vi. Everything I wanted.
And you say, "As long as I'm here
No one can hurt you
Don't wanna lie here
But you can learn to
If I could change
The way that you see yourself
You wouldn't wonder why you hear
They don't deserve you"
Everything I wanted; Billie Eilish.
Los días pasaban y con ellos las semanas.
Yendo contra todo en lo que creía, Loki se había forjado una nueva rutina.
Una donde, en su mayoría, el rostro de Thor y el de Peter adornaban la portada. Era casi que una falta de respeto a su solitaria y tranquila vida, pero no es como si le hubiesen dado mucha opción.
Parker había pedido hacer horas extras porque se acercaba el cumpleaños de su tía y quería regalarle algo bonito. Siendo tan insistente y pesado—Loki jamás admitirá que le ablandaba el corazón— no tuvo más opción que decirle que sí.
Y Thor... él simplemente había decidido instalarse en su vida y no irse de allí ni porque le quitara a patadas.
Y lo intentó. De verdad que lo intentó.
Diría que se sentía sofocado o cansado, pero sería una vil y cochina mentira.
En Thor había encontrado más de lo que alguna vez pudo imaginarse.
Sí, el hombre podía ser exasperante, pero, ¿quién no lo era en ocasiones? Loki estaba seguro de que entre la ingenua tenacidad de Thor, los parloteos sin pausa de Parker y su abundante mal humor, podrían conquistar al mundo por cansancio.
La gente se cansaría de reprocharles sus actitudes y les dejarían ser, cediendoles el mando del planeta con tal de que al fin se callaran.
No era lo ideal, pero Loki no dudaría en tomarlo.
Por otro lado, se había sorprendido al descubrir pequeñas cosas de Thor que le daban hartos motivos para seguir observándolo en silencio cuando el otro no se daba cuenta.
Como por ejemplo, la habilidad que las torpes manos del rubio podían llegar a tener si estaba concentrado o relajado. Se hacía unas trenzas maravillosas en su cabello rubio, de distintos grosores, con diferentes vueltas. A veces se hacía varias trenzas y las recogía; otras veces las adornaba con algunos aros plateados. Y más de una vez, para su maravillosa sorpresa, encontró aros que iban a juego con sus peinados. Les colgaban delicadas cadenas y tenían formas de alas, rosas y hasta animales a veces.
En una de esas semanas se dejó la barba bastante larga y también la decoró con bonitas trenzas bastante complejas de lograr.
Thor era más que bonito. Era maravilloso.
Las sudaderas desteñidas y los pantalones rotos poca importancia le daban ya. Loki creía firmemente que eso era lo que hacía que Thor sea quien era.
También había descubierto que, de verdad, el hombre parecía adorar la literatura. No tanto como él, pero la respetaba lo suficiente como para que lo aceptase tener charlas por videollamada hasta las dos de la mañana, debatiendo, explicando y recomendando libros que muy pocos conocían.
A veces, Thor se iba de viaje. Tenía películas que grabar, proyectos que requerían su atención y muchas sesiones de fotos.
Pero eso no hacia que de olvidarse de él. Muchas veces iniciaba videollamadas y le mostraba los paisajes de fondo, el lugar donde se hospedaba y le obligaba a saludar a su perro, que ladraba enloquecido cuando escuchaba su voz.
Y Loki no podía creerlo.
Cada día era más consciente de las calles, de las revistas, de los anuncios; Thor aparecía en ellos más seguido de lo que Loki podría haber imaginado.
Así mismo, más de una vez sorprendió a alguna que otra persona siguiéndole, anotando, con cámaras escondidas bajo el abrigo; seguramente querían saber que tipo de relación tenía con el famoso Thor, pero no se acercaban demasiado.
Y sobre eso, Loki de verdad había encontrado en Thor a un amigo. Uno muy diferente a él, pero un amigo al fin.
A veces se preguntaba si era solo él, pero en más de una ocasión, a la hora de partir cada uno para su lado, ambos tenían un atisbo de duda sobre cómo proceder.
Los apretones de mano ya no parecían ser suficiente, así que Thor comenzó con los abrazos. Al principio eran bastante naturales y cortos, pero con el pasar de las semanas, se hicieron más largos, mas cariñosos, casi eternos.
Y Loki no decía una palabra. No sé quejaba pero no daba un paso más.
No sabia que demonios hacer, ¿y si eran solo ideas suyas? No quería joder la única amistad que había tenido en su vida, tampoco estaba seguro de poder soportar el rechazo de un hombre como él.
—¿Cariño? ¿Sigues con nosotros?
Loki parpadeó, perdido en la nebulosa de sus pensamientos. Para cuando pudo enfocar la mirada, los ojos algo preocupados pero divertidos de su más concurrente clienta fue lo primero que vio.
—¿Disculpe?
Ella rió, seguramente por la mueca confundida que debía tener.
—Por un momento pensé que te habías ido a otro planeta.
No recordaba ni de que estaban hablando. Ella le había dicho algo de sus vacaciones, luego de que se veía distinto y luego de que la camisa que llevaba puesta le resaltaba su color de ojos y le lucía mejor.
Claro, ahí el problema. Thor le había traído esa camisa verde agua de Italia, diciéndole "la vi y supe que tenía que ser para ti".
Y, por supuesto, Loki se desconectó de la realidad y comenzó a pensar en él, olvidándose de que aún mantenía una conversación con su mujer favorita en el mundo.
No obstante, pese a su interrogante mirada, él negó con una sonrisa—Lo siento, no sé donde tengo la cabeza.
—Yo sí sé. Si me da un abrazo y otra galleta, le puedo decir, señorita Frigga— Peter "me hago el Ángel pero soy bastante perverso" Parker, se asomó detrás de él con su escoba en mano y le sonrió a la mujer, la cual no pudo evitar reírse mientras se acercaba a darle un abrazo.
Esa era otra cuestion; Peter Parker.
El maldito niño había sido más inteligente que él. Se metió en su vida todo sonrisas y buena educación, todo ojitos de cachorro y balbuceos, hasta llegar a la caja negra y podrida que Loki tenía por corazón. Se había metido dentro y cobijado como un cachorro abandonado y ahí estaba ahora. Faltándole el respeto.
Peter llegaba todos los días con una sonrisa, ganas de trabajar y mucho que contarle.
Sorprendentemente, Loki dejó resentirse fastidiado ante su verborrea y hasta se había visto interesado, por no decir ansioso, en saber con que nuevas le vendría Parker cada día.
No diría que no se sorprendió al descubrir que él mismo era una gran consejero y un buen oyente. Cuando Peter tenía malos días por sus exámenes, por su tía o por el jodido Tony Stark, se volcaba de lleno a llorarle sobre el mostrador, quejándose y haciendo pucheros.
Al final, cuando se encontraba mejor le daba las gracias y le decía que era un buen amigo.
—No le des nada, no hay nada que contar—se apresuró a frenarla, al ver que en serio una a convidarle una de las galletas caseras que a veces les llevaba.
—¡El señor Loki tiene novio!—se apresuró Peter, como un niño, tomando la galleta y sonriendo con suficiencia.
Pequeño diablillo tramposo.
—¿Ah, sí?— Frigga sonreía divertida y encantada , muy interesada en saberlo todo.
Por su parte, Loki estaba conteniendo enormemente para no golpear a Peter en la cabeza por bocazas.
—No tengo novio.
—¡Claro que si! Y estoy harto de fingir que no— insistió Peter, poniéndose serio de repente. La atención de Frigga iba del uno al otro—. Están súper enamorados, señorita. Loki cree que no me doy cuenta, per-
No se contuvo esa vez y le pegó suavemente con un libro en la cabeza. Uno que realmente había apartado a un costado solo para pegarle a Peter cuando decia cosas que no debía.
—No te pago para que andes de chismoso, vete al depósito. Llegaron libros nuevos y no los veo adornando el aparador.
—¡Per-!
—Ve ahora—sin darle más lugar a replica, suspiró medianamente aliviado cuando lo vio desaparecer por los pasillos, murmurando por lo bajo.
—Hay quienes dicen que la primavera es la mejor época para enamorarse, la más común. Veo que hasta en eso piensas diferir.
El verano había finalizado y el otoño había cubierto las calles de la ciudad con miles de hojas del color del sol. El invierno estaba a la vuelta de la esquina y solo así, Loki se habia dado cuenta de que el tiempo se habia ido volando.
Ella le miraba impasible, dispuesta a sonsacarle hasta la untina palabra. Se veía feliz, conmovida y hasta aliviada. Tal vez hasta ella pensaba que Loki, siendo un témpano de hielo con todo ser humano, jamás iba a encontrar a alguien para él.
—No estoy...— dejó todo lo que estaba haciendo y la miró, poniendole real atención —. Es complicado.
—No, tú eres complicado— insistió ella, acariciando maternalmente su mano. Loki jamás le había contado las cosas que le habían pasado para ser tan desconfiado, pero por alguna razón, intuía que una parte de ella ya lo sabía. No era posible, pero estaba seguro de que era así —. ¿Puedo saber su nombre?
Suspirando con mucha resignación, sonrió derrotado. No podía contra ella.
—No me creería si se lo dijera.
Confiada y aún sosteniendo su mano, ella sonrió.
—Pruebame.
¿Debía decirlo? No era un secreto, porque la prensa era bastante molesta. Las especulaciones y los rumores estaban. El rostro de Loki no se lograba contemplar en ninguna de las pocas fotografías que estaban publicadas, dejando un Halo de duda y misterio entre todos los fanáticos del actor.
Después de todo, nadie se creía que Loki podía ser su amor secreto, porque Thor jamás se había mostrado románticamente con ningún hombre ni había dicho ser bisexual en alguna entrevista.
Tal vez podía no decírselo, porque sinceramente, se oía ridic-
—Se llama Thor Odinson. Está en las revistas de mi tía May. ¡Hasta tengo una foto con él! Tía May casi se mue-
—¡Parker!
No sabía de donde diantres había salido el muchacho, pero esa vez le golpeó más fuerte.
¿Donde habían quedado sus días de paz?
—¿Thor Odinson?— ella miraba pasmada la fotografía que Peter le había enseñado, la que aún tenía de fondo de pantalla y le mostraba a todo el mundo con orgullo.
Sí, estaba seguro de que siquiera Peter se podía resistir a alguien como Thor.
—No estamos saliendo, no- Peter solo imagina cosas— continuó casi balbuceando, negando continuamente con la cabeza mientras ordenaba cosas en su escritorio. No obstante, el inesperado mutismo de Frigga le hizo levantar la cabeza para observarla, encontrándose con que ella miraba la imagen perdida en su propio mundo —. ¿Se encuentra bien?
Así como Loki podía encerrarse en su propio mundo, ella también solía hacerlo.
Muchas veces la encontraba con el libro abierto, el té enfriandose sobre la mesa y la mirada perdida en los recuerdos. Cada vez que le preguntaba si todo iba bien, ella negaba suavemente y retomaba la lectura, sin decir ni una sola palabra.
No obstante, esa vez ella le devolvió la mirada con un sentimiento especial y una enorme pero dulce sonrisa adornando su rostro.
—Jamás me he sentido mejor.
🖤
—Mi familia quiere conocerte.
Loki dejó de revolver vagamente su taza de té Inglés y levantó la mirada perplejo, dejando que la burla asomarse por las comisuras de su boca.
—¿Disculpa?
En su propio asiento y con un café cargado aún sin probar, Thor se debatía entre continuar la charla o no. Se le habia escapado el comentario al ver los bonitos ojos de Loki siguiendo los movimientos de la cuchara que giraba alrededor de su té.
—Hay rumores, ya sabes como son los periodistas. Rumores de que tengo un amor secreto por ahi, escondido en Queens— ríó, dándole un primer sorbo a su café caliente—. Es decir, tú.
Loki no estaba sorprendido, después de todo él fue el primero en notar que a veces les seguían cuando salían a tomar algo o a cenar luego de un extenuante día de trabajo. Lo que sí le confundía era que inclusive la familia del rubio pensara lo mismo—¿Y eso qué? ¿No les dijiste que son solo rumores?
—No voy a mentirle a mis padres con algo tan importante.
Dejando de un lado su té a medio beber, Loki le miró realmente perdido esa vez.
—No te estoy entendiendo.
—¿No entiendes o no quieres entender?—una de las cualidades que admiraba y odiaba en partes iguales de Thor, era que todo lo respondía con una sonrisa, seguro de sí mismo y volcando siempre todo a su favor.
Entendiendo que solamente estaba bromeando, Loki se atrevió a reír.
—No estamos saliendo, Thor. Somos amigos. Ya deja esa tontería.
—En todo caso, no necesitamos salir para que conozcas a mis padres. Y ellos quieren conocerte, así que...
Loki comenzó a negar inclusive antes de tragar su té.
—Eso suena a pareja. Yo no voy por ahí conociéndo a los padres de mi amigos, menos a esta edad.
—No tienes amigos. Así que no cuenta—bueno, touché. En eso no podía discutirle porque en verdad, Loki no tenía otros amigos.
Pese a que a que Thor tenía un punto, los miedos de Loki comenzaron a desfilar sin vergüenza ante sus ojos y todo lo que pudo hacer al respecto, fue tomarse rápidamente su infusión y ponerse pie para retirarse.
—No creo que sea una buena idea.
No salió corriendo de allí, ni más ni menos. Sabia que Thor iba a seguirle de todas formas y si iban a tener esa inevitable charla, Loki prefería hacerlo con el helado aire nocturno golpeandole el rostro.
—¿Te averguenzas?— ya le había alcanzado. No sé veía enojado; estaba demasiado acostumbrado a que Loki hiciera las cosas sin avisar y ya tenían un ritmo marcado. Thor le dio otro sorbo al café que apenas había podido probar cuando su acompañante decidió que queria continuar la cita caminando en la noche.
—Sí—admitió—. No soy bueno socializando, a eso me refiero.
Las farolas de la calle le daban un aspecto casi mágico a la noche. El cielo estaba azul, sin ninguna nube tapando las estrellas y el suelo estaba húmedo, con hojas resbaladizas por la lluvia que hubo un par de horas atrás.
—Te amarán. Bueno, mi madre te amará. Mi padre es otro asunto.
—¿Por qué dices que tu madre me amara y tu padre no?
Thor dio un suspiro y un último trago a su gran vaso de café. Ambos caminaban casi pegados, ataviados en sus tapados y moviéndose lentamente.
—Mi madre es una gran mujer. Confía en mi juicio para encontrar pareja y... simplemente es maravillosa. Le gustan los libros casi tanto como a ti.
Hizo una pausa para ir a tirar su vaso vacío en el cesto del costado y luego se unió nuevamente a él, pegándose muy cerca a su brazo. La caminata continuaba lenta, al igual que la charla.
Y Loki admitía sentir enorme curiosidad por saber más de su familia, porque era algo de lo que jamás habían hablado antes.
—Mi padre no aprobaba a Jane. Y ella era...— le vio perder sus ojos entre las luces de la ciudad y suspirar en una pequeña risa—. Joder, era tan inteligente que me hacía ver como un idiota.
—No necesitas salir con una científica para verte como un idiota—aclaró, con un tono monocorde.
—La vi venir — rió Thor, acostumbrado a su ácido sentido del humor—. A mi padre nada le agrada. No le agrada mi carrera, mi estilo de vida. Él quería que yo manejarse la empresa familiar, pero creeme, el diseño automotriz no es lo mío.
Él asintió lentamente, sonriendo de firma casi automática.
Podía entender eso.
—Mi padre tampoco aprobaba nada de lo que hacía.
—¿No le gusta la literatura?
Loki no pudo evitar resoplar divertido, metiendo las manos en los bolsillos porque de repente, sentía que hacía más frío que antes.
—No le gusto yo. Jamás me dijo que fue de mi madre. Y él nunca me quiso, así que... me envió a un internado religioso y cuando finalice mis estudios secundarios, me dejó algo de dinero para que no me muera y listo. Aquí estoy.
Esa era toda su historia familiar, si es que se podía considerar una.
Su padre creía firmemente que Loki no podía ser su hijo. No viéndose tan pequeño y frágil, no con esos enormes ojos verdes, ni mucho menos, con esa fascinación por la fantasía.
Vivió en internados durante toda su vida, aceptando castigos por cosas que no hacía, compartiendo su habitación con niños que se reian de él y abrazando un libro todas las noches.
—¿Desde hace cuando no lo ves?
—Desde los seis años— sintió su voz algo ronca y débil por el frío que le había atacado luego de mencionar a su padre. Quitó su rostro de la bufanda que le protegía y se aclaró la garganta—. Pero no importa. Tengo una linda librería, un apartamento decente y un gato al que siquiera le puse nombre. Supongo que si me gusta la soledad, es porque es lo único que siempre me ha acompañado.
Sus mejillas se sentían heladas por alguna razón y le picaba la nariz. No sé dio cuenta de que había hablado de su infancia por primera vez hasta que Thor frenó en seco a su lado y le miró con la mas profunda calidez.
—Ah, joder, ven aquí—le extendió sus brazos y la oferta le resultó enormemente tentadora.
—No necesito un abrazo.
—Estas llorando, claro que necesitas uno.
Si él no se lo hubiese dicho, aseguraba jamás haberse enterado. Sus mejillas estaban húmedas, los ojos hinchados y temblaba sutilmente. Y en esa ocasión, no se atrevió a rechazar ser cobijado por su dulce calor.
Abrazar a Thor era algo que podía presumir hacer cada día cuando se despedían.
Pero el que le estaba otorgando en ese mismo instante, se estaba asegurando de comprimir todos sus pedacitos rotos para volver a unirlos con la paciencia de un santo.
Se dejó envolver por su calor, por su aroma a verano y apreto sus manos en la espalda, no queriendo soltarse por nada del mundo.
—No le agradé a mis padres, ¿cómo voy a agradarle a los tuyos?
Sus miedos desfilaban cada vez más débiles, casi extintos, gritando por no desaparecer.
Sin embargo, la respiración pausada de Thor, sus murmullos cariñosos y la forma en que acariciaba parte de su cabello y espalda, se aseguraban de tomar su dolor y esparcir lo por el cielo nocturno, dejandolo desaparecer en el medio de la nada.
—¿Como no les vas a agradar? Si eres maravilloso, Loki.
Soltó una risa algo cansada, algo cruel. Se separó apenas para poder verle a los ojos y con la voz estrangulada, soltó su último vestigio de inseguridad. Al menos, por esa noche.
—No soy eso.
—Cierto, eres más que eso— le aseguró, arraigando las manos en su cintura, sin dejar de mover los pulgares en forma circular sobre la tela, para tranquilizarle—. Eres el ser más increíble que he conocido. Y yo sí te quiero.
Loki no pudo disimularlo más.
Una sonrisa auténtica floreció entre sus comisuras y pudo sentir la maravillosa magia tirando de todos los rincones de su cuerpo.
Thor se encargó de eliminar la distancia y volver aquel momento el más bonito de su vida.
No era su primer beso, pero su mente de todas formas lo catalogó así, como el primero y el adecuado. El que había estado esperando durante tanto tiempo, el que más había soñado.
Sentía que casi podía ponerse a llorar otra vez, pero solo pudo sonreír más y presionarse más contra él, dejando que las estrellas finalizarán esa noche por él.
🖤
Primer beso al fin💚 ya la próxima se viene un poquito de drama porque nos deben quedar tres capítulos para que esta historia termine 💚
Espero que lo hayan disfrutado y nos leemos el Lunes que viene 💚
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro