Capítulo 7
Jungkook:
Terminé de comerme el desayuno de todos esos ladrones, y ahora todos están peleándose entre sí. Nunca lo hacen en serio, de hecho les divierte molestarse de esa forma, a mí también, pero me salí porque me acordé del Emperador.
Fui a la cocina por si acaso y ahí estaba.
Está sentado junto a Jimin, y Jin les está sirviendo la comida. Todos me miraron.
—Jin sírveme a mí también, por favor— Me acerqué al mesón. Jin solo rodó sus ojos.
—¿Cómo puedes aún tener hambre? ya le quitaste la comida a todos allá afuera...— Escuché decir a Kim. Enseguida me giré a verlo y me encontré con sus ojos juzgones.
Me dieron ganas de reír.
—Váyanse— Les dije a Jimin y a Jin. Jimin se encogió de hombros sonriéndome burlonamente y se marchó, mientras que Jin amenazó con golpearme si me comía toda la comida y luego se fue.
El Emperador y yo nos quedamos solos, así que fui a sentarme a su lado, y él enseguida me miró con ese gesto de disgusto. Me pregunto si algún día me mirará de otra manera, lo siento bastante imposible.
—¿Solo comerás eso?— Le pregunté viendo su plato. Apenas hay un pequeño trozo de pan y dos vegetales.
—Sí— Resopló alejando su plato de mí.
—Pero te vas a quedar con hambre, además hoy vamos a entrenar así que debes tener mucha energía.
—Ya lo sé...— Su mano se detuvo por un momento, dejando el tenedor sobre el borde del plato— Ahora si me permites, me gustaría comer tranquilo y en silencio.
Realmente le molesto. Tal vez debería ser más silencioso con él.
—De acuerdo, me voy. Te espero en la cubierta principal en 1 hora— Me levanté y me fui.
Es evidente que me odia.
Taehyung:
Ya es hora...y tengo tanto miedo.
Siento que voy a fracasar en esto, y habrá sido en vano el haberme aventurado al mar, haber dejado a mamá sola en casa, el haberle prometido a papá en sus últimos días que está alianza se concretaría, el haber sacrificado mis sueños, mis metas, mis cosas, mi vida.
Y siento estoy lamentándome con lo mismo. Estoy harto...
Fui a la cubierta. Apenas salí me sentí abrazado por la fresca ventisca del exterior, y vi la inmensidad del mar por todos lados. Esto es lo único que me gusta de ir en barcos.
—Ya estás aquí— Escuché esa molesta voz suya detrás de mí.
—¿Aquí vamos a entrenar?— Me fijé detenidamente en mi alrededor. Es un lugar muy espacioso, hay barriles llenos de espadas, muchas espadas, y lucen...muy filosas.
Ay Dios, tengo miedo.
—Sí— Pasó por mi lado— Aquí me gusta practicar solo o con mis tripulantes. Es divertido— Caminó hacia los barriles con todo el entusiasmo del mundo— ¿Sabes usar una espada?
Oh carajo...obvio no, no sé, nunca en mi vida he tocado una. Soy un fracaso.
—Sí— Dije. Soy tonto, lo sé.
—¿Si? Bueno entonces usemos las de bronce, escoge la que te guste— ¡Si hubiera dicho que no, habríamos usado las de manera! ¿Y ahora qué hago? Él ya tiene la suya, y me va a atravesar con esa espada a la primera. Oh no, no, no.
—Okey...— Pero ahí voy yo, yendo a escoger una espada sin saber nada de espadas.
Jungkook:
Lo seguí con la mirada avanzar hacia los barriles. Ni siquiera se esforzó en elegir una buena espada, simplemente agarró la primera que vio y me la mostró.
—Esta...— Susurró nervioso, pero sí noté que intentó disimularlo.
—Bueno, empecemos, ¿estás listo?— Golpeé ligeramente mi espada con la suya y se le cayó, pero rápidamente se agachó a recogerla y pretendió que nada sucedió.
—E-emm...ahora sí, comencemos— Su voz se tambaleó llena de nervios. En serio, me es imposible no sonreír al verlo.
—¿Sabes qué? Mejor hagamos algo antes— Dejé mi espada un momento de vuelta en su lugar. Me miró confundido—No dejes que te quite la espada.
—¿C-cómo...?— Me di cuenta como empuñó con más fuerza el mango de su espada.
—No se trata de hacer fuerza, sino de velocidad, debes ser veloz. Así— Rápidamente me incliné hacia él y le quité su sombrero como demostración.
En ese momento...una larga cabellera naranja cayó sobre él, hasta la altura de sus caderas.
La expresión de su rostro cambió radicalmente.
—¿Q-qué mierda haces?— Sus ojos pasaron de verme demandantes a verme indefensos e inseguros— ¡Eres u-un idiota!—Me arrebató su sombrero de las manos y se fue corriendo de allí.
No entiendo...¿qué pasó?
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