Un par de meses antes de que Riverdale se viera sumido en el escándalo de la muerte del primogénito de los Blossom, está familia se veía envuelta en la muerte de la hermana mayor de Penélope y de su pareja.

Una mañana puede cambiar el destino de una simple familia del norte de Oregón, dejando sola a una adolescente.

Aria llegaba a la ciudad con el peso de la muerte y la tristeza sobre sus hombros y un cigarrillo entre sus labios. En la puerta de la mansión, Penélope esperaba a su sobrina, de la cual tenía recientemente noticias de su existencia.

Aquella noticia no había sido de su agrado, una mañana Rosmarie se fue sin dejar una mísera nota que dejara tranquila su conciencia, ni el porqué la abandonaba a su suerte.

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La mañana del desastre de la vida de Aria,un 7 de mayo, la fecha que poco tiempo después estaba tatuada en su piel, el día que el cielo ganaba dos estrellas y la tierra mundana las contemplaría.

Para Aria, la mañana que cambió su vida, empezó como todas las mañanas, sin indicios de que algo tan malévolo como lo que iba a presentar. AJ se había levantado a las 6:45 AM para ir al instituto, por lo que entró en la ducha. Siempre tardaba lo mismo 20 minutos, en los que su madre despertaba y ponía la radio matutina mientras preparaba el desayuno.

Por lo que cuando oyó el silencio en la casa, supo que algo iba mal, salió de la habitación y bajó rápido a la cocina encontrandola en un 0 a extremadamente extraño.

-¿Mamá? -Lo siguiente que escuchó fue un crujido en el patio, se acercó al alféizar de la ventana donde su gato de raza esfinge, Terry, la sobresaltó entrando por la ventana- maldita sea, Terry que susto

Terry maullo mientras se apegaba a su dueña buscando un poco de cariño. Con rapidez subió al cuarto de sus padres encontrándose una terrible escena.

Las tripas se le revolvieron al ver a sus padres en la cama ensangrentados, una gruesa línea en el cuello de su madre y un agujero de bala en la cabeza de su padre.

Lo siguiente que Aria supo es que se encontraba en una sala de la comisaría respondiendo preguntas mientras esperaba a Clifford Blossom, su tío.

Ella sabía que Fabián no era su padre, su madre la había tenido sola cuando su padre le dio dinero para que abortara y ella decidió que lo usaría para poder criar a su bebé en una ciudad lejos. Pero Fabián había sido su figura paterna, la había enseñado a hacer un montón de cosas, patinar sobre hielo, el hockey, ir en skate.

Amaba como Fabián trataba a su madre como una verdadera princesa, odiaba al destino por haber acabado con la vida de una pareja tan bonita pero el el dicho era real, cuando vas a un jardín coges las flores más bellas, no las malas hierbas.

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Tras 12h conduciendo su Fiat azul celeste, escuchando su disco de Queen y haciendo paradas para que tanto ella como Terry comieran, llegaron a la ciudad de Riverdale.

Una ciudad de unos pocos miles de habitantes, llegó a las 11 de la mañana, los adolescentes comían en los recesos, las animadoras jugaban con sus pompones, haciendo que Aria rodará los ojos con desagrado.

En Oregon, en su instituto había clubs pero luego en los desayunos los grupos de las clases se reunían, no había jerarquía. Ella amaba su instituto.

Terry iba asomado en la ventana, era un gato con complejo de perro decía siempre su padre, Terry era un gato de raza esfinge, es decir que carecía de pelo, por lo que para su alergia era genial. Amaba a Terry con todo su corazón, llegó a su hogar, una noche cuando su madre llegó del trabajo, trabajaba en un refugio de animales y había llegado una gatita embarazada que su compañero había rescatado. Su madre había rescatado a Terry que era el más pequeño de la camada y todo negro.

La Blossom manor se imponía ante los ojos de Aria, con un pequeño suspiro bajo el bolso donde llevaba a Terry y su bolso del coche, y se dirigió a la gran puerta.

-¿Tia Penelope? -tocó la puerta con suavidad mientras miraba la casa, hectáreas de lujo comparadas con su piso en Oregon.

-Ariel entra -Aria rodó los ojos y entró en la casa mientras seguía a la mujer pelirroja- está es tu habitación, junto a la de Cheryl instalate y duchate

-es Aria tía Penélope -dejó a Terry sobre la cama y le abrió la bolsa para que saliera, acercándose a la ventana y viendo a un pajarito.

-¿Qué hace ese gato en casa?

-Es mío, Clifford dijo que yo podría quedármelo es lo único que me queda -suspiró mientras veía los ojos de su tía.

Penélope salió sin decir nada, dejándola desconcertada, se acercó a su bolso, sacando sus auriculares para comenzar a montar su habitación.

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Horas después la habitación parecía habitable cargaba sus últimas cajas cuando unas manos sujetaron la caja superior y un muchacho pelirrojo le sonrió.

-Debes de ser Aria -aria lo miró confusa, hasta que se quitó el auricular-¿Aria cierto?

-Oh sí, esa soy yo -sonrío un poco- Jason y Cheryl ¿verdad?

Cheryl tenia a Terry abrazado mientras asentía y le sonreia a su prima.

-ese es Terry, mi gato, su padre me dejó quedármelo... Es lo que me queda -suspiró mientras subía las escaleras.

-Lo sentimos mucho, Aria cualquier cosa aquí estamos -Aria sonrió le agradaban sus primos, colocó la última caja de libros en el suelo mientras leía los títulos con detenimiento, eran libros que su padre le regalaba cada principio de mes desde que tenía 11, una extensa colección de 77 libros desde clásicos como Orgullo y Prejucio de Jane austen a libros como Las ventajas de ser un marginado de Stephen chbosky.

La noche llegó y tras la cena, Aria estaba en el porche de la casa mientras un cigarrillo se consumía en sus dedos y escuchaba la voz de Brendon urie en sus oídos.

-No deberías fumar Aria -una voz profunda la sobresaltó viendo a su tío a su lado.

-ahora mismo la nicotina es lo que está evitando una crisis existencial -suspira- así que... No voy a dejarla

-Bien... Descansa - el tono era un poco molesto,se levantara del escalón y acaricia a Terry.

Las 3 AM dieron en su reloj de pulsera Casio mientras miraba las estrellas y suspiraba, Terry dormía junto a sus pies con un leve ronroneo, la puerta se abrió lentamente revelando a Cheryl, con una taza de té en sus manos.

-Aria, hace frio deberias entrar -un pequeño trueno avisó de la inminente tormenta que iba a caer sobre el pueblo de Riverdale, sobresaltando a Terry que se metió con rapidez en la casa.

-Enseguida voy, me acabo el piti y entro -Cheryl se sentó a su lado y bebió un poco de su té mientras la leve llovizna caía sobre los coches, mezclandose sobre el humo que salía de la boca de Aria.

Cheryl se quedó mirándola, analizando su figura, era de su altura, rubia y se parecía a la mujer de los álbumes de fotos que tenía guardadas en el atico, sus ojos eran verdosos era realmente bonita y con una nariz respingona.

Ambas entraron en la mansión, en un silencio cómodo, Cheryl fue a la cocina a dejar la taza, Aria la esperó al pie de la escalera para subir a su habitación. Aria se tumbó en la cama mirando al techo extrañaba Oregon, sus amigos... Extrañaba a sus mejores amigas, Astrid y Sadie, extrañaba muchísimo a sus padres.

Un pequeño suspiro, se escapó de sus labios al verse en el espejo, y ver la viva imagen de su madre y detrás a Cheryl, acariciando a Terry.

-La extraño tanto, Cheryl... Y verme en el espejo me pone triste... la veo y entonces me viene a la mente verla en la cama -las lágrimas que no había soltado ni en el funeral ni en el velatorio, ahora se escapaban haciendo que se sintiera débil.

Cheryl soltó a Terry, que huyó corriendo a su castillo a afilar sus uñas. Se acercó a la figura de su prima y acarició su pelo suavemente mientras intentaba animarla, ella no había perdido a nadie nunca y no sabía que decirle, que se le decía a alguien que había perdido a sus padres.

-Es normal, te los han quitado de golpe, no has podido despedirte bien y es normal el dolor... ¿has pensado quizás hacerte un cambio de look, cambiar el color? incluso cortarlo

Aria la miró, eso no sonaba tan mal, era una buena idea, un cambio para cerrar una etapa, sin dejar atrás las personas que le habían marcado.

-Es una gran idea, me gusta, iremos a la una peluquería... ¿me acompañaras? -Cheryl asintió y se levantó de la cama.

-Es tarde, iré a dormir y tu deberías hacer igual -Cheryl salió de la habitación, cerrando la puerta dejando la leve luz de la lámpara de su mesilla iluminándola.

Terry subió a la cama y se acurrucó a su lado, mientras el sueño la invadía de golpe, dejando una paz dentro de la Blossom manor, una paz que iba a durar poco.

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N/A: Bueno aqui está el primer capitulo de esta historia que espero que disfrutéis tanto como yo en crearla y en escribirla, este primer capitulo, el que marca el comienzo de la historia de Aria en Riverdale, está escrito con especial cariño a mi pequeña happilyurie, que ha apoyado este proyecto incluso cuando solo ha sido una idea en mi cabeza

Con mucho amor, disfrutadla ❤️