Capítulo 30
Jungkook:
Me senté en mi silla con mucha tranquilidad, aguantándome fuertemente las ganas de reír avergonzado por eso último que le dije. Al principio se me salió decirlo de forma inconsciente, pero luego se lo volví a decir con intención, quería recalcárselo porque...es cierto, él es mi amor,mi bonito amor de vida. Lo siento de esa manera.
Además hice que su preciosa carita se pusiera toda roja en cuestión de segundos, y sus ojos me miraron sorprendidos, muy brillantes.
—¿Por qué no te sientas?— Le pregunté entre risas, ya no me pude contener. A él no pareció causarle ni un poquito de gracia.
—¿Por qué te estás riendo, eh? no d-da risa— Su expresión se volvió apenada y molesta, algo muy propio de él. Pero enseguida tomó asiento en su silla, cruzado de brazos, y de la nada empezó a reírse conmigo.
Dios, cuanto adoro reírme con él. No hay ojitos tristes ni tampoco labios curvados hacia abajo, es solo él con un precioso brillo en sus ojos y una encantadora sonrisa.
—Tae prueba el salmón, yo aporté un poco en la preparación, dime si te gusta— Le sonreí muy entusiasmado, aunque en realidad lo único que hice fue cortar el salmón y limpiarlo, pero eso ya es un gran logro para mí porque no tenía ni idea de como hacerlo, y creo que para ser mi primera vez quedó bastante bien.
¡Y también ayudé a cortar las zanahorias!
—A ver— Usó su tenedor para probar un pequeño trozo. Sentí la tensión de esos cortos segundos de espera, pero pude respirar aliviado cuando vi su sonrisa crecer dulcemente— Jungkook está delicioso.
—Ahh...menos mal, me alegra mucho que te haya gustado— La próxima vez lo haré todo yo y quedará muchísimo mejor, aunque para eso tendré que aprender un montón, pero estoy dispuesto a hacerlo con tal de sorprenderlo y verlo feliz.
Necesitaré robar las recetas de Jin.
—Tae...me gustaría saber qué cosas te gustan hacer en tus tiempos libres, pasas mucho tiempo en tu habitación y me pregunto si no te aburres. Si quieres te puedo hacer compañía.
—Umm...lo voy a pensar— Genuinamente me miró de forma coqueta, como si quisiera intrigarme, y sí que lo logró. Mi corazón se volvió loco— Sí paso mucho tiempo en mi cuarto pero no me aburro, me gusta estar allí porque escribo, leo algunos libros, cepillo mi cabello y practico peinados, también miro por la ventana y organizo mis cosas. ¿Y tú qué sueles hacer?
—Vaya...hacemos cosas muy distintas. Yo en cambio practico con la espada todas las mañanas, casi siempre con Jimin y Johan, luego me duermo, y cuando me levanto voy a comer, molesto a los demás y luego me duermo otra vez, y a veces también hago ejercicio. Soy más productivo de lo que parece.
—Oh sí por supuesto— Se rió muy bonito, llevando su mano sobre la mía para abrazarla con suavidad.¿Cómo le hace paraalterarmetanto con cada cosa que hace?— Creo que estará bien si nos hacemos compañía a partir de ahora.
—¡Sí! sí, sí quiero— Aproveché la cercanía de su mano para levantarla y darle un pequeño beso en sus nudillos— Sabes que estoy muy enamorado de ti ¿no? bonito.
—Ay Jungkook...— Desvió su mirada al instante y fingió concentrase en su comida, pero apenas podía sostener correctamente su tenedor y sus mejillas se habían acalorado otra vez.Es hermoso.
Taehyung:
—Jungkook, m-me interesa mucho saber cómo terminaste convirtiéndote en pirata. ¿Era algo que querías...?— Le pregunté con "normalidad" luego de un largo rato de silencio por parte mía, cuando ya no sentía mi cara ruborizada hasta las orejas o a punto de estallar.
¡En serio necesito aprender a no sonrojarme tanto! ¿eso es posible? siento que con Jungkook me la pasaré sonrojado toda la vida ¡y me da pena! Siento que me pongo muy pero muy rojo, y seguro mis pecas me hacen ver peor de lo que imagino, no me gusta...
—No, cuando era niño nunca me sentí atraído por el mar o los piratas, todo sucedió porque un día descubrí que mi padre tenía tratos con unos piratas famosos. Mi padre los ayudaba a transportar "legalmente" mujeres y animales a otras regiones lejanas, para hacer todo tipo de intercambios. Yo no lo entendía en ese momento...pero él me pidió que no le dijera nada a mi madre biológica, y lo obedecí, pero después de unos meses escuché que mi padre estaba planeando dejar el reino para unirse a esos piratas que le prometían mucho más poder del que tenía como rey, además de que tendría una vida libre y llena de mujeres sin compromiso. Él lo hizo, se lo dijo a mi madre y ella quiso separarse de él, dijo que lo denunciaría ante la ley como un traidor, pero antes de que ella pudiera hacerlo escapó y me llevo con él. Yo no quería dejar mi hogar, estaba tan confundido, pero él solo me llevó.
Recuerdo que él dijo que cuando empezó a navegar con su padre...apenas tenía seis años. Me preguntó si le duele contarme esto, suena tan calmado y despreocupado que...lo pienso y yo no podría...
—Y bueno, resulta que él ya tenía un barco y a sus tripulantes, junto a las mujeres que luego se volvieron mis madres. Ellas fueron lo único bueno de todo eso, me ayudaron a sobrevivir en ese ambiente tan inadecuado para un niño. Estuve con ellas durante casi cuatro años, pero luego llegamos a una isla y nos atacó una tripulación que ya estaba asentada ahí. Mis madres se habían ido al centro de la ciudad horas antes para comprar ropa y comida, así que no sabían lo que estaba pasando, pero agradecí tanto que no estuviera allí. Mi padre y los demás lucharon con todo, yo me escondí durante toda la batalla, no sabía qué hacer o cómo sentirme al respecto, solo podía escuchar los gritos de todos, sus súplicas, cómo se humillaban para ganarse el perdón de los enemigos, cómo se traicionaban con tal de sobrevivir, pero al final supe que habían sido derrotados cuando ya todo era silencio, todos habían muerto, los torturaron hasta el final, y yo...finalmente salí de mi escondite.
—Jungkook...—Teníassolo diez años.
—Cuando salí no hice nada por ellos, no me acerqué a revisar sí alguno seguía con vida, no busqué el cuerpo de mi padre, no hice nada por esas personas con las que conviví por años...solo me fui, corrí tan rápido como pude, como si así fuera a olvidarme de todo, porque eso era lo que deseaba en ese instante, olvidar. Luego de unas horas llegué a la ciudad, vagué por las calles con la esperanza de encontrar a mis madres, pero los días pasaron...las noches se volvían cada vez más frías y yo estaba solo, no quería comer de la basura...porque quizá solo estaba esperando la muerte, ni siquiera podía dormir. Era como estar vivo...sin realmente estarlo—Lentamente su semblante se iluminó. Sus labios estiraron una sonrisa— Hasta que conocí a Jimin.
Bastó con ver el brillo en su mirada para saber que Jimin fue su salvación.
—Lo recuerdo tan bien. Jimin estaba intentando entrar por la puerta trasera de un bar para poder robar comida, le dije que empezaría a gritar si no me dejaba unirme a él y así robar juntos. Probablemente me odió con todo su ser en ese momento, pero al final me dejó acompañarlo. Entramos a la cocina sin que nadie lo notara y luego fuimos a comer en una calle poco transitada, en verdad estábamos muy hambrientos. Después hablamos, dijo que no tenía a nadie y que siempre había vivido en la calle, así que le propuse ser amigos y tenernos a nosotros mismos. No estaba muy convencido, pero le conté sobre el barco de mi padre, eso le dio un poco de esperanza, así que nos armamos de valor para regresar a la costa y llevarnos el oro que los piratas no se robaron porque mi padre lo tenía en un lugar secreto, con eso nos compramos un cuarto de hotel en el que vivimos un largo tiempo, luego un pequeño barco...porque queríamos ir por más oro, aventuras, hacernos famosos y tener amigos, eso en la mente de unos ya adolescentes sonaba increíble, y pues...sin darnos cuenta empezó todo, salió mejor de lo que esperábamos.
Intenté con todas mis fuerzas verme tan sereno como él, pero mis ojos están muy llenos de lágrimas, y estas ya están saliendo sin parar ¡cómo una fuente!
—¿Bueno y tú por qué estás llorando?— Volteó a verme con una confusa sonrisa, como si todo lo que lo dijo no hubiera sido muy triste. Me duele el pecho— En todo caso el que debería estar llorando soy yo, mi bebé.
"Mi bebé" otra vez me llamó de una forma linda. Ya estoy llorando más. ¡Odio ser tan sensible!
Jungkook:
Enseguida me levanté de mi silla para ir hacia él y abrazarlo muy fuerte. Su cuerpo temblaba por los sollozos, pero no dudó en corresponderme el abrazo con mucho calor y cariño, lo sentí como un consuelo de su parte, muy sincero y especial.Hizo que mi corazón se encogiera de amor.
—Tae, todo está bien ahora ¿sí? ya todo es bueno— Por cómo lloraba me di cuenta de que no iba a dejar de hacerlo en un buen rato, así que moví mi silla al lado de la suya para que estuviéramos muy juntos. Le di suaves besos en lo poquito que se dejaba ver de su cara porque estaba cubriéndose con las manos, y le acerqué trozos de salmón para tentarlo, hasta que finalmente cedió a destapar su cara llorosa y seguimos comiendo juntos.
A mí también me gustaría saber de su pasado, de cómo terminó convirtiéndose en pirata siendo tan joven e inexperto, con un futuro título de Emperador. Pero yo sé que le duele, todo antes de llegar a este barco le duele, así que no voy a tocar el tema a menos que él mismo quiera decírmelo, será solo cuando se sienta listo.
—¿No quieres más? Quedó bastante en la cocina.
—No, ya me llené, todo estuvo muy bueno— Terminó de limpiarse con su servilleta, pero yo agarré otra para secarle bien de sus mejillas, ya no estaban tan húmedas pero de todos modos. Y me regaló una hermosa sonrisita— Jungkook...bebamos algo.
—¿Qué te gustaría beber?
—Ron.
—¿Ron? creí que no te gustaba— De hecho había dicho que no le gustaba beber ninguna bebida alcohólica, lo recuerdo muy bien.
—No...pero mientras comía se me ocurrió que podríamos beber Ron, y nos emborrachamos— Lo dijo tan inocentemente y con entusiasmo que me hizo reír. Me dio mucha ternura.
—Umm okey, vamos a emborracharnos, mi querido Emperador— Lo tomé de la mano para hacer que se levantara— Pero antes déjame medirte.
—¿Medirme? ¿por qué?
—Porque necesito sacar tus medidas para...p-para saber que tipo de armas van mejor contigo— Saqué la cinta métrica de Jimin. Tae me miró un poco confundido pero no se negó— Quédate muy quieto.
Lo hice como Jimin me dijo. Le tomé las medidas de sus hombros, cintura y caderas, como lo harían con una mujer porque pues no existen vestidos para hombre.
—Listo, ya está— Me repetí las medidas mentalmente una y otra vez para recordarlas como si fueran mi propio nombre.
—¿Entonces cuál arma va mejor conmigo?
—Amm, las espadas medianas, pero después te enseño eso, ahora vamos por el Ron.
Fuimos a la cocina por las dos botellas, escogí una grande para mí y una pequeña para él, pero se quejó diciéndome que quería una igual a la mía, así que se la cambié para que estuviera contento, pero estoy segurísimo de que no se va a acabar ni la mitad.
Luego salimos a la cubierta y fuimos a sentarnos cerca de la proa. Se sentía demasiado perfecto.Hoy el cielo está cubierto de estrellas.
—Tae...está haciendo mucho frío ¿no crees? tendré que abrazarte para darte calor y evitar que te enfermes.
—Eres muy considerado, Kook— Se rió entre dientes, acomodándose sobre mí pecho, con mis brazos ya rodeándolo plácidamente.
Se siente muy bonito, muy especial.
Taehyung:
Bebí un pequeño trago del Ron, al mismo tiempo en que Jungkook casi se manda media botella. Dios mío.
—¿Y bien? ¿qué te pareció?— Mi cara se lo dijo todo. El sabor fue muy extraño durante los primeros segundos, se sintió muy fuerte y me fue raspando la garganta. No me gustó.
—Es asqueroso— Sé que quizás no sea tan malo en realidad, tal vez solo deba seguir asimilando el sabor, pero es mi primera vez bebiendo esto y debo ser sincero.
Es horrible.
—Tae es un gran ofensa que digas eso, no lo estás saboreando bien— Me miró muy indignado y no pude evitar reírme.
—Ay Kook, igualmente me lo tomaré, quiero beber contigo esta noche.
—Si no te gusta podemos cambiarlo por algo más leve-
—No no, está bien, quiero hacerlo. Recuerdo que me dijiste que la primera vez que bebiste Ron tampoco te gustó, puede que sea también sea mi caso.
No creo que ese vaya a ser mi caso, pero ya lo decidí. Me gustaría beberme toda esta botella de Ron con él, emborracharme por primera vez y...no sé que siga después de eso pero pensé que podría ser muy interesante. Además he escuchado que cuando una persona está borracha tiene más libertad de hacer y decir las cosas...
—Tae...
—¿Umm?— Bebí nuevamente.
—Estar aquí contigo bebiendo Ron...me hace recordar la vez que nos conocimos— Lo sentí acurrucarse conmigo en brazos, haciéndome cosquillas en su cabello en mi cuello— Aún puedo sentir la cachetada que me diste ese día.
—Te la merecías— Me reí al recordarlo. Juro que jamás imaginé reírme de ese momento, mi yo del pasado lo odió con toda su alma, pero yo mi del presente enloqueció y ahora es feliz con el borracho atractivo de aquel día.
Es toda una ironía.
—Tae perdóname por haber sido tan irrespetuoso y grosero. Nunca me hubiera imaginado que ese día iba a conocer al amor de mi vida, si no te juro que armaba una fiesta, un banquete con mucha carne y salmón, ponía fuegos pirotécnicos y me vestía muchísimo mejor que hoy, también te habría sacado a bailar toda la noche.
Me reí emocionado con cada cosa que dijo. Sonó tan real...y tan entusiasmado que me hizo imaginarlo todo con sumo detalle. Sin duda habría sido la mejor fiesta del mundo.
—Ven, levántate, bailemos.
—¿Q-qué? Jungkook no sé bailar, nunca antes he bailado— Sostuvo mi mano para hacer que me levantara. Los latidos en mi pecho se tornaron nerviosos.
—Yo tampoco sé bailar, pero se trata de divertirnos ¿no?— Me quitó mi botella y la dejó junto a la suya, lejos de nosotros para no tropezarlas.
—Jungkook en v-verdad no sé hacerlo— Tomó mi mano izquierda con suavidad y la levantó por encima de mi cabeza para darme una vuelta. Fue más divertido de lo que pensé.
—Qué lindo se movió tu cabello— Volvió a darme otra vuelta, pero esta vez me hizo terminar en sus brazos, con sus manos aprisionando mi cintura contra su cuerpo.Su tacto fue tan posesivo y firme que me hizo derretir por dentro, como si fuera a desmayarme de los nervios y la emoción.
—Jungkook...— Empezamos a acercarnos mucho, tanto que creí que iba a besarme, pero inesperadamente me levantó en el aire para girar conmigo en sus brazos— ¡Jungkook! ¿q-qué haces?
—¿Qué pasa, mi Emperador?— Me bajó casi enseguida con una sonrisa inmensa y feliz, moviéndome a su ritmo alocado y gracioso— Déjate llevar, hermoso.
Una y otra vez me giró a su alrededor, abrazándome en cada final, levantándome en el aire para hacerme reír y luego sosteniéndome hacia atrás para besarme, eso me asustaba un poco pero sabía que no me dejaría caer.
Me hizo tener mucha más confianza para divertirme y ser yo,yo divirtiéndome.
Yo siendo feliz.
Jungkook:
Estuvimos bailando durante un largo rato, o mejor dicho moviéndonos de forma extraña, no lo sé, pero fueron los minutos más divertidos y felices de toda mi vida. Después nos sentamos a descansar y bebimos de la misma botella mientras veíamos las estrellas parpadear en el cielo.
Hablamos, nos reímos, contamos anécdotas y leyendas de nuestros pueblos. Sus leyendas de España trataban de una virgen, un dragón, y una campana. Las mías trataban de sirenas, gatos negros y brujas que asesinaban en la hoguera, pero no le hablé mucho de las brujas porque una de sus principales características es ser pelirrojo, y no quiero que se preocupe por creencias tontas impuestas por la sociedad. Desgraciadamente las mujeres pelirrojas son condenadas a la hoguera por "haber nacido malditas", los hombres también, pero ellos pueden salvarse si deciden pagar tributos o si son personas de alto rango. Taehyung es un chico pelirrojo de alto rango.
—Ya entremos Tae, está haciendo mucho frío— Sus manos estaban demasiado frías y en momentos temblaba.
Lo acompañé a su habitación y nos detuvimos en su puerta para despedirnos, pero realmente ninguno de los dos tenía intensiones de irse en ese momento.Él lo sabía, sabía lo que yo quería.
—Tae...
—Dijiste que me besarías toda la noche...— Su sonrisa exhibió toda su hermosa timidez, tentándome con su cercanía...haciéndome poner ansioso en cuestión de segundos— ¿Aún piensas hacerlo?
—Nunca pensé no hacerlo, mi amor.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro