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v. My strange addiction.

"Bad, bad news
One of us is gonna lose
I'm the powder, you're the fuse
Just add some friction "

My strange addiction; Billie Eilish.

Al día siguiente, Loki apenas quiso abrir los ojos. Joder, tenía miedo de hacerlo.

La noche anterior fue esclavo se sus impulsos. Solo un poco. Él no era el tipo de hombre que aceptaba una salida, una cena o siquiera un favor. No le gustaba rendir cuentas a nadie ni tampoco formar lazos que tarde o temprano se quebrantarían, sumiéndole en una espiral de irrefrenable dolor.

No obstante, el tiempo seguía corriendo, el reloj no se detenía y debía abrir la librería.

Se estiró sobre la cama con pereza y casi rio al ver al minino negro hacer lo mismo. El animal había estado algo inquieto cuando llegó esa noche a la casa, y lo atribuyó a que se tardó un par de horas más en regresar de lo que normalmente lo hacía.

Creyó que, tal vez, se había preocupado por él.

Eso pensó, hasta que lo vio abalanzarse sobre la comida sin decoro alguno. La muy ingrata solo tenía hambre.

Con la gata paseándose entre sus piernas, se hizo un té de frutos rojos esa mañana, solo porque se sentía aventurero.

La noche anterior había sido lo más extraño que le había ocurrido en años.

Thor había resultado ser una criatura curiosa por naturaleza, bruto, con una risa estridente y casi grotesca. Algo torpe cuando se trataba de sostener cosas pequeñas y delicadas como la cuchara del café, que se le había caído tres veces en una noche.
Algo desaliñado, vistiendo esa horrorosa camiseta desteñida y demasiado alegre para el gusto de cualquiera.

Era tal y como lo había imaginado, por un demonio.

Su vitalidad era tan contagiosa que se avergonzaba al admitir que le había robado un par de risas mientras le contaba cosas sobre su perro.

Él le contó de su gata, sus actitudes y algunas anécdotas que pensó que morirían con él. Le hizo reír mucho y su corazón palpitaba furioso por cada sonrisa que obtenía de su parte.

Para su mala suerte, la noche no fue eterna y en algún momento debieron despedirse con un apretón de manos casi forzado. A Loki le gustaba fantasear con que Thor tampoco quería irse, porque soñar es maravillosamente gratis.

Sin embargo, aquel buen humor por los santos recuerdos se vio opacado al saber que ya no podría salir a espiarle por el balcón.

¡Claro que no! ¿y si le veía? ¿Y si se daba cuenta de que Loki no era más que un acosador? ¿Y si le tachaba de pervertido?

No podría soportarlo.

No quedaron en verse otra vez ni se habían pedido los números, de todas formas, pero debía al menos esperar a que Thor se olvidase de él para poder espiarle con tranquilidad.

—No abriré esa ventana por un tiempo— su gata le miraba con los ojos abiertos, sentada al lado de la ventana. Seguramente se sentía perdida, intentando comprender cómo su estúpido humano no solo había decidido regresar a cualquier hora anoche, sino que ahora cambiaba exponencialmente su escrupulosa rutina.

En su defensa, aún creía tener algo de dignidad que resguardar. Así que no iba a arriesgarse.

Pudo leer—al fin—cinco páginas de su olvidado libro antes de retirarse, estando seguro de que llegaría más temprano de lo usual, pero importándole muy poco.

Estaba apenas abandonando el edificio cuando sintió una fuerza arrastrándose sobre su abdomen, inquieto y pesado.
Siquiera tuvo que mirar hacia abajo para saber de quien se trataba.

Mjolnir, que parecía ser el extraño nombre de ese perro, movía la cola enloquecido ante su presencia, como si se conocieran de toda la jodida vida.

Con un suspiro derrotado, Loki le acarició casi renuente y el perro le dio un suave lametazo, ocasionándole una mueca asqueada —¿Qué demonios contigo?

Antes de que el perro siguiera con lo que él consideraba una muestra de cariño innecesaria, escuchó la potente y—por todos los cielos—preciosa voz acercándose hacia donde estaban—¡Hey, Loki!

Allí venía él, trotando, sonriente y agitado. Todo un sueño húmedo viviente.

—Vaya. Cualquiera en mi lugar podría apostar que me estas acosando, ¿sabes?— Loki se sentía sucio por ser tan cínico, siendo que en realidad era al revés. Pero él no tenía por qué saberlo.

Lejos de avergonzarse, el hombre sonrió, otra vez.

—Lo siento, vengo a ejercitarme aquí todas las mañanas—le señaló el parque a sus espaldas y volvió a mirarle, tomando a su perro por la correa, ya que no podía quedarse quieto y no quería que se le volviera a escapar. Por dentro, Loki solo podía murmurar un maquiavélico: Lo sé. Joder. Llevo más de un año espiándote por la maldita ventana. —. Te vi salir y quise saludar—aclaró, mirándole con aquel brillo tan natural que siempre le rodeaba—. Hola.

Aquella sencilla palabra y la sonrisa tímida como complemento, logró que todo su cuerpo se sacudiera de ternura. Oh, Loki hubiese querido tener una cámara.

—Hola— respondió con un asentimiento, disimulando con éxito todos sus ajetreados sentimientos—. Debo irme a trabajar.

—¿Te alcanzo?

Loki despegó los labios, por demás incrédulo, sin poder evitar un resoplido para camuflar una risa por demás sincera.

—No necesitas tomarte la molestia.

—Insisto.

Joder que sí. Se veía realmente determinado a llevarle hasta la puerta del trabajo. Queriendo quitar los ojos de su rostro, Loki no pudo evitar ver como sus brazos se marcaban por sostener con fuerza la correa. La piel tostada contrastaba con los tenues rayos de sol de la mañana, con la fina capa de sudor perlando cada centímetro de esta.

—Déjame entender; —sacudió apenas la cabeza para alejar el inoportuno pensamiento que se le vino a la cabeza— ¿vienes a ejercitarte, pero de tu casa hasta el parque vienes en auto?

Thor soltó una risotada, que hizo que más de uno diera la vuelta a verle. Joder, cada segundo era como un espectáculo.

—No, en realidad no vivo nada lejos de aquí. Me tomará diez minutos traer el auto.

Joder, ¿acaso eran vecinos? Joder, joder.

De no ser porque Loki pasaba el día en el negocio y no solía salir de su casa más que para trabajar o comprar lo que necesitaba, estaba seguro de que se lo hubiese cruzado en más de una ocasión si es que vivían tan cerca.

Pero no tenía tiempo para lamentos. Las cosas eran lo que eran y allí estaban ahora, prácticamente conociéndose mejor.

—Tienes cinco. Soy un hombre muy ocupado.

Con una sonrisa de campeonato, Thor asintió —Apuesto que sí. No me tardo.

🖤

—Aquí es.

Su librería siempre le pareció bonita. Tenía un aspecto por demás anticuado, pero pulcro. Una pequeña tienda que contrastaba con el minimalismo de las calles. Se veía como un pequeño rincón mágico donde esconderse de la realidad y a Loki le fascinaba aquella idea.

—¿Es tuya?—asomado desde el manubrio del auto, Thor miraba la fachada con una resplandeciente sonrisa. Admiraba las esquinas con detalle y se veía realmente cautivado—. Impresionante.

—¿Quieres verla?—ofreció, sucumbiendo ante la situación. Antes de obtener una respuesta, señaló al perro que se retorcía inquieto en el asiento trasero del auto—. Esa cosa no entra.

Y no era para menos. La librería era pequeña, con pasillos estrechos. El can lograría destruir en minutos lo que le tomaba semanas organizar y eso ni se lo podría perdonar a nadie, jamás.

Abrió, más temprano de lo usual y se dedicó a prender las tenues luces de la estancia mientras el contrario miraba todo fascinado.

—¿Cuál es tu género favorito?

La pregunta lo tomó por sorpresa, pero no se lo dejó saber. Encendió el computador mientras le ojeaba en silencio.

—¿Para qué preguntas eso?

Con una de sus ya características sonrisas, el rubio se inclinó sobre la mesa e hizo que Loki se cruzara de brazos, alzando el mentón

—Deja. Si no quieres decirme, lo averiguaré.

Como si fuese un reto, le vio perderse entre los pocos, pero altos estantes de madera que allí había. En lo que pasaban los minutos, puso a hervir el agua, necesitando otro té. Tal vez para los jodidos nervios.

Es que en serio, ¿acaso eso era real? ¿Su precioso platónico y él habían tenido una especie de cita anoche? ¿Y ahora le alcanzaba al trabajo en su bonito carro? Joder, ¿realmente estaba en su librería?

No podía creerlo. Se sentía algo nervioso, pero a decir verdad, había algo en Thor que le hacía sentirse seguro consigo mismo, obligándole a dejar atrás muchas de sus dudas.

Cuando iba por la mitad de su infusión, supo que Peter no tardaría en llegar y también, que probablemente Thor se había perdido entre los libros. Así que, teniendo algo de miserable compasión, fue a por él.

Era una situación parecida a como cuando se deja un bebé solo durante demasiado tiempo y hay mucho silencio. Muy sospechoso para ser algo bueno. Y con lo torpe que era ese hombre, hasta tenía miedo de que le hubiese roto algo.

Grande fue su sorpresa al notar que estaba absorto, leyendo cada título y pasando los dedos con ajena delicadeza sobre las tapas con relieve.

Una imagen casi pornográfica para alguien como él.

—Romance. Otra cosa que tenemos en común—su murmullo le hizo saber que ya le había visto, así que Loki se le acercó con una mueca casi caprichosa.

—¿Cómo supiste?

—Es la sección más linda y ordenada de todas. Aunque también me gusta la Fantasía. Los de terror también me parecen una buena opción cuando necesito dejar de pensar.

Loki ahogó un suspiro. Apenas se atrevió a sonreír, sintiendo que sus murallas congeladas comenzaban a temblar de expectación.

Thor tenía entre sus manos un clásico libro cliché del cual Loki por más que lo negara, no podía jamás cansarse.

Orgullo y prejuicio fue el primer libro que leyó y siempre seria su favorito, por mero sentimentalismo nostálgico.

—Cualquiera diría que no eres un hombre de libros—murmuró, apoyándose de espaldas contra el estante, usando las mismas palabras que Thor usó al decirle que no se veía como un hombre de cerveza.

Con una sonrisa, el hombre llevó su mirada del cielo de nuevo hacia él, ignorando el temblor en los ojos esmeralda.

—Sí. Pero tú no eres cualquiera— respondió, dejando el libro a un lado y dando un paso hacia él. Solo así, Loki pudo darse cuenta de lo cerca que estaban—. Aun si no fuese un hombre de libros, estoy seguro de que tú lograrías hacerme cambiar de opinión.

No sé trataba de la cercanía. Lo que volvía aquel uno de los momentos más íntimos que había tenido en la vida, era la mirada cargada de anhelo que Thor le estaba dando.

Por un momento que calificó como eterno, Loki olvidó todas las palabras que los libros le habían enseñado, y por un instante, uno muy pequeño y efímero, se sintió como el protagonista de uno.

El protagonista reservado, oscuro y herido, al cual la vida decide sonreírle justo en el mismo instante en que la narración comienza, conociendo al hombre de sus sueños. Se enamoraría de un idiota que le lastimaría una cantidad total de veinticinco veces, pero él le perdonaría, porque el amor es amor y es más fuerte que todo lo demás.

No, no sonaba como algo que él podría permitir. Sería más bien el protagonista reservado, oscuro y herido que a la primera mentira, acuchillaría a cinco personas e incendiaría siete hospitales.

Una trama completamente encantadora y razonable.

Sin embargo, ¿Qué clase de personaje sería Thor?

No sabía lo suficiente sobre él, pero podía asegurar que sería el típico Don Juan a quién todo el mundo dice que sí. Hasta que al final, encuentre a alguien que lo ponga en su lugar.

Y, joder. Loki quería ser ese alguien. Al menos durante cinco miserables segundos.

Pero, al parecer, la persona que estaba escribiendo su galante historia de amor, no creía que ese fuese el momento oportuno para que el amor floreciera, dejando que un personaje secundario, más que adorado por el público, interrumpiera ingenuamente la jodida tensión sexual que se había acumulado en los estrechos pasillos de la tienda.

—¡Oh, ahí está! ¡Buenos días, señor Loki!— como si le hubiesen puesto un resorte en cada pie, Loki dio un vergonzoso respingo al escuchar la voz de su ayudante tan cerca de ellos, siendo tan inoportuno e inocente como siempre. Le oyó jadear impresionado al mismo tiempo que Thor se giraba a ver quién les había interrumpido—¡Joder! ¡Tú eres Thor Odinson!

Vale, menos faltaba que el chico conociera al hombre que había estado acosando con la vista durante un año. Genial, que original.

Loki simplemente suspiro largo y tendido, dando por finalizado el único momento medianamente romántico de toda su vida. Thor simplemente estiró la sonrisa, tan amable como parecía ser siempre, y se acercó al tembloroso Peter.

—Sí, soy yo.

—¡Mi tía May va a morirse si sabe que te conocí! ¿Puedo...? ¿Puedo tener una foto contigo? ¿Por favor?— tembloroso como una hoja, tomó su nuevo teléfono celular, que al parecer aún no había vendido, para poner la cámara.

—Claro, no hay problema.

Bajo las mismas narices del dueño de la tienda, se tomaron una bonita fotografía sonrientes, dejando a Loki más y más desconcertado por cada momento que pasaba.

—¡Muchas gracias, señor!

—Un placer, pequeño niño araña— Thor le dio una fuerte palmada en la espalda al muchacho y se giró hacia él, casi con una mirada de disculpas—. Creo que ya debería irme. ¿A que hora cierras?

Loki no estaba alli, creía. Su mente se quedó seca, intentando procesar el intercambio de palabras que acababa de presenciar, así como la fotografía. No era algo difícil de entender, pero las cosas habían dado un giro completamente inesperado para él.

—Cierra a las ocho, señor— Peter le hizo el favor de ahorrarle la vergüenza y respondió por él. Magnífico, le daba otro punto.

—Bien, aquí estaré. Te veo más tarde.

Tan rápido como apareció esa mañana, desapareció de su vista.

Y, joder, Loki aun no podía procesar absolutamente nada.

Giró hacia su ayudante y le vio contemplar la foto con una enorme sonrisa y ponerla de fondo de pantalla.

¿Significaba lo que el creía que significaba o se había vuelto completamente loco?

—¿Lo conoces?— la pregunta de deslizó por sus labios antes de siquiera frenar a preguntarse si quería saber la respuesta.

—¿Por qué me dijo niño araña?— pululando en su propia órbita, Parker parecía tener sus propios problemas.

—Tal vez por tu camiseta—comentó, ya que la estampa central de la misma, era una araña negra enorme. Sin aguantarse su dosis diaria de maldad, murmuró otro comentario—. O porque tienes una en la nuca ahora mismo—y se hubiese reído al verle desesperado por quitarse la araña que no tenía, de no ser porque estaba impaciente por obtener su respuesta—. No me respondiste.

Dejando de pasarse las manos por todos lados, Peter se enfoco en lo que debía, sabiendo que no era un hombre de mucha paciencia.

—¡Ah! No, claro que no, o sea sí, pero...

Ojalá hubiese una manera de configurar a Parker para que filtrara las palabras y le dijera solo lo que necesitaba saber.
Apretó la mandíbula mientras sentía que su falta de paciencia comenzaría a darle dolor de cabeza por el repentino estrés.

—¿Sí o no?

—Bueno... él es famoso, señor. Es el favorito de mi tía. Y hace unos años tuvo un gran debut como actor. Oh, y es modelo.

—...¿Actor?

Joder, ¿en qué demonios se había metido?
Es decir , Thor era guapo. Joder que lo era, pero... ¿Actor? ¿Modelo? ¿Qué demonios?

—Thor Odinson, señor—murmuró Peeter, por demás confundido con su reacción —¿No lo conoce? Es... uff, súper famoso. Sale en muchas revistas.

—No... no leo revistas— ni siquiera las ojeaba cuando iba a la peluquería o al dentista porque, de verdad, el contenido jamás se le había hecho interesante y se conformaba con llevar libros a todos lados.

—¿Tampoco va al cine?— Peter se ató el delantal negro que usaba de uniforme solo por capricho de Loki—. ¿No ve televisión?

Actor. Modelo.

De verdad, no lo terminaba de entender.

¿Por qué era tan difícil hacerlo? ¿Por qué de repente toda percepción que tenía de Thor había cambiado de forma tan súbita? Estaba siendo jodidamente injusto, pero en su defensa, estilo de vida que alguien famoso solía llevar, era algo que a Loki jamás le había agradado en lo más mínimo.

—No. Solo Netflix. Siquiera tengo teléfono fijo en donde vivo—respondió de forma automática, acariciando con sus dedos el ejemplar de Orgullo y prejuicio que Thor había dejado a abandonado.

—Eso lo explica, aún no está en Netflix.

Mientras Peter seguía murmurando sobre cada cosa que le venía a la cabeza, Loki no podía dejar de preguntarse la razón por la cual Thor no le había dicho nada.

Es decir, tampoco había preguntado, pero... ¿quién pregunta eso?

La noche que salieron hablaron más de sus mascotas que de ellos, no podía negarlo. Loki no quiso verse como un fisgón desesperado y Thor supo llevar mejor la conversación que él.

—¿Es tan famoso?— porque no podía ser que no se enterase. ¿Acaso a eso había llegado? ¿A no saber absolutamente nada de lo que pasaba a su alrededor? Sinceramente no le quitaba el sueño, pero, ¿de verdad jamás había visto a Thor en ninguna otra parte?

Tal vez sí. Tal vez en algún a anuncio publicitario en la calle o algo por el estilo. Tal vez lo habia escuchado nombrar por alguien.

Pero no lo recordaba.

Lo único que Loki podía recordar de Thor, era la de vueltas que daba frente a su apartamento. Como bajo de peso, como se supero cada día por mejorar. Como acariciaba a su perro luego de un buen entrenamiento.

Como lo habia hecho reír la noche anterior y el bonito color que adornaba sus ojos.

—Lo es— Peter tomó el libro que él habia estado acariciando y lo coloco en el lugar que le correspondia, con los demás libros—. Usted es muy afortunado, señor Loki.

—¿Yo?

A veces se preguntaba si Parker tenía ojos. No era difícil de adivinar que llevaba la vida de un anciano. Pero bueno, para su punto de vista, tal vez podía darle la razón.

—Desde que rompió con esa ¿científica? no se le ha vuelto que ver con pareja. Desapareció por completo de las cámaras durante meses y recién ahora ha vuelto y mejor que nunca— Loki parpadeó algo mareado con esa información—. No sabía que le gustaban los hombres, ¡de verdad tiene mucha suerte!

—¡Yo no estoy...!—tomó uno de los tantos libros y le golpeó graciosamente en la cabeza para quitarle aquella idea absurda y maravillosa—. ¡Ve a trabajar! No te pago para que andes de chismoso.

—¡Pero usted me pregun-!

—No lo diré dos veces, Parker. Y no creas que no me di cuenta de que llegaste tarde por andar de fiesta anoche.

Dejó el libro en su lugar y comenzó a caminar hasta el mostrador, que bastante desprotegido había quedado ya. Peter le seguía como un cachorrito, con la mirada compungida.

—¿Cuál fiesta?

—Probablemente una fiesta privada en tu habitación— giró de golpe y le bajó lo que faltaba de la camiseta, mostrándole desde el reflejo de una vitrina, que llevaba una marca morada nada inocente pegada al cuello —. Ve a dejar todo en orden, se supone que hoy llegan nuevos ejemplares. Tendrás mucho trabajo.

Peter se puso de mil colores, todos en diferentes tonos de rojo. Balbuceó muchas palabras como "pasantía", "teléfono celular" y "Señor Stark".

Loki necesitó solo esas tres palabras para saber lo que había ocurrido, y no detuvo al muchacho cuando salió disparatado a trabajar, manteniendo el rostro lleno de vergüenza por el resto de la tarde.

No lo iba a admitir jamás en voz alta, pero le preocupaba. Si Tony Stark realmente había sido causante de aquella sospechosa marca, entonces Peter iba a tener que sentarse a analizar su situación con sumo cuidado.

A diferencia de su ignorancia respecto a Thor, Loki sí estaba bien informado sobre el tipo de persona que era Stark. Cuando fue a su local, hace casi un día, Loki se había dedicado a usar por una poca vez en su vida, el internet del ordenador en su local para poder averiguar un poco más sobre él.

Encontró cosas agradables y otras muy pocas. En la actualidad, Stark estaba soltero luego de su compromiso con su aún mejor amiga y CEO de su empresa, Virginia Potts, y era el mayor proveedor de energía limpia en Nueva York. Daba pasantías, becas, charlas en el MIT a mediados de año y miles de donaciones a los centros que lo necesitaran.

Eso no borraba su pasado como constructor de armas y mujeriego empedernido; no para alguien como Loki, que casi se alimentaba del resentimiento.

Lo investigó solo de curioso, no para andar protegiendo a Parker, necesita aclarar.

No obstante, miro a Peter de reojo, mientras este ordenaba todo lo que debía, un poco más tranquilo y con una suave sonrisa en el rostro.

Se preguntaba como demonios alguien tan dulce —y joven—podía terminar cayendo a los pies de alguien tan soberbio— y mayor.

Aunque bueno, pensándolo mejor, aquello podía ser una buena idea para un libro.

El seguramente lo leería.

Él resto de la tarde transcurrió casi con normalidad. Casi.

La señora Frigga le envió un mensaje, siendo una de las únicas tres personas que llevaba agendada en su telefono, para avisarle que ese día no podría pasarse por allí tampoco.

Ella no solía avisarle, pero cuando lo hacía, él lo agradecía.

Por otro lado, su local mantuvo su clientela habitual, de lo ser por algún que otros intruso que poco interés en los lo dos tenía.
Fue abordado discretamente por algún que otro periodista silencioso y hasta creyó ser fotografiado un par de veces mientras revolvía su tercer té en el día.

Tomando todo el aire posible e intentando no explotar su mal genio, decidió que esperaría hasta más entrada la noche.

Después de todo, Thor le debia unas cuantas explicaciones.

🖤

A la salida, cuando al fin hubo terminado de cerrar cada puerta del negocio, bastó con girarse para encontrarse de frente con Thor.

Un bonito detalle a tener el cuenta, el hombre se había soltado el cabello.

Loki se anotó que le quedaba mejor que atado, pero no se olvidó de lo que habia planeado decirle.

—No me dijiste que eras famoso.

Siquiera le dejó completar el saludo. Oh no. No iba a distraerse. Loki estaba enojado y no iba a dejar que sus ojitos de cachorro le hicieran sentirse un bastardo.

El hombre parecía haberse esperado su reclamo pero no se veía arrepentido de no habérselo dicho —No lo creí necesario. Ibas a enterarte de todas formas.

Loki se sentía ridículo exaltandose de esa forma, pero no podía evitarlo. Siempre fue consciente de su mal carácter y su poca paciencia, pero por primera vez en la vida, hubiese deseado no ser así.

De pie frente al hombre con el cual jamás había pensado cruzar palabra, desearía ser más espontáneo y divertido, tal y como Thor. Comportarse como alguien de su edad y tener muchas anécdotas e historias reales que contar.
O tal vez ser más como Preter; genuino, dulce e inteligente.

Pero no, el universo lo había escupido dentro de una familia de amargados fanáticos religiosos que le habían quitado el gusto por la vida. Los planetas se alinearon para crear a un ser atrapado en sus propias frustraciones, triste, solo y condenado a alejar y lastimar a toda persona que se le cruzara.

Y él no era quien para cambiar lo que la vida esperaba de él.

Y por más que Loki hubiese adorado ser un protagonista decente, bien sabia que siempre terminaba siendo el villano de todas las historias.

—¿Suena ridículo pedirte una explicación? Porque antes de que llegaras, parecía tener mucho sentido y...— se pasó una mano por la cara y rió, no porque la situación le hiciera gracia, sino porque no sabia que otra cosa podía hacer en un momento como ese—. Ahora me siento un idiota.

Compadeciendose de él en el medio de la calle, Thor le regaló una sonrisa llena de comprensión llena de resignación, como si hubiese pasado por algo similar en más de una ocasión.

—Por razones que desconozco, no. No me parece de otro mundo que me pidas una explicación. Despues de todo, no pareces un hombre que mire televisión — aclaró—. Aunque hubiese apostado que sí eras un hombre de cine, pero que probablemente no serías un fanático del tipo de películas para el que siempre soy requerido. Así qu- estoy divagando, pero...

Negándose a ser enternecido por sus torpes balbuceos tan Parker, levantó una mano en su dirección para callarle, tomando todo el aire posible y cerrando lentamente los ojos para calmarse y no tener uno de sus arrebatos de furia; esos que le daban cuando tenía que lidiar por demasiado tiempo con gente muy diferente a él.

—Hoy han aparecido cuatro personas en mi local. Cuatro periodistas. Tres de ellos me tomaron fotografías sin mi jodido permiso. Probablemente nos han tomado otras anoche u hoy en la mañana. ¡Joder! ¿no se te ha ocurrido que eso puede traerme problemas?

Asintiendo dócilmente ante sus reclamos, Thor no apartaba la vista oceánica de su rostro, examinando cada músculo facial que le comunicaba su estado de ánimo—Lo siento.

—Tengo una vida tranquila, Thor. Y me gusta así como está.

Loki no era una persona asidua a las cámaras, a la atención ni mucho menos a las preguntas sobre su vida personal. Ver su intimidad temblar en el borde de un abismo cuatro veces durante un solo día, había sido demasiado para alguien como él.

—Loki— Thor se acercó dos pasos en su dirección, con las palmas hacia abajo y los brazos flexionados, como si estuviese intentando calmar a una fiera. Y la verdad, no le sorprendía —. Escucha... no es mi intención molestarte o algo por el estilo.

—¡Pues, me molestas!— se alejó dando un tratabillante paso hacia atrás. El contacto físico era otro asunto a tratar. Cuando Loki entendió que lo que Thor intentaba era tomarle suavemente de los brazos, no pudo evitar retroceder.
Era una reacción natural adoptada con el tiempo. No es que se sintiera orgulloso, pero estaba deciro de que se ahorraba ser el incubador  de un virus demasiadas veces en un año solo por ello.

Entendiendo que estaba demasiado molesto para ceder, Thor se alejó un paso, volviendo a levantar las manos como antes, como si de esa forma pudiese evitarse ser mordido.

—Solo quiero conocerte un poco mejor, ¿es un crimen? Aunque si no quieres, bien pue-

—¿A qué juegas? ¿Acaso hay alguna apuesta en el medio?—mejor tarde que nunca. No le eran desconocidos estos sentimientos, esos que le gritaban a Loki que todos querían quitarle algo.

Por eso no quería involucrarse.

La señora Frigga era una clienta concurrente de su negocio y jamás se metía donde no le llamaban. No mentía y no tenía razones para desearle algún mal.

Peter era su empleado, ni más ni menos. Debía tratar con él así no le gustase hacerlo.

Pero, ¿Y Thor? ¿Qué hacia permitiéndole a alguien entrar a su vida de esa forma? Porque hasta donde Loki aún recordaba, ese hombre solo era una pequeña obsesión suya. Un gusto que se daba pocos minutos a la mañana como un permitido por llevar una vida espantosamente gris.
¿Por qué ahora, de repente luego de tan solo un par de días, su percepción sobre él había cambiado tanto?

Ya no era su corredor platónico anónimo. Ahora tenía nombre, apellido, un auto y sabía dónde trabajaba. Sabía que prefería el café y que jamás tomaba té. Sabia que probablemente eran vecinos y que era jodidamente famoso.

Y saber tanto no podía ser algo bueno. Loki hubiese preferido mantenerle como un personaje con una vida inventada en su imaginación.
Pero se había dejado llevar y esa eran las consecuencias.

Tener más de lo que alguna vez podría manejar.

—¿Apuesta?

Volteó a ambos lados de la calle para tomar algo de aire e intentar enfriar la cabeza en aquella noche de verano, pero no era posible. La olla había sido destapada y la comida se estaba quemando.

—¿Ver cuanto tardas en ver la cara de idiota al vampiro que se la pasa dentro de una librería y no tiene amigos? ¿O es algún truco de la industria del espectáculo? ¿Intentas hacerte alguna fama? ¿Es por algún programa? ¿Te pagan po-

—¡Hey! Ya, Loki— no tenía idea cuando había comenzado que temblar y estaba feliz de que no pasara demasiada gente por esas calles a esa hora, porque de lo contrario, estaba seguro de que estaría dando un gran espectáculo. Las manos de Thor aprovecharon para tomarle suavemente los brazos y dejar algunas caricias circulares sobre los mismos, intentando calmarle un poco—. No sé quien te ha metido en la cabeza que planeo lastimarte, pero no es así.

—No me conoces de nada.

Una persona alegre, atractiva y famosa, con probablemente mucho dinero, no iba por la vida haciéndose amigo de gente como él. Gente pequeña, triste y frustrada.

¿Cómo demonios se supone que debería reaccionar?

Con una mirada conciliadora y un tono de voz cauteloso, Thor continuó con su caricia, dando un paso más al frente.

—Y por eso quiero conocerte mejor.

Había leído muchos libros en su vida y en muchos de ellos, situaciones así de ridículas abundaban. Pero Loki sabía que solo eran eso, historias. Fantasías encerradas en cabezas de personas que no pueden lidiar con el mundo real y que inventan algo que sea mucho mejor que la mierda que les rodea.

Escribir era considerado una terapia y leer, una droga.

—¡No tiene sentido!

—No todo siempre tiene sentido— pese a que Loki le había empujado para quitárselo de encima  aún temblando como si una lluvia invernal le hubiese tomado desprevenido. Thor se sujetó con más firmeza en él y le obligó a mirarle a la cara—. Simplemente te vi, ayudaste a mi perro, nos reímos toda una noche y ahora no quiero dejarte ir, ¿es tan difícil de creer?

Le encantaría creer que no. Pero por más fanático que Loki pudiese ser del romance, también sabía que la realidad nunca podría ser tan maravillosa.

Mucho menos con él.

—Sí, lo es.

—Entonces te haré cambiar de opinión.

Obstinado, mediocre, ridículamente romántico.

—Eres ridículo.

—¿Eso es necesariamente malo?

Sonrisa tonta, ojos tontos, corazón tonto.

—¿No te das cuentas de lo pedante que soy?

—No. No me doy cuenta— Thor sonreía más cada vez y Loki se estaba cansando de suspirar resignado. Terminó de quitárselo de encima resolviéndose entre sus brazos.

—No te das cuenta porque eres un idiota.

Y lejos de mirarle herido, soltó una de sus famosas y estridentes risotadas, volviendo que verse tan risueño como se había mostrado en todos esos días.

—Necesito eso en mi vida.

Tonto, tonto. Tonto Thor.

—¡Joder! ¡Eres exasperante!

—Gracias— bajo su incrédula mirada, Thor procedió a abrirle la puerta del lado del copiloto, con una leve pero dramática reverencia —. ¿Puedo invitarte un té? Y me cuentas como fue tu día.

Eso no era en absoluto lo que tenía planeado. Definitivamente no estaba diciéndole que no quería seguir viéndole ni Thor estaba mirándole con ojos de cachorro herido.

—Fue un dia de mierda— aclaró, dejándole en claro que si insistía con esa invitación, conoceria definitivamente todas y cada una de sus facetas. Y ninguna era lo suficientemente buena como para que alguien quisiera quedarse.

Pero insistente, terco y caprichoso, Thor solo sonrió más, ofreciéndose a cargar su bolso.

—Genial. Entonces será una cita bastante larga.

Tonto, tonto Thor y estúpido, débil Loki.

🖤

Tenía muchas ganas de subir este capítulo wlzleslxl vi que hay algunas personitas nuevas, así que aprovecho para agradecerles por darme una oportunidad 💚 y a las que están desde el principio, de verdad, mil gracias💚💚💚 no leemos el próximo Lunes💚

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