasta que un tacto húmedo giró su cabeza hasta que pudo verla.
Bien, estaba yendo por la dirección incorrecta, pero ahora que él océano se comunicaba con él podía no estar tan perdido después de todo.
El hecho de que que el océano se comunique con él era irrelevante si estaba en juego la seguridad de su isla.
Kyungsoo no sabe por cuanto tiempo remó, pero si sabe que en algún punto de ese viaje, se relajó con el pensamiento de que, después de todo el mar lo estaba guiando. Por lo que decidió tomar un pequeño descanso, arrullándose con el balanceo del mar. Había estado así por horas, por lo que se permitió por lo menos cabecear.
Pero el mismo movimiento del mar y la calidez del sol terminó haciéndolo dormir.
La situación no lo ameritaba, pero por alguna extraña razón sus pensamientos se habían despejado, llevándolo a un profundo sueño.
Después de todo, no había dormido en toda la noche esperando a que su padre despertara.
Kyungsoo no sabe qué fue lo que pasó, pero en ese momento sintió como si sus pulmones por fin tomarán oxígeno.
Como si se hubiese estado ahogando.
Su frente nuevamente había vuelto a chocar con algo, pero su atención estaba únicamente centrada en expulsar el agua de su boca.
Tocó su pecho, encontrándolo extrañamente seco.
El primer pensamiento que había llegado a su cabeza era que había terminado cayendo al mar, pero al tocar su cabello para comprobar, también lo había encontrado seco.
"¿Que pasó?" murmuró para sí mismo, observando la arena blanca de la superficie.
¿Arena blanca? ¿Dónde estaba?
"Delfines encantados, cuando ven humanos lo suficientemente distraídos llegan en grupo y expulsan un gas que te va ahogando poco a poco." se sobresaltó, cayendo en cuenta de que había alguien más ahí, tocándose la frente con una mueca de dolor "Por cierto, tus labios son muy suaves. Tienes suerte de que tu vela haya terminado aquí."
Kyungsoo se paró de golpe, sintiendo el dolor punzante en su frente. Miró al hombre frente a él, señalándolo con el índice.
¿Quién rayos era?
"¿Qué haces aquí?" balbuceó torpemente, y retrocediendo cuando el hombre que problemente le llevaba diez centímetros se levantó, quitando la arena de sus rodillas.
"Cariño, esa no es la forma de decir gracias." una perfecta sonrisa se extendió en los abultados labios del desconocido "Pero... de nada"
Kyungsoo ignoró lo que había dicho el más alto y se dedicó a analizarlo sin cambiar su posición de alerta; era moreno, cosa que no debería de sorprenderle, la mayoría de la gente de su isla era de esa tonalidad, pero la del desconocido era como si hubiese sido besada delicadamente por el sol. Sus ojos cayeron en su buena forma, la mayor parte de su torso y podía intuir que espalda, estaba cubierta por tatuajes, y eso último si le sorprendió. Kyungsoo no sabía las costumbres de otras islas, en la suya únicamente se grababan al animal en el que deseabas encarnar al morir. Pero ese hombre estaba cubierto de grabados en todo el torso y brazos. Sus muñecas estaban rodeadas por alguna clase de accesorio floral, y sus tobillos también lo estaban.
Sus piernas eran realmente largas.
Subió nuevamente la vista, tenía un firme rostro y una mandíbula afilada que resaltaba al tener el cabello sujetado en una pequeña cola.
Kyungsoo agudizó la vista, viendo pequeños ojos caramelo observarlo con picardía y suspiró, bastante desorientado.
Talló sus ojos con el pulgar y el índice.
Hace menos de cinco minutos creía estar cabeceando, y ahora está con un desconocido que alegaba que casi se muere por delfines mágicos.
"¿Dónde estoy?" volvió a hablar para sí mismo, ignorando la presencia del contrario y girando hacia la isla en donde había parado.
La arena blanca llegó a sus ojos.
Como la de su sueño.
"Estamos en-" pero antes de que la voz ligeramente grave volviera a hablar, Kyungsoo volteó amenazante, siendo bastante impilulsivo.
"¿Dónde está el anzuelo?" se acercó, tratando de intimidarlo.
Pero el moreno simplemente sonrió al tenerlo a centímetros de su rostro.
"Sabes, tenerte de cerca de nuevo me hace querer volver a besarte."
Kyungsoo finalmente lo escuchó.
"¿Me besaste?"
"Era eso o te morías" el desconocido se había encogido de hombros, antes de tomar su propio camino, evitándolo.
Ahora era Kyungsoo quien lo seguía.
"¿Dónde está el anzuelo?"
El moreno se burló, llegando a una vela que no era como la suya "¿De qué anzuelo hablas?"
Kyungsoo bufó exasperado, rodeándolo y deteniéndolo por el pecho. Los ojos caramelo cayeron en sus manos con una sonrisa de superioridad, haciendo que quite las manos de su firme pecho con vergüenza.
El pensamiento de que probablemente no tuviera idea de lo que hablaba llegó a su cabeza. Pero debía intentarlo con ese desconocido quien parecía saber a dónde iba, así que reveló un hecho que cambió por completo la expresión del contrario.
"Estoy buscando a Kai."
Es el capítulo más largo que he escrito en toda mi vida, sin mentir. Y sí 8.8k palabras para un capítulo es mucho para mí.
Bueno...
¡Hola! Y aquí está mi participación en el DisneyTown Challenge de la cuenta de IDEAhouse con el Team Mickey y la película Moana.
Hay cositas de la peli, cositas que leí por ahí de Maui, cositas que leí por ahí de la mitología polinesia, y cositas que me inventé.
Ha sido un capítulo pesado creo, pero espero que aún así le den una oportunidad c:
Por ciero *Bialy significa blanco en polinesio, Chanyeol llama de esta manera a Kyungsoo porque a comparación de los isleños de su isla que tienen la piel bronceada, Kyungsoo es muy blanco al tener un estilo de vida bastante diferente.
Bueno, eso. Espero volver la próxima semana con la segunda parte y comenten si les gustó este capítulo.
Por cierto, también tuve otra participación con el Team Smile en Instagram con los fanarts, justo ayer subí mi fanart del Kaisoo con la peli Tarzan.
Pueden encontrarlo en mi perfil de ig, estoy como nemochingu, de todas maneras estaré subiendo el enlace en mi tablero para que lo chineen uu
Se les quiere, ayós ❣️
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